tag:blogger.com,1999:blog-68117154894410765942024-03-13T15:39:10.271-07:00Alma InmortalVanessahttp://www.blogger.com/profile/18211605774561015566noreply@blogger.comBlogger33125tag:blogger.com,1999:blog-6811715489441076594.post-35790345184912242102013-09-08T10:58:00.000-07:002013-09-08T10:58:01.008-07:00Capitulo 32: Lazos de sangre<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
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<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">A mitad de verano, mi angustia fué cesándo,las
cartas que mi salvador me iba escribiendo me iban tranquilizando como las
canciones<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>de cuna que las madres cantan
dulcemente a sus bebés.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">Poco a poco la idea de que Karisma estuviera
cerca de Brandom iba desapareciendo al leer sus hermosas e interesantes
cartas,pero esa terrible idea volvia a mi mente torturandome una vez más cuando
metia su carta de nuevo en el sobre.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">-No.-Me dije a mi misma.-No pasará nada.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">Lo repetia una y otra vez como si se tratase de
un mantra, ¿qué iba a hacer cuándo regresaran a Londres?.Me froté las sienes
con fuerza, no pasará nada dije nuevamente, Brandom sabrá manejar la situación.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">Pero él no sabe nada de sus intenciones, al menos
no lo menciona en sus cartas, o quizá no quiera decirmelo para no
preocuparme.Dios, es desesperante, ¿mencioné que mi angustia cesaba?.No, era imposible.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">El corazón latia fuertemente en mi pecho, ¿por
qué?.No sabría expresarlo, sentí temor,incertidumbre,una mezcla de sentimientos
muy contradictorios.Paseo de un lado a otro de mi habitación, en la penumbra de
la noche que se colaba por mi ventana, me abracé a mi misma mientras me
acercaba a ella.Observe el exterior,todo parecia en calma, eché un rápido
vistazo al cielo oscuro, esperaba ver alguna estrella pero estaban ocultas bajo
nubarrones.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;"> Olía a humedad y a campo,era obvio que se
avecinaba una tormenta acompañada de un feroz aire.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">La calma se vió enturbiada aquella noche tal y
como lo sentí yo en mi interior.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">Los árboles parecian combrar vida propia,sus
hojas se balanceaban violentamente creándo un ruido aterrador y
amenazante,cerré los ojos por un instante y di la espalda a la ventana llevándo
mis manos a los oídos.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">Me metí en la cama y me tapé con la sábana hasta
la cabeza mientras escuchaba el repiqueteo de las hojas golpeándo la ventana,
llevé las piernas hasta la altura de mi pecho y volví a taparme los oidos.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">Media hora después me quedé dormida observándo
todo lo que una pesadilla me iba mostrándo,una gran familia de seres extraños
sedientos de sangre y de venganza que venian buscándo mi cabeza y exponerla en
la gran plaza de la ciudad habitada únicamente por vampiros.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">-Liz,levanta.-Dijo una voz sacándome de ese
terrible sueño.- Vamos al bosque ¿quieres?.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">-¿Al bosque?.Pero si anoche estuvo diluviando
Amelia..Dije intentando desperezarme.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">Mi hermana hizo un mohín y corrió hacia mi
ventana para ver el exterior.Se giró sobre sus pies y suspiró.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">-Es verdad,el bosque no tiene que estar muy
bonito.¡Pero si estamos en verano!.-Se cruzó de brazos algo enfadada.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">Me encogí de hombros al ver su reacción.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">-Venga vamos a desayunar.-La animé.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">Me senté en el borde de la cama y pasé la mano
por el cuello haciéndolo girar,no había dormido en una buena postura y agradecí
ese movimiento haciéndolo crugir.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">Apoyé las manos en el borde de la cama alzando la
vista al techo,no escuché a mi hermana y giré mi cabeza para encontrarme con
ella.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">-No te enfades Amy, iremos en cuánto esté todo
seco y si quieres,podríamos llamar a Jessica ¿que te parece?.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">Mi hermana estaba con los ojos clavados en algún
punto del suelo,asintió una sola vez ante la idea que le propuse y frunció el
ceño.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">-¿Que te pasa ahora?.-Pregunté.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">Amelia abrió un poco más sus ojos para
mirarme,parpadeó y señaló debajo de la cama.Fruncí el ceño y di un salto de la
cama para ir junto a ella y ver que era lo que había ahí.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">Señaló con su alargado dedo índice y el corazón
me dió un vuelco, un gran sobre de color blanco junto con un mechon de cabello
ondulado color dorado.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">-Amelia sal un momento por favor.-La dije lo más
calmada que podía sonar en ese momento.-Sal espérame fuera.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">-¿De quién es ese cabello Liz,es tuyo?.-Dijo
acercándose para cogerlo a lo que la detuve por lo hombros.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">-No claro que no,Amy por favor ni una palabra
espérame fuera.-La empujé hasta la puerta.-Luego te lo cuento.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">La expresión de mi hermana no cambió,había pasado
de confusa a preocupada.Fingí una amplia sonrisa mientras las sienes palpitaban
aceleradas al igual que los latidos de mi inquieto corazón dominado por el
miedo.Cerré la puerta lentamente y dejé salir el aire que había estado
continiendo estos largos minutos.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">Corrí al tocador examinando mis cabellos con mis
manos y ahí estaba, me faltaba un mechon de la parte derecha de la nuca.Dios
mio, ¿que?.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">Mi respiración volvió a dejarme cuando giré hacia
la cama y me puse de rodillas frente aquél sobre.Alargué mi mano temblorosa
hacia el mechón dorado que descansaba sobre aquél sobre,una vez en mi mano lo
dejé caer al suelo y esta vez mis ojos se clavaron en el sobre.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">Mi mano temblorosa e indecisa dudó por un
momento, en mi cabeza resonaba su nombre con fuerza:"Karisma,Karisma
Karisma".</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">Apreté los párpados con fuerza,contuve nuevamente
la respiración y agarré el sobre abriéndolo apresuradamente, no tenía remite y
dejé caer al suelo el contenido.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">El suelo de mi habitación se vió enfundado por
una serie de fotografías horribles de personas decapìtadas,mordiscos en brazos
piernas y muñecas, animales destrozados por ataques y a Karisma posándo con sus
labios y ojos ensangrentados junto a Brandom.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">El corazón me dió un vuelco,mi respiración volvió
aparecer acompañada<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>náuseas, la sangre
huyó de mi rostro al contemplar aquella brutalidad inmortalizada en
fotografías.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">Mi salvador la tomaba por la cintura,su expresión
era dura y fría,la actitud de Karisma era muy diferente,se la veía
complacida,feliz con su nueva vida y así quiso mostrármelo.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">Un papel enrollado como un pergamino atado a un
lazo negro me llamó la atención,una carta,no hacía falta preguntarme de quien
se trataba.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">Desaté el lazo tan rápido como pude y me puse a
leer:</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">"Mi Querida y estimada Elizabeth:</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">Quiero agradecer tu amistad.Gracias a ti me
llevastes al amor de mi vida.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">Probablemente me odies toda tu vida por ello,pero
no te preocupes no durarás demasiado y no por que vaya a terminar contigo,si no
por que eres humana, y el tiempo de vida de los humanos es a muy corto plazo.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">No durará mucho tu dolor por haberlo perdido,y si
ves que te resulta muy insoportable esa carga,como buenas amigas que fuimos en
el pasado puedes perdírme que te arrebate la vida.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">Admito que no fuí muy honesta contigo,debería
haberte dicho que odiaba que me hablaras de tus sentimientos por mi futuro
esposo,pero al fin y al cabo fuí una buena amiga contigo y me guardé mis
sentimientos.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">Sé que estoy siendo muy contradictoria,pero no
podía dejar que tú fueras feliz arrebatándome lo que más amaba,ya perdí una vez
un amor</span><span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;"> y no pienso perder más.</span>
</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">Queda muy poco para nuestro regreso a
Londres,para instalarme en mi nuevo hogar como esposa.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">Lo que sentía Brandom por tí,era una simple
atracción,estaba confundido.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">Él no quiere herir tus sentimientos,yo tampoco,pero
he de pedirte que tú misma le digas que lo abandonas que no eres buena para él.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">Creemé,el lo haría pero no quiere hacerte sentir
mal, asi que la mejor forma de ayudarlo es que tú se lo digas.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">Sé que te ha estado escribiendo cartas de amor,lo
que no sabes es que lo ha echo en mi presencia y bajo mi consentimiento, no
sabe como dejarte no sabe seguir sabiendo que te hará un gran daño si te lo
dice.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">Él no quiere que nadie se entere de nuestros
planes de boda,piensa que debería quedar entre los miembros de la familia.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">Si lo amas,considera la idea de que alguien que
tenga su mismo estilo de vida será mucho mejor para él."</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">Karisma Halley</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">Lágrimas,lágrimas lágrimas,llanto,dolor.No, esto
no puede estar pasando,no Brandom ¿por qué?.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">Mi puño se va cerrándo poco a poco arrugándo la
carta bajo mis dedos.Aprieto los dientes con fuerza mientras rios de lágrimas
inundan mis ojos cayéndo por mis mejillas.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">Karisma no puede estar diciendo la
verdad,¿prometidos? ¿cuándo?.No,no no no, me niego a creérlo.Brandom me lo
hubiera mencionado en sus cartas,me hablaría de Karisma.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">¿Cómo te va hablar de sus planes si quieren
mantenerlo en secreto?, me corrige mi subconsciente.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">Tenía razón, ella estaba presente mientras me
escribia y bajo su consentimiento, ¿pero por que cartas de amor?,¿acaso eso no
empeoraría más la situacion si quería desahacerse de mi?.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">Por cobardia,vuelve a hablarme mi subconsciente,o
tal vez Karisma así lo quiso para hacerte más daño después.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">¿Pero Brandom estuvo deacuerdo en ello?,me
preguntaba intentando buscar alguna respuesta que me diera un rayo de esperanza
de que todo aquello no fuera real.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">Cuando dos personas se aman de verdad y se juran
amor eterno, no puede existir ningún obstáculo que logre separarlos,me contesta
el subconsciente con la voz apagada de Yuls.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">Apreté mis párpados con fuerza impidiendo que
salieran más lagrimas, el dolor me ahogaba,me martilleaba en el pecho.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">No encontraba alguna respuesta,todas eran
horribles,toda esperanza se desvanecia en el aire.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">Sentada sobre mis rodillas me incliné hacia
delante arrugándo con fuerza la carta entre las dos manos.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">Yo no era buena para él,Karisma ahora pertenecia
a su mundo y yo sólo era un obstáculo que debía desaparecer y olvidarme de todo
lo ocurrido con los Akerman,</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">Aún así no entendía que podría haber echo yo para
que Karisma pasara de ser una buena amiga a una enemiga en potencia que ganó
terreno para ganarse a<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>mi hermoso
salvador.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">No, no es mío, ya no es mío fué una ilusión,una
ilusión que me arrebataron y no al contrario.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">Tampoco te lo arrebataron, me corrige mi
subconscinente con la boca pequeña.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">Desde luego, no me lo arrebataron, es cosa de
dos.Recogí todas aquellas crueles fotografías volviéndolas a mirar una a una
mientras las devolvía al sobre.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">Acerqué a mi rostro inundando en lágrimas la de
los dos, acaricié con mis dedos aquél ser que me había llenado y me había echo
sentir amada,quise romperla pero no tuve el valor suficiente.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">No podía dejar que la rabia se apoderase de
mí,simplemente debía dejarlo pasar y tal vez algún día,con un poco de
suerte,consiguiera arrancármelo del corazón.Pensar en ello me entristecía,no
quería que me abandonase aunque lo que tuviera de él fuera un recuerdo amargo y
desolador.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">De alguna manera formaba parte de mi,parte de mi
vida,de mi juventud de mis sueños, y ahora todo se vió enturbiado por la triste
realidad que tarde o temprano pasaría.Dos mundos distintos,dos seres
opuestos,la noche y el día...No había un mundo en el que podríamos ser felices.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">Limpié aquellas lágrimas que no cesaban y me
dispuse<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>a guardarla en el interior del
sobre junto con las demás pero fruncí el ceño cuando vi que en el dedo índice
tenia una mancha de tinta.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">Dí la vuelta a la fotografía y mis ojos siguieron
esas letras que provenian de la mano de Karisma:</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">"Te espero en dónde estaba situada mi
antigua casa.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">¿Sabrás llegar, o prefieres que pase a
buscarte?"</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">Parpadeé varias veces,eché una rápida mirada por
la ventana y me paresuré a guardar la fotografía y la carta en el interior del
sobre.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">Maldita sea,esta aquí,¿habrá venido sola?.El
corazón martilleaba en mi pecho inquieto.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">Me asustaba pensar que no cumpliria su
palabra,que no me mataría a no ser que yo se lo pidiera.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">¿Habrá venido acompañada por Brandom?,no no no,
no era tiempo de pensar en eso ahora, debía de vestirme rápidamente e ir hasta
su casa, o lo que quedaba de ella.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">Pensar en lo que hizo me daban escalofríos.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">Dejé el sobre encima de mi cama y me apresuré a
coger un vestido de color rojo granate.Lo pasé por encima de mi cabeza y lo
dejé caer hasta mis pies como una cascada sangrienta.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">Me recogí el cabello atado hacia un lado y guardé
el sobre dentro del corsé, el mechón de mis cabellos lo escondí entre uno de
mis libros de literatura inglesa dentro del cajón de la cómoda.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">Abrí la puerta con la respiración agitada,Amelia
no permanecía al otro lado lo cual agradecí.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">Fui al baño a refrescarme la cara con agua fría y
abanicándome con las manos intentando que se fuera aquella imagen de tristeza y
miedo del otro lado.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;"> Bajé apresuradamente las escaleras sugetando mi vestido
con las manos.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">-Eh,eh eh jovencita,¿dónde crees que
vas?.-Preguntó mi madre secándose las manos con un paño.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">Amelia estaba en la mesa desayunando y me miraba
con los ojos muy abiertos, por lo visto papá ya había salido a trabajar.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">-Esto mamá.-Comenzé a decir.-Buenos días.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">-Siéntate a desayunar.-Me ordenó.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">Hice lo que me pidió,me senté frente a mi hermana
y ésta alzó la barbilla para mirarme por encima del hombro asegurándose que
mamá no estaba cerca escuchando.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">-Bueno dime,¿ese era tu pelo?.-Preguntó.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">-Claro Amelia.-Carraspeé inventando algo
rápidamente.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">-Me lo corté yo,ese sobre que viste es algo que
le iba a mandar a Brandom.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">-¿Tu mechón?.-Preguntó incrédula.-¿Y para que?.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">-Para nada,por que ya no se lo voy a mandar.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">-¿Y por que no?.-Preguntó ahora con cierta
tristeza.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">-Por que no y ya basta.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">Mi hermana bajó la mirada hasta su tazón,sospecho
que ya sabrá que terminamos al juzgar por su expresión y por que no preguntó
más.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">-Mamá,tengo que salir un momento.-Dije una vez
terminado mi desayuno.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">-¿Va tu hermana contigo?.-Preguntó mirando a Amy.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">Me dí la vuelta para sonreírla y acto seguido me
encontré con la mirada de mi madre.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">-No voy yo sola, voy a ver a Yuls.-Imité una
sonrisa tranquilizadora.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">Mi madre asintió y salí por la puerta lo más
calmada que pude.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">Cruzé el porche con pasos tranquilos aunque
deseando llegar lo antes posible al encuentro con mi amiga Karisma.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">No, ya no lo éramos, ahora éramos diferentes y me
invadió el pánico al pensar que ahora era una poderosa vampira.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">Al cruzar la vaya de madera eché a correr hacia
el claro,atravesándolo sin mirar aquellos puntos en los que me invadían los
recuerdos de Brandom.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">Aparté esos recuerdos dolorosos centrándome
únicamente en seguir el ritmo y al estar cerca de la casa de Karisma Halley mis
pasos cesaron e iba andando con cautela.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">Pum, un paso y al mismo tiempo un latido fuerte
en el pecho.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">Sentía que me estaba acercándo peligrosamente a
la muerte, a mi destino fatal y sin retorno.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">No,dijo que no te haría ningún daño, me repetía
para mis adentros.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">Pero no sólo es el daño físico a lo que en
realidad le temía, si no a sus palabras tan hirientes como un arma de doble
filo, ese era el castigo más doloroso que podría recibir en estos momentos.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">Al llegar, los latidos se intensificaban. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">La casa había sido devastada por el fuego.No
quedaba nada excepto madera quemada y tela raída cubierta por las cenizas.Se
percibia el olor a muerte, estaba en el aire.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">Me abracé a mi misma mientras andaba entre aquél
desastre provocado por la misma Karisma,intentando esquivar aquello que me
parecían huesos pero solo era el esqueleto fantasma de la casa.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">Mis ojos buscaron con desesperación a Karisma,me
giraba a cada segundo intentando evitar que se me acercara por la espalda
entonces una larga melena azotada por el viento se detuvo a unos metros delante
de mí.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">Su sonrisa se ensanchó al verme, sus cabellos tan
negros como el abisbo ocultaban parte de sus ojos rasgados<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>inyectados en sangre.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">La muerte no la había echo justicia, era hermosa,
demasiado.Su piel ahora era blanquecina,vestia de un largo vestido verde oscuro
con pedrería oscura en el corsé realzándo su figura perfecta.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">Alzó la barbilla y estiró sus brazos abriendo sus
ojos rojos.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">-¿Te gusta el hermoso escenario en el que te he
dado cita?.-Preguntó con ironía.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">-Hola Karisma.-Saludé con cierto respeto.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">-¿Es todo lo que vas a decirme,amiga mía?.-Sonrió
aún con los brazos extendidos.-¿Cómo me veo?.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">-Bi...bien.-Carraspeé.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">-Pues yo a ti no te veo muy bien, juraría que has
palidecido un poco querida.-Bajó sus brazos y colocó las manos sobre sus
caderas.-Sal de ahí, ensuciarás tu precioso vestido de ese color tan llamativo.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">Su voz era tan fría como el hielo, obedecí y me
acerqué un poco más a ella saliendo de aquellos escombros.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">-Bonito día el de hoy, siempre me gustó los días
nublosos.-Dijo observando el cielo y husmeando el aire.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">-¿Para qué me has citado aquí Karisma?.-Pregunté
evitando el contacto visual con sus temibles ojos.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">-Para asegurarme de que harás todo lo que
queremos.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">-¿Queremos?.-Pregunté.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">-Si,queremos.Tú y yo.-Dijo.-¿Porque tú quieres
que Brandom sea feliz cierto?.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">Dudé por un momento, por supuesto que quería que
fuera feliz,¿acaso ella lo dudó en algún momento?.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">Asentí una sola vez,Karisma entrecerró los ojos y
puso su mano en el oído haciendo el ademán de que no escuchó mis palabras.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">-Si, quiero.-Logré decir.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">Ocultó con una mano sus labios escapando una
risita.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">-Me vas a perdonar querida, pero esas palabras
las diré yo, el día que celebremos nuestro enlace.-Dijo friamente.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">No.Otra vez esa punzada en el pecho,cerré los
ojos un segundo evitando que el dolor se reflejara en mis ojos.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">Al abrirlos me sobresalté, la tenía justo detrás
de mi apoyándo sus frias manos sobre mis hombros.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">-Sé lo que estás sintiendo, sé que te duele Liz
desahógate...-Susurró cerca de mi oído.-...pero recuerda,a nuestro regreso
tienes que decirle que lo abandonas,que esto no es vida para tí.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">Me dí la vuelta rápidamente retrocediendo unos
pasos y no sabía de dónde me salió el valor.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">-Podrías estar mientiéndome.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">Sus ojos se abrieron y su sonrisa se torció hacia
un lado.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">-¿En serio crees que miento?.-Una carcajada
resonó en todo el lugar.-Sigues siendo una hipócrita,pobre muchachita.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">Del interior de un bosillo que tenia en su largo
vestido sacó un sobre.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">Se lo llevó cerca del oido y lo agitó sin borrar
aquella sonrisa, acto seguido desapareció y me lo extendió ante mi.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">-Ten,cógelo anda, no voy a morderte.-Carcajeó.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">Mis labios temblaron al igual que mi mano, se lo
arrebaté de la suya temiendo que podía contener esta vez.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Enlace
Matrimonial entre:</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;"><span style="mso-spacerun: yes;">
</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;"><span style="mso-spacerun: yes;">
</span>Brandom Akerman & Karisma Halley </span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Walter
Akerman les complace anunciar que su hijo a encontrado a su compañera</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>e
invitaremos a todo el clan a tal esperado y grandioso evento.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span><span style="mso-spacerun: yes;"> </span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;"><span style="mso-spacerun: yes;">
</span>Os esperámos</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;"><span style="mso-spacerun: yes;">
</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">Leía una y otra vez la carta de invitación,y una
vez más y otra más.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">No, ya no eran imaginaciones mías, es real, esto
es real, es un hecho que se prometieron y esta invitación creada por el Señor
Walter Akerman </span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">y que lleva su sello personal lo confirma.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">Inspiré el aire que no terminaba de llenar mis
pulmones, oculté mis lágrimas intentando llorar hacia dentro.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">-Está bien.-Dije devolviéndola el sobre.-Lo haré.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">-No seas muy brusca con él, tienes que tener
mucho tacto, al fin y al cabo fuistes su humana por un tiempo.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">Asentí con la cabeza.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">-¿Porque nunca me dijiste lo que sentías por
él?.-Me animé a preguntar sin mirarla.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">-¿De verdad te interesa saber por que?.-Alzó una
ceja.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">Asentí.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">-No creo que eso importe mucho ahora ¿no
crees?.Pero lo que te puedo decir es que cuanto más me hablabas de él más me
enamoraba de su ser.-Comenzó a decir.-Simplemente me enamoré de él,y perder es
algo que nunca me ha gustado.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">-De manera que nuestra amistad nunca te
importó.-Dije ahora mirándola directamente.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">-Puede que en un principio,¿pero la
verdad?...-sonrió descaradamente.-No.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">Me limité asentir una sola vez,horrorizada por
sus palabras, su insensibilidad no parecía conocer limites, podría haber
culpado a su nueva vida como vampiro, pero al parecer todo venía de antes.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">Me regañe a mi misma por haber sido tan confiada,
por haber estado tan ciega y por haberme enamorado de un ser que jamás sería
para mí, que jamás podría estar con alguien tan insignificante como una humana.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">Pero en mi interior se debatía esa
cuestión.¿Brandom Akerman me amó en algún momento?.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">Por supuesto que sí,decía una voz muy segura de
si misma en mi cabeza.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">-Ya puedo ver que la amistad es algo muy
insignificante para tí.-Dije.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">-El amor es más importante que toda esa
basura.-Se limitó a responder.-Haz lo que hemos hablado y olvidémonos la una de
la otra,para siempre.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">-¿Y si me niego hacer lo que me propones?</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">Realmente formulé esa pregunta sin haberla
pensado,sabía que traeria consecuencias si no hicera lo que me pedía.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">-Morirás, pero después de que veas como termino y
devoro a tu querida hermanita a la que mi cuñado Near estaría encantado de
hincarle el diente.-Amenazó con una sombra oscura en sus ojos.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">-¡No te atrevas!.-Grité con todas mis fuerzas.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">Al segundo la tuve frente a mí mucho más cerca.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">Su nariz rozaba la punta de la mia y me mostró
sus afiladisimos dientes tan blancos como la luna.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">-Shhhh.-Siseó.-Sabes que lo haré mi querida Liz.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">Una de sus heladas manos acarició mi rostro,la
sangre huyó de mi rostro y el corazón se me detuvo en ese instante.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">-No me provoques,podría arrancarte las entrañas
aquí mismo sin darte la oportunidad de que vuelvas y vivas una vida tranquila y
feliz al lado de tu querida y unida familia.-Susurró,acto seguido me olisqueó
el cuello.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">La vena de éste palpitaba con fuerza,mi barbilla
comenzó a temblar al igual que el resto de mi cuerpo.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">Lo haría,haría cualquier cosa para proteger a mi
familia,no quería llegar a ese extremo y sentirme culpable por ello durante el
resto de mi vida como ocurrio con el tío Zack.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">-Está bien.-Dije presa del pánico.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">Noté que sonreía cerca de mi cuello, su cabeza se
levantó lentamente hasta ponerse de nuevo a mi altura, sus ojos me miraban
impasibles.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">-Buena chica.-Dijo satisfecha.-El tiempo se
mantendrá fresco, de manera que en dos semanas regresamos hasta
entonces,Elizabeth.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">Y desapareció...</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">Desapareció ante mi cómo un relámpago,dejándo un
ensordecedor estruendo a mi alrededor,sus palabras eran el eco que me
acompañaron hasta la casita blanca que ya podria verse a lo lejos.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">Mis pasos eran pesados,mi mundo perfecto junto a
mi salvador ya no existia,pero no podía pensar en ello,no tenía ningún derecho
a pensar así a sentirme así.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">Karisma me dejó vivir,dejaría en paz a mi
familia,todos los miembros de la Familia Akerman se olvidarian de nosotros para
siempre,Brandom también,me decia el subconsciente.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">Tal vez sería lo mejor, es lo mejor para todos me
dije a mi misma.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">Al cruzar el porche mi madre estaba sentada en su
butaca tejiendo,me miró por encima de sus gafas redondas y al verla un alivio
invadió mi alma.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">Me puse de rodillas frente a ella y apoyé los
brazos y la cabeza sobre su regazo.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">Frunció el ceño se quitó las gafas y me levantó
la cabeza obligándome a mirarla.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">-¿Estas bien hija?.-Preguntó preocupada.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">Suspiré y volví apoyar la cabeza en su regazo.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">-Ahora si.-Dije con verdadero alivio.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">Noté una de sus manos que acariciaban suavemente
mis cabellos y la espalda.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">-¿Que pasa Elizabeth?,cuéntamelo.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">-Mamá,¿creés que en algún lugar existe alguien
que será para mí?.Pregunté sin pensar.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">-No sólo eso,si no que cuándo llegue te amará
siendo como eres.-Contestó dulcemente.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">-¿Como soy?.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">-Así es,cuando se ama no importa la raza,la
posición social ,ni el pais ni el físico,te amará como seas de dónde seas y
cómo seas.-Dijo muy segura.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">Un suspiro salió de lo más profundo de mi pecho.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">Como sea, me dije para mis adentros, no mamá, el
único ser que he conocido no pensó igual que tú, al parecer si le importó cómo
era y me dejó por alguien más parecido a él mismo. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">Un nudo se iba enlazando en mi pecho,ahogándome
estrujándome con fuerza.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">-Y dime cariño,¿que sientes por ese joven?.-Me
sobresaltó su pregunta.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">Levanté la cabeza despues de que me frotase los
ojos, imité una sonrisa y mostré la indeferencia poco creíble.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">-Nada,es un buen amigo,pero no hay nada de
eso.-Volvía<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>sonreír incorporándome.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">-Hija,te conozco,yo te traje a este mundo.Sé
cuando mientes,cuando te ocurre algo el tono de tu voz te delata.Tú mirada
ahora es diferente,no tiene ese brillo,es una mirada perdida vacía como si te
hubieran arrancado el alma.-Sus palabras sonaban como si conocera perfectamente
esa situación.-Yo pasé por eso hija mía.-Contestó sorprendentemente a mis
pensamientos.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">-Cuando nos enamoramos nuestra mirada irradía ese
brillo de felicidad,y tú dejaste de tenerlo el día que los Akerman se marcharon
de Londres.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">Ahogué un sollozo,allí de pié en el porche frente
a mi madre me derrumbé nuevamente, me abrazó con fuerza y cuánto mas recibía su
amor más sollozos y lágrimas caían por mi rostro.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">Me dolía terriblemente la cabeza,me encontraba
tumbada de medio lado mirándo hacia la ventana.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">Serían las 6 de la tarde pero fuera parece que el
día se había esfumado.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">El viento movía las hojas que repiqueteaban cerca
de mi ventana,cogí un vaso de agua y una aspirina que mamá me había dejado en
la mesita de noche.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">Ella sabía que esto pasaría, tenía tanta
experiencia en todo y yo en nada pero con el paso del tiempo esto sería una
experiencia que quizá algún día podría compartir con alguien.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">Me llevé las manos a la cabeza esperando que se
me fuera el dolor, al moverme poniémdome boca arriba algo me pinchó en el
pecho.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">removí incómada por aquél pinchazo metí la mano
dentró de mi corsé y me palidezco al recordar que era.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">Maldita sea,iba a devolvérselo a Karisma, no
quería tener nada de eso conmigo.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">Lo dejé caer en el suelo,ya está se acabó no
quiero tener nada que ver con Karisma ni los Akerman,volví a llevar las manos a
mis sienes frotándolas con fuerza con los dedos evitando pensar en ellos, en
los recuerdos.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">Dios mío, esto va a ser más dificil de lo que yo
creía, hubiera pagado para que hubiera un método para hacerme borrar la memoria
y no recordar nada absolutamente nada de lo que habían pasado estos meses.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">Una melodía sonaba fuera, una cajita de música
que tenía desde los cinco años y que Amelia siempre aprovechaba para cogerla
abrirla y verse en el pequeño espejo mientras una bailarina gira incansable.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">Varias veces me había pedido que se la diera,pero
era el único recuerdo que tenía de esa edad y a la que le tenía mucho cariño
porque era un regalo especial de la abuela Rose.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">No me importaba que cogiera la cajita de música,
pero varias veces lo hacía sin permiso y sin tener cuidado de las veces que se
le caía de las manos corriendo por la casa.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">Puse los ojos en blanco,tocaba advertirla pero no
me apetecía demasiado.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">Hice el esfuerzo de incorporarme en la cama, cogí
aquél sobre sin mirarlo y lo escondí en los cajones de la cómoda,muy bien
escondido, bajo un doble fondo que había creado para cosas personales
inalcanzables para los vivazes ojos de mi hermana.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">En algún momento me tendría que deshacer de ese
sobre,por el momento lo escondí sin darle más importancia de la que tenía.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">-¿Liz?-LLamaron a la puerta.-¿Estás
despierta?.-Preguntó mi hermana al otro lado.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">-Ahora sí.-Dije metiéndome rápidamente en la
cama.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">-Hola.-Sonrió.-Mamá ha preguntado si te tomaste
la aspirina que te dejó en la mesita.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">-Si.¿Que tienes ahí detrás eh?.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">Amelia palideció, una sonrisa nerviosa se mostró
en su dulce rostro y me mostró la caja de música.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">-Iba a pedírtela prestada Liz,pero dormias y mamá
dijo que no te molestara.-Se apesruró hablar antes de que yo dijera una
palabra.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">-Bueno pues lo has hecho.-Contesté lo más seria
que pude.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">-¿Es que estabas dormida?.-Preguntó avergonzada.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">Negué con la cabeza.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">-¿Te molesté?.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">Asentí sin hablar.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">-¿Por que cogí la caja de música?.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">Asentí evitando sonreir parecía tan preocupada.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">-¿Es por que la he cogido sin tu
permiso?.-Preguntó.-Pero háblame,la dejo donde estaba no quiero que me dejes de
hablar nunca.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">La dejó encima del tocador,le hice un gesto para
que la abriera envolviendo la habitación con esa dulce melodia que nos gustaba
tanto a las dos,<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>di una palmada en la
cama para que se sentara a mi lado.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">Hizo lo que le pedí,se sentó a mi lado con ese
gesto preocupado en su rostro,la tomé de la mano y pasé uno de sus tirabuzones
por detras de su oreja.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">-A tí, jamás dejaría de hablarte.Estaba bromeando
Amy, puedes cogerla siempre que quieras.-Sonreí por fin.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">Frunció el ceño se soltó de de mi mano y me
empujó hacia atrás.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">-¡Tonta me habias asustado!.-Grito carcajeando y
yo me uní a ella.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;">-Algún día será tuya,sera como una reliquia
familiar que pasará de generación en generación,¿que te parece la idea?.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri;"> </span></div>
</div>
Vanessahttp://www.blogger.com/profile/18211605774561015566noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-6811715489441076594.post-24055115823540716612012-11-12T13:47:00.001-08:002012-11-12T16:34:42.730-08:00Capítulo 31_Liz;Fría Inquietud<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
Ya habían pasado varias semanas desde que Brandom partió de Londres junto con su familia, acordé con mi madre que cuando el cartero llegase con alguna carta para mí me la guardase hasta que llegase de la escuela.
A mi madre le sorprendió el buen gesto que tuvieron los Akerman al hacerse cargo de Karsima, incluso a mi padre, y eso que al principio no tenía un buen concepto de ellos por su posición social.
Siempre pensó que la gente bien acomodada solían ser arrogantes y despilfarraban su fortuna en cosas poco provechosas, pero este gesto le obligó a reconocer que era el acto más bondadoso que podía haber echo esta familia con la que consideraba mi amiga.
Cada tarde cuando llegaba a casa mi madre me entregaba un sobre de color amarillento con el remitente; Brandom Akerman.<br />
La primera carta que tuve en mis manos me daba terror abrirla, quería tener noticias de Karisma pero en realidad era algo que no quería leer.<br />
Por suerte o por desgracia, mi salvador no la mencionó en ningún momento, lo que si me repitió en todas sus cartas es que le esperase, que echaba de menos los atardeceres de Londres y lo más importante, a mí;<br />
“Mi amada Elizabeth, es increíble lo mucho que estoy extrañando tu compañía, tus besos, tu cálida y perfumada piel. Te dejo saber que ya nos instalamos en otro lugar más agradable, aunque si te soy sincero, el lugar más agradable para mí sería estar contemplándote y tenerte cerca de mí, escuchar tu dulce respiración cuando duermes y ver tu sonrisa cuando estamos cerca el uno del otro. Para mí no está siendo fácil, sé y siento que para ti tampoco lo es, pero tienes que prometerme que estarás bien. Los meses pasan rápido así como el tiempo que estoy a tu lado, corto e insatisfactorio, pero permíteme decirte que muy intenso.
Lamento no poder darte una dirección para que puedas hacerme llegar tus cartas, pero no es lo apropiado para ti e intento protegerte, siempre lo haré y siempre me tendrás hasta que tu me lo permitas.
Te prometo, que lo primero que haré cuando regrese es llevarte a ver el atardecer mas hermoso que hayas podido ver en Londres, desde un lugar que estoy seguro, te encantará.
Te amo, y te amaré eternamente. Brandom.”<br />
<br />
Un suspiro se dejó escuchar en mi sombría habitación. No sabía cómo, pero a mis ojos siempre les costaba ver sus últimas letras antes de inundar la carta con mis lágrimas.
Un remolino de sentimientos arropaba todo mi ser, sus palabras me transmitían tranquilidad, serenidad, pero al mismo tiempo un mar de tristeza, un intenso vacío que no podía llenar sólo con sus cartas, le necesitaba.
Necesitaba contarle lo que estaba pasando, alentarle de los propósitos de Karisma Halley a los que sentía verdaderamente pavor.
No hacía más que pensar en que si pasó por encima de su propia familia,¿qué planes tendría para mí que era su amiga?.
Sus planes ahora eran muy evidentes, ingresar en una familia compuesta por vampiros, ser uno de ellos y lograr el amor de mi vida, realmente un plan macabro teniendo en cuenta que “mi amiga” conocía mis sentimientos.
De rodillas frente a mi cama no dejaba de repetir en mi mente lo mucho que amaba a mi salvador y la decepción que nuevamente sufriría si Karisma lograse su propósito.<br />
Respiré llenando por completo mis pulmones y lo dejé salir lentamente, acto seguido guardé la carta en aquél sobre y la cerré con tristeza.
Apoyé mis codos por unos instantes en el borde de la cama y con los puños cerrados oculté mi rostro.
Volví a tomar aire y lo solté con fuerza, pasé los dedos por mis ojos y me puse en pié alisando mi vestido con las manos sin dejar de mirar el sobre que descansaba sobre mi cama.
Me dirigí al armario con pasos acelerados para abrir las puertas de éste de par en par, abrí uno de los cajones que se encontraban justo debajo de la balda y saqué de su interior una vieja caja de madera donde guardaba todas las cartas que Brandom me había escrito desde que se fue de la ciudad. Besé con amor ésta última y la dejé junto con las demás.
No debería preocuparme y mucho menos dudar del amor que me tenía, pues era más que evidente.
Por otra parte la que consideraba mi amiga no debía de ocupar parte de mis pensamientos, pero era imposible no pensar en eso teniendo en cuenta que antes o después me encontraría cara a cara con Karisma.
¿Sería capaz de decirla todo lo que pensaba?.Probablemente no, considerando que ahora era una recién nacida,una poderosa vampira que había usurpado la vida que yo deseaba tener junto al amor de mi vida.
Negué con la cabeza y salí del dormitorio para dirigirme al baño y poder refrescar mi rostro, pues no tenía muy buen aspecto y mis ojos estaban completamente enrojecidos por las lágrimas.<br />
-¡Liz!.-Gritó mi madre desde el pequeño salón.-¿Puedes bajar un momento?.
-¡Enseguida bajo mamá!.-Respondí mientras me secaba la cara con rapidez.
Inhalé varias veces hasta normalizar mi respiración, pasé las manos por mi largo vestido color caramelo y me apresuré a bajar las escaleras.<br />
Mi madre esperaba en el descansillo de la escalera con el mandil puesto atado a su cintura, en sus manos sostenía un paño y me hizo un gesto para que la siguiera hasta la cocina.
-¿Qué ocurre mamá, quieres que te ayude?.-Pregunté.<br />
-No hija.-Contestó con una sonrisa mientras ponía en el fuego una olla.-Desde que comenzó el verano y se terminaron las clases no has hecho más que ayudarme con las tareas de la casa, cosa que te agradezco cariño.-Volvió a sonreír.
-Quiero que vayas a buscar a tu hermana, está en casa de Jessica y pronto vamos a comer,¿querrías ir?. –Preguntó mientras lavaba las verduras bajo el agua.<br />
-Claro mamá.-Contesté.-A mí no me importa ayudarte, me gusta hacerlo.-Sonreí.<br />
-Lo sé.-Dijo devolviéndome aquella tranquila sonrisa que tanto me gustaba ver en ella.-Pero también tienes que salir y hacer otras cosas.-Añadió.
-¿Por qué no vas a vistar a Yuls antes de recoger a tu hermana?.-Sugirió animadamente.-Llevas semanas sin salir y sin ver a tus amigas,anda y vé hija.<br />
Un suspiro profundo se dejó escuchar en la cocina, tan intenso fue que mamá alzó la vista para estudiarme el rostro, sonreí rápidamente para despreocuparla y acto seguido se secó las manos con el paño dirigiéndose hacia a mí.
-Extrañas a Karisma y a ese joven, ¿verdad?.-Preguntó pasando sus manos por mis brazos frotándolos con cariño.
Un escalofrío recorrió mi espalda cuando mencionó el nombre de Karisma Halley, pero más aún cuando lo mencionó a él…
Aparté mi mirada hacia un lado y con la cabeza cabizbaja luché por contener aquellas lágrimas que poco a poco empezaron hacerse visibles ante la atenta mirada de mi madre.<br />
-Shhh.-Siseó a la misma vez que cubría con sus brazos mi cuerpo tembloroso.-Entiendo lo doloroso que debe ser tanto para ella como para ti, pero pronto volverás a verla ¿verdad?, eso es lo que te cuenta el joven Akerman en sus cartas.-Dijo sosteniendo en sus manos mi rostro lloroso.
Me sentía tan mal al tener que fingir delante de mi madre que me destrozaba el alma. Sonreí falsamente mientras que ella limpiaba con sus dedos aquellas lágrimas que corrían sin cesar por mis mejillas rosadas.<br />
-Lo siento mamá.-Dije una vez recuperado el aliento.-Es que, los extraño mucho.-Sonreí.
-Sé que Karisma va a encontrar en ellos todo el apoyo que necesita, que la enseñaran a ver la vida de otra manera.-Dije mirando hacia el suelo.
Levantó mi barbilla para encontrarse con mis ojos y volvió a sonreír.<br />
-Ese joven, se a portado muy bien con tu amiga.-Comenzó a decir.-Elizabeth, ¿sientes algo por ese muchacho?.-Preguntó liberando mi barbilla.
Otro escalofrío recorrió mi espalda, sentí un latido fuerte en el pecho y mi respiración se aceleró hasta el punto de notar que me iba a desvanecer allí mismo.
No sabía que contestar, no sabía que decir en ese momento, una ola de emociones paralizaron mi voz y me resultaba imposible articular alguna palabra.
El mundo se detuvo por un segundo, o quizás por más de un minuto entero sin que ningún sonido se escuchase en aquella cocina.<br />
Mi madre siguió estudiándome el rostro con detenimiento, su ceño aun estaba fruncido pero poco a poco su expresión fue cambiando a un rostro más tierno, más comprensivo y por lo tanto mucho más evidente.<br />
-No contestes Liz, tu rostro ya me lo ha dicho.-Susurró.-No es malo enamorarse, el amor no es malo hija mía.-Añadió.<br />
-Mamá…-dije con un hilo de voz.-No sabes cuánto me gustaría poder contarte todo lo que me está pasando, pero no puedo mamá.<br />
-Elizabeth, ¿va todo bien?.-Preguntó asustada.<br />
Asentí con la cabeza con media sonrisa y los ojos cerrados, al abrirlos su rostro permaneció inmóvil y confuso.
-No te preocupes por nada, todo está bien mamá, créeme, todo está bien.-Dije calmadamente.<br />
-Si dices que todo está bien, ¿por qué sigo sintiendo esta preocupación?.-Preguntó cruzándose de brazos.
-Mamá, tú naciste preocupada.-Sonreí con ganas.<br />
-Es cierto.-Dijo entre risas.-De todas maneras, si hay algo que te inquieta o te perturba te pido que me lo hagas saber.-Añadió.-Soy tu madre, aquí estaré siempre para escucharte y poder ayudarte.
Sonreí asintiendo con la cabeza y recibí por su parte un abrazo cálido.<br />
-Voy a ver a Yuls y pasaré por casa de Jessica a la vuelta.-Dije.<br />
-Bien-dijo-, disfruta de este maravilloso sol y ten cuidado.<br />
Llené de aire mis pulmones y dejé que saliera lentamente antes de girar el pomo de la puerta y de que los rayos de sol me recibieran.
Al cerrarla detrás de mí volví a sentir un vacío en el pecho, un vacío que iba acompañado de culpa.
No podía soportarlo, no podía soportar tener que mentir, no podía soportar fingir que todo estaba bien cuando en realidad no era así.
No podía soportar que los días pasaran con la incertidumbre de que pasaría al regreso de los Akerman y de Karisma.<br />
Por más que quería convencer a mis pensamientos que Brandom sólo me amaba a mí, que no había nada en el mundo más importante para él que yo, la angustia y la duda querían quedarse en primer lugar.
Karisma estaba cerca, estaba muy cerca de arrebatarme lo que más amaba, las semanas acababan de comenzar desde que partió y aún quedaban dos largos meses hasta que regresaran a Londres.<br />
-Dos meses es mucho tiempo.-Me dije a mi misma mientras bajaba los peldaños del porche para dirigirme al exterior.
Afuera me pareció que los pájaros cantaban una melodía triste y melancólica, en sus cánticos habían notas tristes. Puede ser que me estuviera volviendo completamente loca y que todo a mi alrededor estuviera gris y triste por muy soleado que era el día, pero así era como veían mis ojos la ciudad.<br />
Una ciudad desértica sombría y fría, a cada paso que daba miraba a mi alrededor y no era capaz de ver a nadie, estaba sumergida muy adentro de mis pensamientos y no me dejaba ver más allá de ellos.
Había pensado en mi futuro varias veces junto a mi salvador, pero no era capaz de pensar en un futuro hoy. ¿Qué iba a ser de nosotros?, ¿aprobarán ambas familias alguna vez nuestro idílico romance?.
Esto era algo que me preocupaba, en las familias normales si se daban estos casos bastaba con que pasara el tiempo y se aceptaba con resignación, pero en mi caso se trataba de una familia completamente diferente.
Podrían haber muertes como Near se cobró con la de el tio Zack, y aunque Brandom me prometió mi seguridad y la de mi familia, me aterraba la idea de que pudiera volver a ocurrir.<br />
Confié en mi salvador, y no entendía por que había pensado en estas cosas ahora si ya lo habíamos hablado. Tal vez era por que no estaba a mi lado y tenía demasiado tiempo para pensar, reflexionar y ver las cosas de manera diferente.<br />
<br />
Cada segundo, cada minuto, cada hora y cada día lo amaba con una fuerza que se me desbordaba el alma de tanto amor. Mi corazón se aceleró aún más cuando recordé sus besos, sus caricias, su ojos del color de la miel tan dulces y a la misma vez tan inquietantes.
Sus cabellos oscuros y suaves, el perfume de su piel helada y su sonrisa perfecta me hacían estremecer.
Tomé la calle que llevaba directamente a casa de Yuls con la vista clavada en el suelo mientras su recuerdo se apoderaba de todo mi ser. Era cómo si de alguna manera hubiera entrado en contacto con mi mente y quisiera que pensara en cosas bonitas, momentos compartidos y lo más importante, nuestro amor inmortal.
Una pequeña sonrisa dibujaron mis labios cuando barajé la posibilidad de que aquello fuera real, de que me estuviera transmitiendo todo su amor y esa paz que necesitaba mi alma para poder soportar la espera.
Mis oídos dejaron de recibir los sonidos y el bullicio del exterior para poder escuchar su dulce voz aterciopelada repitiendo una vez más cuánto me amaba.
Un suspiro cálido y hermoso llamado Brandom Akerman salió de lo más profundo de mi alma, deseé con todas mis fuerzas que éste le llegara y así poder transmitirle cuanto lo amaba, cuánto deseaba que estuviera conmigo y que hasta el fin de mis días seguiría ocupando todo mi corazón.
Al encontrarme de cara a la puerta de la casa de Yuls, ésta se abrió antes de que pudiera llamar.De ella salió su padre, bien vestido con un traje de color gris plata, me sonrió mientras se ajustaba el nudo de su corbata y abrió la puerta para que pudiera pasar por ella.<br />
-Buenas tardes señor Caswell.-Sonreí.<br />
-Buenas tardes,¿cómo está la familia Elizabeth?.-Preguntó.<br />
-Bien, muchas gracias.¿Yuls está en casa?.<br />
-Si, por favor pasa.-Dijo invitándome con una mano a entrar.<br />
-Gracias muy amable.-Le agradecí.<br />
Cerró la puerta detrás de mí e inhalé el aire antes de dirigirme a la habitación dónde probablemente se encontraba mi amiga.
Pasaba la mayor parte de su tiempo libre encerrada en su habitación tocando el violín, pero me resultaba extraño de que no lo escuchase nada más entrar en el recibidor, de manera que me detuve y esperé ver a alguien.<br />
-¿Yuls?.-La llamé desde el recibidor.<br />
-¡Un momento!.-Gritó una voz desde el piso superior.-¿¡Liz eres tú!?.-Preguntó.<br />
-¡Sí!.-Contesté algo incómoda por dar aquella voz.<br />
-¡No te quedes en la entrada pasa al salón y espérame!.-Volvió a gritar.<br />
-¡De acuerdo!.-Contesté.
Me dirigí hacia la gran puerta de corredera que tenía justo enfrente de mí, la abrí y fui hasta un sofá de color beige.
Me senté y crucé las manos encima de mi regazo mirando hacia un ventanal que tenía a mi lado.
Me propuse no pensar en nada por un rato pero era inevitable recordar cosas que había vivido desde que conocí a Brandom, lo que había cambiado mi vida y lo que esperaba que cambiase aunque no estaba segura de que esto ocurriera, no por mi parte, si no por la de Brandom.<br />
Yo quería llevar esa vida inmortal que Karisma estaba teniendo ahora junto a él, aunque para ella no era de la manera que deseaba, envidiaba su nueva vida por estar todo el tiempo con el ser que amaba.<br />
-Liz, lo siento.-Me interrumpió la voz de Yuls.-Mi madre me había dicho hace dos semanas que arreglase mi dormitorio o lo cerraría para siempre con llave.-Dijo muy agitada.<br />
-Tranquila Yuls, yo haría lo mismo.-Sonreí.<br />
-¿Qué te trae por aquí?.-Preguntó sentándose a mi lado.-Hace tiempo que no nos vemos, si mal no recuerdo desde que saliste de clase corriendo para no encontrarte con Sam.-Se detuvo.<br />
-Lo siento Yuls.-Dije muy apenada.-Han pasado tantas cosas en tan poco tiempo.<br />
-Ya lo creo, me enteré de lo que le pasó a Karisma Halley, esa buena amiga tuya, que triste perder en ese incendio a su familia.-Dijo estremeciéndose..Oye, ¿crees que haya podido ser el causante ese asesino o asesinos que andan por la ciudad?.-Preguntó inquieta.
Un suspiro largo y pesado se dejó escuchar en el salón bajo la atenta mirada de Yuls esperando mi respuesta.<br />
-No lo sé, y sí, es…-me detuve para normalizar mi respiración-,es triste lo que le ocurrió.<br />
-Demasiado, los Akerman han resultado ser una familia de lo más comprensiva y humana al acogerla y preocuparse por ella.-Dijo pasando la palma de su mano por mi espalda.
-Oye, ya sé que me dijiste que creías estar enamorada de ese galán, y que te confundiste respecto a tus sentimientos por él.-Dijo.-¿Sigues pensando igual ahora que tu amiga está cerca de él?.-Preguntó.<br />
Parpadeé varias veces y me aterraba tener que encontrarme con su mirada, mis labios se despegaron por un segundo y no logré articular ninguna palabra.<br />
Era increíble que yo sin decirla nada parecía estar leyéndome la mente de alguna manera.<br />
-No me malinterpretes Liz, pero podría ocurrir que Karisma se enamore de él sin querer con la convivencia diaria, ¿seguirías pensando que no sientes nada por él?.-Preguntó con el ceño fruncido.<br />
Mis labios aún seguían despegados, mi mente se bloqueó por un momento, no quería mentir, pero tampoco decir toda la verdad. Mis pensamientos al igual que mis sentimientos se mezclaron, sentí dolor, angustia, amor y tambien ¿por que no?, celos.<br />
-¿Qué quieres decir, Brandom y Karisma?.-Tartamudeé.<br />
-Sí, ¿seguirías diciéndome que no sientes absolutamente nada por él?.-Volvió a preguntar.-Trata de imaginártelos juntos.-Añadió.<br />
Me levanté del sofá violentamente y me dirigí al ventanal dando la espalda a mi amiga, mi corazón palpitó de manera desbocada, un rubor subió por mis mejillas y esa mezcla de sentimientos torturaban a mi alma de manera cruel.<br />
-Dicen que cuando una persona calla, es por que hay algo fuerte en su interior.-Dijo con un hilo de voz.-Liz eres mi amiga, sabes que puedes confiar en mí.-Me recordó.<br />
“No puedo Yuls, no puedo contarte nada amiga mía, lo siento tanto…”, dije para mis adentros con los ojos cerrados.<br />
-Espero por el bien de vuestra amistad que esto no ocurra, Karisma resultaría ser una mala amiga.-Dijo poniéndose en pié.<br />
-Yuls.-Susurré.-Estás dando por echo de que yo siento algo por ese galán como tú le llamas pero te aseguro de que no es así.-Dije lo más fría que pude aparentar.<br />
-Eso espero Liz, por que de ser lo contrario ocurrir algo entre ellos y dejar escapar lo que amas no te lo llegaras a perdonar nunca.-Dijo poniendo sus manos sobre mis hombros mientras ambas mirábamos a través de aquel ventanal.<br />
-Yuls.<br />
-¿Si?.-Contestó apoyando esta vez su barbilla en mi hombro.<br />
-Si dos personas están enamoradas,¿ crees que algún obstáculo conseguiría separarlos?.-Pregunté con ansiedad.<br />
Mi amiga alzó un poco la cabeza para estudiarme el rostro, sonrió y volvió a dejar la barbilla sobre mi hombro.<br />
<br />
-Ni el obstáculo más grande que pueda existir conseguirá separar a dos almas destinadas a estar unidas.-Contestó.-A dos almas como la de Brandom Akerman y Elizabeth Jenzen.-Matizó entre risas.<br />
-¡Ah cállate!.-Grité ruborizada uniéndome a sus risas.<br />
-Sabes que es cierto.-Dijo sonriendo.-Si ya te a dicho que te ama, deja de crear inseguridad en tu cabeza.
-Oh no no, no es eso.-Sonreí timidamente.
-Hay hombres que cuando aman es para toda la vida, y estoy segura de que Brandom es de los que piensan que un “siempre” es “para siempre”.-Dijo muy segura de sus palabras.
-Se que no puedes contarme nada por que por el momento quizás queréis esperar hasta hacerlo público o hay algo que te impide que me cuentes lo que está pasando, pero quiero que sepas y tengas en cuenta que aquí estarán esperando mis oídos la gran noticia.-Carcajeó.<br />
-¡Yuls por favor!.-Sonreí con ganas.<br />
-Esta bien, está bien ya me callo.-Dijo recuperando la compostura.<br />
Poco a poco fuimos de una conversación a otra hasta que pasaron dos largas horas que para mí, se hicieron bastantes cortas a su lado.<br />
Estar con Yuls me animaba, aunque no pudiera contarle nada sabía que en el fondo estaba viviendo una experiencia maravillosa y a la misma vez tormentosa.
Era capaz de sacar cualquier conversación y llevarla bien, era capaz de sacarme una sonrisa y levantarme el animo cuando peor estaba, envidiaba su forma de ser, su manera de afrontar las cosas y verlas desde su punto de vista.
Eche una ojeada al reloj que colgaba sobre la pared y me levanté alisando mi vestido con las manos.<br />
-Será mejor que me vaya a recoger a mi hermana Yuls, a sido muy agradable y divertido poder hablar contigo, eres la mejor amiga que tengo.-Dije dándola un abrazo.<br />
-Opino lo mismo, espero que podamos vernos seguidamente por que te extraño horrores.-Sonrió.
Sonreí y asentí con la cabeza, me acompañó hasta la puerta principal y se despidió con la mano, acto seguido hice lo mismo y me dirigí a casa de Jessica con una paz interior que desde hacia semanas se vio perturbada por unos sentimientos contradictorios bastante feos y confusos.
“Cuando dos personas se aman de verdad y se juran amor eterno, no puede existir ningún obstáculo que logre separarlos, pues dos almas que están destinadas a permanecer unidas son para siempre. Hay hombres que aman para toda la vida, y para ellos ese siempre se convierte en un “para siempre eterno.”-Me dije a mi misma.
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Vanessahttp://www.blogger.com/profile/18211605774561015566noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-6811715489441076594.post-74725842510647578152012-04-23T10:20:00.001-07:002012-05-04T06:50:41.563-07:00Capítulo 30-Liz;TraiciónNo logré dormir, el silencio de la noche me inquietaba y me pregunté si mi salvador vendría a verme antes de que el alba ascendiera.
Me incorporé y apoyé la espalda en el cabecero de mi cama resoplando una y otra vez con las manos sudorosas.
El calor que hacía en mi habitación era agobiante, no quería ni imaginar lo que supondría para un vampiro. Puse los pies en el suelo y agradecí que este tuviera una temperatura más o menos agradable, alisé mi camisón con las palmas de las manos y me dirigí hacia la ventana una vez más.
Me escocían los ojos, era una señal de que necesitaba cerrarlos y poder descansar un rato, pero no quería hacerlo sin antes ver el dulce rostro de Brandom.
Llevé las manos detrás de mi cuello e hice movimientos circulares mientras que mis ojos buscaron con desesperación una sombra que pudiera advertirme de su llegada.
Un suspiro se dejó escuchar en el interior de mi habitación y con la cabeza cabizbaja volví sobre mis pasos en dirección a mi cama deshecha.
Un crujido de hojas pude escuchar en el exterior, mis ojos se abrieron y corrí de nuevo hacia la ventana mirando hacia abajo.
Fruncí el ceño y una risa familiar me sobresaltó, miré hacia el frente y ahí estaba el ser más bello de la tierra.
De cuclillas sobre una rama del árbol que había frente a mi ventana, sostenido con una sola mano, clavó sus ojos en los míos y se llevó un dedo a sus labios para que no hiciese ruido.
Asentí con la cabeza una sola vez y mi sonrisa se amplió cuando le invité a pasar dentro del dormitorio.
Dio un salto en el aire hasta quedar en el borde de la ventana, al hacerlo, uno de sus pies impactó contra la fachada a lo que se pudo escuchar ese ruido en toda la casa.
Cerré mis ojos con fuerza mientras que la sonrisa de Brandom se desvaneció cuando notó unos pasos que se acercaban aceleradamente hacia mi habitación.
Me hizo un gesto para que me metiera a toda prisa en la cama, al hacerlo miré hacia la ventana y desapareció.
-¿Liz?.-Se escuchó una voz en el otro lado de la puerta.
Me arropé con las sábanas hasta la cintura, cerré los ojos fingiendo estar dormida intentando controlar mi respiración acelerada.
-¿Liz?.-Volvió a repetir la voz de mi madre.
Abrió la puerta y se acercó para comprobar que todo estaba bien, pasado el susto por ese misterioso golpe volvió acercarse a mi rostro para besar mi frente y darme las buenas noches en un susurro cálido.
Fingí moverme y la sonreí en muestra de agradecimiento, sus pasos volvieron hacia la puerta y la cerró tras ella con sumo cuidado.
Me incorporé rápidamente y corrí hacia la ventana para asomarme. Brandom no se encontraba allí, miré en todas direcciones pero al parecer se había marchado.
Fruncí el ceño y cerré la ventana, entonces, unos brazos fuertes y de piel helada rodearon mi cintura.
Di un brinco y acto seguido un suspiro de alivio. Me dí la vuelta con rapidez y le rodeé la cintura con mis brazos acurrucándome en su pecho.
Los suyos me estrecharon a un más contra su cuerpo perfecto y con una mano hizo que alzara mi rostro para encontrarme con el suyo.
Su sonrisa se amplió mientras que con las yemas de sus dedos dibujaron con suavidad las facciones de mi rostro.
Al pasar los dedos por mis labios sonreí, se acercó para besarlos con ternura y volvió a pasar las yemas de sus dedos por ellos con sumo cuidado.
Mi cálida mano se cerró alrededor de su nuca para atraerlo hasta mí y comenzamos a besarnos con intensidad.
Sus manos, grandes y fuertes tan frías como el hielo acariciaron mis brazos, mi cintura y recorrió toda mi espalda por encima del camisón de seda.
Mi corazón se aceleró de una manera descontrolada, en aquellos besos de intensa pasión, nuestras manos volaron acariciando nuestros cuerpos y revolviéndonos el cabello.
Me tomó en brazos e hizo que mis piernas se cerrasen alrededor de su cintura mientras me daba repetidos besos por mi cuello.
Alcé mi rostro al cielo ofreciéndole mi vida, pero en lugar de ello avanzó hasta mi cama dejándome en ella con delicadeza mientras que él me protegía con su cuerpo.
Abrí mis párpados lentamente y me encontré con su dulce rostro a escasos centímetros del mío.
Éste no dejaba de observar mis labios, acarició mis sienes y volvió a besarlos con suavidad.
-Mi dulce humana.-Dijo.-Necesitaba verte, olerte, tenerte entre mis brazos. -Susurró en la oscuridad.
-¿Por qué has tardado tanto en venir?.-Pregunté tímidamente.-Casi muero de la desesperación.
Siseó llevando un dedo a mis labios para acariciarlos y sonrió.
-No digas eso, antes o después, siempre vendré a verte.-Me prometió.
Sonreí y aparté sus largos cabellos oscuros hacia un lado, acto seguido acaricié el lóbulo de una de sus orejas y su mirada pareció perderse.
-¿Estás bien?.-Pregunté al estudiar su rostro.
Un suspiro frustrado salió de lo más hondo de su garganta y se acomodó a mi lado descansando la cabeza en mi pecho.
-Mi padre ha reclutado un nuevo miembro en la familia.-Anunció.
-Y, ¿eso es malo?.-Pregunté confundida.
-Lo es.-Contestó.
Se incorporó para apoyar la espalda contra el cabecero de la cama y me atrajo hasta su cuerpo dejando que esta vez apoyara mi cabeza en su pecho.
-Era humana, mi padre quería que yo mismo la infectara pero no pude hacerlo.-Dijo endureciendo su mandíbula.-Finalmente él mismo fue quien lo hizo, se puso furioso conmigo.-Recordó con amargura.
-Cuando todo terminó, quise venir a verte pero fui descubierto por mi padre.-Dijo.
Me sobresalté asustada e hizo un gesto para que volviera a mi postura pero no podía tranquilizarme sabiendo que había tenido serios problemas por venir hasta aquí.
-¿Y ahora qué?, ¿qué te dijo?, ¿tuviste problemas con él o con tu familia?.-Le acribillé a preguntas.
Estaba verdaderamente asustada pensando en que pudieran darle un duro castigo por mi culpa, aunque los dos nos amáramos, no podía consentir que estuviera sufriendo doblemente.
-Puedes estar tranquila, no dijo nada sobre ti.-Mencionó con media sonrisa.
Sus ojos volvieron a desviarse por un segundo y obligó a que mi cabeza descansara nuevamente sobre su pecho.
Otro suspiro salió de lo más profundo de su pecho y continuó.
-Si no pude venir antes a verte, es por que me obligaron a presenciar algo horrible, intenté evitarlo te juro que lo intenté Liz.-Dijo estrechando mi cuerpo aún más.
-¿Qué pasó?.-Pregunté, asustada por sus palabras.
-El padre de esta humana estaba gravemente enfermo al igual que su hermana.-Comenzó a decir.-Para evitar que denunciaran su desaparición, mi padre ideó un plan.-Dijo.
-Matarles.-Le ayudé a seguir.
-Si.-Contestó avergonzado.-Incendiaron la casa poco después para evitar que sus cuerpos presentaran signos de violencia una vez fueran descubiertos.
Algo se me escapaba, realmente era horrible lo que acababa de escuchar, habían más opciones para que aquello no llegase a ese extremo. ¿Pero quien era yo para opinar?.
-Si que las había.-Contestó a mis aturdidos pensamientos.-Las expuse, pero nadie quiso escucharlas.
-Lo siento.-Dije.-Lo intentaste, no tienes por qué sentirte culpable.-Añadí abrazando con fuerza su cintura.
-Hay algo más.-Mencionó.
Alcé mi rostro para encontrarme con sus profundos ojos bañados en miel y me pareció ver en ellos una infinita tristeza.
-El verano se acerca,-dijo con un hilo de voz- tenemos que marcharnos de Londres, volveré una vez que la estación calurosa se haya ido.
Cerré mis ojos con fuerza y me acurruqué aún más en su pecho helado.
-¿Dónde iréis?.-Pregunté con la voz temblorosa.
-A otro país donde la temperatura sea más llevadera.-Contestó besando mi cabeza.
Se creó un nudo en mi garganta y no conseguí articular ninguna palabra, por mi mente pasaron muchas cosas, cosas que probablemente ya las había visto en la suya.
Su garganta emitió un sonido, una pequeña risa que hizo que me incorporase quedándome sentada a su lado.
Me rodeó con su brazo para atraerme a su lado y con la mano que le quedaba libre alzó mi barbilla con suavidad.
-Te escribiré todos los días el tiempo que esté fuera.-Sonrió.
-¿Me lo prometes?.-Pregunté con ansiedad.
-Se lo prometo señorita Jenzen.-Juró volviendo a sonreír.
Le respondí torciendo mis labios y acto seguido clavé mis ojos en la ventana.
Dí un suspiro largo y pesado dirigiéndome hacia ella mientras que Brandom borró su sonrisa para poco después fruncir el ceño.
La ventana estaba entreabierta, con el menor ruido posible la abrí del todo con la esperanza de que se levantase un poco de viento.
Observando las ramas del árbol que tenía en frente pude comprobar que no se movieron ni un milímetro, un suspiro frustrado salió de lo más hondo de mi pecho y acto seguido le dí la espalda a la ventana para encontrarme con el rostro de Brandom.
No soplaba ni una pizca de aire, tenía que resultar muy incómodo para él soportar tan altas temperaturas, no era de extrañar que tuvieran que marcharse pronto. Pero para ser sincera, las temperaturas no eran mi única preocupación.
Por si no teníamos pocos problemas y obstáculos a nuestro alrededor, ahora se sumaba también la distancia y con ella el temor de que pudiera olvidarse de mí, o que se comprometiera con una hermosa vampira.
Mi salvador se levantó apresuradamente de la cama y voló hasta mí para rodearme con sus brazos, me meció con suavidad y cerré mis brazos alrededor de su cintura con los ojos cerrados.
-Liz, no pienses así de mí.-Susurro.-Yo jamás dejaré de amarte aunque esté en la otra parte del mundo, tú eres y seguirás siendo mi otra mitad.-Suspiró.
-Te escribiré todos los días, y no habrá ser que pueda ocupar tu lugar.-Prometió.-Yo jamás lo permitiría.
Una sonrisa dibujaron mis labios, alcé mi rostro encontrándome con el suyo y nuestros labios se fundieron en un beso tan dulce como la miel de sus ojos.
-Me encantan tus besos.-Dijo muy cerca de mis labios.-Tienen algo que no puedo dejar de besarlos una y otra vez.-Susurró volviéndolos a besar repetidas veces.
Sus palabras fueron calmando mi inquieto corazón, no dudaba de sus sentimientos por mí. Estaba convencida de que nuestro amor inmortal, iba a ser para siempre.
-¿Acaso lo dudaba señorita Jenzen?.-Preguntó en un susurro.
De mis labios escapó una risa nerviosa y acto seguido cogí sus manos y mis pulgares acariciaron con suavidad la base de las suyas.
-Es difícil hablar para mis adentros con un vampiro frente a mí.-Me ruboricé.
Se liberó una mano para acariciar el calor de mis mejillas y sonrió con dulzura.
-Te quiero Elizabeth, espero que siempre lo tengas en cuenta.-Susurró cerca de mi rostro.
Besó mis labios con sumo cuidado mientras que sus brazos envolvieron mi cuerpo contra el suyo.
-Hay algo más de lo que quería hablarte.-Mencionó.-Para mí no tiene ninguna importancia, pero supongo que deberías saberlo.-Dijo dando un suspiro al terminar su frase.
Alcé mi rostro encontrándome con sus penetrantes ojos y esperé a que su voz volviera a sonar en la penumbra de mi habitación.
-Mi padre tiene planes para mí a los que yo obviamente, me he negado.-Dijo volviendo acariciar mis mejillas.
Un suspiro frustrado salió de lo más hondo de su garganta y pareció costarle buscar las palabras adecuadas.
-Quiere que tome por compañera a la humana que infecto y que ahora está integrada a la familia.-Se le quebró la voz.-Me negué, se enfureció bastante pero me trae sin cuidado, a la que verdaderamente amo es a ti.-Aseguró torciendo su sonrisa.
La sangre huyó de mi rostro y comencé a sentir frío en todo mi cuerpo, no era por la aproximación de Brandom, aquellas palabras cayeron como un jarro de agua helada sobre mí.
Estaba segura de que nuestro amor iba a ser para siempre, pero sin lugar a dudas, esa inmortal tenía ahora más posibilidades que yo.
Jugaba en el mismo mundo que el suyo, ahora era una de ellos y al parecer al resto de la familia le gustaba para él.
Fruncí el ceño cuando sentí que el nudo de mi garganta se fue a vivir a mi estómago, llevé una mano hasta él intentando calmar el dolor y los latidos violentos de mi corazón.
-Elizabeth, no tienes por qué preocuparte, me he negado.-Volvió a prometer.-Aunque caminemos en el mismo mundo, recuerda que mi amor te pertenece desde el mismo instante en que mis ojos te vieron tumbada en esa calle.-Susurró.-No te tortures más, ella no significa nada para mí.
No significaba nada para él. Esas palabras rebotaron en mi cabeza una y otra vez, intenté grabarlas en la mente y en mi corazón.
No había ningún motivo para que esa espina que tenía clavada siguiera dándome punzadas constantes, sin embargo ahí estaba, clavándome el alma de lado a lado y no entendía el porque si mi salvador me había asegurado lo que sentía por mí.
-¿Estás bien?.-Preguntó acariciando suavemente mis cabellos.
Asentí con la cabeza por miedo a que se me quebrase la voz.
-Puedes estar segura del amor tan grande que siento por ti, jamás renunciaría al ser que me ha devuelto la vida.-Dijo meciéndome entre sus brazos.
Sonreí aliviada aunque seguí sintiendo esa espina clavada, no quería que ésta venciera sobre nosotros.
No era el momento de sentirme mal, debía de estar feliz el poco tiempo que nos quedaba juntos, guardar recuerdos dulces para cuando partiera de Londres, se acordase de mí.
-Te quiero.-Susurré acurrucada en su pecho tan frío y duro como una roca.
Sonrió y tomó mi rostro con sus pálidas manos para volver a besar con intensidad mis labios temblorosos.
-A propósito,¿cómo está tu hermana?.-Preguntó interesado.
-Bien, es increíble que no tenga pesadillas después de que Near se la llevara a la fuerza.-Contesté abrazándolo fuertemente.
-Tienes una hermanita muy valiente.-Sonrió.
-Por lo visto si.-Sonreí.
Después de varios minutos en silencio, abrazados y escuchando el canto de los grillos en el exterior, había llegado el momento de la separación.
-Tengo que irme, el sol va a ponerse en cualquier momento.-Dijo liberándome de sus anchos brazos.
Me apartó con suavidad de la ventana dejándome a un lado, la abrió muy despacio y acto seguido se subió quedándose en cuclillas en el saliente de ésta.
-¿Volveré a verte?.-Me apresuré a decir antes de que diera un salto perdiéndose en el bosque.
El cálido viento revolvió sus hermosos cabellos negros, torció su sonrisa y su mirada fue recorriendo con lentitud todo mi rostro, me ruboricé y tuve que apartar mi mirada de la suya cuando sus ojos del color de la miel se clavaron en los míos.
-Siempre.-Contestó haciendo un gesto para que me acercase hasta él.
Cuando llegué a la altura de su rostro cerré mis ojos y noté sus fríos labios sobre los míos, los besó con dulzura mientras que una de sus manos acariciaba con suavidad mi mejilla.
Cuando retiró sus labios de los míos, abrí mis ojos con lentitud. Apoyó su frente sobre la mía mientras que sus ojos permanecían cerrados.
-Aunque a veces no me puedas ver, quiero que pienses que es cuando más cerca de ti estoy.-Susurró.
Abrió sus párpados lentamente y dio un salto al vacío, apoyé mis manos en el saliente de la ventana para asomarme por ella y pude divisar la estela que dejaba detrás de sus pasos.
Se detuvo por un momento para darse la vuelta cuando se halló entre los robustos árboles, sus ojos bañados en miel, brillaron con intensidad en la oscuridad de la noche.
Una sonrisa fugaz dibujaron mis labios a la misma vez que los latidos de mi corazón se marcharon con él.
Un suspiro largo y placentero llamado Brandom Akerman se dejó escuchar en mi sombrío dormitorio mientras que mis pasos se dirigieron a la cama. Me dejé caer en ella y abracé la almohada con ganas, quedándome únicamente con su aroma.
Una lágrima corrió por mi sien cuando recordé que el verano se estaba aproximando, mis párpados comenzaron a cerrarse lentamente y por fin dejé que el sueño me venciera.
La mañana se había colado por mi ventana rápidamente, no había dormido suficientes horas pero el calor tampoco me dejaba hacerlo.
Estiré todo mi cuerpo y acto seguido me deshice de las sábanas con rapidez.
La primera imagen que se me había venido a la mente nada más despertar era la de mi padre, ¿se encontraría un poco mejor?. No quise hacerme más preguntas y puse mis pies desnudos en el suelo para dirigirme hacia la puerta.
Una vez cerrada me encontré a mi hermana en el pasillo, soñolienta y frotándose los ojos me dedicó una sonrisa.
-Buenos días Amy.-Sonreí.
Amelia bostezó al mismo tiempo que me dio los buenos días, me resultaba muy gracioso verla recién levantada, siempre sentía la necesidad de besar sus redondeadas mejillas.
-¡Ah, para ya!.-Se quejó.
-Vamos,bajémos a desayunar.-Propuse cogiendo su mano.
Bajemos las escaleras y pude ver a mi padre sentado en la mesa de madera frente a mi madre,al percatarse de nuestra presencia dibujaron una sonrisa en sus labios y mamá se incorporó rápidamente para servirnos el desayuno.
-Buenos días hijas,¿habéis dormido bien?.-Preguntó anudando el pequeño mandil a su cintura.
Asentí con la cabeza y mi hermana imitó mi gesto mientras se frotaba los ojos con el puño.
-¿Cómo te encuentras papá?.-Pregunté sentándome a su lado.
Mi padre desvió la mirada por un segundo y antes de volver su rostro para mirarme suspiró.
Mucho mejor hija, gracias.-Sonrió.-La vida sigue para los demás, hay que aceptarlo con valentía.-Añadió.
Apoyé la cabeza sobre su hombro mientras froté con cariño su espalda, besó la parte de mis sienes y otro suspiro salió de lo más hondo de su pecho.
-Será mejor que os pongáis a desayunar.-Sugirió cuando Amelia se unió a la mesa y mamá trajo una bandeja con nuestros tazones de leche caliente.
Aquella mañana era muy distinta a las demás ,en el exterior había un sol debilitado y caluroso, cosa que me gustaba sentir hacía un tiempo atrás, pero ahora todo era oscuro y sombrío.
La violenta partida del tío Zack, el ambiente familiar y la pronta despedida de Brandom hacía que todo fuera triste y oscuro.
El desayuno transcurrió en silencio, cruzamos miradas entre nosotros pero nadie decía una sola palabra.
-Tenéis que ir a la escuela.-Dijo mi madre rompiendo el silencio minutos después.
-Mamá, cuando termine mis tareas, ¿por la tarde podré ir a casa de Jessica?.-Preguntó mi hermana.
-De ninguna manera.-Me apresuré a contestar.
Mi padre levantó la vista de su habitual periódico y mi madre se dispuso a estudiar mi rostro.
Aquella reacción no era normal en mí, pues ellos eran los que decidían y nos daban el permiso, que yo lo hiciera daba a entender que había algo que no andaba bien y no les había dicho.
-¿Y por qué no voy a poder salir si termino a tiempo mis tareas?.-Preguntó Amelia.
Mi corazón comenzó a latir a toda velocidad por hablar más de lo que debería. Mis ojos se cruzaron con los de Amelia e intentaba decirle a través de ellos que no dijera nada más o tendría que mentirles y dar un motivo falso.
-Eres mi hermana mayor pero no te da derecho a elegir por mí si mamá y papá están presentes.-Añadió limpiándose las comisuras de los labios con un paño.
Decidí no ponerme en evidencia, Amelia podría contarles que un tipo se la había llevado y que ese detalle no se lo había contado a mis padres.
Era una niña que no tenía ningún tipo de maldad a la hora de hablar, pero como niña que era, podría contarles con naturalidad la situación por la que pasó sin darle importancia.
-Venga Amy, vamos a vestirnos o llegaremos tarde.-Sugerí con la intención de cortar esa incómoda tensión.
-E dejado en vuestros dormitorios vuestras ropas, no tardéis demasiado.-Dijo mamá.
Asentí con la cabeza y me incorporé pasando por al lado de mi padre que seguía ojeando insistentemente su periódico.
Mis ojos se centraron en el titular que leía; London Notice: “Un terrible incendio en un hogar se cobra la vida de un padre y su hija.”
“Al parecer el incendio se produjo por un candelabro situado encima de una mesa de madera. Las dos victimas no pudieron hacer nada por salvar sus vidas dado que tenían una enfermedad y prácticamente les impedía moverse. A primera hora de esta misma mañana se organizó el funeral, la única superviviente de la catástrofe K.H, lloró desconsoladamente por la pérdida de sus familiares.
Dada la gravedad de la situación de la joven, la familia Akerman se acercó hasta el cementerio. Se solidarizó con ella y la acogió en su hogar como un miembro más de la familia.”
Un nudo se creó en mi garganta y me costaba respirar, otra vez esa horrible sensación de que algo estaba frente a mí y no era capaz de verlo.
Con esa sensación, detrás de ella venían muchas más.
Sin duda el señor Akerman lo había planeado todo, hasta el más mínimo detalle. Si no supiera lo que eran y lo que habían echo la noche anterior, probablemente leyendo esta terrible noticia hubiera pensado que eran unas maravillosas personas por acoger a la única superviviente.
Pero la realidad era muy distinta, mi padre se percató que estaba tras su espalda y se apresuró a cerrar el periódico.
-¿Qué esperas para subir y cambiarte?.-Preguntó.
Forcé una sonrisa y cogí suavemente la mano de Amelia, mi corazón parecía advertirme de algo a cada segundo, pero me resultaba muy difícil de comprenderle.
Aquella noticia me la dio mi salvador de primera mano, sabía que saldría en los periódicos, aquello no era nada nuevo para mí, sin embargo había algo en esa noticia que me angustiaba y torturaba a cada momento.
-¿Qué pasa Liz?.-Pregunto mi hermana al ver que seguía teniendo el ceño fruncido.
Al llegar al descansillo de lo alto de la escalera soltó mi mano y me hizo un gesto con su pequeño dedo para llegar a la altura de su rostro.-¿Estás preocupada por Brandom a que si?.-Susurró muy bajito.
Clavé mis rodillas en el suelo y cogí sus manos entre las mías.
-No, claro que no Amelia, estoy preocupada pero por ti.-Dije.
Mi hermana frunció el ceño y después desvió la mirada hacia otro lado intentando recordar algo, sus ojos volvieron a clavarse en los míos y estos se abrieron al igual que su boca.
-Ah, ¿lo dices por el señor de los ojos rojos?.-Preguntó.
Asentí una sola vez y apreté fuertemente sus pequeñas manos.
-No quiero que vayas sola a ninguna parte, no te va a pasar nada malo, pero por precaución debes estar siempre acompañada.
Mi hermana bailoteó con mis manos y torció su sonrisa.
-Hoy no podré ir, ¿pero me acompañarás tú cuando te lo pida?.-Preguntó.
Sonreí y acaricié sus manos con la yema de mis pulgares.
-Claro que lo haré.-Contesté.-Otra cosa Amy, no cuentes a papá y mamá lo que ocurrió, entiende que están tristes por el tío Zack y no debemos preocuparles con nuestras cosas, ¿entiendes?.
Mi hermana detuvo su bailoteo y las comisuras de sus labios cayeron hacia abajo.
-¿Liz, ese señor quería hacerme daño?.-Preguntó con la voz temblorosa.
La abracé con fuerza y froté su pequeña espalda.
-No, no no Amelia, sólo te había confundido con otra persona nada más, no tienes por que preocuparte.-Dije.-Pero siempre está bien tener un poco de precaución, ¿de acuerdo?
-De acuerdo.-Sonrió cuando la liberé.
-Venga, ve a tu dormitorio a vestirte.-La ordené.
Un suspiro de preocupación salió del interior de mi pecho, odiaba tener que mentir, odiaba tener que poner un rostro sereno cuando las cosas no iban bien.
Apoyé la mano sobre mi rodilla, me puse en pié para dirigirme a mi dormitorio y alistarme para ir a la escuela.
-Elizabeth, ¿estás lista?.-Preguntó mi madre desde el otro lado de la puerta.
Me apresuré a ponerme los zapatos a juego con un vestido de color marrón anaranjado, fui hasta la puerta y la abrí para encontrarme con mi madre.
-No olvides coger tus libros cariño.- Mencionó.
Me dirigí al escritorio y busqué aquellos que me hacían falta, los oculté bajo el brazo y cerré la puerta detrás de mí.
-¿Amelia está abajo?.-Pregunté mirando la puerta de su dormitorio.
-Tu hermana ya está en la camioneta de papá.-Contestó mientras bajamos juntas los peldaños de la escalera al piso inferior.
-¿Cómo?, ¿papá nos llevará a la escuela?.-Pregunté.
Mi madre abrió la puerta principal y el sol parecía darme la bienvenida cegándome con sus rayos, tuve que poner la palma de mi mano en ellos para poder ver.
-Tu padre tiene que llevar un encargo y quiere dejaros antes en la escuela.-Contestó.
-Creí que se tomaría unos días.-Dije con la mirada clavada en el rostro de mi padre que se encontraba en el interior de la camioneta con mi hermana.
Mi madre suspiró y acto seguido pasó una mano por mi espalda e hizo que me volviera a dirigir a ella para darme un beso en la mejilla.
-No te preocupes, tu padre está bien.-Mencionó.-Es mejor que siga haciendo vida normal, es mejor para todos.
-Si.-Me limité a decir.
Envidiaba a mi padre, aunque sabía que en lo más profundo de su ser no se encontraba bien, actuó e intentó transmitirnos que todo iba bien al igual que también lo hacia mi madre.
No quise hacer más preguntas e intenté reaccionar como lo haría cualquier hija que supiera que la están protegiendo de la situación, sonreír y seguir adelante.
Era algo muy difícil de hacer, pues sabía mucho más de lo que ellos pudieran llegar a imaginar, sin embargo, no quise que su esfuerzo de intentar sobrellevar la situación fuera en vano.
-Que tengas un buen día mamá.-Sonreí a la vez que mis brazos se cerraron alrededor de su cuerpo.
Me dirigí a la camioneta y una vez me senté en el asiento delantero con mi padre éste me dedicó una sonrisa a la que contesté igualmente, acto seguido miré hacia atrás y Amelia hizo un gesto de silencio llevándose un dedo a sus pequeños labios rosados.
Alcé mis cejas imitándola y mi padre frunció el ceño cuando nos miró a ambas.
-¿Qué esta ocurriendo aquí?.-Preguntó antes de arrancar.
Mis ojos se cruzaron por un momento con los suyos y mis labios se despegaron sin poder articular ninguna contestación.
Una pícara risita infantil se escuchó en el asiento trasero, Amelia apoyó la espalda en su asiento y sonrió.
-Nada papá, cosas de chicas.-Volvió a sonreír.
Parpadeé varias veces al mismo tiempo que mis cejas se arquearon, sin lugar a dudas, mi pequeña hermana parecía tener respuestas para todo y salir airosa de cualquier situación.
-Está bien.-Contestó mi padre con una sonrisa, arrancó el motor y su expresión cambió a mejor.-Siendo así, no he dicho nada.-Volvió a sonreír contagiando la mía.
Durante el camino Amelia iba contándonos sus progresos en la escuela, estaba convencida de que llegaría a ser una estupenda peluquera a su temprana edad.
Me resultaba increíble que tuviera tan claro lo que quería hacer una vez adulta, yo sin embargo y a mis diecisiete años no era capaz de ver lo que realmente quería hacer con mi vida.
Siempre me había gustado la pintura y escribir pequeñas novelas, pero hiciera lo que hiciera quería pensar que Brandom estaría siempre a mi lado.
Un escalofrío recorrió toda mi espalda al pensar en mi hermoso vampiro, no podía imaginar una vida sin poder disfrutarla con él. Estaría muy orgullosa de mí misma si lograba hacer algo que me gustase en un futuro, pero más aún teniendo al gran amor de mi vida disfrutándolo conmigo.
Había otro pequeño gran detalle que tenía bastante presente, que mi salvador no era humano, que era otra especie muy distinta y peligrosa a la nuestra y que por el amor que le tenía, estaba dispuesta a ser lo que él era.
El inconveniente y lo sabia, era que mi salvador no quería que dejase mi condición humana, también mis padres agonizarían en vida mi pérdida.
A mi alrededor tenía personas que amaba y veneraba por encima de todas las cosas, pero era evidente que la elección que tomase iba a dañarlas de alguna manera.
Si Brandom accediera a darme la inmortalidad para compartirla con él, sería la pena y el dolor más grande que pudiera darle a mis padres. Por otro lado si mantenía mi estado humano, tarde o temprano la muerte me separaría de mi salvador, y ese dolor lo llevaría para siempre grabado en su hermosa alma inmortal, impidiéndole por lo tanto, ser feliz nuevamente.
Mis sentimientos se entremezclaron de una manera angustiosa, un nudo se me creó en la garganta y me era imposible tragarlos con facilidad.
Tomé una gran cantidad de aire y me centré en una idea, una muy clara e inevitable. Amaba a Brandom, se trataba de mi felicidad pero no de la desgracia de mis familiares, de manera que tendrían que entender que mi felicidad estaba al lado de un vampiro.
Lógicamente con esas palabras no tranquilizaría a mis padres en absoluto, pero algo se me ocurriría para que vieran todo de una manera diferente y comprensiva.
¿Y el señor Akerman, vería nuestro amor de manera diferente si Brandom me concediera la inmortalidad?.
Aunque mi salvador intentase ocultarlo, sabía que sus problemas llevaban mi nombre, o al menos, parte de ellos. Si pudiera hablar con su padre, si no me viese como una humana y accediera a verme podría intentar tener una conversación con él para así intentar tener un acercamiento amistoso.
Al accionar el freno de la vieja camioneta, ésta se detuvo frente a la puerta de la escuela.
Giré mi rostro y miré por la ventanilla como comenzaron a dividirse el grupo de las chicas y de los chicos, cada uno en su lugar correspondiente para ir a clase.
-Gracias papá.-Dije dándole un beso en la mejilla.-Que tengas un buen día.
Sonrió y Amelia se abalanzó por detrás cerrando sus pequeños brazos alrededor de su cuello dándole repetidos besos en la mejilla.
-Vamos chicas basta ya, a clase.-Sonrió con ganas.
-¿Vienes a recogernos después?.-Preguntó mi hermana.
-No, he de hacer varias cosas, probablemente llegue a casa un poco tarde.-Contestó.-Liz, recoge a tu hermana como siempre y directamente a casa, ¿de acuerdo?.
-Claro papá, no hay problema.-Contesté.
Abrí la puerta a la misma vez que Amelia y nos despedimos de nuevo una vez fuera de la camioneta.
Atravesamos el jardín de la escuela y mi hermana corrió hacia su amiga Jessica que ya estaba esperando a que su grupo entrase en el interior del edificio.
Suspiré y una sonrisa dibujaron mis labios, en ese momento una mano cálida descansó sobre mi hombro, me sobresalté y giré mi rostro rápidamente encontrándome con el rostro preocupado de Sam.
Sus brazos se cerraron alrededor de mi cuerpo y una de sus manos acarició con suavidad mis cabellos.
-Lo siento, lamento lo de tu tío, siento no haber podido asistir a su funeral.-Dijo muy afectado estrechándome aún más entre sus brazos.
-No importa Samuel, gracias por tus condolencias, ya pasó todo.-Dije dándole una palmada a su espalda.
Liberó mi cuerpo encontrándose con mi rostro y el viento cálido revolvió sus cabellos castaños. Sus manos volaron hasta mis brazos y las cerró alrededor, en su rostro la tristeza era clara y profunda.
-¿Por qué no me avisaste para asistir, acaso no somos amigos?.-Preguntó.
-Claro que lo somos Sam, pero entiende que no estaba bien y me olvidé de todo el mundo.-Contesté con un nudo en la garganta.-Ni siquiera avisé a Yuls para que nos acompañase en la despedida de mi tío. Me la encontré por casualidad allí, no sé si te enteraste de que encontraron el cuerpo de Mike Collins…
-No me digas más Elizabeth, entiendo por lo que pasaste y estás pasando, pero no es sólo eso.-Comenzó a decir.
Sus ojos dejaron de mirarme para clavarlos en el suelo y acto seguido tomó aire antes de seguir.
-Últimamente me e dado cuenta y no son imaginaciones mías, de que estás diferente, sonríes diferente y actúas de manera diferente.¿Qué ocurre?.-Preguntó preocupado.
Fruncí el ceño al notarle así, el Sam que yo conocía era divertido y no me acribillaba a preguntas e insinuaciones y mucho menos a echar cosas en cara.
-Samuel perdóname, pero estoy en mi total derecho si no quiero contestarte, no entiendo tu actitud.-Dije seriamente.-Mi tío a muerto, espero que sí entiendas de que cuando ocurren cosas así, todo a tu alrededor desaparece, incluso los mejores amigos.
Sus ojos volvieron a clavarse en los míos e hizo un esfuerzo para recuperar la compostura.
-Empiezo a darme cuenta.-Dijo tristemente.
En mi rostro comenzó aparecer la tristeza que me causaba verle así, intenté dibujar una sonrisa y acto seguido acaricié su brazo con cariño.
-Lo siento Sam, perdóname por no tomarte en cuenta, estoy bastante afectada por todo lo que ha pasado.-Dije con un hilo de voz.
-Esta bien-comenzó a decir-,¿pero puedo preguntarte algo más?.-Frunció el ceño.
-Lo que quieras.
-¿Estás viéndote con alguien?.-Preguntó con ansiedad.
Un nudo se creo en mi garganta y me costaba poder tragar con facilidad aquella pregunta, nadie sabía excepto Yuls, los sentimientos que sentía por el joven Akerman, y que me veía con él.
Una sonrisa nerviosa dibujaron mis labios evitando su penetrante mirada en mi rostro esperando con expectación mi respuesta.
Negué con la cabeza una sola vez, no podía contestar por el peligro que aquello suponía, cuanto menos personas supieran que nosotros nos veíamos mucho mejor, al menos eso sentí en aquél momento.
-Mientes.-Se apresuró a decir.
Mis labios se despegaron y poco a poco mi mirada subió hasta su rostro, su mandíbula se endureció y acto seguido mostró un rostro más sereno y despreocupado.
Ocultó sus manos en el interior de los pantalones color marrón y sonrió.
-¿Por qué iba a mentir?.-Tartamudeé.
-Porque no me miraste al responder-contestó-,tengo que ir a clase, nos vemos después.-Añadió.
No me dio tiempo a responder, tampoco sabía que iba a decir después de aquellas palabras, no era prudente que nadie supiera el amor secreto que mi salvador y yo manteníamos en silencio.
Podría ser peligroso no solo para nosotros, si no para todo aquél que supiera de él, hasta que encontrásemos una solución y fuera aprobado, no era conveniente para nadie que se supiera.
Me quedé ahí plantada mientras observé con cierta tristeza como Samuel iba con la cabeza cabizbaja hacia el edificio donde su grupo comenzó a murmurar y cuestionar nuestra relación amistosa.
Sam sacó una de sus manos del interior de sus pantalones cerrándolas fuertemente en un puño, como intentando controlar su rabia ante los rumores de sus compañeros que tanto le incomodaban.
Al subir los peldaños de piedra poniéndose a la altura de ellos su puño voló y golpeó con fuerza en la cara del que comenzó a reír al pasar por su lado.
Mi rostro horrorizado observó como su compañero cayó fulminado al suelo mientras los demás lo socorrían y apartaban a Samuel a empujones que parecía no haberse quedado del todo satisfecho.
Sam era un joven que destacaba por sus notas brillantes, de familia bien acomodada y su capacidad para no meterse en ningún problema.
Varios maestros y alumnos rodearon la puerta y se llevaron a Sam hacia el interior del edificio mientras que al otro joven lo trasladaron a un carruaje de uno de los tutores para llevarlo inmediatamente a un médico.
Mis manos ocultaron parte de mi rostro y el corazón latía en mi interior de una manera violenta ante lo que acababa de ver, no reconocí a Sam, imaginé que su reacción era algo que siempre tenía dentro de sí, sólo hacia falta un empujón para que estallase y así lo había echo.
Siempre decía que lo mejor era ignorar comentarios insidiosos que hacían sobre nosotros, que no eran capaces de entender una amistad tan pura y limpia como la nuestra.
Personalmente si llegaron a molestarme alguna vez, desde que conocí a Brandom esos comentarios comenzaron a ser mas molestos, pero tenía que reconocer que me preocupaban más por Sam que por mí ya que notaba que a él le afectaban internamente mucho más que a mí.
La campana de la escuela anunciaba que todo alumnado y profesorado entrase en el edificio y así se hizo, subí las escaleras y antes de desaparecer en el interior eché un último vistazo hacia el otro lado comprobando de que nadie salía de él.
-¿Sabéis lo que le ocurrió a Sam?.-Preguntó Ingrid al rostro preocupado de Yuls.
Ésta negó con la cabeza y al clavar sus ojos en mi rostro salió corriendo a mi encuentro.
-¡Liz!-exclamó al verme-,¿cómo te encuentras?.-Preguntó dándome un abrazo con mucho afecto.
-Bien.-Sonreí.-Mucho mejor que la última vez que me viste.
-Me alegro mucho por ti,¿ y los demás cómo están?.-Volvió a preguntar mientras nos sentábamos juntas en nuestro pupitre compartido.
-Creo que bien, mi padre se le ve más afectado pero espero que pueda reponerse pronto.-Contesté cruzando mis manos encima del pupitre de madera.
-Oye vi que hablabas con Sam en los jardines del patio, ¿sabes lo que le ocurrió para que reaccionase así?.
-Lo desconozco Yuls, pero creo que es por los comentarios que desde hace tiempo hay sobre nosotros dos.-Contesté dando un suspiro al aire.-También está molesto por que no le avise para que asistiera al funeral.-Añadí.
Yuls frunció el ceño e hizo que la mirase directamente a los ojos.
-Tú no estabas en condiciones de hacerlo, ni si quiera a mi me avisaste y es totalmente comprensible, cuando ocurre una desgracia familiar te olvidas de todo y de todos.-Dijo en un tono de voz más alto que el anterior.
Otra vez aquél nudo se creo en mi garganta y me costaba articular las palabras, intenté tragarlo otra vez y miré a mi amiga con rostro preocupado.
-Yuls, me preguntó si me veía con alguien.-Susurré cerca de su rostro.
-¡Por Dios que descaro!.-Exclamó.
Siseé y acto seguido miré a mi alrededor, todo el aula nos miraba y Yuls se limitó a sonreír y hacer como si no hubiera dicho nada.
Acto seguido, Yuls dejo sobre mi pupitre sus libros y se llevo una mano a la barbilla acariciándola mientras que sus ojos se clavaron en los mios.
-¿No será que Sam siente algo por ti?.-Preguntó entrecerrando sus ojos.
Mis labios se despegaron y mi sangre se heló por unos instantes.
-No, no no, por favor Yuls ni siquiera lo menciones,-me apresuré a decir-Sam y yo nos conocemos prácticamente desde toda la vida, es imposible.-Sonreí nerviosamente.
-¿Y quién te asegura de que no exista esa posibilidad?,-preguntó-Sam siempre te a tratado de una manera especial, jamás a tenido ese trato con las demás.
-Yuls, basta por favor, no digas más.-Supliqué algo incómoda.
Mi amiga suspiró y acto seguido recogió sus libros dejándolos bajo su brazo.
-Liz, creo que ya sé porque reaccionas así, te molestaría que Sam tuviera esos sentimientos hacia a ti porque estás enamorada de ese magnate de la mansión Akerman.-Dijo.
Yuls estaba en lo cierto, se lo había mencionado una vez, pero me aterraba la idea de que me siguiera preguntando cosas respecto a Brandom.
Cuando le hablé de mi salvador ni siquiera sabía lo que eran, ahora que sabía que eran vampiros no podía contarle nada que tuviera que ver con esa familia, pues también podría poner en peligro su vida al revelárselo.
-Que tontería, creí estarlo pero,-me detuve para pensar con rapidez-pertenecemos a dos mundos totalmente diferentes.-Mentí.
-¿Te refieres a que él es de clase superior?.-Preguntó.
Asentí con la cabeza sin mirar sus ojos y me apresuré abrir uno de los libros para ojearlo intentando esconder mi mentira.
Odiaba tener que mentir, Yuls era mi amiga, siempre nos lo habíamos contado todo, absolutamente todo.
No sabía si alguna vez pudiera contarle cuánto amaba a Brandom, pero por el momento no era prudente hacerlo.
-Está bien, es una lástima que por culpa de esas diferencias dos personas no puedan estar juntas, es injusto.-Dijo poniendo su mano sobre mi hombro.
Si.-Me limité a contestar.-Pero bueno, que hay de Jhosep, ¿le has visto?.-Pregunté desviando el tema.
Yuls dio un suspiro en el aire y acto seguido se dio la vuelta para ver donde se encontraba Morgan antes de volver a mirarme.
-Por lo visto ya es un hecho de que están juntos.-Susurró.
-Lo siento, sé lo mucho que te gustaba.-Dije.
-No importa,-sonrió con ganas-no era el adecuado, es lo que siempre me digo.
Sonreí y tomé su mano con cariño, su capacidad de afrontar las cosas era increible, ojalá pudiera decir lo mismo con la misma entereza que Yuls, pero éramos completamente distintas.
Mientras que Yuls pensaba que una puerta se cerraba de golpe, otra pudiera estar entreabierta esperándola en algún lugar, y yo, cuando creía ver esa puerta cerrada no hacía mas que quedarme en ella para ver una pequeña abertura en ella.
Durante las horas de clase, mi mente estaba sumergida en los problemas que tenía a mi alrededor y me impedía prestar atención,
No quería creer que mi salvador fuera a marcharse de Londres por culpa del verano, por momentos lo entendía pero mi corazón no quería aceptarlo.
Por otra parte, algo me inquietaba, algo dentro de mí se removía y me resultaba incómodo.
Era como si una voz me estuviera avisando de algo terrible, algo inesperado y realmente preocupante. De mi interior salieron suspiros seguidos, uno tras otro, las manos comenzaron a sudar y tuve que frotármelas repetidas veces.
Mi mirada se perdió y se dirigió a uno de los ventanales del aula, donde afuera el calor ardía todo el jardín del patio. Estaba incómoda, y no hacía mas que moverme en mi asiento, apoyando la espalda contra el respaldo de la silla de madera, minutos después apoyé los codos sobre mi pupitre clavando mis ojos en aquél libro abierto mientras que la señora Marsh leía un párrafo de éste.
Recordaba una y otra vez las palabras de Brandom, recordaba que aquel nuevo miembro de su familia la querían para que fuera su esposa, su mujer, su compañera.
Negué con la cabeza cerrando fuertemente mis párpados cuando su voz repitió en mi cabeza que me amaba tanto como yo a él.
Quería agarrarme a esas palabras impidiendo que las otras tomaran más fuerza que la de sus sentimientos por mí.
Mas suspiros salieron de lo más profundo de mi pecho, tanto, que la señora Marsh se percató de que no había dejado de hacerlo desde que irrumpió en el aula.
Me dedicó una mirada por encima de sus pequeñas gafas y me dedicó una sonrisa a la que contesté forzosamente.
Imaginaba que hizo aquél gesto de cariño por la muerte del tío Zack, y era más que comprensible que estuviera aún aturdida.
Vaya, el tío Zack, no me había acordado de él hasta ahora, oculté mi rostro con las manos y no hacía más que pensar que era una mala persona por no haberle tenido presente.
-Señorita Jenzen, ¿se encuentra bien, prefiere marcharse a casa?.-Me preguntó una voz.
Alcé mi rostro rápidamente para encontrarme con la señora Marsh y forcé una sonrisa.
-No, no, quiero decir, si, me encuentro bien señora Marsh es solo que, estoy algo inquieta nada más.-Contesté tímidamente mientras que mis compañeras del aula me clavaron todas las miradas sobre mi.
-¿Segura que prefiere quedarse?.-Preguntó una vez más.
-Aha.-Contesté asintiendo con la cabeza.
Cuando todo volvió a la normalidad, intenté por todos los medios prestar atención, cosa que conseguía por momentos.
En la última hora de clase, mis nervios estuvieron a flor de piel, me dispuse a recoger todos mis libros con rapidez cuando sonó la campana y Yuls se percató de la prisa que tenía por irme de alli.
-¿Liz estas bien?.-Preguntó preocupada.
-Si, si e de ir a por Amelia, ya hablaremos Yuls.-Me despedí para cruzar la puerta del aula.
-¡Espera!.-Gritó mi amiga poniéndose a mi altura.
Mis pasos acelerados y esquivando a todo aquel que veía a mi paso la pusieron nerviosa, probablemente no lo estuvo más que yo, y ni si quiera sabía porque me sentía así.
-¿Estás así por Sam, no quieres encontrarte con él?.-Preguntó.
-No, no para nada Yuls, es que creo que no me siento bien y prefiero ir a casa cuanto antes.-Contesté con rapidez mientras salí al exterior para dirigirme al edificio donde mi hermana me esperaba en la entrada.
-¿Quieres que te acompañe?.-Preguntó preocupada.
-Te lo agradezco mucho Yuls, pero no hace falta en serio.-Contesté recuperando el aliento una vez me encontré en la puerta con Amelia.
-Estás algo pálida, me estás preocupando.-Dijo estudiándome el rostro.
Tome una buena cantidad de aire e intenté forzar una sonrisa, Amelia, que estaba junto a Jessica me observó con el ceño fruncido.
-Estoy bien Yuls, mañana nos vemos.-Me despedí dándola un afectuoso abrazo.
Miré su rostro por última vez y esbocé una sonrisa tranquilizadora para ella, a la que me contestó igualmente pero seguía teniendo esa nota de preocupación en su rostro.
-Hasta mañana Jessica.-Se despidió mi hermana de su amiga, acto seguido me cogió la mano y juntas nos dirigimos al exterior de la escuela.
Al cruzar el jardín del patio noté que unos ojos me siguieron hasta la verja de la entrada, giré mi rostro y Sam estaba al otro lado, con las manos escondidas en los bolsillos de sus pantalones.
Al clavar mis ojos en los suyos, éste desvió la mirada hacia otro lado y esperó a que todo el mundo saliera del recinto antes de hacerlo él.
-Mira Liz, papá si que ha venido a recogernos.-Dijo mi hermana señalando con su dedo la vieja camioneta.
-Si, eso parece.-Contesté echando un último vistazo al rostro distraído de Sam.
Me causaba tristeza que Sam se hubiera podido molestar, por otra parte no quería seguir pensando lo que Yuls creía de él, imposible, no quería ni pensarlo.
-¿Papá?.-Dije una vez nos hallamos dentro de la camioneta.-Dijiste que no podrías pasar a recogernos.
Amelia se le acercó por detrás para besar su mejilla y yo hice exactamente lo mismo.
Su rostro estaba perdido, ni si quiera nos había mirado, se limitó a sonreír que a mi parecer, aquella sonrisa era la menos auténtica que habia visto en mi vida.
-¿Papá, ocurre algo?.-Pregunté inquieta.
Arrancó el viejo motor y sus ojos se volvieron para mirarme.
-En casa te lo explico hija.-Contestó posando su mano sobre la mía.
-¿Le pasa algo a mamá?.-Pregunté muy asustada.
-No hija no, tranquila vuestra madre está bien.-Contestó con rapidez.
-¿Entonces que pasa papá?.-Insistió mi hermana.
Mi padre miró hacia atrás y la sonrió.
-Amelia siéntate como es debido, nos vamos a casa.-La ordenó.
El camino de vuelta a casa fue interminable, mi corazón latía de una manera violenta y desesperada, el nudo en mi garganta me asfixiaba, mi padre tomó mi mano con fuerza y de vez en cuando notaba que se detenía para mirarme.
No entendía que podría haber pasado, sentimientos extraños me invadían, quería saber que era lo que estaba ocurriendo pero a la misma vez sentía miedo, un miedo que me helaba la sangre y paralizaba todo mi ser.
Desde que estaba en la escuela lo había sentido, sentía que algo no iba bien y estaba completamente segura que las palabras de mi padre no traerían buenas noticias.
Ya podía verse la casita blanca desde el camino de tierra, el sol iluminaba toda la propiedad, afuera los pájaros canturreaban una melodía triste y emprendían el vuelo de un árbol a otro.
Una vez dentro, mi madre que se encontraba en el porche se acercó hasta la entrada de la barandilla para que mi padre pudiera entrar con la camioneta.
Sus ojos tristes me miraron en algún momento, cruzó sus manos sobre el delantal y al bajar de la camioneta se dirigió a mí para abrazarme y hacerme entrar en la casa, mi padre y Amelia nos seguían de cerca, me hicieron sentar y mi hermana decidió sentarse a mi lado con los ojos muy abiertos para lo que mi padre estaba apunto de decir.
-Bien,-comenzó a decir-Elizabeth, como dije esta mañana cuando os dejé frente a la escuela no iba a poder recogeros porque tenía varias cosas pendientes por hacer.
Asentí con la cabeza y ese nudo de mi garganta fue bajando poco a poco hasta mi estómago.
-No sé por dónde empezar.-Dijo dando un largo suspiro.
-Por favor Jeremy, dile.-Suplicó mi madre.
-Se trata de la familia de Karisma.-Dijo mi padre.
Me puse en pié y noté como un escalofrío me recorrió toda la espalda.
-¿Qué les pasa?.-Tartamudeé.
-Siéntate hija.-Me ordenó mi madre.
Mi padre caminó lentamente de un lado a otro del salón intentando buscar las palabras adecuadas.
-Esta mañana cuando estaba en mi puesto de trabajo llegaron unos clientes a darme las condolencias por la muerte del tío Zack, y mencionaron que otra tragedia había ocurrido anoche en la ciudad.-Dijo frotándose la frente nerviosamente.
-¿Qué tragedia papá?.-Pregunté con la voz ahogada.
-La casa de Karisma,-le costó decir-se incendió por accidente.
-No, no.-Tartamudeé con la mano sobre el pecho controlando mis latidos violentos.
-En el interior se encontraba su padre y hermana, murieron.
-No, no puede ser, no puede ser, no.-Me dije una y otra vez.
Mi cuerpo comenzó a temblar y mi madre se arrodillo a mi lado frotando mis brazos intentando que saliera del estado de shock en el que me encontraba.
-No, Karisma no, no puede ser ella, ella no, dime que no es verdad papá.-Le supliqué mirando hacia la nada.
-Por suerte ella no se encontraba en casa, será mejor que vayas a verla cuando puedas hija.-Dijo mi madre acariciando mis cabellos.
-Ella no, no puede ser ella.-Repetí una y otra vez.
Me puse en pié con la ayuda de mi madre, mi rostro estaba mucho más pálido ahora, sentí que en mi corazón no existían latidos, la sangre huyó de mi rostro desencajado por la noticia y decidí no escuchar más.
Corrí hacia las escaleras para dirigirme a mi dormitorio, mi padre detuvo a mi madre cuando éste vio que quería seguirme cerré la puerta detrás de mi con fuerza mientras que mi mente comenzó a trabajar a toda velocidad, intentando encajar cada rompecabezas en su lugar.
Mis ojos se cerraron por un momento, al abrirlos ví que debajo de mi almohada se encontraba la esquina de una hoja de papel, fruncí el ceño y corrí hasta ella para ver de que se trataba.
Era una hoja de papel escrita a pluma, mis manos comenzaron a temblar cuando en ella puede ver que era de Brandom:
“Mi querida y hermosa humana;
No puedo describir con palabras el dolor que me causa escribir estas letras,
llegó la hora de marcharnos a otro país más apropiado para nosotros,
sólo quiero que sepas que seguiré escribiéndote tal y como te prometí.
Espérame por favor, recuerda que vaya donde vaya estarás siempre dentro de mí,
y respecto a la señorita Halley no tienes por que preocuparte, jamás cederé en los propósitos de mi padre mi amor.
Te amo, y te amaré por siempre.
Tuyo eternamente ; Brandom.”
Miles de lágrimas inundaron mi rostro, me arrodillé en el suelo mientras que mis manos arrugaron con fuerza aquella nota que me había partido en dos el alma.
Brandom se había marchado, demasiado doloroso, pero lo que me resultaba más doloroso era que a la que yo creía y consideraba una buena amiga para mí, me había traicionado.
Ahora los dos estaban juntos, ignoraba que Karisma tuviera sentimientos por mi salvador, jamás me lo había echo saber ni siquiera notar que así era. Y ahora, sola, destrozada por el dolor, me pregunté por qué me traicionó de esa manera tan cruel, y ahora era una vampira que había acabado con su familia solo por lograr sus planes.
Hasta ahora y yo sin haberlo sabido, había logrado muy bien lo que se propuso en su día cuando nos conocimos, me daba miedo preguntarme si lograría tambien el amor de Brandom con su acercamiento.
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<a href="http://4.bp.blogspot.com/-edJDC1pzgWM/T6PeiTANCdI/AAAAAAAAAOg/XeRXTwakpTw/s1600/TRISTEZA.jpg" imageanchor="1" style="margin-left:1em; margin-right:1em"><img border="0" height="320" width="310" src="http://4.bp.blogspot.com/-edJDC1pzgWM/T6PeiTANCdI/AAAAAAAAAOg/XeRXTwakpTw/s320/TRISTEZA.jpg" /></a></div>Vanessahttp://www.blogger.com/profile/18211605774561015566noreply@blogger.com13tag:blogger.com,1999:blog-6811715489441076594.post-78708913387765016452012-01-06T09:35:00.000-08:002012-04-23T18:02:10.892-07:00Capítulo 29-Ejecución<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="http://www.carteiroonline.com/gifs/barras/04.gif"><img style="display:block; margin:0px auto 10px; text-align:center;cursor:pointer; cursor:hand;width: 502px; height: 7px;" src="http://www.carteiroonline.com/gifs/barras/04.gif" border="0" alt="" /></a><br /><br />La lluvia había cesado, me dirigí a toda velocidad a la cocina para salir por la puerta de atrás en dirección al cobertizo.<br />Dorothy, estaba sentada junto a la chimenea de piedra con las manos sobre su regazo.<br />Cuando notó mi presencia rápidamente cogió unas tenazas que estaban a su lado en el suelo y comenzó a mover nerviosamente las ascuas.<br />-¿Qué necesita joven?.-Preguntó sin mirarme.<br />Carraspeé por un momento y acto seguido fruncí el ceño.<br />-Nada Dorothy,voy a salir un momento.-Contesté dirigiéndome hacia la puerta trasera.<br />-No debe hacerlo,el señor Akerman se enfadará si le desobedece.-Dijo.<br />-Prefiero hacerle enfadar antes que renegar mis sentimientos.-Me apresuré a decir.<br />Su mirada aún seguía clavada en aquella chimenea, con las tenazas removía la ceniza intentando buscar algunas ascuas y las iba agrupando poco a poco en el centro.<br />Le dí la espalda por un momento para encontrarme cara a cara con la puerta, aquella puerta la interpretaba como la distancia que había entre Liz y la mía propia.<br />Dejé salir un suspiro largo y pesado para volver a dirigir la mirada hacia el ama de llaves que seguía sin levantar la vista.<br />-Dorothy, podría leer su mente pero no quiero hacerlo.-Comencé a decir.-Prefiero que me lo diga usted-Añadí.-¿Qué sucede?.<br />Mis pasos fueron en su dirección y me puse en cuclillas frente a ella intentando buscar su rostro.<br />Dibujó una sonrisa en sus labios y pareció desviar su mirada tímidamente.<br />-Estoy preocupada por usted joven, eso es todo.-Contestó con un hilo de voz.-Y por favor deje de llamarme de usted.-Sonrió.<br />Le devolví la mía a la misma vez que asentí una sola vez con la cabeza, acto seguido apoyé una de mis manos heladas sobre la que tenía las tenazas hasta que las dejó caer a un lado.<br />-Sé que hay algo más Dorothy,puede confiar en mí y lo sabe.-Dije.<br />Sus ojos brillaron de una manera especial, enterró mi mano con las suyas gastadas por el tiempo y se las llevo a los labios para besarlas con cariño.<br />-Mi niño, estoy enterada de lo que vuestro padre pretende para usted.-Dijo con la voz temblorosa.-Tengo miedo que usted se oponga y tenga serios problemas al igual que la joven que ama.<br /><br />Otro suspiro largo se dejó escuchar en aquella cocina.Tuve que apartarme unos centímetros de la chimenea, pues no sabía si fueron las palabras de Dorothy, pero mi cuerpo sintió un fuego que abrasó mi piel helada cuando escuché de sus labios el peligro que podía correr mi joven humana.<br />Negué violentamente con la cabeza para borrar esa imagen que me atormentaba, mi dulce humana tumbada boca abajo sin vida como si de una muñeca de trapo se tratara. <br />-No es de mi incumbencia, pero no me gusta la señorita Halley, en su mirada hay algo que me inquieta-Dijo su voz liberándome de mi tortura.<br />-A mi hermana tampoco parece darle muy buena impresión.-Dije endureciendo mi mandíbula.-No puedo leer su mente, ¿sabe lo que eso significa Dorothy?.-Pregunté entrecerrando mis ojos mirando a la nada.<br />El ama de llaves pareció negar con la cabeza en respuesta.<br />-Dos cosas, que en su interior oculte una verdad que prefiere no ser descubierta para protegerse así misma o a alguien que ama ,y la más preocupante.-Me detuve para escoger las palabras adecuadas.-Que jamás tuvo un corazón puro.-Contesté frunciendo el ceño y continué:<br />-Al ser vampiro es más difícil penetrar en su mente, pero en su estado humano…jamás lo conseguí.-Añadí.<br />El ama de llaves apretó fuertemente su mano sobre la mía y acto seguido torció su sonrisa agravando aún más sus arrugas.<br />-En cualquier caso tenga cuidado joven, e insisto-dijo en voz baja- no haga enfadar al señor.<br />-Descuide.-Contesté con una sonrisa.<br />Su mano voló hasta mi rostro acariciándolo con dulzura mientras que sus ojos estudiaron mis rasgos faciales.<br />-Dios mío.-Susurró.-Se parece tanto a ella.<br />Fruncí el ceño y su mano se detuvo al ver mi expresión.<br />-Me refiero a la señorita Mary joven, el señorito Near y usted son tan distintos que me sorprende el parecido que hay entre usted y su hermana.-Se apresuró a decir poniéndose rápidamente en pié.<br />Me quedé en cuclillas frente aquella mecedora vacía, mis ojos se clavaron en el fuego de la chimenea y era como si todo mi alrededor cambiase por un momento.<br />Las paredes eran de color beige y los muebles no eran los mismos,presté más atención a mi entorno sin moverme del sitio y pude ver unas figuras paseando por la cocina a una velocidad muy reducida.<br />Aquellas figuras borrosas podía interpretarlas como la servidumbre, iban de un lado a otro haciendo su trabajo,unas cocinando un guiso que pude oler a la perfección. <br />Otras figuras ayudando a las doncellas a anudar los lazos de sus mandiles, y pude escuchar una voz ordenando abrir la puerta trasera para que la luz del sol penetrara en la cocina.<br />Di la espalda a la mecedora y al abrir aquella puerta el sol iluminó parte de la cocina, me quedé paralizado sin moverme del sitio temiendo que me alcanzara y abrasara mi piel.<br />Una niña de rostro angelical y cabellos rubios irrumpió en la cocina, su respiración agitada y su corazón latía a toda velocidad, miraba hacia atrás como si estuviera esperando a alguien.<br />Sus ojos se abrieron y comenzó a correr en mi dirección pero de una manera lenta y reducida,sus cabellos largos y dorados se movían de un lado a otro como si estuviera sumergida en un lago.<br /><br />Miré por encima de sus pequeños hombros y un niño de cabellos oscuros acababa de cruzar la puerta, fruncí el ceño cuando mis ojos se clavaron en su rodilla ensangrentada.<br />Aquellos niños ya los había visto antes o creí haberlos visto jugar alrededor de una fuente en Greenwich, hablaron de hacer una carrera para saber quién llegaría antes a casa.<br />Yo había apostado por la niña, y ahora estaba frente a mí, corriendo lentamente mientras que el niño de cabellos negros la seguía de cerca.<br />Yo seguía manteniendo mi postura pensando que de un momento a otro aquellas figuras desaparecerían como aquella vez que pasaron cerca de mí, pero no lo hicieron.<br />La niña estaba a pocos metros de donde yo me encontraba, miró por encima de mi hombro y su sonrisa se ensanchó, sin duda me había visto pero aquella sonrisa esperaba recibir algo.<br />Pasó por mi lado lentamente mientras veía como su pelo ocultaba su rostro al dedicarme una mirada con una amplia sonrisa. Fruncí el ceño y acto seguido me dí la vuelta rápidamente para encontrarme con una mecedora ocupada por una bellísima dama de azul.<br />La niña abrazó con fuerza su cintura mientras que la dama acariciaba sus cabellos esperando que el niño herido se acercara también a su regazo extendiendo su mano.<br />El rostro de aquella mujer que podía interpretarse como la madre de las criaturas no tenía forma, entrecerré mis ojos pero al igual que aquellos niños no lograba ver sus caras con nitidez.<br />-¡Lo he logrado lo he logrado!,¿has visto hermanito?,¡lo he logrado!.-Gritó la pequeña con entusiasmo.<br />-Tenías ventaja, me hice daño en la pierna y es por eso por lo que llegaste antes que yo.-Dijo el niño como si perder era lo último que le importase.-Pero soy justo y si has ganado mereces el premio de mamá.-Dijo recuperando el aliento cuando se acercó arrodillarse en el regazo de aquella dama.<br />-¿De qué premio habláis?.-Preguntó aquella mujer de dulce voz.<br />-Hicimos una apuesta, quien llegara antes a casa recibiría un premio que consiste en un beso de papá y tuyo, mamá.-Dijo el pequeño.<br />La dama sonrió a sus hijos, tomó a la pequeña en brazos y el niño que estaba en su regazo comenzó acariciar sus oscuros cabellos con dulzura.<br /><a href="http://www.glitter-graphics.com"><img src="http://dl2.glitter-graphics.net/pub/3230/3230872efbckm7ubh.gif" width=400 height=508 border=0></a><br><a href="http://www.glitter-works.org" target=_blank></a><br /><br />-Seáis el ganador o el perdedor siempre recibiréis nuestro cariño, no deberíais hacer esas apuestas.<br />El pequeño asintió con la cabeza y la dama se incorporó en la mecedora para ver la rodilla ensangrentada del pequeño.<br />Le hizo un gesto para que la pusiera sobre su regazo y poder estudiarla.<br />-¿Te duele mucho hijo?.-Preguntó preocupada.<br />-Unos niños le empujaron pero yo le dije que se levantase mamá.-Se apresuró a decir la pequeña.<br />Una sonrisa dibujaron mis labios al recordar aquella escena en la que la niña le daba esa fuerza para levantarse.<br />-Eso es.-Dijo la dama.-Siempre hay que levantarse y tener fuerza de voluntad para seguir caminando, como lo has hecho tu hoy hijo mío.<br />-Estoy bien mamá, soy el niño más fuerte del mundo ¿a que sí?.-Dijo apoyando el pié en el suelo.<br />-Por supuesto, y muy valiente.-Añadió la dama acariciando su rostro.<br />-¿Podrías limpiarte esa herida?, la sangre me marea.-Dijo la pequeña mirando hacia un lado.-Mamá dile que se lo quite.-Suplicó la niña.<br />El pequeño humedeció su dedo índice y comenzó a garabatear sobre su herida intentando eliminar la sangre, volvió a llevar el dedo a su boca cuando la dama puso una expresión de horror.<br />-No,no no, no hagas eso hijo, sólo los animales lamen sus heridas.-Dijo sacando un pañuelo del bolsillo de su falda azulada.<br />Se apresuró a limpiar su dedo y dejó a un lado a la pequeña para atenderle.-Nosotros somos personas y cómo tales tenemos remedios para ello.-Dijo.<br />Una figura vestida de negro y con un mandil a su cintura caminaba cerca de los fogones, la dama miró en su dirección por un segundo e intente entrecerrar mis los ojos para intentar poner rostro a esa perfección de mujer.<br />-Por favor, ¿puede hervir un poco de agua caliente y traerme unas gasas Dorothy?.-Preguntó.<br />-¿Dorothy?.-Repetí en voz alta poniéndome en pié dando un sobresalto.<br />-Dorothy.-Repetí con la esperanza de que aún siguiera allí.<br />Aquellas figuras espectrales desaparecieron en el momento que dije su nombre, ¿qué estaba ocurriendo?.<br />¿De donde habían salido aquellas figuras, quienes eran y por qué estaban allí?, tampoco sabía por qué no podía ver sus caras por más que me esforzaba.<br />Y lo más extraño, Dorothy estaba ahí, en mi ensueño, mucho más joven que la Dorothy del presente,profundizando más sobre aquella visión no era de extrañar que el ama de llaves estuviese ahí.<br />Dorothy había trabajado toda la vida en la mansión desde que era una adolescente, al menos eso era lo que había escuchado siempre. Tal vez sirvió a unos antiguos señores allegados a la familia, puesto que la mansión siempre había pertenecido al aquelarre Akerman. <br /><br />Me encontré solo en aquella sombría cocina, nada que ver con la que mi mente había estado viendo momentos antes, era mucho más moderna ahora,tal y como la había visto siempre.<br />Paredes verdes adornadas con candelabros, fogones enormes ventanas selladas impidiendo que el sol penetrase en el interior.<br />Lo único que permanecía igual en mi ensueño y la realidad era aquella mecedora gastada por el tiempo y que curiosamente aún seguía allí.<br />Lo sucedido era digno de contar, ¿a padre?, no, demasiado difícil para que pudiera digerirlo con normalidad. Probablemente diría que tantas horas sin beber hacía que tuviera alucinaciones o algo parecido.<br />O que la sangre animal estuviera afectando mi organismo.<br />¿Sería posible que los vampiros pudiéramos soñar estando despiertos?, ¿o tal vez esa visión era fruto de algún recuerdo vivido?.<br />-imposible.-Susurré para mis adentros.<br />Probablemente llevaba alguna hora sin alimentarme y mi mente estaba comenzando a jugarme una mala pasada.<br />No tenía la menor idea, pero si que podría hacer algunas preguntas al ama de llaves. <br />Aquellas preguntas podría dejarlas para otro momento, me dirigí a toda velocidad hacia la puerta trasera para atravesarla con rapidez.<br />Demasiado tiempo sin ver a Elizabeth me había trastornado, que también cabía esa posibilidad. Necesitaba volver a ver su dulce rostro, besar sus labios y abrazarla hasta fundirme en su calor, dejar atrás mi jaula de oro con sus leyes y sentirme humano una vez más.<br />-¿Brandom?.-Dijo una voz en la entrada de la puerta del establo.<br />Cerré mis parpados con fuerza y endurecí mi mandíbula al ser descubierto desatando las riendas de Fénix.<br />Volví anudarlas en un viejo tronco de madera y encuadré mis hombros antes de encontrarme cara a cara con el rostro enfurecido de mi padre.<br />-¿Y ahora que?.-Pregunté con un tono frío y despreocupado.<br />Sus manos escondidas tras su espalda, el mentón hacia arriba y sus ojos azulados clavándose en los míos me hizo darme cuenta una vez más de quién mandaba allí.<br />Torcí mis labios mostrando una sonrisa entre dientes y le hice saber a través de mi mente que me daba igual lo que pensara o el castigo que pudiera aplicarme.<br />Le dí la espalda y volví a desatar las riendas de mi caballo a toda velocidad, un solo paso hizo que mi padre quedase en el interior del establo, por un momento sentí que iba a hincarme sus garras en la espalda pero curiosamente se quedó inmóvil hasta que volví a encontrarme con sus ojos.<br />Aquél duelo de miradas resultó muy intenso, sin mediar ninguna palabra me dio la opción de hacer lo que para él era lo correcto.<br />-Déjeme pasar padre.-Le dije cuando estuve lo bastante cerca de su rostro.<br />Sujeté las riendas fuertemente con una mano e hinché mi pecho para impresionarle.<br />Hizo un gesto con sus labios asintiendo varias veces y dio un paso hacia un lado apartándose de la puerta.<br />-Hijo, me sorprende tu manera de enfrentarte a mí,sin embargo quiero recordarte quién manda en esta familia.-Dijo mientras cruzé la puerta acompañado de Fénix.<br />Sus pasos cortos, manteniendo una distancia prudente entre nosotros me siguieron hasta la verja exterior.<br /><br />El viento de la noche era cálido, demasiado incómodo para mi cuerpo, había llovido y ahora el ambiente era mucho más cargante.<br />Pero lo que me resultaba realmente más incómodo era a mi padre recordándome a cada momento que era lo mejor para la familia y principalmente para mí.<br />.¡Basta!.-Grité girando todo mi cuerpo.<br />Al hacerlo, varios mechones oscuros ocultaron gran parte de mi rostro, dejando ver únicamente mis ojos enfurecidos que comenzaron a tornase de un color negro azabache. -Llevas toda una eternidad recordándomelo.-Dije entre dientes endureciendo aún más mi mandíbula.-¿Dices querer ver realmente mi felicidad?.-Pregunté.<br />-Así es hijo mío.-Contestó rotundamente.<br />-Entonces hazte a un lado y déjame que yo me ocupe de ello.-Dije dándole la espalda.<br />-¡Un vampiro no podrá ser feliz persiguiendo aquello que jamás podrá tener!. <br />Compartir una vida con una mortal no te permitirá serlo jamás, si pasas a darle una vida eterna tal vez lo consigas.-Dijo en diferente tono de voz.-De no ser así, esa felicidad que creías tener desaparecerá cuando la muerte la arrastre a la nada.-Suspiró.-Desde nuestros ancestros, hemos seguido y cumplido las leyes vampíricas. Tomamos a una inmortal como compañera, esposa, protectora y amante, ya sea pura sangre o bien la escogemos para después hacerla inmortal.<br />Tomó una gran cantidad de aire hasta hinchar su pecho, erguido y rígido como una tabla, sus ojos se entrecerraron antes de seguir.<br />-Karisma puede reunir todas esas cualidades si le das la oportunidad. ¡Hay que aprender amar lo que será bueno para ti y para la familia!.-Gritó cerrando las manos en un puño.<br />-Si realmente crees que puedo poner en riesgo a la familia no habrá ningún problema, me iré lejos de Londres.-Dije desenliando las cadenas de la verja sin que me temblase el pulso.<br />-Tú eres parte de esta familia y como hijo mío que eres me preocupo por ti.-Dijo acercándose.-No voy a consentir que hagas lo que te plazca poniéndote en riesgo y la familia en peligro por ver a esa humana.-Amenazó.<br />Desenlié las cadenas y las arrojé con furia hacia la fuente del sauce, mis ojos se clavaron en los suyos y apreté fuertemente mis afilados dientes hinchando mi pecho como si fuera a estallar de rabia.<br />-¡No hables de poner a mi propia familia en riesgo cuando tú actúas también por tu propia cuenta sin consultar a tus hijos nada sobre tus viajes a Greenwich!.-Grité con todas mis fuerzas.<br />-¿A quién visita tan a menudo en ese viejo castillo abandonado padre?.-Pregunté inhalando y exhalando a toda velocidad.<br />Si no fuera por que era un poderoso vampiro de cientos de años juraría que el color de su piel se había vuelto más pálida de lo habitual.<br />Su ceño fruncido me miró confuso y quiso entrar en mis pensamientos a los que gustosamente, le dejé.<br />-¿Estuviste allí?.-Susurró.-¿¡Cómo te atreviste a seguirme y hacer comparaciones!?.-Preguntó agarrando con fuerza el cuello de mi camisa mientras que mis manos se cerraron alrededor de sus pálidas muñecas.<br />-¡Soy el maldito Walter Akerman, miembro principal de esta familia, y cómo tal mi papel aquí es protegeros contra todo ser viviente que quiera destruiros.!-Gritó aflojando sus manos.-Al ser el miembro más viejo del aquelarre, tengo determinadas obligaciones y una de ellas es no desvelaros jamás lo que hago o deje de hacer, que yo me ponga en peligro no importa, lo que importa es la familia.-Dijo haciendo una pausa para volver a continuar.-Yo ya he vivido bastante, y el futuro de esta familia sois vosotros.-Dijo liberándo por completo el cuello de mi camisa.- Puede que ahora no lo entiendas hijo, pero ese cargo recaerá algún día sobre tus hombros en el que caso de que me ocurriese algo y sólo entonces entenderás que no hay nada más importante que la familia, más incluso que tu propia felicidad.-Señaló.<br /><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="http://4.bp.blogspot.com/-1i4AzccIep8/TwdyvcfxEvI/AAAAAAAAAK4/q9yogoc7A68/s1600/Dibujo.JPG"><img style="display:block; margin:0px auto 10px; text-align:center;cursor:pointer; cursor:hand;width: 399px; height: 400px;" src="http://4.bp.blogspot.com/-1i4AzccIep8/TwdyvcfxEvI/AAAAAAAAAK4/q9yogoc7A68/s400/Dibujo.JPG" border="0" alt=""id="BLOGGER_PHOTO_ID_5694646413262131954" /></a><br />Llevé mis manos a las sienes golpeándolas con fuerza al escuchar tales palabras.<br />Sin duda me estaba torturando constantemente con lo que era mejor para todos, pero no para mí.<br />Sería muy capaz de irme de Inglaterra, pero era evidente que no quería dejarme marchar solo, y mucho menos acompañado de la humana que tocó todas las fibras de mi ser y me enseñó a ver el mundo con sus hermosos ojos.<br />Podía estar de acuerdo con mi padre en el odio que sentía hacia ciertos humanos, probablemente le hubieran dado caza a mi olvidada madre tal y como me había contado. Pero por ello no debíamos juzgar a todos, no todos los humanos eran cazadores,no todos tuvieron que ver con la desaparición de mi madre.<br />No todos debían ser iguales como me había dado cuenta también que no todos los vampiros lo eran, puede que en esencia, pero no en espíritu.<br />-No puedo creer que sigas pensando después de lo que te conté sobre tu madre, continúes diciendo que son diferentes unos de otros.-Dijo rompiendo el silencio.-¡Ellos condenaron a tu madre!.-Gritó con todas sus ganas.<br />-Eso no lo sabemos.-Le corregí.-Y Elizabeth no tuvo nada que ver con su desaparición, por eso sigo pensando que no todos son iguales.-Dije apenas con un hilo de voz.<br />-Puede que sea cierto, pero bien podría estar implicado un antepasado suyo.-Señaló intentando hacerme cambiar de opinión.<br />Clavé mis ojos en el suelo ocultando mi rostro con las manos y respiré varias veces intentando tranquilizar mi rabia antes de contestar.<br />-Eso es ridículo.-Dije descubriendo mi rostro para encontrarme con el suyo.-Si así hubiera sido lo sabría y créeme padre, no tuvieron nada que ver.-Dije firmemente.<br />Agarré con fuerza las riendas de mi caballo para atravesar la verja cuando una mano voló hasta mi hombro haciendo que me detuviera sin poder moverme del sitio.<br />-Tenemos algo importante que hacer esta noche.-Anunció.<br />Fruncí el ceño y en ese mismo instante el aire cálido de la noche sopló por detrás haciendo que mis cabellos oscuros volaran a toda velocidad por mi rostro.<br />Giré la cabeza hacia mi lado izquierdo encontrándome con su pálida mano descansando sobre mi hombro, clavé mis ojos una vez más en su anillo y la piedra preciosa color sangre brilló en la oscuridad de una manera intensa.<br />Acto seguido busqué sus ojos y esperé que su voz volviera a romper el silencio.<br />-No puedes marcharte, tenemos que llevar a Karisma a su casa.-Dijo.<br />Mi ceño se frunció aún más e hizo que todo mi cuerpo se diese la vuelta para estudiar su rostro con detenimiento.<br />No estaba seguro que fuera a contarme lo que pretendía hacer de manera que me introduje en sus pensamientos para averiguarlo, a lo que no hallé nada.<br />-No podemos llevar a Karisma a casa, estará su familia allí, no pueden verla así.-Dije con el fin de que me diera la razón.<br />-Lo sé,-dijo-probablemente vayan a denunciar su desaparición mañana a primera hora y eso nos perjudicaría bastante si la viesen merodeando por aquí.-Dijo ocultando sus manos tras la espalda caminando de un lado a otro pensando en una ideal estrategia.<br />Mis ojos siguieron con lentitud sus pasos hasta que se detuvieron dándome la espalda.<br />-La llevaremos para que acabe con su familia.-Dijo lo suficientemente convencido.<br />-¿Qué?.-Tartamudeé.-No puedes hacer eso padre, no puedes decirla que acabe con sus vidas, es su familia.<br />-No hay otra manera, su padre y hermana sufren una enfermedad terminal hijo, tarde o temprano morirán de todas maneras.-Recordó.-No podemos ponernos en riesgo si esa familia avisa a las autoridades para que comiencen a buscarla.<br />-Y si esa familia no estuviera enferma igualmente la incitarías a que terminase con sus vidas, ¿me equivoco?.-Pregunté.<br />-No te equivocas, como he dicho, no podemos poner en riesgo nuestra familia y hay que terminar con lo que puede resultar un peligro para nosotros.-Dijo irguiendo su pecho cuando se dio la vuelta para encontrarse conmigo.<br />-No me parece una buena idea.-Protesté.-Cuando encuentren sus cadáveres sabrán que tienen a un familiar desaparecido, ¿Qué harás entonces padre?.Pregunté.-¿Retener a Karisma para siempre en la mansión hasta que olviden su desaparición?.<br />Mi padre esbozó una gran sonrisa y negó con la cabeza.<br />-Ya está todo arreglado, cuando encuentren sus cuerpos Karisma no estará desaparecida si no que asistirá al triste funeral de su familia como una humana corriente.-Dijo volviendo sobre sus pasos.-Podrá pasearse por las calles de Londres con total normalidad, siempre y cuando pueda controlar su sed de sangre en estos primeros días. Para ello la acompañaremos hasta que pueda valerse por sí sola.-Sonrió.-En el funeral, ante los ojos de curiosos y afectados por la perdida anunciaré que la gentil y solidaria familia Akerman se hará cargo de la señorita Halley. De esta manera no solo nos quitamos un problema de encima, si no que también la humanidad jamás podrá tener sospechas de nosotros.-Volvió a sonreír.<br />-Realmente monstruoso.-Dije asqueado de tanta falsedad.-No participaré en tal atroz acto. No puedo fingir algo que no siento.-Dije atravesando por completo la verja que dividía la mansión del exterior.<br />-Hijo, no quiero recordarte lo mucho que podría sufrir la señorita Jenzen y su familia si montas en ese caballo.-Amenazó.<br />Agarré las riendas con fuerza y endurecí mi mandíbula antes de dar un puñetazo a la verja y hundir los hierros de ésta.<br />Por un segundo me dejó ver en su mente el castigo que Liz podría sufrir si osaba a desobedecerle, aquella visión me torturaba y me retorcía de dolor.<br />Iba de una lado a otro a punto de entrar al borde de la locura, todo cuanto había a mi alrededor lo aplastaba y destruía con una fuerza sobrenatural que intentaba por todos los medios controlar. <br />Mi furia y gritos no hicieron cambiar de opinión a padre, no tenía ninguna opción, debía acompañarle en su propósito.<br />Una vez recuperado el aliento pero sin dejar de tener esa mirada fiera me juré a mi mismo no abandonar el amor que sentía por Elizabeth aún si mi vida estuviera en peligro, le oculté que más tarde, iría a buscarla.<br />Mi padre sonrió y se acercó a mi cuando estuve lo suficientemente calmado, sabía que no iba a enfrentarme a él, era mi padre, mi propia sangre y en eso, tenía ventaja.<br /><br />-Siempre fuiste tan rebelde…-Mencionó sin borrar su sonrisa.<br />Cerré mis párpados con fuerza y acto seguido los abrí cuando sentí la presencia de August que mantuvo una distancia prudencial entre nosotros tres.<br />-Necesitan alguna cosa señor Akerman.-Se ofreció.<br />-Si August, lleve el caballo al establo y asegúrese de amarrarlo bien.<br />Poco a poco mi respiración se fue normalizando cada vez más, pude divisar que la puerta de la mansión se abrió y de ella salió Near acompañado del esposo de Estefy y la señorita Halley.<br /><br />Cuando se reunieron con nosotros en la verja, Near me dedicó una media sonrisa dejando ver sus resplandecientes dientes afilados.<br />-Nos vamos de cacería hermano.-Anunció frotándose las manos.<br />Mis ojos enfurecidos se tornaron a oscuro y acto seguido se clavaron en los de Karisma que parecía estar algo inquieta.<br />-¿Estás segura de lo que vas hacer?.-Pregunté con la esperanza de una negativa, pero en lugar de eso tomó aire y sus ojos rasgados me dejaron ver una decisión firme.<br />-Si, cuanto antes me libere de mis tormentosos recuerdos humanos antes podré ser libre.-Mencionó.<br />-Te equivocas si piensas que esto que tienes ahora es libertad.-Dije.<br />-Vamos.-Irrumpió la voz de mi padre.-Hay que ponerse en marcha.<br />Uno a uno atravesaron la línea que dividía la mansión del exterior, en donde yo deseaba estar para siempre.<br />Karisma, Near y Atila corrieron velozmente por el camino de tierra para dirigirse al claro donde una vez allí desviaríamos el camino para llegar a la casa de Karisma.<br />Mi padre, que estaba situado detrás de mí estuvo esperando que echara a correr para seguir a los demás, dí un suspiro frustrado en el aire y corrí a toda velocidad por el camino hasta llegar a la altura de ellos.<br />Cuando pasé cerca de Near, este sonrió de una manera diabólica dejando ver sus dientes.<br />Su pelo rojizo parecía dejar una ráfaga de fuego en el aire, al percatarse de mi presencia corrió velozmente, como si para él todo fuese una competición para proclamarse el mejor de la familia.<br />Una vez nos hallamos cerca del claro algo dentro de mí se movió, algo que relacionaba con Liz, cruzando el claro a toda velocidad la pude ver en todas partes. Pude escuchar sus risas, su dulce voz, el aroma que aún estaba allí intacto.<br />Cerré mis párpados con fuerza y millones de sensaciones acariciaron todo mi ser, no podía traicionar a la raza humana por que ahora estaba enamorado de una de ellos.<br />Tenía que hacer lo imposible para que Karisma cambiara de decisión.<br />Una vez llegamos a la entrada de la casa, estudié el rostro de Karisma y me puse a su altura tomándola por la mano.<br />-No es necesario que lo hagas.-La aconsejé.<br />Sus ojos rasgados mostraron un color rojo sangre y se llevó una de sus pálidas manos a la garganta.<br />-Estoy segura de lo que quiero, y lo que quiero es liberarles de su tortura, de la mía, y que llegues a tomarme como la compañera que te protegerá y te amará para siempre.-Dijo muy segura de sus palabras.<br />La mano de mi padre voló hasta mi hombro y me hizo un gesto para que nos adelantáramos hacia la entrada principal.<br />-Padre, hay que detener esta locura.-Supliqué.-Podrías decir a su familia que nos hacemos cargo de ella, que nos ocuparemos de formarla y convertirla en una señorita de bien y que a ellos no les faltará de nada mientras vivan.-Dije mientras avanzábamos hacia la entrada.<br />-No lo aceptarían, a estos humanos no se les puede comprar así, quieren a Karisma bajo su techo hasta que mueran, pero ya es demasiado tarde, la señorita Halley es inmortal acabaría con ellos de todos modos.-Susurró.<br />-Near, abre la puerta.-Ordenó mi padre antes de que yo pudiera decir algo más.<br />Mi hermano mayor dio una patada a la puerta de la casa que la despedazo en cuanto hizo contacto la madera con su pié.<br />Atila y Near se desaparecieron en el interior y Karisma fue la siguiente en entrar, detrás de ella mi padre y yo.<br />Unos gritos se escucharon en la sala principal. Una joven de aspecto demacrado se llevó la mano al estómago y acto seguido se abalanzó sobre Karisma. <br />Ésta cerró la mano alrededor de su cuello y la abalanzó en el aire hasta darse contra un mueble viejo en la cabeza.<br />-¿Karisma?.-Preguntó confusa.-¿Qué has hecho, que has hecho?.-Repitió una y otra vez cuando se llevó la mano a la cabeza.<br />Al ver la palma de su mano ensangrentada ésta comenzó a temblar, los vampiros que allí nos encontrábamos nos pusimos frenéticos al oler la sangre.<br />Me mordí con rabia el labio inferior y salí por la puerta principal cerrándola detrás de mí, apoyé la espalda en ella y cubrí mi rostro con las manos.<br />A los pocos segundos las llevé hasta mis oídos intentando evitar escuchar los gritos desgarradores que provenían de la garganta de su hermana y su padre.<br />-Basta…-Susurré detrás de aquella puerta.-Basta…-Repetí una y otra vez.<br />-¡Basta, basta basta!.-Grite ahogado en el dolor que me producía.<br />Golpeando la puerta con fuerza me dejé caer en el porche de la casa apoyando la cabeza sobre ella, no había participado en aquella monstruosidad, pero me sentía igual de culpable.<br />Deseaba que todo terminase y que pudiera desaparecer del lugar. Karisma estaba muy equivocada de lo que pudiera gustarme en una inmortal, ahora solo no me gustaba para ser mi compañera, si no que despreciaba con todas mis fuerzas lo que acababa de hacer.
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<a href="http://2.bp.blogspot.com/--VM8PZ13EDc/T5X7hxiP5TI/AAAAAAAAAOE/qAmuEtgQR7c/s1600/karismaa.jpg" imageanchor="1" style="margin-left:1em; margin-right:1em"><img border="0" height="294" width="231" src="http://2.bp.blogspot.com/--VM8PZ13EDc/T5X7hxiP5TI/AAAAAAAAAOE/qAmuEtgQR7c/s320/karismaa.jpg" /></a></div>Vanessahttp://www.blogger.com/profile/18211605774561015566noreply@blogger.com10tag:blogger.com,1999:blog-6811715489441076594.post-30840709380097134322011-10-26T09:16:00.000-07:002012-02-12T13:48:37.947-08:00Capítulo 28-Renacer<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="http://www.carteiroonline.com/gifs/barras/04.gif"><img style="display:block; margin:0px auto 10px; text-align:center;cursor:pointer; cursor:hand;width: 502px; height: 7px;" src="http://www.carteiroonline.com/gifs/barras/04.gif" border="0" alt="" /></a><br /><br />Aquellas palabras me habían dejado atónito, ¿cómo podía ser posible que no recordara nada de su antigua vida humana?.<br />Me acerqué a Karisma con pasos cautelosos y ésta se limpió con rapidez las comisuras de sus labios y acto seguido pasó las manos por su largo vestido color azul oscuro.<br />-Eso también es normal.-Mentí sin dejar de fruncir el ceño.<br />-¿Entonces porqué puedo ver en tu mente que me estás mintiendo?.-Preguntó tímidamente.<br />No supe que contestar, pero sus palabras me recordaron entrar esta vez en la suya y curiosamente, no hallé ningún recuerdo. <br />Ningún pensamiento, su mente estaba completamente vacía, ni si quiera existía el amor que en su estado humano decía sentir por mí.<br />-Aprendes con rapidez.-Dije.<br />-Gracias.-Contestó torciendo su sonrisa.<br />-Será mejor que mi padre te conteste a tu pregunta, él fue tu creador y él es el que debe de ocuparse de ti.-Dije ocultando mis manos en los bolsillos del pantalón cuando me dispuse a salir por la puerta.<br />-Brandom, espera.-Dijo poniéndose en pié.-Gracias por recordarme que estoy enamorada de ti.<br />Mis pasos se detuvieron y cerré mis párpados con fuerza, había dejado mi mente abierta y aquello le había hecho recordar que me amaba, entonces, ¿sólo podían recordar si alguien les hacía ver cómo eran y lo que sentían anteriormente a esta vida?.<br />-No sabes lo que dices Karisma, ni si quiera me conoces.-Dije intentando arreglar aquel error.<br />Asintió lentamente con la cabeza y sus ojos rasgados me miraron de arriba abajo maravillada.<br />-No importa si te conozco o no, tenemos toda una eternidad para hacerlo.-Dijo cuando sus ojos se clavaron en mis labios.-Lo que si sé, es que te amo.-Susurró mirándome fijamente.<br />-No es posible, los vampiros, no amamos.-Mentí con el fin de que se decepcionase de mí.<br />-Eso no es cierto, estás enamorado de Liz, puedo verlo dentro de ti.-Dijo avanzando hacia mí.<br /><br />Una de sus pálidas manos quiso acariciar mi rostro pero la detuve al vuelo.<br />Sus rasgados ojos tan negros como el abismo se entrecerraron cuando sintió mi incomodidad por aquél acercamiento,frunció el ceño y su mandíbula se endureció.<br />Acto seguido dio un paso hacia atrás y sus labios se estiraron mostrando una sonrisa.<br />-No me importa que así sea, conseguirás amarme algún día.-Dijo muy segura de sí misma.<br />Otro suspiro pesado salió de mi interior y salí de la sala con rapidez dejando a Karisma atrás, no me siguió,cosa que agradecí pues fui en busca de mi padre a toda velocidad.<br />Se encontraba en el exterior,tomando el aire fresco de la noche acompañado de Near,Estefi y su esposo.<br />Crucé el jardín dejando a un lado la fuente del sauce,al percatarse de mi presencia,éstos dejaron de susurrar y me recibieron con una amplia sonrisa.<br />-¿Ya despertó?.-Preguntó mi padre dándose la vuelta para encontrarse con mi rostro.<br />-Así es,será mejor que vaya y le respondas a unas cuantas preguntas.-Contesté.-Preguntas que yo soy incapaz de responder.-Añadí.<br />Mi padre frunció el ceño y acto seguido cruzó su azulada mirada con la de Estefi y su esposo.<br />Near,que no dejaba de mirarme,no borró en ningún momento aquella sonrisa que tanto me incomodaba.<br />-¿Y ahora padre, qué será lo siguiente que harás?.-Pregunté interrumpiendo aquél silencio.<br />Éste se giró para encontrarse conmigo llevándose la copa a los labios,su sonrisa se torció hacia un lado y acto seguido dio un último sorbo hasta vaciarla completamente.<br />-Dejadnos.-Ordenó a los demás.<br />Antes de que mi hermano mayor pudiera preguntarle si podía estar presente mi padre levantó un dedo sin apartar sus ojos de los míos.<br />-También tú Near.-Contestó.<br />Miré por encima del hombro de mi padre hasta encontrarme con la mirada fiera de mi hermano, sus manos se cerraron en un puño y las aletas de su nariz se hincharon volviendo aparecer su mal humor antes de desaparecer de nuestra vista.<br />-No sé que voy hacer con tu hermano mayor.-Dijo negando con la cabeza mientras avanzó hasta el banco de piedra para dejar descansar aquella copa de cristal.<br />-Lo que si sé es lo que voy hacer de ti querido hijo.-Añadió volviendo sus pasos hacia mí.<br />-¿Convertirme en el esposo de tu nueva mascota?.-Dije con cierto aire de sarcasmo.<br />Éste sonrió y una de sus pálidas y heladas manos la dejó descansar en mi hombro, mi rostro se giró volviendo a llamar mi atención aquél anillo que llevaba en su dedo anular.<br />Fruncí el ceño apartando la mirada de éste y acto seguido me encontré con la de mi padre, su mano se cerró alrededor de mi hombro e inhaló el aire antes de darme la espalda.<br />-Karisma no es ninguna mascota hijo, ella te adora y está dispuesta a demostrártelo.-Comenzó a decir.-No seas tan desagradecido y aprovecha esta oportunidad que te ofrezco.<br />Fruncí el ceño y escondí las manos en el interior de mis pantalones tomando una gran cantidad de aire antes de responder aquellas palabras que no tenían ningún sentido para mí.<br />-Padre intento entenderte pero no lo consigo.-Contesté.<br />Sus pálidas manos las escondió tras su espalda donde podía verlas, jugueteaba con su sello y aquella perla color sangre brillaba en la oscuridad de la noche.<br />-Quiero hacer de ti un hijo ejemplar, un vampiro que podrá sucederme en el caso de que algo me pasara.-Dijo volviendo a girarse.<br />-¿Y por ello tengo que tomar por compañera a la señorita Halley?.-Pregunté volviendo al tema que realmente me inquietaba.<br />-Sabes que no podrías sobrellevarlo todo, teniendo a una esposa a tu lado te resultará más fácil ocuparte de lo que durante siglos hemos estado ocultando.-Contestó.<br />Negué con la cabeza y acto seguido clavé mis ojos en los suyos.<br />-Tú lo has estado haciendo sin la ayuda de madre.-Dije.<br />Su pecho se hinchó y sus ojos se desviaron hacia la nada.<br />-Tienes razón, pero no es eso lo que intento decirte.-Dijo.-Todo vampiro necesitamos algo que nos motive a seguir luchando por nuestra existencia, a crecer.<br />Mi motivo era tu madre, y cuando ella desapareció ese motivo pasó a ser el de mis hijos, quiero crear un mundo en el que los humanos, pasen a ser sólo un recuerdo de vampiros.-Dijo con la mirada aún perdida.<br />-¿Por qué padre?.-Pregunté negando con la cabeza cuando la imagen de Liz apareció por mi mente.-¿Por qué les odias?, no todos los humanos son como tu crees.<br /><br />Su intensa mirada se clavó en mis ojos exigiendo una disculpa por haber osado a decir tales palabras, pero no tenia ninguna intención de hacerlo ,pues era lo que pensaba.<br />El silencio reinó en aquella oscura noche, unas nubes comenzaron a cerrarse en el cielo ocultando completamente las estrellas, husmeé el aire y éste me aviso de que una tormenta estaba próxima.<br />Hice caso omiso y me centré más en aquél incómodo silencio esperando que mi padre se le ocurriese decir algo que mereciera la pena escuchar.<br />-¿Es por madre verdad?.-Rompí el silencio.<br />Sus hombros se encuadraron y se dirigió a la fuente del sauce llorón para bordearla volviendo a encontrarse con mi rostro que lo observaba con detenimiento.<br />-Brandom, ya deberias saber que no me gusta hablar de estas cosas, pero si quiero que entiendas el por qué me preocupa que te relaciones con humanos.-Dijo ocultando sus manos nuevamente tras su espalda.<br />-Mi querida Anette…-Comenzó a decir con la mirada perdida.-Una noche, tu madre salió sola de caza.<br />En Londres no se hablaba de otra cosa, unos asesinatos que para nada teníamos que ver con ellos, se trataba de un nuevo clan que se estaba extendiendo por todos los países del mundo, un nuevo clan de vampiros recién nacidos.-Dijo sentándose en uno de los bancos de piedra.<br />Pequeñas gotas de agua comenzaron a impactar contra el suelo, el golpeteo era constante y una brisa fresca comenzó a revolver mis cabellos ocultando mi rostro.<br />Guardé en mi mente palabra por palabra e intenté entender el por qué de tanto odio por los humanos, hasta ahora no tenía sentido, pero poco a poco iba tomando forma.<br />-Esa noche estuve especialmente cansado y no pude acompañarla, llevaba varios días sin beber por todo el asunto de los rumores y estuve gravemente enfermo.-Dijo llevando una de sus manos a la frente, cómo si volviera a vivir aquél estado de enfermedad.<br />-Después de tanto insistir, la dejé ir, y aquellos humanos cazadores con antorchas en las manos salieron al bosque en busca del monstruo.-Dijo ocultando esta vez su rostro.<br />-Jamás volví a verla, sólo deseo que allá donde se encuentre esté bien y pueda volver a verla, hasta entonces he mantenido y sigo fiel a su recuerdo.-Dijo descubriéndose el rostro sin mirarme.<br />Aquellos detalles jamás lo había escuchado en los labios de mi padre, hasta donde yo sabía, mi madre había desaparecido hacía años e intuía que tuvieron que ver los humanos con su desaparición.<br />No estaba del todo seguro de que se encontrase bien, si la habían dado caza, probablemente ya estaría muerta.<br />Un nudo en el pecho se me creó de tal manera que no había manera de deshacerlo, aquella historia era horrible, pero aún así, mis sentimientos por mi querida humana permanecían intactos.<br />Mi padre se levantó de su asiento y pasó una mano por mi nuca, descansó su frente sobre la mía mientras que sus ojos azulados brillaron de una manera especial.<br />-Hijo mío, eres mi orgullo, mi sangre, fruto del amor que tu madre y yo tuvimos,´sé que harás lo correcto.-Susurró.-Si no quieres hacerla tu esposa, aceptaré tu decisión, pero al menos permítela conocerte y deja que se gane tu cariño.<br />Tú mismo dijiste que no infectarías a Elizabeth para hacerla tuya, por otra parte no puedo permitir que la sigas viendo como humana, y de seguir siendo así, tendré que matarla yo mismo.-Dijo con tono amenazante.-Respeta el odio que siento por ellos, respeta la memoria de tu madre, y te prometo que a ella no le pasará nada.-Añadió cerrando sus brazos alrededor de mi espalda golpeándola con suavidad segundos después.<br />-Los vampiros no amamos a seres de otra raza, sólo a la nuestra, recuérdalo cada vez que sientas esa necesidad.-Dijo presionando mi hombro.<br />Palabra por palabra, ahora nada estaba difuso, el odio de mi padre era más que comprensible y yo deberia sentir lo mismo, pero me resultaba imposible.<br />Podía odiar a los humanos, ¿pero a ella?, era incapaz, ¿por qué no podía odiarla?.<br />La respuesta era más que clara, yo había venido a este mundo sólo para amarla, para protegerla, y eso no podía cambiarlo mi padre, no podía cambiarlo las normas, ni si quiera el recuerdo de mi olvidada madre.<br />Me sentí un monstruo por traicionar a mi raza, un monstruo ruin y despreciable y diferente a los demás, pero de igual manera me sentiría si optaba por estar en el bando de los míos, de mi propia sangre.<br />Por más que me pregunté a mi mismo que debía hacer no hallé ninguna respuesta, seguía necesitando tiempo para pensar que hacer, como actuar y que decisión tomar.<br />Negué con la cabeza e inhalé el aire frío de la noche, escondí todas mis dudas e inquietudes en una puerta del interior de mi mente y cerré con llave impidiendo que mi padre tuviera acceso a ellos.<br />Mi amor por Liz era demasiado grande, demasiado real y aquél amor sabía que me llevaría a la muerte y al desprecio por todos, por ambas partes, tanto vampiros como humanos, ese riesgo, lo conocía desde el principio.<br />-¿Te inquieta algo hijo?.-Preguntó buscando mis ojos.<br />Mis cabellos mojados ocultaron una buena parte de mi rostro y alcé mi mirada para encontrarme con la suya, apreté mis dientes intentando sacar el valor que tanto buscaba en mi interior y encontré aquella motivación que mi padre me había hablado momentos antes.<br />Negué con la cabeza mientras que una de mis manos se cerraron en un puño.<br />-Amo a Elizabeth padre, prefiero estar muerto si me impides que vuelva a verla.-Dije con la voz tan dura y fría como el hielo.<br />Sus labios se estiraron mostrando una sonrisa volviendo a presionar mi hombro con fuerza.<br />-Te he dicho demasiado esta noche, lo único que necesitas es recapacitar y pensar muy bien todo esto, no te preocupes más, vayamos a ver como está la señorita Halley.-Dijo como si no le importase en absoluto lo que le acababa de decir.<br />Sabía mi decisión, es más, esta vez se lo había dejado ver a través de mis pensamientos, pero al parecer no le dio la mínima importancia.<br />Sus pasos se dirigieron a la mansión mientras que me quedé ahí, inmóvil dejando que la lluvia calara todo mi cuerpo.<br />-¿Por qué no puede recordar nada?.-Pregunté cuando estuvo lo bastante lejos.<br />Sus pasos se detuvieron por un momento, seguía dándome la espalda y su rostro se giró hacia un lado sin mirarme.<br />-A todos les ocurre la primera vez.-Dijo.-Vayamos dentro, está lloviendo demasiado.-Añadió.<br />Le seguí a toda velocidad hasta llegar a su altura y juntos atravesamos la puerta principal de la mansión.<br />August, el mayordomo, se apresuró a quitarle la chaqueta para poco después dejarla en el perchero de madera.<br />-Espera aquí.-Me ordenó antes de atravesar la sala en la que se encontraba la señorita Halley.<br />-No padre, prefiero estar presente.-Dije.-Si no tienes ningún inconveniente por supuesto.-Le desafié.<br />Quería saber de sus labios todo aquello que desconocía, si iba a ser su sucesor, debería de estar al tanto de ciertos detalles.<br />Mi padre amplió su sonrisa al leer mis pensamientos e hizo un gesto con su mano para que me adelantase.<br />Incliné mi cabeza en respuesta a tal detalle por su parte e irrumpí en la sala donde se encontraba Karisma engullendo sangre de una enorme fuente plateada.<br /><br />Al percatarse de nuestra presencia mostró sus dientes intentando proteger su banquete, hilos de sangre corrían velozmente por su barbilla y ésta se llevó un paño hasta ella para limpiarse rápidamente.<br />Mi padre alzó su mano para tranquilizarla y caminó hasta ella con pasos cautelosos mientras que yo me quedé inmóvil en el umbral de la puerta.<br />-Lo siento señor Akerman, no sé como controlar mi ansia, tengo muchísima sed.-Se disculpó limpiando con fuerza su barbilla.<br />-No te preocupes, pronto comenzarás a controlarlo.-Dijo relajando sus hombros.-Brandom,¿puedes decirle al servicio que traigan a la señorita Halley más sangre por favor?.-Preguntó volviendo su rostro.<br />Fruncí el ceño y acto seguido dí un suspiro frustrado en el aire.<br />-No empiece sin mí padre. Enseguida vuelvo.<br />Salí de aquella sala a toda velocidad siguiendo el olor de Dorothy, la hallé en la cocina, sentada con las manos cruzadas sobre la mesa.<br />-Dorothy, ¿podrías llevar más sangre a la sala de estar?.-Pregunté mirando hacia atrás cuando los demás miembros del servicio nos dejaron solos.<br />-Enseguida mi niño.-Contestó con la mirada perdida.<br />-¿Te encuentras bien?.-Pregunté preocupado.<br />El ama de llaves se levantó lentamente de su asiento y se dirigió hacia mi mostrando una sonrisa dulce, me acarició el rostro con su cálida mano y acto seguido me dio la espalda para dirigirse a preparar lo que la había ordenado.<br />Aquella sonrisa bien podría ser una respuesta a mi pregunta pero aún así me daba la sensación de que a Dorothy le ocurría algo más serio.<br />No quise volver a preguntar, pues mi prioridad ahora era volver cuanto antes a la sala para saber de primera mano aquello que desconocía sobre la conversión de un humano a vampiro.<br />Volé hasta aquella habitación y me encontré a Karisma sentada cómodamente en el sofá, a su lado se encontraba mi padre hablando con ella, cuando notaron mi presencia la voz de mi padre se detuvo.<br />Karisma se puso en pié y mostró una amplia sonrisa cuando me vio atravesar el umbral de la puerta, le respondí torciendo la mía hacia un lado y tomé asiento para que la señorita Halley hiciera exactamente lo mismo.<br />-¿Y bien?.-Comencé a decir y acto seguido me aclaré la garganta.-¿De que estabais hablando padre?.-Pregunté intentando averiguar su respuesta.<br />Éste sonrió y pasó una de las manos por sus cabellos rubios.<br />-De nada, estábamos esperando tu llegada,¿verdad señorita Halley?.<br />-Verdad.-Sonrió nerviosamente.<br />Mi padre sonrió, acto seguido cruzó sus piernas y entrelazó los dedos de sus manos, me dedicó una rápida mirada para después dedicar su atención a Karisma.<br />-Bien señorita Halley voy a explicarle y contestar a sus inquietudes.-Comenzó a decir.-Es muy común que al ser un vampiro recién nacido su cuerpo necesite beber para saciar su sed.<br />Ya no necesitará jamás alimentarse de comida humana, es más si lo intenta,su cuerpo no lo toleraría y podría morir,esto es debido a que ha cambiado su metabolismo y sus células no son las mismas que cuando era una simple humana.-Hizo una pausa para mirarme y acto seguido prosiguió con su brillante explicación.-La sangre tiene varias funciones para el vampiro,la más importante es la del transporte de oxigeno desde el cerebro al resto de nuestro cuerpo. Su cuerpo necesitará sangre humana o animal para poder mantenerse viva y fuerte, siempre recomiendo sangre humana ya que tiene mejores propiedades que la sangre animal.-Dijo con una sonrisa.<br />-La sangre animal igualmente proporciona fuerza y larga vida al vampiro, no en un mayor nivel en lo que a fuerza se refiere, pero se puede vivir.-Opiné.<br />Mi padre me fulminó con la mirada e hice un gesto para disculparme. Su voz comenzó a sonar de nuevo en aquella sala y dejé que prosiguiera con su entretenida explicación al nuevo monstruo. <br />-Probablemente en ocasiones se sentirá muy confusa respecto a los recuerdos, deberá tener presente que si ahora es inmortal es por que en su vida humana no encontró lo que verdaderamente estaba buscando.-Dijo incorporando su cuerpo del sofá.-Que no era dichosa en la antigua vida y que en ésta podrá tener la oportunidad de ser libre y feliz.<br />Dí un largo suspiro, esta vez de frustración.<br />Aquellas frías palabras de mi padre rebotaron en mi cabeza como las campanas que se escuchaban a lo lejos en la gran torre del reloj.<br />Se equivocaba, en esta vida inmortal jamás podría encontrar la felicidad, si aquella joven supiera lo que algunos vampiros darían por tener una vida tan simple y compleja como la de un humano…jamás optarían por tener esta.<br />Una vida inmortal con leyes crueles, jamás podría ser libre el cien por cien. Escuchando las palabras de mi padre eran como las de un vendedor desesperado, vendiendo un producto con una bonita portada y en su interior sólo se hallaba una gran mentira.<br />-Ahora recordará lo que en su vida humana me comentó una vez, que no era feliz, que su padre y hermana estaban enfermos y eso le producía desesperación e impotencia.-Dijo mi padre refrescando sus recuerdos humanos.<br />Karisma cruzó los dedos de sus manos y acto seguido agarró sus vestidos con fuerza cuando aquel recuerdo llenó por completo su mente.<br />Mi padre sonrió y su pecho se hinchó para tomar una gran cantidad de aire.<br />-Desesperación porque tenía que estar a su cargo y le impedía hacer muchas cosas en su vida. Impotencia por que más de una vez ha deseado con todas sus fuerzas que desaparecieran, incluso ha llegado a desear sus muertes.-Sonrió.<br />-¡Basta padre!.-Grité poniéndome en pié.-¡Basta!.<br />-Brandom, vuelve a sentarte o tendré que pedirte que salgas de aquí.-Dijo con la mirada fija en el rostro de Karisma.<br />Ésta estuvo sumergida en sus pensamientos con la mirada clavada en su regazo. Aquellos amargos recuerdos volvieron a perturbar su mente.<br />Caminé por la sala de un lado a otro pasando continuamente la mano por mis húmedos cabellos negros. <br />Lo que pretendía despertar mi padre en aquella joven era su ira, comprobar si podía ser una fiera asesina, una candidata perfecta para ser mi futura esposa.<br />La vida de la señorita Halley en su estado humano no parecía haber sido demasiado buena, pero por ello mi padre no debía inculcarle algo tan evidente, tan cruel.<br />-Debes matarlos Karisma, debes liberar el sufrimiento que te han causado.-Dijo con voz fría.<br />-¡Padre, esto no es necesario!.-Grité.-Karisma, te necesitaban, estoy seguro de que ellos te lo agradecieron cada segundo de sus vidas. Comencé a decir.-Probablemente perdiste parte de tu vida en cuidarlos pero el tiempo te compensará generosamente. No tienes por que matarlos, déjalos vivir el tiempo que les quede sin ti.<br />Karisma entró en un estado de shock y su cabeza parecía temblar al igual que sus hombros.<br />Parecía como si un torrente de recuerdos la azotaran violentamente,segundos después todo quedó reducido a un silencio incómodo.<br />-¡Brandom!.-Gritó mi padre enfurecido.-¡Sal inmediatamente de aquí!.<br />-Señor Akerman.-Susurró la joven volviendo a un estado más tranquilo después de un largo silencio.-No es necesario.-Dijo con la mirada en su regazo.<br />Alzó por un momento la cabeza, su cabello largo y de un negro abismo ocultaba parte de su rostro. Sus ojos se tornaron a un rojo sangre y miraron fijamente a los míos.<br />-Ahora lo recuerdo todo, todo lo relacionado con mi vida pasada, no es necesario que me recuerden más.-Dijo con un tono de voz diferente.-Debo cerrar puertas y comenzar mi nueva vida.<br />Fruncí el ceño en intenté entrar en su mente para saber a que se refería con cerrar puertas, mi padre dejó de tener esa fiera mirada para dedicar una amplia sonrisa a la señorita Halley.<br />-Brandom, lo que daré a mi familia es una muerte rápida para liberarles de su sufrimiento, tu padre tiene razón.<br />No tiene sentido dejarles vivir si ya no voy a poder ayudarles más.-Dijo poniéndose en pié cuando captó el olor a sangre.<br />-Definitivamente es un error.-Dije negando con la cabeza.<br />-Es la mejor decisión.-Añadió mi padre sin borrar su sonrisa.<br />Unos nudillos tocaron la puerta de madera con suavidad, el olor a sangre provenía desde el otro lado.<br />Giré el pomo con fuerza y me encontré con el rostro preocupado de Dorothy.<br />-Señor Akerman, les traigo la sangre.-Anunció.<br />-Pase Dorothy, deje la fuente sobre la mesa por favor.-Dijo mi padre.<br />Asintió con la cabeza y le dedicó una rápida mirada a Karisma.<br /><br />La señorita Halley parecía bailar sus vestidos con las manos muy sonriente cuando cruzó la mirada con el ama de llaves, Dorothy agachó su mirada hacia su mandil y salió por la puerta.<br />-Señorita Halley, como podrá comprobar en estos momentos, su cuerpo está comenzando a alterarse con la sangre.-Dijo avanzando sus pasos hacia la mesa.-Es importante que tenga en cuenta que su mente tiene que tener más poder que su necesidad, este pensamiento la ayudará a la hora de salir fuera y no levantar sospechas.-Dijo cogiendo el cazo llenándolo de sangre hasta desbordarlo sobre la fuente.<br />-No es aconsejable salir y atacar a todo aquel que se cruce en nuestro camino por que corremos el riesgo de ser descubiertos.-Dijo sin dejar de mover aquel cazo.<br />Los ojos de Karisma se tornaron de oscuros a rojos, y viceversa.<br />-Si sospechas que has sido descubierta extermina a tu descubridor, si esto no puede ser posible huye de la ciudad, y bajo ningún concepto delatarás a la familia, ¿entendido?.<br />-Si señor Akerman.-Contestó llevando una de sus manos a la garganta.-Pero tengo una duda.-Dijo apartando sus ojos de aquella fuente para mirarme fijamente.<br />-¿Porqué permite que Brandom siga manteniendo con vida a Elizabeth?.-Preguntó volviendo a cruzar su mirada con la de mi padre.<br />Éste la desvió por un momento para encontrarse con la mía y dejó de juguetear con el cazo.<br />Sonrió y su pecho pareció volver a hincharse.<br />-Intento que algún día se dé cuenta por sí solo que es un tremendo error, pero prometí no hacerla nada si mantenía las distancias, ¿no es cierto hijo mío?.-Dijo torciendo su sonrisa.<br />Mis ojos se clavaron en los suyos y aguanté su penetrante e inquieta mirada, sabía que aquello volvía a ser una amenaza en toda regla.<br />-Elizabeth no es un error padre, es lo mejor que me ha podido pasar en esta vida inmortal, y de hecho si hubiera otra, la volvería a buscar.-Dije armándome de valor.<br />Los ojos de Karisma se abrieron del tal manera que captaron mi atención, en su mirada había un dolor profundo y las comisuras de sus labios cayeron hacia abajo.<br />Sus pasos avanzaron hasta situarse delante de mí, sus ojos buscaron los míos y cuando se encontraron bajaron lentamente hasta mi pecho.<br />Se quedaron ahí, observando en silencio.<br />Su mano voló hasta mi pecho y pude ver como una sonrisa amarga dibujaron sus pálidos labios.<br />-Envidio aquella mujer que tiene tu amor y protección, espero que algún día no tardes en darte cuenta que yo puedo amarte mucho más de lo que puedas llegar a imaginar.-Susurró.<br />Mi mano se cerró alrededor de su muñeca y ésta alzó su rostro para encontrarse con el mío.<br />-Lo siento Karisma no es nada personal, pero nadie está a su altura.-Dije fríamente.<br />Mantuve un duelo de miradas con mi padre y en su rostro se podía apreciar la decepción que le causaron mis palabras.<br />Mi mandíbula se endureció al igual que todo mi cuerpo, nada ni nadie podría hacerme cambiar de opinión.<br />Sabía lo que quería y lo que estaría dispuesto hacer si me ponían obstáculos en el camino, giré el pomo de la puerta violentamente y la cerré detrás de mí sin importarme en absoluto quien dejaba atrás.Vanessahttp://www.blogger.com/profile/18211605774561015566noreply@blogger.com9tag:blogger.com,1999:blog-6811715489441076594.post-18272768402636926152011-08-20T10:15:00.000-07:002012-02-12T13:50:00.410-08:00Capítulo 27-Conversión<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="http://www.carteiroonline.com/gifs/barras/04.gif"><img style="display:block; margin:0px auto 10px; text-align:center;cursor:pointer; cursor:hand;width: 502px; height: 7px;" src="http://www.carteiroonline.com/gifs/barras/04.gif" border="0" alt="" /></a><br /><br />Una vez que la conversación dio por terminada en la entrada principal de nuestra casa, me dirigí a mi dormitorio para reflexionar sobre las palabras amenazantes de mi padre.<br />De algo si estuve completamente seguro en todo momento, no renunciar a Elizabeth por nada del mundo.<br />Sabía y entendía que la estaba poniendo en peligro, pero era perfectamente capaz de protegerla yo solo, sin la ayuda de nadie más y estaba dispuesto hacerlo.<br />Accedí minutos después ante las palabras de mi padre, no me acercaría de nuevo a un humano excepto que fuera estrictamente necesario, de manera que la necesidad que sentía de estar junto a Elizabeth era todo el tiempo, pero este pequeño detalle no se lo había explicado a mi padre y tampoco le dejé ver mis pensamientos, simplemente acepté su consejo para ganar tiempo.<br /><br />Tiempo para pensar y tomar grandes decisiones.<br />Barajé la posibilidad de llevármela lejos, pero aquello no era una idea brillante, Elizabeth aún era una niña y sus padres no me darían su consentimiento.<br />Tampoco podríamos escaparnos así como así, Liz sufriría a diario al saber que sus padres no sabrían nada de su paradero y aquello probablemente la haría infeliz.<br />Por otra parte, todo el clan vampiro barrería el país hasta darnos caza por la deshonra, ¿qué podría hacer?.<br />Estaba claro que hablar con mi padre era prácticamente imposible, y mucho menos hacerle entrar en razón,<br />Debía pensar en algo, tenía que hacerlo antes de que el asunto se complicase aún más.<br />-¿Brandom?.-Me interrumpió la inquietante voz de Mary que esperaba al otro lado de la puerta.<br />Deshice el grueso nudo de mi corbata oscura con mis manos y me apresuré a recibirla.<br />Al encontrarme con su rostro le dediqué una sonrisa esperando calmar sus inquietantes pensamientos.<br />-Mary, no va a ocurrir nada, quédate tranquila.-Dije muy calmado.<br />-¿Cómo puedes pedirme que me calme cuando las cosas no van nada bien?.-Contestó angustiada una vez se halló dentro de mi dormitorio.<br />-Padre quiere que bajes a la sala de estar, está reunido con Near, Estefi, su esposo y Karisma.-Dijo en un susurro.<br />Fruncí el ceño encontrándome con los ojos de mi hermana preguntándome que hacía ella en la mansión.<br />-No lo sé, pero padre quiere que te reúnas con ellos lo antes posible.-Contestó con rapidez.<br />Su garganta pareció dificultarse en la última frase.<br />-¿Qué ocurre Mary?.-Me preocupé.<br />Mi hermana negó con la cabeza y acto seguido estiró sus pálidos labios para dibujar una sonrisa.<br />-No es nada.-Contestó.-Es sólo que a mi no se me permite asistir, y francamente no entiendo el porqué si yo también pertenezco a esta familia.-Dijo encogiéndose de hombros.<br />Una sonrisa apareció fugazmente por mis labios y acto seguido froté su brazo con cariño.<br />-Tal vez sea por que siempre estás de mi parte y padre sabe lo mucho que te incomodan nuestras discusiones familiares.-Contesté volviendo a sonreír.<br />-Muy considerado de su parte, lo que no entiendo es por qué Karisma si tiene que estar ahí abajo.-Dijo muy molesta.<br />Un suspiro pesado salió de mi interior sin previo aviso, algo volvió a inquietarme y no estaba completamente seguro de lo que podría ser, pero tendría mucho que ver con aquella humana que estaba reunida con mi familia en esos momentos, Karisma Halley.<br /><br />-Ah, mi querido hijo a querido honrarnos con su agradable presencia.-Anunció mi padre cuando atravesé el umbral de la puerta.<br />Estefi y su esposo ocupaban el sofá de color verde oscuro y parecía que estaban susurrando entre ellos sin apartar los ojos de mi rostro.<br />No le dí importancia, acto seguido pasé por delante de Near que estaba cómodamente sentado en una silla de madera con las piernas cruzadas y sosteniendo una copa de de cristal en su mano.<br />Sus ojos ensangrentados se clavaron en los míos y dibujó una sonrisa en sus labios, era un signo claro de que comenzaba a volver a provocarme.<br />Hice caso omiso a su presencia y me dirigí a saludar a la señorita Halley que curiosamente ese día estuvo de lo más nerviosa, y no era de extrañar, sabía lo que éramos y aún así no parecía importarle estar rodeada de vampiros.<br /><br />Al tomar su mano para besarla ésta temblaba y una risa nerviosa se escuchó en la sala de estar, intenté leer sus pensamientos cuando estuve lo bastante cerca de ella, pero me resultaba imposible, parecía estar cerca de un vampiro más al juzgar por aquella mente cerrada.<br />Mi padre hizo un gesto con su mano para que tomara asiento junto a Karisma y obedecí esperando saber de que se trataba aquella misteriosa reunión.<br />Mis ojos se desviaron para mirar con detenimiento a Karisma y ésta apartó la mirada tan pronto se percató de mi intención.<br />Sus cabellos negros estaban recogidos, mis ojos bajaron hasta su cuello desnudo, por un segundo vi latir su vena con fuerza y tuve que mirar hacia otro lado evitando atacarla allí mismo.<br />-Brandom, probablemente te preguntarás que hace aquí la señorita Halley.-Comenzó a decir mi padre mientras sus pasos se dirigieron hacia el mueble donde se hallaban todas las copas de cristal fino.<br />Cogió una entre sus manos y acto seguido fue hacia la mesa donde se encontraba un cuenco plateado lleno de sangre.<br />-Exacto.-Contesté.<br />Rellenó con sangre su copa de cristal y tomó un trago largo, mis ojos volvieron a observar el rostro de aquella joven intentado ver alguna muestra de repulsión, pero su rostro era de lo más inexpresivo, era como si aquello lo hubiese visto a lo largo de su vida y no le sorprendía en absoluto.<br />-Cómo ya sabrás, la señorita Halley sabe lo que somos, yo mismo le revelé nuestro secreto, si está presente hoy entre nosotros es por que hoy, ha llegado el momento de que pase de ser una simple mortal a un miembro más en la familia, una de nosotros.-Dijo alzando su copa a la misma vez que los demás.<br />Me levanté de mi asiento con el ceño fruncido y aquella humana de mente cerrada buscó en mis ojos algo que yo solamente sabía, algo tramaba mi padre y pude entender de que se trataba.<br />-Brandom, sientate.-Me ordenó mi padre presionando mi hombro con fuerza hasta obligarme a tomar asiento.<br />Mi respiración se agitó de manera descontrolada, aquello no podía estar ocurriendo, el plan de mi padre era tan obvio, pretendía pasar el virus a Karisma para así convertirla en mi esposa poco después.<br />Quería apartarme de Elizabeth a toda costa, y que mejor que tomar a una humana, infectarla para convertirla en vampiro,que siguiera todos mis pasos y eliminase toda forma de vida que se me acercase.<br />-Ahora, nosotros nos retiraremos y quiero que tú, pases a darle la vida eterna que le corresponde.-Dijo dirigiendo sus pasos hacia la puerta.<br />-No, ¡no le corresponde esto, no puedo infectarla, no quiero convertirla en mi esposa!.-Grité con todas mis fuerzas.<br />-¡Brandom, Brandom por favor!.-Grito Karisma tomándome la mano con fuerza.-¡Yo no quiero ser humana, mi…novio me abandonó, mi padre y mi hermana están gravemente enfermos estoy prácticamente sola en esta vida, y…-Se detuvo cerrando sus rasgados ojos.-Te quiero desde hace un tiempo, te quiero con locura y no me he atrevido a decírtelo hasta ahora pero, tu padre si conocía mis sentimientos y sólo está intentando que me acerque a ti para que me des una oportunidad.-Dijo con un hilo de voz.<br />Seguí sin saber cual eran sus intenciones pero no tenían que estar demasiado lejos con todo lo que acababa de decir, me había dejado atónito, jamás me había encontrado en aquella situación y solo deseaba salir de ella y hacerla entrar en razón.<br />Los demás presentes salieron de la sala cuando mi padre les dio la orden, y él permaneció en la entrada viendo aquél siniestro teatro que había creado.<br />-Karisma, agradezco tus palabras pero no puedes amarme a mí, es una locura, y la mayor locura que puedes cometer es vivir en inmortalidad, ser un asesino y matar y beber sangre de los tuyos.-Dije tomándola por los brazos.-No te arrebates a ti misma tu vida humana por que a diferencia de lo que piensen los que son como yo, deseamos estar vivos.<br />-¡Brandom, no vuelvas a repetir eso y hazlo, dale la vida eterna ahora mismo!.-Grití mi padre desde el otro lado con las manos cerradas en un puño.-¡Hazlo de una vez!.-Volvió a gritar.<br />-Brandom por favor, no enfades a tu padre y hazlo de una vez.-Dijo enseñando parte de su cuello.<br />Cerré los ojos con fuerza intentando evitar tocarla, mientras que por otra parte mi padre gritaba enfurecido obligándome hacerlo, y en el centro estaba ella, mi hermosa y querida humana.<br />Aquél pensamiento fue poderoso y me llenó de una fuerza brutal, pues mis ojos se abrieron y se tornaron de color oscuro al encontrarme con la mirada azulada de mi padre.<br />-¡Ella jamás será tuya!.-Gritó cuando irrumpió en mis pensamientos.<br />-Karisma tampoco lo será, no voy hacerlo padre, ya no.-Dije entre dientes.<br />-Tu padre dijo que estás enamorado de una humana, de la hija del tallista, los Jenzen. Pero óyeme bien, sé que puedo hacerte feliz, sé que puedo hacerte olvidarla, sólo tómame y comprobarás que es cierto todo lo que te he dicho.-Dijo muy segura de sus palabras.<br />Dudé demasiado de sus palabras, pues jamás conseguiría lo que era imposible, nadie me haría olvidarla aún si dejase de existir, nadie podría hacerme feliz si Elizabeth no estuviera a mi lado y nunca más, existiría otro amor como el que ella me había dado.<br />.-Vete a casa, y no vuelvas por aquí nunca más.-La aconsejé.<br />-¡Maldita sea, hazlo de una vez!.-Gritó con fuerza.<br />-¡No padre, esto se acabó!.-Contesté cuando me liberé de las manos de aquella joven y pasé por el lado de mi padre.<br />-¡Esta bien, yo decido cuando se ha acabado!.-Dijo enfurecido dirigiéndose a Karisma tomándola por la cintura.<br />Me dí la vuelta con rapidez cuando escuché el sonido que emitió la garganta de mi padre al tomar su sangre.<br />En ese preciso momento el corazón de Karisma latió con rapidez y sus ojos abiertos me miraron a la misma vez que mostraba una sonrisa forzada, mi padre la dejó caer al suelo y se dio la vuelta para encontrarse conmigo.<br />Sus labios se estiraron dejando ver sus afilados dientes ensangrentados y acto seguido se limpió con la base de su mano, dio unos pasos en mi dirección y noté su aliento a sangre a centímetros de mi rostro.<br />-Ahora sí hijo, se ha acabado, quédate con ella cuando se despierte y enséñale todas las maravillas que nuestra especie es capaz de hacer.-Dijo con la respiración entrecortada. <br />Cerré mis ojos con fuerza por un segundo y cuando los volví abrir había desaparecido de mi vista, sólo estaba aquella joven tirada en la alfombra de la sala de estar con el cuello ensangrentado.<br />Las venas de esté comenzaron a hincharse y a ponerse oscuras, era evidente que el virus estaba empezando a contaminar su sangre y muy pronto su corazón dejaría de latir.<br /><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="http://1.bp.blogspot.com/-9ESCzX0G5cU/TmThZMVSPyI/AAAAAAAAAKA/G_nyHRvD750/s1600/2374211y9bm6qcgdc.jpg"><img style="display:block; margin:0px auto 10px; text-align:center;cursor:pointer; cursor:hand;width: 400px; height: 247px;" src="http://1.bp.blogspot.com/-9ESCzX0G5cU/TmThZMVSPyI/AAAAAAAAAKA/G_nyHRvD750/s400/2374211y9bm6qcgdc.jpg" border="0" alt=""id="BLOGGER_PHOTO_ID_5648887655552925474" /></a><br />Su cuerpo comenzó a estirarse dí unos pasos hacia delante para cerrar la puerta detrás de mí y apoyé la espalda contra ella observando aquél estado de dolor que probablemente estaría pasando Karisma.<br />Su cuerpo comenzó a convulsionar rápidamente, sus gritos eran desgarradores, imaginaba que aquello debería de ser como si te quemaran en una hoguera, dicho por humanos que han optado por ser vampiros, el paso de dejar la vida humana para tomar esta resultaba muy dolorosa, tanto que aún podrías recordar el dolor que suponía la conversión.<br />Por un segundo, me alegré de haber nacido siendo vampiro, pero por otro, se estaba convirtiendo en una pesadilla, sobre todo el no poder tomar mis propias decisiones y estar obedeciendo las leyes toda una inmortalidad.<br />El cuerpo de Karisma se doblaba e intentaba liberarse de aquél terrible dolor, seguramente en su interior estaría pensando que aquello no había sido una buena idea y solo deseaba que terminase cuanto antes, hasta que por fin su cuerpo se detuvo y abrió sus rasgados ojos intentado buscar los míos.<br />En ese momento su corazón dejó de latir, murió contemplando mi rostro horrorizado, y curiosamente volvió a nacer en mi mundo oscuro volviendo a contemplar la misma expresión de horror.<br />Al nacer, su piel pasó de ser morena a pálida, sus cabellos negros estaban revueltos y pestañeó un par de veces frunciendo el ceño.<br />Sus ojos rasgados eran muy diferentes ahora, seguían manteniendo su color castaño, excepto por una fina película alrededor de color rojo sangre.<br />Se llevó las manos hasta ellos mientras rodaba por la alfombra intentando evitar la luz artificial de las lámparas, fui hasta ellas y le dí a la pequeña rueda hasta dejarla en penumbra.<br />-¿Te encuentras bien?.-Pregunté lo más lejos posible de ella.<br />Un humano que ha pasado por la conversión resultaba violento en sus primeros meses de vida, no era demasiado prudente estar lo bastante cerca de manera que tenía que ganar su confianza.<br />Fui hasta la mesa donde se encontraba aquél cuenco plateado para llenar una copa de sangre, Karisma permanecía tumbada dando vueltas por la alfombra observando todo lo que sus ojos de vampiro la regalaban.<br />-Puedo escuchar a los ratones en el desván y a las hormigas morder las hojas del jardín, ¿puedes oírlo, lo oyes?.-Susurró maravillada.<br />Me puse en cuclillas y alargué mi mano ofreciéndole aquella jugosa copa de sangre.<br />-Si, yo también lo oigo.-Contesté.<br />Sus ojos enloquecieron cuando detecto su olfato el olor a sangre, me arrebató la copa llevándosela a los labios y parte de la sangre se le derramo por la barbilla.<br />-Lo siento, no se como controlarme.-Se disculpó lamiéndose con fuerza los labios.<br />-Es algo muy normal, pronto aprenderás a controlarte y por el bien de todos, espero que lo consigas pronto.-Dije.<br />Sus ojos parecían perderse por toda la sala y cuando se encontraba con los míos volvía a parecer ruborizarse.<br />-Karisma, mi intención ahora no es provocarte, pero quiero que sepas que jamás podré corresponderte como te mereces, has cometido una locura al querer dejar tu vida humana para tomar esta,pero quiero que sepas que en todo momento tendrás mi amistad y te ayudaré siempre que lo necesites.-Dije poniendome en pié para dirigirme al ventanal.<br />Después de dos largos minutos me dí la vuelta inquieto por el silencio que reinaba en la sala, Karisma estaba sentada en la misma alfombra y me miraba confusa, como si lo que acababa de decir resultase nuevo para ella.<br />-¿Ocurre algo Karisma, estas bien?.-Pregunté extrañado.<br />Asintió una sola vez con la cabeza y volvió a encontrarse con mis ojos.<br />-¿Qué quieres decir con que he dejado mi vida humana?.-Preguntó con el ceño fruncido.<br />Mis labios se despegaron por un momento al averiguar que aquella joven no recordaba absolutamente nada de su vida humana, era como si aquel virus hubiese borrado todos sus recuerdos y hubiese vuelto a nacer sin mantener ninguno de ellos.Vanessahttp://www.blogger.com/profile/18211605774561015566noreply@blogger.com9tag:blogger.com,1999:blog-6811715489441076594.post-49766923570943912582011-07-10T11:16:00.000-07:002011-07-10T11:19:51.578-07:00Capítulo 26-AmenazaFruncí el ceño cuando aquel latido sonaba una y otra vez detrás de aquella puerta, agudicé mis oídos intentando buscar alguna voz pero no pude escuchar nada más excepto aquél palpitante corazón.<br />Acaricié la puerta con mis dedos mientras despegaba mi rostro de ésta, no entendía a que había venido mi padre a ese lugar, los vampiros no hacíamos prisioneros, y mucho menos ocultarlos a los demás miembros de la familia.<br />Cuantas más preguntas me hacía el subconsciente, más me intrigaba el misterio que flotaba a mi alrededor, pero mi curiosidad por averiguar que era lo que estaba ocurriendo podría costarme caro.<br />Deseaba cruzar aquella puerta y averiguarlo pero lo último que quería era ver a mi padre enfadado por entrometerme en sus asuntos, pues tenía que hablar con él y decirle que me había enamorado de una humana y no era una buena idea enfadarlo antes de la conversación, aunque de todos modos se iba a enfurecer.<br /><br />Unos pasos se acercaron al otro lado de la puerta, me oculté detrás del muro de piedra que estaba situado en el centro de las escaleras de caracol, bajé unos peldaños y me detuve para poder escuchar de cerca.<br />-Steven, si quieres un consejo, no vuelvas a ponerte perfume de humanos, es incómodo tener que olerte.-Le sugirió mi padre arrugando su nariz.<br />Giré mi rostro y aspiré el olor que desprendía mi oscura capa, aquél perfume había sido una mala idea, la suerte era que el vampiro que estaba junto a mi padre se perfumaba, no quería imaginar si me hubiesen descubierto por aquél horrible olor.<br />Aquél vampiro sonrió y el que custodiaba la puerta la cerró cuando salieron por ella, acto seguido se colgó la llave en el cuello y ocultó sus manos detrás de su espalda volviendo a su posición.<br />-No vendré hasta pasados unos días, cuidad de que no se haga daño.-Les dijo.<br />-Descuide señor Akerman.-Contestó el vampiro.<br />Se dirigieron a la escalera de caracol, bajé a toda velocidad antes de dejar mi olor cerca de ellos y volví aquella habitación polvorienta para salir por la ventana.<br />El sol se había ocultado por unas nubes grisáceas, me puse la capucha de todos modos y bordeé el castillo con sigilo hasta llegar a mi caballo desatando las riendas con rapidez.<br />Quería llegar a la mansión antes que él para no causar sospechas, monté sobre fénix y emprendí al galope hacia Londres.<br />Una polvareda iba dejando detrás de mí mientras que el viento azotaba mi rostro, no era el momento de averiguar lo que mi padre ocultaba en aquélla habitación, tampoco me importaba demasiado, lo que verdaderamente me importaba ahora, era su aprobación de mi amor por mi dulce humana.<br />Al llegar a la parte trasera de la mansión mi hermana me esperaba inquieta y con los ojos llenos de preguntas.<br />Se apresuró abrir la verja mientras que la dejé introducirse en mis pensamientos.<br />-¿Un humano?.-Preguntó mientras sostenía las riendas.<br />Asentí con la cabeza y descubrí mi rostro al ver que las nubes ocultaban el sol.<br />-¿Pero para que?.-Preguntó frunciendo el ceño.<br />-No lo sé, pero eso es algo que tendré que averiguar.-Contesté cerrando la puerta del cobertizo una vez que Fénix se halló en el interior.<br />-¿Y por que no le preguntas directamente antes que hacer algo que le pondrá furioso?.-Preguntó cuando nos dirigimos al interior de la mansión.<br />-Por que sabes tan bien como yo que nunca nos va a responder.-Contesté.<br />-No puede ser que padre esté secuestrando a humanos, no hacemos prisioneros Brandom.-Se inquietó.<br />-Eso es lo que me preocupa, imagina que ese humano pueda liberarse de su encarcelamiento, sería el fin para nosotros.-Comencé a decir.-Otra cosa es que lo esté reteniendo ahí para infectarle, mencionó que no volvería en unos días, si pasados esos días vuelve y lo infecta no habrá problemas pero si no es así tengo que averiguar para que lo necesita.<br /><br />Mi hermana pasó la mano por su rostro y en su mirada pude ver su inquietud.<br />-Brandom,si ese humano está encerrado significa que no ha hecho ningún acuerdo con padre, es obvio que no está hay por su propia voluntad.-Dijo mientras avanzábamos juntos hacia el interior de la mansión.-Nosotros no actuamos así, si quieren servir a nuestro padre es por que ellos mismos piden ser convertidos.-Dijo aclarando su garganta segundos después.<br />Me detuve a pensar en las palabras de Mary, clavé mis ojos en el suelo antes de subir las escaleras que conducían a la puerta principal de la mansión, mi hermana estudió mi rostro y se detuvo frente a mí observándolo con detenimiento.<br />-Tal vez ese humano le interese demasiado y éste no quiere ser convertido, puede que esté esperando a que él mismo se lo pida.-Dije entrecerrando mis ojos.<br />-Eso tampoco puede ser posible, si padre estuviese muy interesado en él acabará convirtiéndolo en inmortal, se lo pida o no.-Dijo en un susurro.-Como dije antes nosotros no actuamos así, al menos eso pensaba, pero viendo que padre tiene sus propios planes sin contar con la familia, me atrevería a pensar que hará lo que quiera con él.<br />-Tienes razón.-Dije aún con la mirada clavada en el suelo.-Pero entonces, ¿a qué está esperando para infectarle?.-Pregunté a mis pensamientos a los que mi hermana quiso contestar.<br />-Sólo hay una manera de saberlo.-Contestó haciendo que mis ojos se encontrasen con los suyos.-Preguntándoselo.-Añadió.<br />Negué con la cabeza y mi hermana dio un suspiro largo y pesado.<br />-No dirá nada, es inútil preguntarle tal cosa.-Dije subiendo los peldaños de piedra.<br />Mary agarró con las manos sus vestidos de color verde oscuro y me siguió de cerca.<br />-¿Entonces que sugieres, seguirle?.-Preguntó con la esperanza de que le dijera que no.<br />-Es la única manera de poder averiguarlo Mary.-Contesté rotundamente.<br />-No, esa no es la manera.-Dijo enfadada cuando estuvimos frente a la puerta principal.-¿Por qué no olvidamos este asunto?.-Preguntó angustiada.<br />En ese momento las puertas de la mansión se abrieron para recibirnos, el mayordomo estaba en el lado derecho y nos saludo inclinando la cabeza.<br />Miré a mi hermana por un segundo y la contesté a través de mis pensamientos.<br />-Por que no puedo.-Acto seguido crucé la puerta y en la barandilla de la escalera central se encontraba Near sosteniendo en su mano una copa de sangre.<br />-¿No me digas que vienes de volver a ver a tu humana?.-Preguntó con una sonrisa en sus labios.<br />-Has acertado, ¿ha vuelto padre?.-Pregunté intentando no levantar sospechas.<br />Tomó un trago de su copa hasta vaciarla y acto seguido se lamió los labios.<br />-No.-Contestó.-¿Y tú Mary, que opinas de que nuestro hermano esté viéndose con nuestro enemigo natural?.-Preguntó avanzando hacia nosotros.<br />-Los humanos no son nuestros enemigos Near.-Contestó aguantando su penetrante mirada.<br />Mi hermano esbozó una carcajada que hizo que toda la mansión repitiera la misma.<br />-¿En serio?.-Preguntó sin dejar de carcajear.-¿Pero que le has dicho querido hermano?.-Preguntó mientras se llevaba la base de la mano a sus labios para contener sus risotadas.<br />-No me ha dicho nada, es lo que pienso.-Contestó mi hermana por mí.-Para ellos si que somos enemigos ya que nos alimentamos de su sangre.<br />Near aplaudió las palabras de Mary sin borrar aquella sonrisa que mostraba sus dientes, acto seguido su mirada se clavó en mi rostro y aquella sonrisa se desvaneció.<br />-Me alegra que tengas un apoyo en esta familia, verdaderamente lo vas a necesitar.-Dijo dándonos la espalda.<br />-¿Y que apoyo tendrás tú Near?.-Pregunté haciendo que sus pasos se detuvieran en seco.-¿El de nuestro padre?.<br />Se giró sobre si mismo y su sonrisa se torció hacia un lado.<br />-Es posible.-Contestó volviendo sus pasos hacia mí.-Cuando sepa por mí que sigues viendo a nuestro enemigo.<br />Mi hermana se acercó situándose entre Near y yo, sus ojos fieros se clavaron en los míos como aquél que clava un puñal en la carne, no era su mirada lo que me dolía si no las consecuencias que todo este asunto podría traer a mi querida humana.<br />-No conseguirás que la abandone con tus amenazas Near, no lo haré a no ser que ella misma me lo pida.-Contesté a sus pensamientos.<br />Su rostro estuvo a escasos metros del mío y ambos aguantamos ese duelo de miradas mientras que mi hermana con sus pensamientos me pedía a gritos no dejarme llevar por la ira.<br />-Lo hará, y los dos lo sabemos.-Dijo muy seguro de si mismo.-¿Qué humano querría envejecer al lado de un monstruo como nosotros?.-Preguntó con una sarcástica sonrisa.<br />Mis manos volaron al cuello de su camisa mientras que mi hermana intentaba poner distancia entre nosotros.<br />-¡Basta!.-Gritó.<br />-Tienes celos por que una criatura de otra especie me ame aún siendo lo que soy. <br />No me compares contigo Near, el único monstruo de nuestra familia eres tú.-Dije entre dientes.<br />-Brandom, por favor.-Suplicó Mary.<br />-Digas lo que digas no vas a cambiar lo que eres.-Sonrió a escasos metros de mi rostro enfurecido.-Eres un monstruo, como yo.-Dijo muy seguro de sus palabras.<br />Y tenía razón, lo era, lo había sido siempre y así seguiría eternamente, pero prefería mil veces engañarme a mí mismo que someterme de nuevo a la cruda realidad.<br />-Soy un monstruo tienes razón, pero no como tú.-Dije aguantando su fiera mirada.<br />Sus labios se estiraron hasta dibujar una sonrisa torcida, miró por encima de mi hombro encontrándose con los ojos preocupados de Mary y acto seguido buscó los míos de nuevo.<br />-Ah si se me olvidaba, eres un monstruo con sentimientos humanos, es tan abominable como beber sangre de un cadáver.-Dijo disgustado.<br />-Basta por favor.-Intervino mi hermana cuando se percató de que mi hermano entró en sus pensamientos y descubrió todo el amor que sentía por Liz.<br />-Padre se acerca.-Anunció cuando inhaló el aire.<br /><br />Mis manos liberaron el cuello de su camisa, su sonrisa se ensanchó cuando mi hermana pronunció aquellas palabras, había llegado el momento y Near estaba deseando ponerme en evidencia delante de todos para así obtener su momento de gloria.<br />Sólo pretendía escalar posiciones para estar en lo más alto ante los ojos de mi padre, no le gustaba admitir que al ser el hermano mayor, no era el más apreciado por la familia.<br />-¿Empiezas tú o prefieres que lo haga yo?.-Preguntó dando unos pasos hacia atrás mientras se arreglaba el atuendo.<br />-No quiero privarte tu gran momento, puedes hacerlo.-Contesté muy seguro de mis palabras.<br />Mi padre se acercaba a la puerta principal, su olor era tan evidente como su estado de ánimo, pues percibí que no venía de muy buen humor.<br />-No le digas nada Near.-Le aconsejé.<br />Mi hermano mayor estaba tan cerrado en sus ideas que no se percató del estado de ánimo de mi padre.<br />-¿Y por qué razón iba yo a cambiar de idea?.-Preguntó en tono burlón.<br />-Near, haz lo que Brandom dice, padre viene muy enfadado es mejor hablar las cosas en otro momento.-Advirtió mi hermana.<br />-¡No!.-Gritó cerrando sus manos en un puño.-Sólo intentáis que os crea mostrándome imágenes falsas en vuestras enfermizas mentes.-Dijo clavando sus fieros ojos enloquecidos en los míos.<br />-Creé en lo que quieras, pero cuando vuelva a herir tus sentimientos de nuevo, no digas que nadie te lo advirtió.-Dije dándole la espalda para encontrarme frente a la puerta principal.<br />Mary se situó a mi lado e intentó pedir disculpas sin abrir sus labios. Sabía que su mente estuvo completamente abierta durante nuestra acalorada discusión.<br />Era de lo más normal que un vampiro bajase la guardia durante un enfrentamiento familiar, de modo que la dije que no tenía nada de lo que preocuparse.<br />La puerta principal de la mansión se abrió con fuerza, August,nuestro mayordomo estaba al lado de mi padre y casi parecía estar tenso mientras llevaba su chaqueta en la mano.<br />-Bienvenido señor.-Dijo una vez se hallaron dentro de la sala principal.<br />Mis ojos se encontraron con los suyos, su ceño estaba fruncido y nos dedicó una mirada fiera a cada uno de nosotros.<br />-Padre, tengo que hablarte de un tema muy interesante.-Se apresuró a decir mi hermano.<br />Mis ojos se cerraron temiendo su reacción, pero los volvi abrir cuando la imagen de Liz pasó por mi mente, ella era la que me daba el valor suficiente para enfrentarme a todo y a todos.<br />-No tengo tiempo ni me interesa en absoluto lo que vayas a decirme, retiraos de mi vista.-Dijo con un tono de voz frío.<br />Se aflojó el nudo de su ancha corbata y se dirigió con pasos acelerados hacia la sala de estar.<br />-Pero padre, esto que tengo que decirte es importante.-Insistió mientras seguia sus pasos.<br />Mi padre se dio la vuelta cerrando su mano alrededor de su cuello y enseñando sus afilados dientes.<br />-¡Lo que tú vayas a contarme ya lo sé estúpido!.-Gritó con los ojos inyectados de furia.<br />Su enloquecida mirada se clavó en mi rostro y un nudo en mi garganta no me permitió explicarle nada en ese momento.<br />Near había dejado abierta su retorcida mente, mi padre leyó todo aquello que había sido un secreto hasta ahora, sólo que Near mostraba mucho más de lo que era.<br />-En cuanto a ti Brandom.-Dijo liberando a mi hermano de sus afiladas garras.-¡No volverás a ver a esa humana!.-Gritó con fuerza.<br />La sonrisa siniestra de Near me desconcertaba, habia conseguido lo que quería, que mi padre me odiase por tratar con humanos,pero no me iba a dar por vencido tan fácilmente. <br />-Imposible padre, ya es tarde.-Comencé a decir.<br />Mi hermana me agarró por el brazo cuando notó que mi cuerpo estaba tan tenso y duro como una roca, le preocupaba que hubiese un enfrentamiento que podría acabar en tragedia.<br />Pero aquello no era necesario, al menos, así lo pensé.<br />-Me enamoré de una humana y no puedo hacer nada por evitarlo, me alejé de ella pero es inútil, sé que mi destino es permanecer junto a Liz.<br />-¿Permanecer junto a un humano?.-Preguntó con el ceño fruncido.-No, tu destino no es estar al lado de una especie que quiere exterminar la nuestra.<br />-Padre, a diferencia de los cazadores humanos, ella jamás nos delataría, tú tienes servicio aquí que nos son fieles, no entiendo por que no querrías ver mi felicidad, y mi felicidad es Elizabeth.-Dije.<br />Mi padre aspiró aire profundamente cerrando sus ojos, como si quisiera controlar su furia, segundos después los abrió lentamente y su mirada azulada se volvió a centrar en mi rostro dispuesto a escuchar sus palabras.<br />-¡No quiero a un humano dentro de mi familia!.-Gritó apretando sus puños dirigiendo sus pasos hacia a mí.<br />Su rostro estuvo a centímetros del mío, aguanté su enfurecida mirada y dejé que descargase toda su ira sobre mí.<br />-Una cosa es tener servicio humano en nuestra casa, y otra muy distinta es que mi propio hijo se enamore de una humana, ¡es tan repulsivo como beber sangre muerta de animales!.-Volvió a gritar.<br />-No se pueden ignorar los sentimientos padre.-Dije.<br />-¿Sentimientos?.-Frunció el ceño.-¿Crees que un vampiro tiene sentimientos?.-Preguntó con media sonrisa.<br />Estas muy equivocado hijo, lo que te atrae de esa joven es su sangre, no la has probado y solo la deseas, ¡no confundas el deseo con esa repugnante palabra!.-Dijo.<br /><br />Recordé aquellas palabras que eran muy parecidas a las que tuve con mi hermana aquella vez que la hablé de mis sentimientos por Liz.<br />No era deseo, no era la necesidad de probar su sangre, bien podría haberlo echo en cualquier momento pero no lo hice, por que lo que despertaba en mi no era el instinto asesino, si no el de amor.<br />-No sé si los vampiros tenemos sentimientos, pero estás hablando con uno que si los tiene padre, lo puedo sentir aquí dentro y me da lo mismo lo que puedas o quieras hacer conmigo, no puedo dejar de sentir esto en mi interior.-Dije muy seguro de mis palabras.<br />Un suspiro frustrado salió de los labios de mi padre, sus ojos se encontraron con los de mi hermana, que aún permanecía a mi lado agarrando fuertemente de mi brazo y sus ojos asustados pedían a mi padre que me perdonase.<br />-No puedes perdonarle padre, lo que ha hecho no tiene nombre, ¿en que lugar quedaremos los vampiros si decides pasar por alto tal abominación?.-Se apresuró a decir mi hermano cuando notó un silencio absoluto en la sala.<br />El rostro de mi padre se giró para encontrarse con el de Near, su respiración era agitada cuando mi padre clavó sus ojos en los suyos.<br />-Tampoco puedo pasar por alto que me hayáis desobedecido, fuisteis a cazar a mis espaldas, ¿en que lugar me dejáis a mi desobedeciéndome?,¡contesta Near!.-Gritó con todas sus fuerzas.<br />Lo había echo, si Near fue capaz de desvelar mi secreto yo también lo acababa de hacer, no por desviar nuestra conversación hacia otro lado, si no porque lo que hicieron en el ferrocarril fue muy imprudente.<br />-Aquello fue un error lo admito, pero no dejamos ninguna evidencia.-Le tembló la voz mientras se llevo la mano a la garganta.<br />-¿Estas seguro de tus palabras?.-Preguntó mi padre avanzando hacia el.-¡¿Y que me dices de ella?!.-Gritó con todas sus fuerzas mientras que su dedo apuntaba en mi dirección.<br />Mi hermano clavó sus ojos en el suelo y una sonrisa dibujaron sus labios cuando sus ojos se encontraron con los míos.<br />-Tenía toda la intención de matarla padre, pero Brandom se interpuso entre ella y yo.-Comenzó a decir volviendo esta vez sus ojos hacia mi padre.-¿Sabes que tuvo la osadía de acabar con dos de los nuestros?.-Preguntó volviendo a sonreír.<br />-Imposible.-Dijo mi padre frunciendo el ceño y cerrando las manos en un puño.-No voy a consentir que muera ninguno de los nuestros para que tu puedas ser feliz hijo.-Amenazó.<br />-Te voy a dar dos opciones, y espero que elijas la correcta.-Comenzó a decir volviendo sus pasos hacia mí.-O la contagias con nuestro virus para vivir en inmortalidad como es debido,o la eliminas tú mismo evitando que se sepa lo que somos.<br />-Jamás.-Respondí aguantando su penetrante mirada.<br />Inhalé el aire mientras que mi cuerpo estuvo tan tenso como una roca, ninguna de esas opciones me servía,no podía arrebatar una vida humana más, la de ella no.<br />Tampoco convertirla en vampiro, era cierto que aquello sería la mejor solución, incluso Elizabeth estaría de acuerdo con la idea,pero no era lo que yo quería para mi dulce humana.<br />Quería hacerla feliz manteniendo vivo su palpitante corazón humano, recorrer el mundo entero los dos juntos, queriéndonos como nadie jamás lo había hecho, y una vez que la muerte la alcanzase, me reuniría con ella en algún lugar donde poder seguir amándonos eternamente.Vanessahttp://www.blogger.com/profile/18211605774561015566noreply@blogger.com10tag:blogger.com,1999:blog-6811715489441076594.post-15534312693155040002011-05-02T07:49:00.000-07:002011-05-02T08:23:24.555-07:00Capítulo 25-Latido-Brandom, ¿los vampiros no dormís?.-Preguntó aquel ángel de rosadas mejillas.<br />Cubrí su delicado cuerpo con aquellas sábanas y me recosté a su lado besando su frente con sumo cuidado.<br />-No, pero nada me gustaría más que soñar al igual que vosotros.-Dije.-Pero que mejor sueño que verte a ti dormir.-Añadí acariciando su rostro.<br />Sus labios dibujaron una sonrisa y su cuerpo se acercó al mío como si estuviera buscando cobijo, la atraje a un más mientras que sus ojos intentaron permanecer abiertos, pero el sueño la estaba venciendo pues sus párpados comenzaron a cerrarse lentamente.<br />-Me quedaré aquí hasta que te duermas.-Susurré.<br />-No puedo creer que estés aquí conmigo.-Dijo hablando hacia mi pecho.<br />-Yo tampoco puedo creer que me enamorase de una humana y sin embargo, aquí estoy.-Sonreí.<br />Apoyé la cabeza contra el cabecero de la cama y cerré los ojos por un momento, era cierto que jamás había imaginado estar tan cerca de un humano sin devorar su vida, pero ahí estaba, junto al humano más hermoso de la tierra.<br />Su cálida respiración me envolvía, me resultaba relajante escuchar aquel ser viviente tumbada sobre mi pecho sin miedo alguno, pues confiaba plenamente en mí.<br /><br />Su cabeza comenzó a caer a los pocos minutos, inhalé el aire de la madrugada y éste me avisó que el sol iba a ponerse en cualquier momento, me levanté con sigilo y con cuidado la acomodé en la cama cubriendo sus hombros con las sábanas.<br />Hizo un gesto gracioso cuando frunció el ceño y no pude evitar sonreír, era como si se hubiese quejado por dejarla en aquella cama, mi pecho se hincho cuando tomé una gran cantidad de aire y me dirigí hacia la ventana para salir por ella cuanto antes.<br />Al abrirla, giré el rostro de nuevo para guardar aquella hermosa imagen en mi mente hasta que volviese a verla, hasta estar a su lado.<br />Me resultaba hiriente tener que marcharme dejándola sola, pues quería permanecer a su lado las veinticuatro horas que tenía el día, siempre con ella y sólo para ella, pero la realidad era que no podíamos permanecer juntos en ciertas horas del día, bien por mi naturaleza y repelencia al sol, y otra más complicada, mi familia.<br />Pero aquello no podía durar demasiado, de modo que estaba dispuesto hablar con mi padre para que aprobase que nos amábamos.<br />No iba a ser tarea fácil pero estaba dispuesto a que me desterrase de Londres si fuese necesario, si no pudiese soportar que su hijo estuviese enamorado de una humana al fin y al cabo, no era algo premeditado pues sucedió sin que estuviese en mis planes futuros.<br />De vuelta a la mansión, caminaba tranquilo, pensativo y sumergiéndome en mis pensamientos más escondidos, extrañaría mi querido Londres si padre me desterrase de este lugar al que realmente e sentido como mi hogar, pero no me importaba demasiado si Liz estuviese a mi lado.<br />Pues cualquier lugar fuera de Londres, sería igual de agradable y hogareño si ella estuviese conmigo en todos los momentos.<br />Una sonrisa fugaz dibujaron mis labios al imaginar a mi querida humana recorriendo juntos los lugares más hermosos de la tierra, veía con claridad sus expresiones, sus ojos asombrados mirando todo aquello que nos rodease.<br />Escondí mi mano en el bolsillo del pantalón y la que me quedaba libre la llevé hasta mis labios helados, el recuerdo de sus cálidos labios sobre los míos me hizo estremecer, que poderoso resultaba ser el amor, pues consiguió que mi cuerpo temblase al recordarlo.<br />Un suspiro salió de lo más profundo de mi pecho cuando estuve frente a la parte trasera de la mansión, abrí la verja sin molestarme si haría ruido o no, acto seguido la cerré y una silueta estaba sentada en uno de los bancos de madera que rodeaban la fuente de piedra.<br />Me aclaré la garganta y fruncí el ceño cuando su olor me dijo de quien se trataba.<br />-¿Tomando el aire fresco de la madrugada Estefi?.-Pregunté ocultando mis manos en el interior de mis pantalones mientras avanzaba hacia ella.<br />-¿Y tú?, ¿dando un paseo nocturno con tu saco de sangre?.-Se molestó.<br />-Sí, pero te agradecería que la llamases por su nombre, Elizabeth.-Contesté cuando me puse frente a ella.<br />-Está bien.-Dijo cruzándose de brazos.<br />Su mirada del color del fuego estaba perdida, el ceño lo tenía fruncido y quise averiguar a través de sus pensamientos que era lo que estaba ocultando.<br />-No te metas.-Me advirtió.-Puedo contártelo si no indagas por tu propia cuenta.-Dijo.<br />-Lo siento.-Me disculpé.-¿Qué ocurre?.-Pregunté con interés, me senté a su lado y ésta aún tenía la mirada clavada en el suelo.<br />-Es Atila, últimamente está muy raro, creo que no me ama como antes.-Se le quebró la voz.<br />-Tal vez sea por que no estás tan pendiente de él como antes.-Opiné.<br /><br />Mi prima me fulminó con la mirada y acto seguido dibujó una sonrisa siniestra en sus labios.<br />-Los vampiros somos independientes, podemos sobrevivir el uno sin el otro, no tenemos por qué estar pendientes de nuestra pareja todo el tiempo como hacen algunos.-Dijo mirándome de reojo.<br />-Por supuesto.-Comencé a decir.-Podemos vivir el uno sin el otro, pero no estás demostrando que eres capaz de hacerlo al juzgar por tu rostro.-Dije aguantando su penetrante mirada hasta que ésta la retiró.<br />-El sol va a ponerse, será mejor que volvamos dentro.-Sugirió desviando la conversación.<br />Estefi se equivocaba al igual que mi padre, el amor era algo que para un vampiro no existía pero si que estaba presente, la prueba de ello era que yo lo podía sentir y parecía que los demás también pero renegaban de él, un vampiro preferiría partirse antes que doblarse ante el amor.<br />Una vez me hallé dentro de la mansión Estefi agarró sus vestidos y se dirigió al piso superior mientras que mis ojos la siguieron hasta que desapareció.<br />Caminé hasta la sala de estar y me dejé caer en aquél esponjoso sofá de color verde, los primeros rayos de sol intentaron colarse por los amplios ventanales y tuve que volver a levantarme para cubrirlos con las cortinas.<br />Volví a mi asiento pasando las manos por mis cabellos oscuros y acto seguido un suspiro salió de lo más profundo de mi ser.<br />Una amplia sonrisa iluminó mi rostro al recordar a mi frágil humana, ¿recordaría la hermosa noche que pasamos juntos?, otro suspiró se dejó escuchar en aquella silenciosa sala, fue largo y placentero pues con tan solo recordar su dulce rostro aquello era un suspiro seguido de otro.<br />Volví a pasar las manos por mis largos cabellos y descansé mi cabeza sobre el asiento, recordaba con claridad aquellas dulces palabras que ardían como fuego dentro de mi cuerpo, el cálido viento soplando y revolviendo nuestros cabellos, su piel aterciopelada rozando la mía bajo la luz de la luna.<br />-Ya has vuelto.-Dijo una voz sobresaltándome.-Tranquilo, soy yo.-Dijo mi hermano ampliando su sonrisa.<br />Me incorporé e hice como si no lo hubiese escuchado.<br />-Estoy pensando en contarle a padre que volviste a verla.-Dijo mientras caminaba silenciosamente por la sala delante de mí.<br />Una de mis manos se cerró en un puño intentando controlar mi furia mientras que lo fulminaba con la mirada.<br />-Si le vas a contar lo que yo haga, recuerda que tú también puedes salir perjudicado.-Le amenacé.<br />-No hace falta que lo hagas Brandom, yo mismo le contaré mi error pero también sabrá el tuyo.-Sonrió.<br />-Adelante, pensaba hacerlo de todos modos.-Dije seguro de mi mismo.<br />-¿En serio?.-Dudó.-Está bien lo avisaré enseguida y digámosle que su querido hijo también actúa por su cuenta.-Añadió desapareciendo por la puerta.<br />Mi mandíbula se endureció al mismo tiempo que mis párpados se cerraron fuertemente intentando controlar mi fuerza, había llegado el momento de enfrentarme a mi padre y a todo aquello que me impidiese estar con Liz.<br />Pude escuchar el murmullo de una de las sirvientas contestándole a Near que mi padre acababa de salir de la mansión, abrí los ojos de inmediato y algo se removió dentro de mí.<br />Me puse en pié para dirigirme al ventanal que tenía justo detrás, a través de él pude ver que el mayordomo sostenía un paraguas sobre la cabeza de mi padre para protegerle del sol y le abría la puerta de un carruaje color oscuro.<br />El chofer se aseguró de que se había acomodado en el interior y dio la orden a los caballos para que se pusieran en movimiento.<br />-Padre no está en estos momentos pero tranquilo, no se me olvidará que tenemos pendiente una conversación con él.-Dijo mi hermano irrumpiendo en la sala.<br />Aparté mi vista del ventanal y crucé la sala con pasos acelerados hasta llegar a su altura.<br />-A mí tampoco.-Contesté dándole un empujón para que se apartase del umbral de la puerta.<br />Aceleré mis pasos hasta llegar al perchero de madera que se encontraba al lado de la puerta principal, mi mano se cerró alrededor de una fina tela de color oscuro y tiré de ella con fuerza.<br />Me di la vuelta cubriendo mi cuerpo con aquella capa anudándola a mi cuello y acto seguido cubrí mi cabeza con la capucha.<br />Salí a toda velocidad a la parte trasera de la mansión en dirección al cobertizo, necesitaba saber a donde iba a ir mi padre, sus viajes era un tema que me preocupaba desde hacía mucho tiempo, quería cerciorarme de que todo iba bien y dejar claro que sólo eran imaginaciones mías cuando pensaba que nos encontrábamos en peligro.<br />Desaté las riendas de mi caballo con rapidez y una pálida mano tocó mi hombro con suavidad.<br />-¿A dónde vas?.-Preguntó mi hermana con el ceño fruncido.<br />-Necesito que distraigas a Near, voy a seguir a padre.-Dije cuando monté sobre Fénix. <br />-¿Pero, por que?, padre dijo que iba a ir a la ciudad.<br />-En cualquier caso quiero averiguar que todo va bien, abre la verja.-La ordené.<br />Mi hermana hizo caso a lo que la había ordenado y no tardó en abrir la verja trasera, pocos segundos después emprendí al galope siguiendo la polvareda que el carruaje iba dejando en el camino obstaculizando mi visión.<br />El sol era intenso e insoportable, parecía como si en algún momento los rayos quisieran atravesar la capa y causarme una muerte lenta y dolorosa.<br />Giré al lado derecho del camino intentando buscar las sombras que los árboles daban con sus ramas y me mantuve ahí hasta que el carruaje tomó una dirección opuesta a la ciudad.<br />Aquello era una señal muy clara de que mi padre había mentido, no iba a la ciudad como mencionó se dirigía hacia otro lugar, necesitaba saber donde y para que.<br />No tenía nada que ver con la curiosidad, si no con la protección de toda la familia, me inquietaba que actuase por su cuenta y que fuese visto por los humanos, aunque él sabía en todo momento lo que hacía, no dejaba de preocuparme.<br />Lo que estaba haciendo era ir en contra de sus normas, unas normas que se habían llevado a cabo desde el nacimiento de los vampiros, la más importante es no cuestionar los actos del miembro más sabio de la familia.<br />Un escalofrío recorrió mi espalda mientras cabalgaba a toda velocidad por aquél camino de tierra siguiendo el carruaje donde se encontraba mi padre en el interior.<br />Mantuve una distancia prudencial entre él y yo, pues nuestros olores podrían encontrarse y entonces si que podría meterme en un serio problema.<br />Aquél carruaje tomó una dirección diferente, se dirigía a Greenwich, un pueblo pequeño a unos treinta kilómetros de Londres, el mismo pueblo donde consiguió la sangre el día anterior.<br />Algo parecido a un presentimiento se movió en mi pecho, fruncí el ceño intentando averiguar que era lo que me producía aquella extraña sensación cuando me adentré en aquél alegre pueblo donde sus habitantes paseaban por las calles.<br />Ordené a Fénix a caminar con pasos cortos mientras que el carruaje hacía exactamente lo mismo, la distancia que mantuve esta vez era mayor, pues no quería estar expuesto a que descubriese mi olor. <br />Mientras paseaba a lomos de mi caballo por las calles de Greenwich, clavé mis ojos en un grupo de niños que jugaban alegremente alrededor de una gran fuente de piedra, uno de ellos se acercó a el caño de agua y con sus pequeñas manos las llenó para acercársela a los labios.<br />Uno de los niños que corría velozmente alrededor de la fuente para no ser atrapado por los demás tropezó con él y éste cayó hacia un lado evitando no caer en el interior.<br />-¡Lo siento, tropecé contigo sin querer!.-Gritó al ver aquél niño llorando en el suelo abrazando con fuerza su rodilla ensangrentada.<br />Aspiré el aire profundamente y detuve mi caballo para observarle, mi nariz se arrugó y contuve la respiración intentando evitar oler su sangre.<br />Cuando iba a preguntar aquél indefenso niño si se encontraba bien una niña de cabellos largos y rubios se arrodilló ante él.<br />-No llores hermanito, eres muy fuerte verás como tu herida se curará pronto.-Le sonrió con dulzura.-Venga, volvamos a casa.-Dijo extendiendo su pequeña mano.<br />Aquél niño se puso en pié con la ayuda de su hermana y su pecho se hinchó como si quisiera impresionarla.<br />Se limpió las lágrimas con la base de su mano y le devolvió aquella sonrisa.<br />-Claro que soy el más fuerte, ¿echamos una carrera a ver quien llega antes a casa?.-La desafió.<br />-¡Si!.-Contestó entusiasmada.-¡El premió será un beso de papá y mamá!.-Gritó poniéndose en posición de salida junto con su malherido hermano.<br />-¿Preparados, listos…?, ¡ya!.-Gritó.<br />Acto seguido pasaron velozmente y al mismo tiempo lentamente por mi lado, mis ojos les siguieron hasta que mi rostro se dio la vuelta y los perdí.<br />-“Estoy seguro que esa pequeña ganará la apuesta.”.-Pensé, acto seguido una sonrisa dibujaron mis labios.<br />Segundos después fruncí el ceño aclarando mi garganta, pues en mi interior aquel extraño sentimiento volvió a manifestarse en mi interior.<br />Mis ojos se movieron con rapidez intentando localizar el carruaje oscuro y no lo hallé por unos instantes, miré hacia el frente y allí estaba, avanzando con lentitud por aquella interminable calle de piedra.<br />Di un golpe con el talón sobre el lomo de Fénix y éste se puso a caminar con pasos largos hasta mantener la distancia, un guante de cuero asomó por la ventana del carruaje y tiré de las riendas dándole la espalda.<br />Oculté aún más mi rostro con aquella oscura capucha girando mi rostro hacia el carruaje temiendo de que me hubiera descubierto, suspiré aliviado cuando pude comprobar que solo tenía su mano descansando sobre el borde de aquella ventana.<br />No me quise arriesgar, de manera que bajé de mi caballo sosteniendo fuertemente las riendas, me dirigí hacia uno de los puestos que habían situados en ambos lados de aquella calle sin perder de vista el carruaje.<br />Me acerqué a uno de ellos donde vendían perfumes para caballeros, la señora que estaba en el otro lado del puesto frunció el ceño mientras intentaba mirar mi rostro oculto por la capucha.<br />-Disculpe señora.-Dije.<br />-¿Si, en que puedo ayudarle caballero?.-Preguntó amablemente sin dejar de fruncir el ceño.<br />-¿Me permite probar este?.-Pregunté tomando un perfume del puesto.<br />-Lo siento señor, sólo puede olerlo.-Contestó.<br />Mis ojos volvieron a mirar el carruaje, se encontraba lejos de donde yo estaba, volví a mirar aquella mujer y di un paso hacia delante intentando ocultar mi cuerpo bajo la lona que estaba situada en lo alto de mi cabeza.<br />Descubrí mi rostro y acto seguido pasé una mano por mis cabellos clavando mis ojos en aquella mujer que me miraba de manera diferente.<br />-Por favor, sólo quiero probarlo.-Dije.<br />Mi rostro tuvo que influenciar en aquella señora, pues acto seguido sonrió y un rubor le subió por las mejillas.<br />-Está bien joven, pero no se lo diga a nadie.-Dijo desviando su mirada tímidamente.<br />-Gracias.-Sonreí.<br />Aguanté la respiración y tomé aquél frasco con las manos, apreté un pulsador lleno de aire en dirección a mi cuello y segundos después disparó un líquido fresco y de fuerte olor.<br />-Delicioso.-Mentí arrugando mi nariz.-De nuevo, gracias madame.<br />-De nada señor.-Contestó.-Vuelva cuando quiera.-Dijo sonriendo.<br />Asentí con la cabeza al mismo tiempo que dibujé una sonrisa, subí a mi caballo y oculté mi rostro con la capucha, ordené a Fénix emprender al galope hasta divisar el carruaje, aquel olor a perfume ardía en mi nariz, estaba seguro de que ahora padre no se daría cuenta de que le seguía de cerca.<br />El carruaje giró a la izquierda, hacia la salida de Greenwich, un camino de tierra conducía colina arriba, a lo lejos pude divisar una enorme casa oscura, pero según me iba acercando era lo más parecido a un castillo abandonado.<br />Habían torreones en la vieja fachada oscura, sus ventanas eran tan oscuras como el resto del castillo pues los cristales no reflejaban la luz del exterior, era un lugar frío y sombrío.<br />La puerta principal era arqueada, la fachada oscura era de piedra y pude observar que con el paso del tiempo habían huecos en ella, pues en el suelo habían varias que se habían desprendido.<br />En lo más alto de aquél siniestro castillo se encontraba un torreón enorme, mucho más grande que los dos laterales, otro escalofrío recorrió mi cuerpo cuando detuve mi caballo y pude ver como el carruaje se detuvo frente aquella puerta arqueada.<br />Me escondí tras unos árboles cercanos observando al chofer bajar de su asiento, abrió el paraguas dirigiéndose hacia la puerta del carruaje y esperó hasta que mi padre salió.<br />La puerta principal chirrió al abrirse de par en par, un hombre alto y corpulento apareció en la entrada con las manos escondidas a sus espaldas, recibió a mi padre inclinando la cabeza y ambos entraron en el interior.<br />El olor de aquél hombre no era humano, era el olor inconfundible de un vampiro.<br />El chofer se quedó plantado en la puerta principal, con el paraguas en las manos esperando a mi padre.<br />Un suspiro frustrado salió de lo más hondo de mi pecho, no tenía ni idea de cómo iba a distraerle para poder entrar y averiguar que era lo que estaba ocurriendo, para que había venido a este lugar.<br />Até las riendas de mi caballo en la rama de aquél frondoso árbol y me dirigí hacia la parte trasera del castillo deseando encontrar alguna puerta trasera que me permitiera acceso al interior.<br />Corrí velozmente bordeando el castillo con sigilo, la vegetación de alrededor de éste era escasa, era obvio que estaba abandonado por sus habitantes o que les importaba muy poco cuidar sus terrenos.<br />Me mordí el labio inferior cuando caminé alrededor de la fachada trasera, pues las ramas que estaban esparcidas por el suelo estaban secas y producía un sonido alarmante, apreté mis dientes con fuerza mientras que mis ojos volaban en todas direcciones.<br />Las ventanas del castillo permanecían cerradas cuando eché un rápido vistazo por encima de mi cabeza, en ellas se podía apreciar el paso del tiempo, las arañas habían comenzado a tejer sus telarañas alrededor de éstas.<br />Mientras avanzaba con lentitud por aquella fachada me topé con una pequeña puerta de madera, apoyé las palmas de mis manos deseando que estuviese abierta pero no había sido así.<br />Aquella puerta estaba sellada y era inaccesible.<br />Una ventana que había situada a la derecha de ésta me llamó la atención, no estaba cerrada del todo, había una pequeña ranura que perfectamente cabían mis dedos.<br />Me quité los guantes de cuero sujetándolos con mis dientes e introduje todos mis dedos intentando subir aquella pesada ventana sin hacer el menor ruido.<br />Una vez la ventana completamente subida, volví a ponerme aquellos guantes oscuros y me asomé en el interior para asegurarme de no ser descubierto.<br />Allí no había nadie, me introduje en el interior de aquella abandonada sala, y me giré para volver a cerrar la ventana.<br />Cuando me hallé en el interior descubrí mi rostro y un suspiro de alivio se dejó escuchar en aquel lugar.<br />En ella se podía apreciar que nadie podía vivir ahí, todo estaba cubierto de polvo, las sillas estaban llenas de telarañas al igual que las esquinas de las paredes.<br />Dejé de prestar atención a todo lo que me rodeaba y me dirigí a una puerta.<br />El pomo también estaba cubierto de polvo, lo hice girar cuidadosamente y esta abrió a la perfección, unos pasos se escucharon en el otro lado, no cerré la puerta por temor a ser descubierto, de manera que mantuve mi mano aferrada al pomo cerrando fuertemente los ojos esperando a que pasaran de largo.<br />-¿Ha dado más problemas?.-Preguntó la voz de mi padre.<br />-Si señor Akerman, se niega a comer.-Dijo la otra voz.-Si sigue en esa situación morirá.<br />-¡Maldita sea!.-Gritó mi padre enfurecido.<br />Abrí mis ojos cuando su voz sonaba bastante lejana y abrí la puerta cerrándola detrás de mí.<br />Sobre mi cabeza había una larga escalera que conducía al piso superior, cuando los pasos cesaron aceleré los míos hacia ella y subí con rapidez para no perderlos de vista.<br />Las escaleras eran interminables, me detuve por un instante cuando tomaron otra dirección hacia la derecha, esta vez subieron por unas escaleras de caracol hacia el torreón más alto del castillo.<br />La luz de la antorcha que sostenía el otro vampiro dejaba ver una estela detrás de ellos mientras hablaban sobre alguien que supuestamente tenían ahí arriba.<br />Un olor diferente captó mi olfato, arrugué la nariz e inhalé profundamente para detectarlo, no lo había olido antes, pero me resultaba familiar.<br />-Abre la puerta.-Ordenó aquél vampiro a otro que estaba custodiando una puerta de madera forjada.<br />Cuando estuve lo bastante cerca y eché una rápida mirada, mi padre y los otros dos vampiros desaparecieron en el interior.<br />Cuando la puerta se cerró detrás de ellos avancé hasta ella, las paredes estaban cubiertas de moho y se arrastraban babosas por las esquinas del suelo.<br />Dos antorchas la custodiaban y me acerqué con sigilo apoyando mis manos en ella, aquella puerta de madera estaba cerrada por dentro y no había ninguna modo de abrirla o de buscar una manera para entrar al otro lado.<br />Aún con las palmas de mis manos apoyadas en ella acerqué mi oído para escuchar que estaba ocurriendo en el interior, entonces algo se movió dentro de mí cuando pude escuchar un latido.<br />El latido de un corazón humano.Vanessahttp://www.blogger.com/profile/18211605774561015566noreply@blogger.com7tag:blogger.com,1999:blog-6811715489441076594.post-30981495259547854712011-04-03T10:02:00.000-07:002011-04-03T10:11:45.393-07:00Capítulo 24-Nuestro secretoUna vez fuera de la mansión me encontré frente a la casita blanca de los Jenzen, las luces estaban apagadas y alrededor solo se podía escuchar el canto ensordecedor de los grillos. <br />La noche me resultaba agradable al poder sentir una ligera brisa sobre mi piel helada, los cielos oscuros estaban cubiertos de estrellas y en mi interior no existía temor alguno al estar frente aquella casa.<br />Amaba con desesperación a Elizabeth y seguiría amándola aun sin estar juntos, pues hasta hacía muy poco no creía en el destino de mi camino, pero si en el destino del amor, ese destino me llevó hasta ella y permanecería unido a Elizabeth hasta que su corazón dejase de latir.<br />-No.-Susurré en medio de la noche.<br />Negué con la cabeza para intentar borrar aquel desagradable pensamiento, no quería aceptar que fuese solo eso, una humana que vivirá un tiempo y que después se marchitará hasta que dejase de respirar.<br />-¡No!.-Exclamé con los puños apretados.<br />¿Y si la infectase para que fuese inmortal?, negué con la cabeza apretando aún más mis puños, aquello era una posibilidad muy cruel por mi parte.<br />Dejaría de ser un alma solitaria a cambio de su vida, una vida que aunque los vampiros lo negásemos, deseábamos tener.<br />No estaba dispuesto a inmortalizar su alma para que me siguiera en la oscuridad, tampoco convertirla en un monstruo como yo, pero Liz si así fuese, un vampiro, que monstruo más bello pisaría la oscuridad.<br /><br />Inhalé el fresco aire de la noche mientras rodeé la casa con sigilo como si de un gato se tratase, me detuve justo en su ventana y cerré mi mano en un puño.<br />Dudé por unos instantes apartando mi mirada, pero la necesidad de verla era mucho más fuerte que mi voluntad.<br />Mis ojos se encontraron de nuevo con aquella ventana y flexioné las piernas para impulsarme, di un salto y mis manos quedaron aferradas al borde de ésta.<br />La abrí con suavidad e irrumpí en el interior del dormitorio, una vez dentro pude ver que algo se movía bajo aquella sábana, cerré la ventana muy despacio y con sigilo me acerqué a los pies de la cama.<br />Liz dormía sobre su lado derecho, sus cabellos dorados cubrían parte de la almohada, estaba encogida y sus hombros estaban descubiertos al igual que uno de sus pies.<br />Sonreí y me acerqué aún más para sentir su cálida piel, acaricié su pié con suavidad y al ponerse en contacto con mi temperatura lo escondió rápidamente bajo aquella sábana.<br />Tuve la tentación de marcharme de inmediato pero me agradaba verla dormir, así que preferí no volver a tocarla.<br />Avancé un poco más y cubrí sus hombros con aquella sabana, parecía tan tranquila durmiendo plácidamente que no pude evitar dibujar una sonrisa en mis labios.<br />Me hubiera gustado poder dormir a su lado todas las noches, en este caso, verla descansar puesto que nosotros no tenemos el privilegio de dormir, pero que mejor privilegio que velar sus sueños, verla descansar acurrucada a mi pecho.<br />Un largo suspiro salió de mi interior mientras imaginaba algo imposible, me pregunté que era lo que me había dado aquella humana para sentirme tan lleno de vida, tan feliz.<br />No hallé ninguna respuesta a mis pensamientos, pero tampoco insistí en buscarla, era tan obvio que hasta me sentí estúpido al interrogarme a mi mismo, ella me había echo sentir amado, querido y no temido, me había echo sentir vivo.<br />No pude evitar acariciar su rosada mejilla con los nudillos de mis dedos, volvió a estremecerse y sus párpados estuvieron fuertemente apretados.<br />Me mordí el labio inferior deseando que no despertase pero sus ojos comenzaron abrirse en la oscuridad.<br />-Brandom.-Susurró.-¿Brandom?.-Preguntó girando su cabeza.<br />Llevé un dedo hasta mis labios con la intención de que no hablase en voz alta y pestañeó varias veces como si estuviese viendo una alucinación.<br />-¿Estás aquí?.-Preguntó confusa.<br />-Siento despertarte, lo siento, vuelve a dormirte.-Dije avanzando hasta la ventana.<br />-No te vayas.-Susurró.-No podía dormir.-Añadió aclarando su garganta.<br />-¿En serio?, hace tan solo un momento no lo parecía.-Sonreí.-Sólo quería saber si te encontrabas bien.<br />-Ahora sí.-Sonrió incorporándose en la cama.<br />-Siento faltar a mi promesa,-dije-no suelo hacerlo jamás, pero contigo soy diferente en todos los aspectos.-Añadí escondiendo mis manos en el interior de mis bolsillos.<br />Sus ojos castaños fueron acostumbrándose a la luz de la luna que se colaba por su ventana, pasó una mano por sus cabellos dorados y acto seguido puso sus pies desnudos en el suelo para dirigirse hacia mí.<br />Su cuerpo estaba cubierto por un camisón de color blanco que le llegaba hasta los pies, se abrazó a si misma mientras avanzaba con pasos cautelosos.<br />-Yo también siento que soy diferente Brandom, diferente en todos los aspectos desde que nos conocimos.-Dijo en un susurro.-También soy diferente a ti.-Añadió con tristeza en sus ojos.-Si fuera lo que tú eres, ya no habrían impedimentos para nosotros.<br />Mi mandíbula se endureció cuando estuvo lo bastante cerca de mí y le di la espalda para mirar a través de aquella ventana.<br />-No habrían impedimentos.-Repetí sus palabras.-Pero eso no es lo que quiero para ti.-Dije apoyando mi frente sobre aquel cristal.<br />-Quiero que tengas una vida larga y feliz, lo que no quiero que olvides es que siempre te voy amar, siempre estarás en mis pensamientos, y siempre te protegeré aunque no me puedas ver.-Añadí rescatando una lágrima solitaria de su rostro.<br />Sus ojos buscaron los míos con desesperación y al encontrarnos pude ver reflejados en ellos cuanto amor sentía por ella, sus manos acariciaron mis cabellos y acto seguido las dejó descansando en mis hombros acercándose aún más.<br />Aquella mirada fue tan íntima, nos dijimos tantas cosas con tan solo mirarnos que no haría falta que ella fuese un vampiro más para saber que había en mi mente en ese momento, pues podía notar y percibir que deseaba besar sus cálidos labios y estrecharla entre mis brazos para que pudiera sentir cuanto la necesitaba.<br />-No quiero tener una vida larga y feliz si no es contigo.-Susurró cerca de mis labios notando mi respiración acelerada.-No quiero que seas sólo un recuerdo, quiero tenerte, siempre.-Susurró con los ojos cerrados apoyando su frente sobre la mía.<br />Liberé mi mano del interior de mi bolsillo para dejarla descansar sobre su corazón, al posar mi mano en su pecho sonreí con ganas cerrando mis ojos, pues la sensación de sentir su corazón palpitar en la palma de mi mano hizo que se estremeciera todo mi cuerpo y sintiera toda clase de emociones.<br />Su cálida mano acariciando mi rostro hizo que mis ojos se abriesen encontrándome con los suyos, mis labios rozaron los suyos con suavidad hasta que por fin se fundieron en el beso intenso que ambos deseábamos.<br />La estreché entre mis brazos con fuerza pero a la vez con mucha delicadeza, sabía que tenía que controlar el deseo de hacerla mía, de convertirla en alguien como yo.<br />Mis labios sedientos de los suyos no podían detenerse, deseaba besar cada centímetro de su cuerpo, deseaba devorar con amor y pasión aquel ser que me amaba por como era, y no por lo que era.<br />Con ella podía ser yo mismo, no tenia que fingir, no tenía que mentir ni ocultarme, con ella y por ella sería cualquier cosa que me pidiese, pues era la dueña de mi alma y de mi existencia.<br />-Ven conmigo.-Dije recuperando la respiración.<br />Tomé su cálida mano y abrí la ventana dejando que la brisa fresca de la primavera penetrase en la habitación.<br />-¿A dónde?.-Susurró dejando escapar una hermosa sonrisa.<br />-Quiero enseñarte algo.-Contesté devolviendo aquella sonrisa angelical.<br />-¿El qué?.<br />-¿Tienes miedo?.-Sonreí.<br />Negó con la cabeza y acto seguido se mordió nerviosamente el labio inferior mirando hacia la puerta de la habitación.<br />-Tranquila, todos duermen, prometo traerte de vuelta.-Contesté a sus pensamientos.<br />La di la espalda y cogí sus manos para aferrarlas a mi cuello.<br />-No te sueltes, vamos a bajar.-Dije sentado en el borde de la ventana mientras se agarraba con fuerza detrás de mí.<br />-¿Tiene vértigo señorita Jenzen?.-Pregunté con la intención de que olvidase la puerta de su dormitorio.<br />-¿Qué si tengo qué?.<br />Dijo justo cuando salté al vacío sujetando fuertemente sus dos manos, mis pies impactaron con fuerza sobre la tierra levantando una ligera polvareda, miré hacia atrás y su rostro me pareció más blanquecino de lo normal,<br />-¿Estás bien?.-Pregunté estudiándolo detenidamente.<br />-No.-Susurró respirando con dificultad.<br />Carcajeé al ver su impresión y acaricié su rostro con suavidad besando de nuevo sus labios temblorosos.<br />-Lo siento.-Me disculpé enterrando su cuerpo entre mis brazos.<br />-Ha sido divertido.-Dijo temblando bajo mis brazos.<br />Sonreí y la dejé libre para dirigirme de nuevo a la ventana, flexioné mis piernas y de un saltó volví a irrumpir en la habitación.<br />Abrí las puertas de aquél armario de madera y rebusqué entre sus ropas buscando una bata para el frío o algo parecido.<br />Me asomé por la ventana y no pude evitar sonreír al ver aquel ángel de cabellos dorados mirando con el ceño fruncido.<br />-Creía que los vampiros nunca entran a los sitios sin invitación.-Dijo arrancando de nuevo una sonrisa en mis labios.<br />Di un salto hacia abajo retumbando la tierra bajo mis pies y sus ojos me miraron estupefactos.<br />-Bueno, excepto en casos como este.-Dije cubriendo sus hombros con una bata de seda color blanco.<br />-Gracias.-Sonrió.-¿Te importaría subir de nuevo para traerme unas zapatillas?.-Preguntó avergonzada haciendo que mis ojos buscasen sus pies desnudos.<br />Sonreí con ganas y la tomé en brazos.<br />-No hará falta porque no vas a caminar, abrázame fuerte.-La aconsejé antes de correr velozmente entre los árboles.<br />Sus brazos se aferraron con fuerza a mi espalda y el rostro lo ocultó en la parte izquierda de mi cuello evitando el aire que nos azotaba.<br />Mientras subíamos la pesada montaña, de vez en cuando intenté ver sus ojos pero estos difícilmente podía tenerlos abiertos, sonreí y volé con rapidez para llegar lo antes posible.<br /><br />Ya estábamos cerca, podía oler las flores y escuchar el relajante sonido del arroyo, aquel rincón de naturaleza apartado de todos era el lugar donde me sentía más cómodo, lejos de la ciudad y de los molestos olores que habitaban en ella.<br />-Hemos llegado.-Anuncié deteniendo mis pasos con suavidad.-Aquí no pasarás frió, como verás este sitio está custodiado por paredes de piedra y rocas.-Dije haciendo que su rostro mirase aquel bello lugar.<br />Flores de colores se balanceaban con el viento, en el suelo no había nada de tierra pues todo lo que cubría era césped y trozos de rocas.<br />A nuestras espaldas se quedó un amplio bosque lleno de árboles, justo en frente y a los lados se encontraban murallas gigantes de piedra donde por debajo pasaba un claro arroyo de agua fría.<br />Dentro de él se encontraban hojas verdes con flores adornándolo, peces de colores y más rocas en el fondo.<br />Llevé a Liz a una de las rocas y la senté cuidadosamente para que ella misma observase lo que la rodeaba.<br />-Es precioso.-Dijo.-Es como un sueño.-Susurró.<br />-Es real.-Corregí arrodillándome ante ella.-Es tan real cómo esto que siento por ti Elizabeth.<br />Su mirada bajó hasta su regazo y cruzó nerviosamente los dedos de sus manos.<br />-También es real el peligro que corro si estoy a tu lado, ¿verdad?.-Preguntó sin mirarme.<br />Sentí aquellas palabras como puñales dentro de mí, todo lo que estábamos viviendo era real y peligroso al mismo tiempo, sentí rabia e impotencia al recordar esa estúpida ley que los vampiros habían llevado a cabo durante siglos.<br />Desenredé con suavidad los dedos de sus manos y las besé con sumo cuidado mientras miraba su rostro perdido en su regazo.<br />-Elizabeth, entiendo lo difícil que tiene que ser para ti estar a mi lado y sentir miedo al mismo tiempo.-Comencé a decir.-Viste hasta donde son capaces de llegar, pero créeme cuando te digo que jamás permitiré que vuelva a ocurrir, independientemente de lo que ocurra entre nosotros dos, jamás permitiré que te hagan daño a ti, o a tu familia.<br />Sus ojos se encontraron con los míos y pude percibir que confiaba en mí, sabía que jamás la iba a dejar sola a merced de otros vampiros, a merced de mi propia familia.<br />-Te lo prometo.-Añadí acariciando su cálido rostro.<br />Se abalanzó sobre mí y me abrazó con fuerza, no era la fuerza de sus brazos la que me arropaba, si no la fuerza de su amor, de su alma era lo que me hacía sentir protegido.<br />-No quiero perderte, quiero estar contigo siempre, siempre siempre.-Repitió una y otra vez despertando todas las fibras de mi ser.<br />-Mi dulce humana de mejillas sonrosadas, no lo pidas, porque siempre me has tenido, me tendrás y me seguirás teniendo.-Susurré cerca de su oído mientras acaricié con dulzura sus dorados cabellos.<br />-¿Brandom?.<br />-¿Si?.-Contesté.<br />-Hay muchas preguntas que quiero hacerte pero no sé si debo saber más de lo que ya sé.-Dijo liberándome de sus brazos.<br />-Si necesitas saberlas, no lo pidas Liz, simplemente hazlas.-Dije sentándome frente a ella.<br />-Esta bien, por ejemplo, ¿puedes decirme cuantos años tienes en realidad?.-Preguntó con timidez.<br />Sonreí con ganas y flexioné las piernas dejando que mis brazos descansaran sobre ellas.<br />-¿De verdad te interesa saber mi edad?.-Pregunté al ver en sus pensamientos que aquella pregunta no era la que quería saber.<br />Asintió con la cabeza y no pude evitar esbozar una gran sonrisa.<br />-Ciento dieciséis.-Contesté estudiando la reacción de su rostro.<br />Sus ojos de color castaño se abrieron a la misma vez que sus labios se fueron despegando.<br />-Sé que soy bastante mayor para ti.-Dije intentando que reaccionase.<br />-No, no es eso, es que.-Se detuvo.-Me parece…increíble, no aparentas más edad de la que me dijiste.-Dijo.-¿Por qué os mantenéis intactos a pesar de los años?.-Preguntó.<br />-Supongo que todo está en los genes, vuestras células humanas son muy diferentes a las nuestras. <br />Nosotros necesitamos la sangre humana y animal para sobrevivir, nos hace fuertes, nos mantiene jóvenes.-Comencé a decir.-Si nos faltase ese complemento alimentario en nuestro cuerpo, nuestra fuerza vital se debilitaría, envejeceríamos con mayor rapidez y al final acabaríamos muriendo, pues nuestras células necesitan sangre constantemente para seguir fortaleciéndose.-Suspiré.-No somos tan diferentes de los humanos, también necesitáis comer para sobrevivir solo que vuestro alimento no activa esas células y al final acaban envejeciendo al igual que vuestro cuerpo.<br />-Creía que los vampiros no podían morir, que eran inmortales.-Dijo clavando sus ojos en los míos.<br />-Y lo somos, sólo hasta que uno quiera dejarse morir.-Añadí.<br />-No quisiera que te dejases morir así, no podría soportarlo.-Dijo apretando fuertemente una de mis manos.<br />-Eso no ocurrirá, tengo que cuidar y proteger al ser humano más hermoso de la tierra.-Sonreí aliviando sus pensamientos.<br />Se levantó de aquella roca para dirigirse al lago, se abrazó así misma mientras observaba el arroyo y cuanto la rodeaba.<br />Me acerqué a ella por detrás y mis brazos se cerraron alrededor de su cintura, una ligera brisa revolvió sus cabellos rozando mi rostro, inhalé el perfume de su piel y besé con delicadeza su cuello mientras que sus ojos se cerraron y sus cálidas manos acariciaron mi rostro helado.<br />-Que sientes al besar mi cuello…-Susurró en la oscuridad de nuestro rincón secreto.-¿Sientes miedo de lo que puedas hacer?.-Preguntó inquieta.<br />Noté su pulso acelerado en el cuello mientras mis labios lo rozaron con suavidad.<br />-No. Lo único que temo, es lo que pienses de mí.-Susurré cerca de su oído.<br />-Pienso…-susurró-…que a pesar de lo que eres, tienes un alma hermosa.-Dijo haciendo que mis ojos se cerrasen al escuchar sus palabras.<br />La abracé aún más fuerte intentando retener ese momento tan especial, donde por una vez en mi larga existencia pude escuchar que alguien me amaba aun siendo un monstruo.<br />-Cuéntame Brandom, ¿cómo es la vida de un vampiro?.-Preguntó mientras su cabeza descansaba sobre mi pecho.<br />Un suspiro salió de lo más profundo de mi cuerpo, mis brazos alrededor de su cintura fueron meciendo su cuerpo a la misma vez que aquélla cálida brisa mientras intentaba recordar cómo era mi vida antes de conocerla.<br />-La vida de un vampiro es vivir en una constante lucha con uno mismo.-Dije.-No podemos cazar por nuestra cuenta, no somos libres como quisiéramos siempre hay que respetar las normas, no podemos mostrarnos ante la luz del sol a no ser que sea muy débil.<br />Y lo más importante, no debemos mezclarnos y hacer amistades humanas.-Añadí torciendo mi sonrisa.<br />-¿Por qué no?.-Preguntó frunciendo el ceño.-¿Ésa es una de las normas?.<br />-Si.-Suspiré.-El motivo de esa ley es por que mi padre dijo que desde nuestros ante pasados, los humanos han querido exterminar mi especie por ser diferentes.-Contesté.-No quiere que tengamos trato con vosotros por que teme que seáis cazadores. Mi padre siempre ha sentido odio hacia ellos, estoy empezando a pensar que su resentimiento se deba a que acabaron con mi madre hace muchos años.<br />-¿Tú también odiabas a los humanos?.-Preguntó acariciando mi rostro helado.<br />-Si.-Contesté avergonzado.-Siento mucho ser tan rotundo con mi respuesta pero, quiero que sepas que he sido muy disciplinado hasta que te conocí.-Añadí sonriendo para mis adentros.-Sólo os veía como el alimento vital que necesito para seguir viviendo, de hecho, y quiero pedirte que no te asustes pues creo que tengo que ser sincero contigo, sigo viendo a la humanidad igual.-Dije.-A todos, menos a ti.<br />-Sé y entiendo que no puedes evitar cambiar lo que eres y yo también tengo algo que decirte Brandom.-Dijo volviéndose para encontrarse con mi rostro.-Cuando te enamoras de alguien, te enamoras de ese ser completamente con sus defectos y virtudes. Y a pesar de lo que acabas de decir, te sigo amando tal y como eres.-Dijo besando mis labios.<br />Apoyé mi frente sobre la suya y una sonrisa dibujaron mis labios emocionado por tales palabras. Cerré mis ojos apretando fuertemente los párpados mientras que mis manos acariciaron su espalda con suavidad.<br />-Por ti sería capaz de cambiar, sería lo que tu quisieras que fuese, sería un humano si pudiera cambiar mi naturaleza.-Susurré besando su frente. -Todo este tiempo he vivido engañado, el amor si existe entre dos seres diferentes, los vampiros si que podemos amar.-Añadí acariciando su rostro con mis dedos.<br />-Jamás pensé que compartiríamos el mismo sentimiento, me angustiaba pensar que no sentías nada por mi.-Dijo acurrucada a mi pecho.<br />-Te equivocabas, por que desde que naciste algo en mi interior nació a la misma vez, y no floreció hasta que nos conocimos.<br />La tomé de la mano y nos sentamos en aquél césped verdoso contemplando el arroyo abrazados el uno al otro.<br />-Brandom, lamento lo de tu madre.-Dijo rompiendo el silencio de la oscura noche.-¿Cuándo murió?.-Preguntó sin mirar mi rostro.<br />Fruncí el ceño y algo se encogió dentro de mi pecho.<br />-En realidad no sé donde está, desapareció hace muchos años.-Comencé a decir.-Ni siquiera recuerdo cómo era.<br />Mi padre jamás me ha hablado de ello, tampoco me atrevido a preguntarle pero creo que los cazadores tuvieron que ver con su desaparición, pues si aún siguiera viva, sé que hubiera regresado de alguna manera.<br />Sus ojos estudiaron mi rostro y en ellos pude ver un brillo que cegaba los míos.<br />-No tienes por qué llorar.-Dije acariciando su dulce rostro.<br />-Es muy triste.-Dijo clavando su mirada en aquél arroyo.<br />-No, mírame Liz.-Dije frunciendo el ceño.<br />La tomé por la barbilla y la obligué a mirarme directamente a los ojos.<br />-No hay que estarlo, vivamos el presente y dejemos el pasado.-Dije al ver su rostro roto por el dolor que estaba sintiendo por mi.<br />Era fascinante ver sus reacciones, sus sentimientos, sus emociones pero a la misma vez me hacían daño, no podía soportar que sufriera y mucho menos por mí.<br />-Elizabeth di que me quieres, di que amas.-Supliqué abrazándola con fuerza.<br />-Si, te amo Brandom, te quiero más que a nada en este mundo.<br />-¿Lo ves?, eso es lo que me hace tan feliz.-Dije cerrando mis ojos.-No existe la tristeza si tu estás aquí, conmigo.<br />-Y yo estaré bien solo si tú lo estás.-Respondió acurrucándose a mi pecho.<br />Sus palabras caían sobre mi cuerpo como un manto arropándome en la oscura noche, era la única persona que podía entender mi dolor, mis sentimientos, era la única persona que me hacía sentir pleno, la única que había despertado el amor en mí.<br />¿Cómo había permanecido vivo todo este tiempo sin su amor, sin sus caricias, sin sus besos y aquellas palabras que hacían que mi cuerpo temblase?.<br />Aquello no importaba ahora, lo que verdaderamente importaba era que estábamos juntos, amándonos en silencio hasta que reuniese el valor suficiente de enfrentarme a todo tipo de obstáculos que se nos presentasen en nuestro camino.<br />Sabía lo que era, sabía el riesgo que Elizabeth corría al decidir permanecer a mi lado, quizá era demasiado egoísta y débil por no renunciar a ella pero no estaba dispuesto a sacrificar su felicidad ni la mía por aquella estúpida ley.<br />Yo podía cambiar las cosas, debía cambiar las cosas, y me prometí a mi mismo hacerlo.<br />Ella me daría las fuerzas suficientes para enfrentar todo y a todos, probablemente moriría en el intento pero al menos habré luchado por algo en lo que yo si creía, el amor entre dos especies diferentes.<br /><br />-Brandom, ¿qué piensas?.-Preguntó alzando su rostro.<br />Sonreí besando su frente y acto seguido inmortalicé su bello rostro en mi mente.<br />-Gracias.-Contesté.<br />-¿Gracias, por que?.-Preguntó.<br />-Por quererme.-Contesté a la misma vez que se escuchó en la oscuridad el latido de su corazón.<br />Sus labios dibujaron una sonrisa y rozaron los míos para fundirse en un beso suave y dulce al mismo tiempo, atraje su cuerpo hacia el mío y nuestras manos entrelazadas sellaron aquél amor prohibido bajo la luz de la luna.Vanessahttp://www.blogger.com/profile/18211605774561015566noreply@blogger.com10tag:blogger.com,1999:blog-6811715489441076594.post-23639110438637198622011-03-22T15:48:00.000-07:002011-03-23T12:54:22.641-07:00Capítulo 23-SospechasCuando terminé de darme aquél relajante baño de agua fría, me dirigí a mi dormitorio para ponerme el atuendo que el ama de llaves había dejado sobre la cama, unos pantalones oscuros de textura suave.<br />Abotoné los botones de una camisa blanca y acto seguido remangué las mangas dejándolas a la altura de mis codos.<br />Por último, ajusté un chaleco de color ocre para luego abotonarlo al pecho, desenredé con los dedos mi cabello oscuro y lo dejé tal como estaba.<br />Mis ojos se dirigieron al péndulo de madera y éste avisó de que era algo más de media noche, aspiré profundamente y el olor a sangre ardió en mi garganta, aquello era señal de que padre se acercaba a la mansión.<br />Eché una rápida mirada al espejo viéndome en él reflejado, pasé las manos por el chaleco para alisar los pliegues que se formaron y aparté rápidamente mis ojos de aquél monstruo que miraba fijamente.<br /><br />Salí de mi habitación a toda prisa cerrando la puerta detrás de mí, el olor a sangre alteraba todas las fibras de mi cuerpo.<br />Aceleré mis pasos sobre aquella alfombra roja para dirigirme al dormitorio de Mary, pero al llegar a su puerta no percibí que hubiese nadie en el interior.<br />-Está en el salón.-Dijo mi hermano tomando una gran cantidad de sangre.<br />-¿De dónde la has sacado?.-Pregunté sin dejar de mirar su copa.-Tomando sangre sin control no hará hacerte más fuerte.-Aconsejé.<br />Near sonrió entre dientes y acto seguido pasó la lengua por ellos.<br />-De la bodega, ¿de dónde si no?. Además no es por lo que tu crees, alimentándome no creo estar haciendo daño a nadie.-Contestó volviendo a dar un sorbo.<br />Miré fijamente sus ojos del color del fuego y tuve la tentación de abalanzarme sobre él para tirarle al piso de abajo.<br />-Lo estás haciendo.-Dije rotundamente.-Sabes que no hay prácticamente nada de sangre en la bodega hasta que padre vuelva, y en lugar de preguntar a Mary si tenía sed sólo te preocupas de ti mismo.-Añadí lleno de ira.<br />-Mary sabe muy bien dónde ir si necesita beber, y ese sitio es la bodega.-Dijo.-Si nuestras reservas están agotándose debería de preocuparse en llegar antes que los demás, ¿no crees?.-Añadió con una sonrisa en sus labios ensangrentados.<br />-Nuestra hermana se arriesgó por dársela a los demás.-Dije entre dientes.<br />-Pues dale las gracias.-Contestó acabando su copa de un trago.<br />Mi mandíbula permaneció tan dura como una roca, mis dientes rechinaron con fuerza y tuve que controlar el deseo de destrozar aquella cabeza y arrojarla a la chimenea.<br />-Me das asco Near.-Dije entre dientes.<br />-El sentimiento es mutuo querido hermano.-Contestó dándome un empujón cuando pasó por mi lado.<br />Cerré los ojos con fuerza y mis puños temblaron al igual que todo mi cuerpo, Near sabía sacar lo peor de mí y eso hacía que me enfureciese aún más, no sólo por sus hirientes palabras si no por sus actos.<br />La puerta principal del recibidor se abrió y unos pasos sonaron con eco en toda la mansión, me apresuré bajando por la escalera central y mi padre Estefi y su esposo me recibieron con una sonrisa.<br />-Hola hijo.-Saludó.<br />-¿Padre?.-Contesté.<br />-Por favor August, vacíe el carruaje y que Dorothy le ayude a dejar los cuencos en la bodega.-Le ordenó mientras se quitó unos guantes de cuero negro.<br />-Si señor.-Contestó inclinando la cabeza.<br />Bajé los últimos tres escalones con el ceño fruncido mientras me acerqué a mi padre, se liberó de su abrigo oscuro y antes de que el mayordomo saliera por la puerta se apresuró en cogerlo para dejarlo sobre un perchero de madera que estaba situado a uno de los lados de la puerta.<br />-¿Dónde está Near?-Preguntó dirigiéndose al salón dónde se encontraba mi hermana pintando sobre un caballete.<br />-Terminando con las reservas de la bodega.-Contesté indignado.<br />-Hola padre.-Le saludó.-Es más de media noche.-Sonrió intentando desviar la conversación.<br />Frunció el ceño cuando se giró para encontrarse conmigo, negó con la cabeza y acto seguido se mordió el labio inferior.<br />Estefi y su esposo irrumpieron en el salón y mi padre salió a toda prisa cruzando por el medio de los dos.<br />-Ese estúpido.-Dijo una vez en el recibidor.-¡Near!.-Gritó enfurecido.<br />Volvió al salón donde permanecimos todos en silencio, mi hermana se cruzó con mi mirada y en sus ojos pude ver que no le había parecido bien que se lo hubiese dicho, pero de alguna manera lo había echo por el bien de todos.<br />Mi hermano se presentó en el salón al instante y una sonrisa nerviosa dibujaron sus labios, se limpió las comisuras de éste y me dedicó una mirada amenazante.<br />-Hice lo que tenía que hacer.-Contesté a su mirada.<br />Mi padre voló hasta él mostrando sus afilados dientes y lo agarró por el cuello de su camisa, parecía tan indefenso ante el abrazo mortal de mi padre que por un momento quise interponerme entre los dos.<br />-No volverá a ocurrir padre.-Le prometió.<br />-¿En serio?.-Preguntó clavando aquellos ojos azules en los de mi hermano.-Estás acabando con mi paciencia hijo, ¿cuántas veces tendré que decirte que aquí se hace lo que yo diga?.-Volvió a preguntar con tono amenazante.<br />-Lo sé padre, tenía mucha sed.-Contestó con voz temblorosa.<br />Mi padre lo empujó hasta la pared y su espalda impactó con fuerza sobre uno de los cuadros, su pálida mano se cerró alrededor de su cuello dejando que sus pies quedaran suspendidos en el aire mientras que mi hermano mostró un gesto de dolor ante su fuerza.<br />-Tenías sed.-Repitió sus palabras mientras su mano se cerró aún más.-¿Y los demás?.-Preguntó.-Siempre os digo que hay que dejarse llevar por el instinto, ¡pero no cuando se trate de poner en riesgo a los demás miembros de esta familia!.-Gritó enfurecido.-¿¡Me he explicado con bastante claridad!?.-Preguntó lleno de rabia.<br />A mi hermano le costó articular alguna palabra a lo que contestó asintiendo con la cabeza varias veces.<br />-Padre.-Le interrumpí caminando hacia él con pasos inseguros.-Ya es suficiente, creo que Near ya lo entendió.-Añadí intentado que se tranquilizara.<br />Mi padre le liberó mostrando sus dientes una vez más mientras que mi hermano se llevó la mano hasta las marcas de su cuello, intentó recuperar su respiración y acto seguido arregló su atuendo sin apartar los ojos de los de mi padre.<br />Miró por encima de su hombro para encontrarse conmigo y en su mirada pude ver con claridad lo mucho que me odiaba al igual que a todo el mundo.<br />-Quiero pedirte disculpas Mary.-Se apresuró a decir.-De haber sabido que estabas tan mal ni me hubiera acercado a la bodega.-Se disculpó mirando a mi hermana.<br />En realidad mentía, pues sabía que nuestra hermana estaba enfermando por falta de sangre en su cuerpo, utilizó aquél escudo protector para que nadie supiese la verdad y mucho menos mi padre. Pero Near, Mary y yo sabíamos que no había sido así, pues sabía con suficiente antelación que no lo delataríamos para crear más conflictos entre ellos, aunque ganas no me faltaron.<br />-¡Bien!.-Gritó mi padre dando una palmada.-Dicho esto sentémonos en la mesa a cenar.-Anunció con una sonrisa mientras que mi hermano clavaba sus ojos en los míos.<br />-Por cierto Near.-Dijo dirigiéndose a él.-Puedes sentarte, pero quedas excluido en esta cena.-Añadió retirando una silla para que se sentase.<br />Su rabia fué aumentando en mayor proporción hasta que mi padre clavó sus ojos en los suyos con una sonrisa distinta, como si nada hubiese pasado.<br />Caminó hasta él y se sentó sobre la silla sin decir ni una palabra, Mary cruzó su mirada con la mía cuando nos dirigimos a sentarnos en aquella amplia mesa de madera y su mente llenaba de preguntas a la mía.<br />Estefi, que ya estaba situada al lado de su esposo cruzó su mirada con la suya y acto seguido con la de mi padre.<br />-Mary, si hay algo que quieras preguntar a Brandom hazlo, pero en voz alta para que todos los presentes puedan escucharte.-La aconsejó.<br />-No padre.-Contestó tímidamente.-Sólo quería preguntarle porqué te había dicho lo que había sucedido con Near, eso es todo.-Añadió rápidamente mientras se sentaba a su lado.<br />-¿No es evidente?.-Preguntó.-Lo hizo por ti querida hija.-Añadió cruzando su mirada con la de Near.-Cómo lo hubiese echo con cualquier otro miembro de esta familia.-Dijo clavando sus penetrantes ojos azules en los de mi hermano.<br />Near apartó su mirada rápidamente y sonrió.<br />-Brandom está tan lleno de bondad, apuesto a que también lo hubiese echo por ese estúpido saco de sangre.-Dijo dedicándome una sonrisa siniestra, como si quisiera delatarme ante mi padre.<br />-¿A quién te refieres?.-Preguntó mi padre con el ceño fruncido.<br />-A esa humana padre.-Contestó.-Ése delicioso saco de sangre.-Añadió volviendo a sonreír.<br />Mi padre cruzó su mirada con la mía cuando me senté frente a él y acto seguido sonrió.<br />-Brandom es tan diferente a ti Near.-Dijo.-Que bien es cierto que lo haría por cualquier ser, pero espero que haya aprendido que no debemos mezclarnos con los humanos si queremos que nuestra especie perdure.-Añadió estudiándome el rostro.<br />-Si padre.-Contesté con la cabeza cabizbaja.<br />Near esbozó una carcajada haciendo que mis ojos se clavasen en los suyos, le envié un rápido mensaje a su mente en el que no me importaría contarle a nuestro padre que salió de caza sin su consentimiento si él hablaba sobre mis escapadas para ir a ver a la humana.<br />Mi hermano frenó aquella siniestra sonrisa de su rostro mientras que las aletas de su nariz se hincharon cuando comprobó que no tenía ningún temor al hacerlo.<br />-Por cierto padre, me gustaría que pudiésemos hablar de algo que me inquieta.-Dije.<br />-Ahora no, ¿August?.-Avisó al mayordomo cuando se quedó plantado en el umbral de la puerta.<br />-¿Señor?.-Contestó con el pecho erguido.<br />-Que las sirvientas se apresuren en traer sangre, estoy hambriento.-Dijo llevando su pálida mano hasta la garganta.<br />-Enseguida señor.-Contestó inclinando la cabeza.<br />-Yo también lo estoy.-Añadió Estefi acariciando los labios con su lengua.-El viaje me agotó demasiado.<br />-Padre, ¿puedo hacerte una pregunta?.-Pregunté aclarando el nudo de mi garganta.<br />-¿De qué se trata?.<br />-Me preocupa que salgas de viaje con frecuencia.-Contesté.<br />Mi padre cruzó la mirada con Estefi y ésta clavó sus ojos rojos en su regazo, fruncí el ceño y acto seguido me encontré con la mirada azulada de mi padre.<br />-¿Puedes decirme que es lo que te preocupa hijo?.-Preguntó como si lo anterior no lo hubiese escuchado.<br />-No estoy seguro.-Contesté intentando buscar las palabras adecuadas.-¿Porqué le contaste a Karisma lo que somos?.-Pregunté temiendo una respuesta que no me gustase.<br />Mi padre inhaló aire y una sombra oscura pasó a toda velocidad por sus ojos.<br />-Ésa joven nos servirá de mucho en esta familia.-Contestó con tranquilidad.-Pero tranquilo, no serás tú quien le dé la inmortalidad si no yo, no quiero que la mates como hiciste con Christine.-Dijo esbozando una sonrisa.<br />-Padre, hace tan sólo un momento mencionaste que no debemos involucrarnos con los humanos.-Dije con el fin de que recapacitase, pues la situación en Londres estaba complicada como para que hubiesen más desapariciones y muertes, aquello podría traernos serios problemas.<br />-Parece que no me entiendes.-Dijo contestando a mi inquietud.-Acabo de decir que será una más de nosotros, y no quiero que se cuestione más sobre mis planes.-Añadió con una mirada tan dura como el hielo.<br />-Entendí padre, pero esa humana tendrá familiares que se preguntarán donde está, podría traernos problemas si alguien la ve por la ciudad.-Dije clavando mis ojos en aquél delicado paño blanco que se encontraba sobre la mesa.-Pero está bien, sólo quería proteger esta familia.-Dije apoyando mi espalda contra el respaldo de la silla.<br />-Brandom, no hay necesidad de que nos protejas, ¿somos inmortales recuerdas?.-Dijo apoyando los codos sobre la mesa y acto seguido cruzó los dedos de sus manos ocultando parte de su rostro.-Somos seres privilegiados dotados de poder, seres indestructibles, somos los gobernantes del mundo, y créeme cuando te digo que puedes estar seguro de mis decisiones.-Añadió.-Además, ya había previsto todo eso, una vez que sea vampiro acabará con su padre y hermana, de ésta manera nadie la echará de menos.-Sonrió.<br />Mis ojos se encontraron con los suyos e intenté evitar que viera en ellos algo que no le gustase.<br />-¿Y que me dices de sus amigos?.-Pregunté.<br />-Si se cruzan con ella, no vivirán para contarlo.-Carcajeó contagiando a los presentes, a todos menos a mi hermana y a mí.<br />-¿Pero cuando llegará la servidumbre con nuestra cena?.-Se quejó mi prima acariciando su garganta.-Me muero de sed.<br />En ese momento dos de las sirvientas irrumpieron en la sala con dos bandejas de plata. En una de ellas se encontraba una amplia fuente de cristal llena de sangre, en la otra había seis delicadas copas.<br />Una sombra oscura pasó velozmente a través de mis ojos, el olor que despedía despertó al monstruo que llevaba dentro, pues estaba tenso e intenté tranquilizar mi sed hasta que las sirvientas se retirasen.<br />Cuando desaparecieron de la sala, esperamos a que mi padre fuese el primero en servirse, acto seguido los demás, llenando por completo sus copas dejando que la sangre fluyera por sus sedientas gargantas.<br />Yo me había alimentado esa misma tarde en el bosque y podía mantenerme activo dos días sin beber, pero la sangre de un animal no era la misma que la de un humano, pues me dejaba satisfecho pero no lograba sentirme pleno.<br /><br />Varios años atrás le propuse a mi padre alimentarnos de sangre animal y dejar atrás ríos de sangre humana, pues me preocupaba que fuésemos descubiertos y nos mandaran a la hoguera por nuestros crímenes.<br />Pero nunca le pareció una buena idea mi proposición, por más que me esforcé en decirle que podíamos sobrevivir con la sangre animal siempre coincidimos en algo, y es que no nos dejaba satisfechos.<br />Yo, al igual que los demás seguí devorando vidas humanas, necesitaba vivir al igual que otro ser de la tierra, sólo que nuestra manera de alimentarnos resultaba alarmante para los humanos.<br />Probablemente aquellos animales que son devorados por los hombres estarían igualmente alarmados entre ellos, pero como carecen de lenguaje jamás sería un delito a la vista de los humanos.<br />Una vez más comencé a pensar como Dorothy, por un momento pensé que no era el único monstruo que devoraba vidas humanas, pues los humanos hacían exactamente lo mismo con la vida animal.<br />Negué con la cabeza cuando pensé en aquella humana que ocupaba mis pensamientos, por ella sería capaz de todo, de todo menos acabar con su vida, una vida que deseaba tener a mi lado pero no pudo ser por el hecho de ser enemigos naturales.<br />-Near, ¿no te sirves?.-Preguntó mi padre irrumpiendo mis pensamientos.<br />Mi hermano, que estaba de brazos cruzados viendo como poco a poco vaciábamos aquella jugosa fuente de sangre, se incorporó en su asiento y tragó aquél nudo de su garganta.<br />-¿En serio padre, puedo servirme?.-Preguntó sorprendido.<br />-No.-Respondió con una sonrisa ensangrentada.<br />Near frunció el ceño endureciendo a la misma vez su mandíbula y volvió a reclinarse sobre su asiento.<br />-Hijo, jamás recapacitaría sobre mis decisiones, lo que yo te diga en un principio es lo que tiene validez, recuérdalo.-Sonrió.-Y eso va para todo los presentes.-Añadió.<br />Near clavó sus ojos enfurecidos en los míos y acto seguido se levantó de su asiento con el pecho erguido.<br />-Voy a retirarme a mi dormitorio padre.-Dijo.<br />-Cómo quieras, puedes irte.-Contestó con indiferencia.<br />No me parecía correcto que mi padre tratase con desprecio a mi hermano mayor, pues la mayoría de las veces se lo merecía pero aún así no veía con buenos ojos que lo hiciese delante de los demás.<br />Cuando Near desapareció de la sala dando grandes zancadas, me pregunté sobre las ropas que traía Estefi, su esposo y mi padre, pues estaban completamente limpias sin rastro de sangre.<br />Me pareció extraño en un primer momento que mi padre saliese de caza, siempre lo hacían por él, ya fuesen sus esbirros o nosotros mismos, ¿pero el distinguido señor Akerman?, jamás.<br />-Estaba deliciosa.-Dijo Estefi lamiéndose los labios.-Sin duda la sangre de humanos jóvenes sabe mejor.-Opinó.<br />-Y, ¿todo bien por Greenwich?.-Pregunté ignorando el comentario de mi prima.<br />Su esposo, cruzó su mirada con la de mi padre y acto seguido se llevó la copa a los labios para dar un sorbo después.<br />-Brandom, deja de hacer preguntas, insinuaciones y pensar en voz alta, no e hecho más que llegar.-Se quejó.<br />-Lo siento padre.-Me disculpé.-Sólo quiero saber si hicisteis el viaje bien.<br />-Sin contratiempos.-Contestó vaciando su copa.-Me voy a retirar, aprovechad bien lo que queda.-Aconsejó antes de salir por la puerta.<br />-Está de lo más extraño.-Susurré para mis adentros.<br />-¿Qué te resulta tan extraño?.-Preguntó mi hermana con una nota de preocupación en su rostro.<br />-¿No es evidente?. Sale muy a menudo de la mansión, de hecho lo lleva haciendo prácticamente desde que tengo uso de razón, pero no es sólo eso.-Dije.-Nunca me ha permitido viajar con él, tampoco tú y Near.<br />Sin embargo Estefi y Atila si lo han acompañado varias veces, ¿por qué?.-Pregunté clavando mis ojos en aquella pareja que me miraba un tanto nerviosa.<br />Estefi suspiró y su esposo dibujó una sonrisa en sus labios.<br />-Últimamente estás demasiado preocupado por todo, esa humana realmente te está echando a perder.-Dijo alzando su barbilla.-No eres ni la sombra de lo que eras desde que la conociste.-Añadió aflojando el nudo de su corbata.<br />-A estas alturas deberías saber que si tu padre viaja tanto es por temas familiares, como sabes tiene mucha familia repartida por este mundo, y de vez en cuando le gusta visitar a los que le importan.-Dijo sin mirar mis ojos.-El motivo de que no os lleve con él lo desconozco, yo pertenezco a esta familia por el hecho de estar casado con Estefi, pero ante todo debes saber que cumplo órdenes estrictas de tu padre, y aunque a veces no me apetezca salir de la mansión, he de hacerlo.-Sonrió.<br />-Entiendo.-Dudé.-Al juzgar por vuestras impecables ropas, es evidente que no habéis cazado para conseguir toda esa sangre.-Dije.<br />-En efecto.-Se apresuró a contestar su esposa.-Aparte de familia, tu padre también tiene muchos aliados que le ayudan con ese tipo de cosas, ya deberías de saberlo.-Añadió desviando su mirada.<br />-Ya sabemos todo eso.-Contestó mi hermana dando un sorbo de su copa.<br />-No sabía que tuviéramos familiares en Greenwich.-Dije acariciando mi barbilla.<br />-Oh por favor, tu padre tiene razón.-Dijo Estefi.-Estás de lo más pesado con tus preguntas, me retiro a mi dormitorio.-Se quejó.<br />-Voy contigo querida.-Se apresuró a decir su esposo.-Buen provecho.-Añadió.<br />Cuando desaparecieron de la sala me quedé pensativo, no encajaba nada de lo que decían era evidente de que ocultaban algo y que no me decían la verdad.<br /><br />Tuve varios intentos de entrar en sus mentes y descubrir que era lo que les ponía tan tensos, pero fracasé, pues no pude ver nada fuera de lo normal aunque sí podía percibir que algo estaban ocultando.<br />-¿Qué opinas Mary?.-Pregunté una vez que estuvimos solos.<br />Mi hermana se reclinó sobre su asiento e inhaló una buena cantidad de aire.<br />-No me malinterpretes Brandom, pero creo que te preocupas demasiado por cosas que ni siquiera merecen tu atención.-Dijo en un susurro.<br />-Tienes razón.-Contesté.-Mary, voy a salir.-Susurré.<br />-No, por favor no vayas prometiste que te mantendrías alejado de la humana.-Se alarmó.<br />-Lo siento, pero no puedo luchar con esto que siento, necesito verla, saber que está bien.-Suspiré.<br />-Lo está, solo estas buscando una excusa para ir a verla.-Dijo.-Sabes que si se enterase padre se enfurecerá contigo.<br />-Tranquila, si te preocupa que Near, Estefi o su esposo se enteren ellos no dirán nada, digamos que tengo, un as en la manga que podría utilizarlo en contra de ellos.-Dije dejando que mi hermana viera esa poderosa carta.<br />-Espero que tengas razón, por favor no regreses tarde.-Suplicó.<br />Asentí con la cabeza y eché una rápida mirada al recibidor, la servidumbre no estaba a la vista, y los demás ya se habían retirado a sus respectivos dormitorios, era la oportunidad perfecta para escapar.<br />Que ironía, escapar de la mansión como si se tratase de una cárcel de oro para ir a visitar a una humana, un ser que lo era todo para mí, y que a pesar de prometer que me mantendría alejado de su vida necesitaba estar junto a ella, sentir su cálida piel y cada latido de su corazón cerca de mi pecho.<br />Todos tenían razón, había cambiado mi manera de ver las cosas, aquella humana despertaba dentro de mí algo tan dulce, tan auténtico que me hacía sentir fuerte y frágil al mismo tiempo.<br />El deseo de estar a su lado resultaba desesperante, era como si hubiese mantenido la respiración todo el tiempo hasta que mis ojos tuvieran el privilegio de volver a verla. Pues solo entonces respiraba tranquilo al averiguar que se encontraba bien, que seguía respirando el aire que la rodeaba, que su amor por mí permanecía intacto a pesar de estar separados.<br />Necesitaba sentirme amado, querido, necesitaba sentirme algo parecido a un humano más, y aquello sólo podía conseguirlo ella, sólo ella. Elizabeth.<br />Todo este tiempo sentí que estaba perdido en las sombras hasta que apareció en mi vida, definitivamente Elizabeth me había transformado completamente y aquello no estaba bien, pero algo dentro de mí me decía que hacía lo correcto aunque eso suponía ir en contra de las normas de mi padre.<br />Aquello era prohibido pero me atraía aún más, al igual que con la sangre, era lo imprescindible que necesitaba para poder seguir viviendo.Vanessahttp://www.blogger.com/profile/18211605774561015566noreply@blogger.com6tag:blogger.com,1999:blog-6811715489441076594.post-83431249916592763512011-03-12T02:54:00.000-08:002011-03-19T12:36:18.229-07:00Capítulo 22-Brandom:SentimientosObservando a través de los árboles, me sentí impotente de no poder aliviar el dolor de aquella familia, la familia del ser que más amaba en este mundo.<br />Pero que podía hacer yo, de alguna manera fui el responsable de todo lo que sucedió, tal vez tenía que haber previsto que esto podría ocurrir en cualquier momento, no podía dejar de sentirme responsable de la muerte del tío de Elizabeth.<br />El dolor de sus ojos hacía que mi cuerpo se encogiera y que me costase respirar, su tristeza me sobrecogía sentí la necesidad de ir y estrecharla entre mis brazos para aliviar de alguna manera su dolor, pero era obvio que los humanos les costaba reponerse tras la perdida de un ser querido.<br />Me preguntaba si los que son como yo sentimos esa tristeza ante la perdida de alguien a quien una vez amamos, en mi cuerpo pude sentir varias sensaciones cuando Liz renunció a mí, era como si todo se me hubiese venido encima, como si ya nada tuviera sentido para mí.<br />¿Sería así el dolor de los humanos?, lo desconocía por completo pero me llenaba de curiosidad.<br />Buscando en mi mente intenté recordar cuando perdí a mi madre, era inútil pues no recordé nada, ni su desaparición ni el dolor que sentí cuando me despedí de ella por última vez, era cómo si nunca hubiese ocurrido, o tal vez sea cierto lo que mi padre decía;”somos fríos, y nos volvemos insensibles ante el dolor”.<br />Esto hubiese tenido sentido si nunca hubiese conocido a Liz, lo cierto es que aquella frágil e indefensa humana despertó en mí algo que creía muerto, algo que mi padre me hizo creer pero se equivocaba, pues en este cuerpo ya había experimentado el dolor de haberla perdido. <br />Mis ojos se centraron en aquel ángel de rosadas mejillas y piel tan delicada como la porcelana, apoyé mi cabeza sobre el tronco de un árbol mientras la observaba a lo lejos.<br />Podía sentir el perfume de su cuerpo envolviéndome, su cálida voz murmuraba entre los presentes, y podía escuchar cada latido de su palpitante corazón.<br />Mis ojos se dirigieron ahora al medallón que le puse en las manos, me hacía sentir que aún era importante para ella, pues de alguna manera me recordaría.<br />Me escondí tras aquel árbol apoyando mi espalda contra el tronco de madera, el viento era fresco y movía las copas de los pinos meciéndolos a la vez, suponía que era el momento de dejar a Liz hacer una vida normal, tranquila y feliz, tal y como ella deseaba.<br />Escondí las manos en el interior de mis pantalones oscuros, inhalé aire y me dirigí a la entrada del cementerio para dejar atrás a mi razón de vivir.<br />Monté sobre Fénix una vez desaté las riendas y me dirigí a casa a toda prisa, hace unas horas que me había alimentado y estaría activo por dos días, pero la rabia y el dolor hacía que en mi interior se despertase el deseo de beber sangre, pero no animal, si no humana.<br />Apreté mis afilados dientes con fuerza, e intenté pensar en otra cosa que no fuese matar para obtener sangre, esperé hasta llegar a la mansión y una vez allí dirigirme a la bodega donde mi padre almacenaba sangre humana.<br />Una figura de mujer caminaba en la parte derecha del camino que llevaba hasta la mansión, tiré de las riendas hacia atrás e intenté recuperar mi respiración acelerada, mi delicado olfato detectó un olor familiar y mis ojos comenzaron a tornarse a oscuro.<br />La lucha constante que tenía conmigo mismo me estaba torturando, deseé abalanzarme sobre aquél humano y beber hasta la última gota de su sangre caliente, pero fue entonces cuando la reconocí y me dedicó una amplia sonrisa.<br />-¡Brandom!.-Gritó a la vez que sus pasos se acercaron a mí.<br />-No sigas.-Le advertí.<br />-¿Estás bien, te ocurre algo?.-Preguntó aquella muchacha de ojos rasgados.<br />Inhalé un poco de aire apretando fuertemente los párpados intentando ocultar la oscuridad de mis ojos para después abrirlos lentamente y que volvieran a su color natural.<br />Asentí con la cabeza pasando una mano por mis cabellos e intenté dirigir mi concentración hacia aquella chica que no cesaba de hacerme preguntas.<br />-Discúlpeme señorita Halley.-Dije.-No la reconocí.<br />-Por favor Brandom, ¿por qué no me tuteas?.-Preguntó algo incómoda pero a la misma vez muy tímida.<br />-Está bien Karisma, ¿qué te a traído de nuevo por mi casa?.-Pregunté intentando averiguar con suficiente antelación su respuesta, cosa que no logré hacer.<br />Siempre que intentaba entrar en su mente ésta me la cerraba, era increíble que un humano fuese capaz de controlar sobre sus pensamientos, normalmente eso lo podemos hacer los que son como yo.<br />-Tu padre me invitó de nuevo.-Contestó muy sonriente.<br />-Ten cuidado, ¿vale?.-Le advertí.<br />Tiré de las riendas haciendo que Fénix diera dos pasos cuando Karisma lo detuvo agarrando fuertemente de ellas.<br />-Espera, ¿qué quieres decir con que tenga cuidado?.-Preguntó frunciendo el ceño sin dejar de mostrar aquella dulce sonrisa.<br />-Nada, olvídalo.-Contesté devolviéndole aquella sonrisa sin ganas.<br />Con el talón di un golpe suave en el lomo de Fénix y éste se puso a caminar con pasos cortos.<br />-¿Te refieres a que sois vampiros?.-Preguntó con un tono de voz tembloroso.<br />Tiré de nuevo de las riendas y di la vuelta para encontrarme con sus ojos rasgados.<br />-¿Qué?.-Pregunté.-¿A que te refieres Karisma?.-Volví a preguntar fingiendo no saber de lo que estaba hablando.<br />-Me refiero a que sé lo que sois.-Comenzó a decir.-Tu padre me lo dijo, y puedes estar seguro de que en mí puedes confiar.-Dijo volviendo a sonreír.<br />Mi mirada se perdió a lo lejos por encima de la cabeza de Karisma, no entendía lo que pretendía hacer mi padre, tal vez reclutarla para fortalecer las defensas o quizá solamente era un alimento más.<br />-No sé de lo que me estás hablando.-Insistí.<br />Karisma se acercó con pasos inseguros y mostró una sonrisa tranquilizadora.<br />-Brandom, tu padre me confió lo que sois, vampiros, seres inmortales que hasta ahora yo y el resto del mundo desconocía completamente.-Comenzó a decir hasta que se detuvo a una distancia prudencial.-Es cierto que hay leyendas de bebedores de sangre, pero jamás había tenido la oportunidad de ver a uno de cerca, hasta que te conocí.-Dijo acariciando suavemente a Fénix.<br />-No quiero que nuestra amistad cambie por esto, no tengo ningún miedo y te puedo asegurar que vuestro secreto está a salvo conmigo, sólo permíteme ser tu amiga.-Dijo en un susurro. <br />-No sabes lo que dices.-Le dije fríamente.<br />-Tal vez.-Sonrió mirándome tímidamente a los ojos.-Conocerte más a fondo será todo un desafío para mí.-Dijo ensanchando su sonrisa.<br />-En cambio, yo no sé nada de ti.-Dije sin cambiar mi expresión, dura como el acero.<br />-Supongo que tenemos tiempo para conocernos mejor.-Contestó retirándose los cabellos con una mano.<br />-He de irme, a sido un placer volver a verte.-Me despedí.<br />-El placer a sido mío Brandom, gracias por tu amistad.-Contestó volviendo a sonreír.<br />Tiré suavemente de las riendas y ordené a Fénix emprender al galope hasta la mansión, por más que me esforzaba entrar en la mente de Karisma más me agotaba, ahora mi prioridad era hablar con mi padre.<br />Al llegar a la enorme verja ésta se abrió para recibirme el mayordomo que esperaba desde el otro lado.<br />-August.-Dije bajando de mi caballo para darle las riendas.<br />-Jóven.-Contestó inclinando la cabeza.-Yo me ocupo.-Dijo inmediatamente.<br />-August, ¿sabe si el señor se encuentra en la mansión?.-Pregunté arreglando mi atuendo.<br />-El señor Akerman salió de viaje y mencionó que regresaría a medianoche. –Contestó.-¿Se le ofrece alguna cosa más jóven?.-Preguntó amablemente.<br />-No, gracias August puede retirarse.-Contesté mirando fijamente la entrada de la casa.<br />Suponía que mi padre no se encontraba en la mansión, pues su olor no se percibió en varios kilómetros a la redonda, una lástima, tenía tantas cosas que preguntarle…<br />Antes de que pudiera llegar a las escaleras para encontrarme cara a cara con la puerta, el ama de llaves me recibió con una amplia sonrisa.<br />-Buenas tardes señor.-Saludó inclinando la cabeza.<br />-Buenas tardes Dorothy.-Contesté con media sonrisa.<br />-¿Le preparo un baño señor?.-Preguntó cuando cerró la puerta detrás de mí.<br />-No Dorothy, muy amable.-Contesté subiendo las escaleras.<br />Near salió de la sala de estar que estaba situada abajo en la parte de la derecha y su sonrisa burlona me hizo detener en las escaleras.<br />-¿Puedo saber a dónde te diriges hermano?.-Preguntó dando un sorbo de su copa.<br />-¿Y yo puedo saber a que se debe esa cara de felicidad?.-Pregunté.<br />-Por supuesto.-Contestó avanzando para detenerse justo en el centro del recibidor.-Se debe a que por fin terminaste con esa locura de seguir enamorado de una estúpida humana.-Sonrió.-¿Te parece suficiente motivo?.-Dijo terminando de un sorbo su copa ensangrentada.<br />-¡Eres un desgraciado!.-Grité con rabia.<br />Bajé las escaleras sin rozar apenas el suelo y me puse a su altura dejando ver mis dientes.<br />-¡Por favor señores no discutan!.-Suplicó el ama de llaves.<br />-¡Cállate!.-Grito Near mirándola fijamente a los ojos.-Tú no eres nadie para prohibir nada, ve a ocuparte de otras cosas.-La ordenó.<br />-¡No la trates así!.-Grité agarrando su camisa con los puños.-No tienes ningún derecho a tratar a los demás como lo haces.-Dije mirando a sus ojos enfurecidos.-Dorothy, por favor déjanos solos.-La ordené sin mirarla.<br />Cuando el ama de llaves desapareció Near se libró de mis manos con rapidez y acto seguido pasó una mano por sus cabellos rojizos.<br />-¿Y cómo se supone que tengo que tratar a los demás?.-Preguntó volviendo a sonreír.-¿Con compasión?.-Se burló.-Si hoy no hubieses aparecido en el bosque, hubiera devorado sin compasión a la hermanita de Liz.-Dijo entrecerrando sus ojos.<br />Me abalancé sobre él y mi mano se cerró alrededor de su cuello con fuerza, me puse lo bastante cerca de su rostro y mis ojos se tornaron de color oscuro.<br />-No vuelvas a molestarlas, por que de ser así querido hermano, no tendré más remedio que matarte.-Le amenacé.<br />Sus ojos inyectados en sangre me miraron con fiereza, aún así no desapareció aquella sonrisa sarcástica.<br />-¿Me estás amenazando?.-Preguntó.<br />Sonreí con ganas mientras recuperaba la respiración y poco a poco volví a mi posición liberándolo de mis garras.<br />-Tómatelo así, porque es exactamente lo que e querido transmitirte.-Contesté.<br />-Si no le he dicho nada a nuestro padre acerca de tus escapadas para ir a verla es por que en el fondo te aprecio.-Dijo arreglando su atuendo.<br />-A mí no puedes engañarme, si no lo hiciste es porque tienes miedo de que descubra que salisteis de caza sin su consentimiento.-Dije dándole la espalda para dirigirme al piso superior.<br />Una vez me hallé en el corredor que llevaba a mi dormitorio, pude escuchar el estruendo que causó una copa de cristal al impactar contra el suelo, supuse que había sido Near al descargar su rabia entonces vi a mi hermana salir de su habitación con la respiración agitada.<br />-Brandom.-Dijo al verme.<br />Se acercó hasta mí agarrando sus vestidos de color rubí y mostró una expresión de indignación.<br />-¿Otra vez habéis discutido?.-Preguntó.<br />-Con nuestro hermano no se puede mantener una conversación civilizada.-Suspiré.<br />-¿Sabes dónde fue padre?.-Pregunté frunciendo el ceño.-Últimamente sale mucho de viaje.-Dije mirando el rostro de mi hermana.<br />-Se marchó a Greenwich con Estefi y su esposo.-Contestó cruzándose de brazos.<br />-Greenwich.-Susurré con el ceño fruncido.-¿Y te dijo para qué?.-Pregunté.<br />-Últimamente las cosas se han vuelto un tanto delicadas por la ciudad, no podemos cazar hasta que todo se haya tranquilizado un poco.-Comenzó a decir.-Nuestras reservas en la bodega están agotándose y se marcharon con el fin de traer más sangre.-Suspiró con dificultad.<br />-¿Mary estás bien?.-Pregunté preocupado al ver su rostro.<br />Asintió con la cabeza mostrando una pequeña sonrisa y acarició mi rostro con suavidad.<br />-Yo hubiera querido acompañarles pero me encontré un poco débil.-Contestó.-Volverán a medianoche.-Añadió.<br />-Ve a tu dormitorio.-La ordené.-Te traeré sangre.<br />-Brandom, no podemos acabar con lo poco que tenemos en la bodega.-Dijo.<br />-Y yo no consentiré que enfermes Mary, ve a tu dormitorio por favor.-Insistí.<br />Mi hermana obedeció y se dirigió a su dormitorio donde se recostó de medio lado en la cama.<br />-Enseguida vuelvo.-Dije.<br />Cerré la puerta y me dirigí a toda prisa a la bodega, podía percibir el olor que desprendía eso hacía que mi garganta ardiera de sed, al abrir la puerta esta chirrió de tal modo que hizo daño a mis oídos sensibles.<br />Bajé a toda velocidad por las escaleras y tomé un poco de sangre de uno de los jarros de barro que allí se encontraban, unos pasos crujieron los peldaños de la vieja escalera de madera, me obligó a mirar hacia atrás y allí se encontraba mi querido hermano plantado en el umbral.<br />-No vengo a pelear.-Dijo poniendo sus manos en alto.<br />-Entonces si no vienes a eso te voy a pedir que me dejes solo.-Dije duramente.<br />-Brandom,sé que tu y yo no nos hemos llevado tan bien como quisiéramos, y lo poco bien que nos hemos llevado terminó por destruirlo aquella…-se detuvo para pensarlo mejor.-Aquella humana.<br />-¿Has venido sólo a decirme eso Near?.-Pregunté extrañado.<br />-No, ¿tienes alguna idea de quién sucederá a padre cuando él falte?.-Preguntó frunciendo el ceño.<br />-No tengo la más mínima idea, pero eso jamás ocurrirá.-Contesté.-Padre nunca dejará a cargo de nadie sus tierras, herencias y conocimientos.-Añadí.<br />Near aspiró llenando por completo sus pulmones y dejó salir el aire lentamente.<br />-¿Y cómo es que estás tan seguro de ello?.-Preguntó entrecerrando sus ojos.<br />-Porque ya estamos muertos, ¿recuerdas?, padre nunca faltará.-Dije.-Ahora si me disculpas, tengo que ir a llevar sangre a nuestra hermana.-Me despedí dejándole atrás. <br />-Te recuerdo que los vampiros también podemos morir.-Se apresuró a decir.<br />-Cierto, por falta de sangre o decapitándonos y reducirnos a cenizas.-Recordé.-Pero, ¿tú no harías eso para conseguir tus propósitos verdad Near?.-Pregunté con media sonrisa.-¿O sí?.-Dudé intentando averiguar sus pensamientos a los cuales me sentí aliviado al ver que no era tal y como lo dije. <br />Negó con la cabeza y esbozó una gran sonrisa dejando ver sus dientes.<br />-Si así fuera, ¿no crees que al ser el hermano mayor llevaría bien su posición?.-Preguntó sonriendo entre dientes.<br />-Near, se trata de que la especie perdure, no que se destruya con tus fines.-Sonreí.<br />Mi hermano borró aquella sonrisa y endureció su mandíbula apretando fuertemente sus puños, le volví a dar la espalda y salí de la bodega para dirigirme al dormitorio de Mary.<br />Una vez en la puerta toqué con mis nudillos y mi hermana me invitó a entrar con un tono de voz apagado.<br />-Vuestras discusiones me agotan.-Dijo con un hilo de voz.<br />-Lo siento Mary, ten bebe un poco te sentirás mucho mejor.-Dije ayudándola a incorporarse.<br />Mi hermana tomó la jarra de barro entre sus pálidas manos y se la acercó hasta sus labios bebiendo con desesperación, su garganta iba tragando aquel sabroso líquido espeso y su cuerpo pareció fortalecerse de inmediato.<br />Sus ojos se abrieron por un momento y se tornaron de color oscuro mientras la observaba aliviado de ver cómo se iba recuperando.<br />-Mary si sientes la necesidad de beber, no te prives de hacerlo sólo porque haya poco para todos.-Dije sentándome a su lado.<br />-Brandom sabes que yo haría cualquier cosa por vosotros, si queda poco, antes de mí están más miembros de mi familia que también lo necesitan.-Contestó limpiando las comisuras de sus labios.<br />Acto seguido estiró su mano para ofrecerme aquella jarra de barro a la cual me negué aceptar volviéndola a poner en sus frías manos.<br />-Cuando llegué del funeral, vi que Near estaba bebiendo, él no se detuvo a pensar que tú también necesitabas beber.-Dije.<br />-¿Porqué Near es tan diferente a nosotros?.-Preguntó apoyando su cabeza en el cabecero de su cama.<br />-Supongo que tiene una manera de ver las cosas distinta a nosotros.-Contesté acariciando su pálida mano.<br />-Un momento.-Dijo frunciendo el ceño volviendo a incorporarse para dejar aquella jarra sobre una mesita auxiliar.-¿Qué funeral?.-Preguntó extrañada.<br />Cuando llegué de Cambidge, intenté por todos los medios ocultar a Mary lo que sucedió en aquél espantoso vagón, cuando Near, Estefi y su esposo acabaron con toda forma de vida e iban a acabar también con Liz.<br />Me puse en pié para dirigirme al ventanal mientras que mi hermana miraba con ojos confusos buscando todo tipo de respuestas e intentó introducirse en mis pensamientos para buscar alguna explicación a la cual, dejé que entrase en aquellos recuerdos.<br />Segundos después mi mirada se cruzó con la suya y se llevó las manos al rostro horrorizada.<br />-No puede ser, ¡lo sabe Brandom!.-Exclamó.<br />Siseé llevando un dedo a mis labios a lo que respondió asintiendo con la cabeza.<br />-¿Cómo es posible, que ocurrirá ahora?.-Preguntó levantándose de un brinco.-Se lo dirá a todo el mundo, nos matarán tenemos que irnos de Londres.-Dijo angustiada.<br />-Cálmate Mary, sabía que no era una buena idea que vieras todo eso.-Dije en voz baja.-Puedes estar tranquila, Liz nunca dirá nada te lo prometo.-La tranquilicé.<br />-¿Cómo estás tan seguro?.-Volvió a preguntar.-Los demás han matado a su tío Brandom y ella lo sabe, no descansará hasta que los culpables paguen por ello.-Afirmó.<br />-Mary, confía en mí.-Me apresuré a decir.-Te ruego que no le digas nada a nuestro padre, todo esto podría acabar mucho peor.-Añadí.<br />Mi hermana caminó lentamente de un lado a otro del dormitorio con las manos sobre su rostro intentando calmar su respiración agitada.<br />-Han llegado demasiado lejos, te dije que si seguías viendo a esa humana te traería problemas y no quisiste escucharme.-Dijo negando con la cabeza.<br />Me acerqué hasta ella y la abracé con fuerza.<br />-¿Lo sientes Mary?.-Dije cerrando mis ojos.-¿Puedes sentir lo que yo siento?.-Susurré.<br />Mi hermana cerró sus ojos y sus brazos se cerraron alrededor de mi cintura mientras que su respiración se fue normalizando, en aquel abrazo le pude transmitir todos los sentimientos que guardaba en mi interior por aquella indefensa humana.<br />-Es hermoso…-Susurró.<br />Pude notar como percibió el amor que ella sentía por mí al igual que sentimientos tristes cuando decidió dejarme a un lado para ser feliz con su vida humana, una vida que yo anhelaba pero que jamás podría ser posible.<br />El cuerpo de Mary se estremeció entre mis brazos y su respiración era ahogada, su ceño estaba fruncido y sus parpados fuertemente cerrados impidiendo que algo doloroso asomara tras sus ojos.<br />-¿Qué es esto que siento, porqué estoy tan triste?.-Preguntó.<br />-Son sentimientos Mary.-Contesté liberándola de mis brazos.<br />-He tenido una sensación muy extraña, muy familiar.-Dijo angustiada.-No creo que esto que se hace llamar sentimientos traiga nada bueno Brandom.<br />-Lo sé.-Contesté de inmediato.-Los fríos no tenemos derecho a sentir.-Añadí dirigiéndome de nuevo al ventanal donde la tarde comenzó a oscurecer el cielo.<br />-Eso no es del todo cierto.-Dijo acercándose a mi lado.-Sí que sentimos, pero por nosotros mismos Brandom, yo te quiero y esa es la prueba.-Sonrió acariciándome el cabello.<br />-Y yo a ti hermanita.-Añadí devolviendo aquella dulce sonrisa.-Tengo una duda.-Añadí volviendo a centrar mi mirada hacia el exterior.-¿Porqué padre a decidido ir el mismo en busca de sangre?.-Pregunté sin dejar de mirar nuestro amplio jardín.<br />-Cómo te dije no fue solo, Estefi y su esposo se marcharon con él.-Contestó.-¿Ocurre algo?.-Preguntó con el ceño fruncido.<br />-No.-Contesté negando lentamente con la cabeza.-Es sólo que me preocupa que salga tan a menudo de viaje, además tiene contactos que pueden ir en busca de sangre sin que tenga que marcharse, siempre lo ha hecho así.-Dije.<br />-Entiendo, pero nunca ha dejado de viajar.-Dijo.-¿Qué te preocupa Brandom?.-Preguntó angustiada.<br />-No lo sé Mary.-Contesté.<br />Aparté mis ojos de aquél ventanal e intenté mostrar una sonrisa a mi hermana, ni si quiera yo mismo sabía porque sentía en mi interior aquella inquietud tan desagradable cuando mi padre desaparecía de la mansión para hacer uno de sus viajes.<br />Tal vez fuera por el temor de no volver a verlo, o que alguien lo descubriese y destapara lo que en realidad éramos, unos seres monstruosos, vampiros sin alma ni sentimientos condenados a vivir en una eterna oscuridad, unos devoradores de hombres. El rumor iría de boca en boca hasta extenderse por toda la tierra, con esa leyenda alimentaría las mentes de los escritores para plasmarlas en sus hojas sin saber, que existió un vampiro que quería ser diferente a los demás.<br />Un ser que quería amar y ser amado, un vampiro que quería ser reconocido por cómo era y no juzgarlo por su naturaleza, un ser que buscaba el perdón de dios por nacer como un monstruo y una vida humana a la que jamás podía aspirar.<br />-Brandom.-Susurró mi hermana.<br />Asentí con la cabeza y suspiré pesadamente.<br />-Lo sé Mary, sé que pensar en voz alta es peligroso.-Dije.<br />Fruncí el ceño y acto seguido aparté la mirada del exterior para encontrarme con los ojos inquietos de Mary.<br />-¿Ocurre algo?.-Preguntó.<br />-¿Sabes si padre invitó a Karisma hoy?.-Pregunté con preocupación.<br />-Ah, ya estás enterado.-Contestó apartándose del ventanal.-Padre creé que podría ser útil en nuestra familia.-Dijo.<br />-¿Ahora le interesan los humanos?.-Pregunté con ironía.<br />-No a todos Brandom.-Contestó volviéndose para encontrarse con mis ojos.-Como ya sabes padre le reveló nuestro secreto pero aún no entiendo porqué.-Dijo acariciando con suavidad su pálida barbilla. <br />-Ni tú ni nadie le podrá entender jamás.-Contesté.-Su mente está bloqueada todo el tiempo y es imposible saber que trae entre manos, igual pasa con esa joven.-Añadí clavando mis ojos en el suelo.<br />-¿Tú tampoco puedes saber que hay en su mente?.-Entrecerró sus ojos.<br />Negué con la cabeza y acto seguido oculté las manos en el interior de mis pantalones oscuros.<br />-Eso me inquieta Mary, con un vampiro es muy difícil pero cabe la posibilidad de conseguirlo.-Dije caminando hacia el otro extremo del dormitorio.<br />Tarareé con mis dedos la cómoda y clavé los ojos en los de mi hermana.-Pero con un humano, es imposible no lograrlo.-Añadí.<br />Mary inhaló una buena cantidad de aire y lo dejó salir con lentitud, sus manos estaban entrelazadas y su ceño aún permanecía fruncido permitiéndome ver en su mente lo que pensaba de aquella misteriosa joven.<br />-Mary, que no podamos ver sus pensamientos no significa que ella sea una mala persona.-Dije sonriendo entre dientes.-Es bastante agradable hablar con ella.-Añadí abriendo la puerta del dormitorio.<br />-¿Agradable?.-Preguntó alzando una ceja.-No me gusta.-Añadió.<br />Sonreí entre dientes atravesando la puerta y le dediqué una última mirada.<br />-Voy a darme un baño, te veré más tarde.-Dije cerrando la puerta detrás de mí.<br />Mi sonrisa se desvaneció cuando recordé la cara aniñada de Liz, el dolor de su corazón retumbaba dentro de mi cuerpo y me hacía sentir impotente de no poder aliviarlo.<br />Caminé por encima de aquella esponjosa alfombra roja del corredor para dirigirme a las escaleras.<br />Bajé por ellas y Dorothy estaba justo abajo esperando que llegara a su altura, una sonrisa dibujaron sus labios dejando ver aquellas simpáticas arrugas que me gustaba tanto ver.<br />-¿Señor desea alguna cosa?.-Preguntó.<br />-¿Podría prepararme un baño fresco Dorothy?.<br />-Por supuesto joven.-Contestó inclinando la cabeza.-Si me permite señor,-dijo cuando se encontró con mis ojos.-¿por qué tiene esa mirada tan triste?.-Preguntó en voz baja.<br />Bajé los dos últimos escalones, sonreí aquella mujer que era como una madre para mí y pasé un brazo por encima de sus hombros frotando su brazo con cariño.<br />-A usted no la puedo mentir Dorothy.-Dije.<br />-Por favor joven, sabe que es cómo si fuese un hijo para mí, no me llame de usted.-Me pidió besando mi mano.<br />Sonreí con ganas encontrándome con sus enormes ojos color castaño.<br />-Sólo si no me llama señor.-Contesté volviendo a sonreír.<br />Caminé junto a Dorothy hasta llegar a una de las salas atravesando la puerta.<br />Me acomodé en uno de los sofás de color verde apoyando mi cabeza en el respaldo de éste.<br />Cerré los ojos y al abrirlos Dorothy permanecía cerca de la puerta con las manos entrelazadas esperando una contestación.<br />-Dorothy, ¿qué se siente al estar enamorado?.-Pregunté volviendo apoyar la cabeza sobre aquél sofá cerrando mis ojos.<br />-¡Ay joven!.-Exclamó ruborizada.-Hace años que no e sentido ese afecto por nadie.-Dijo.<br />Abrí los ojos para encontrarme con los suyos y en ellos pude ver un brillo especial.<br />-Pero cuando era joven, hubo un hombre que despertó en mí esos sentimientos, y me enamoré perdidamente de él.-Añadió llevando su mano al pecho.<br />-¿Llegaron a contraer matrimonio?.-Pregunté con interés.<br />Las relaciones de humanos siempre me llenaron de curiosidad, pero desde que conocí a Elizabeth ese deseo de saber más me atraía pues recientemente acababa de descubrir que lo que sentía en mi interior era lo que los humanos llamaban “amor”.<br />-No joven.-Contestó con la mirada perdida. -Él era un muchacho de buena posición y yo sólo una campesina que lo único que sabía hacer era servir a los demás.-Añadió con cierta tristeza.<br />-No sólo eres una mujer que lo único que sabía hacer es servir.-Dije buscando sus ojos.<br />Me puse en pié y me acerqué hasta ella para tomarla por la barbilla.-Eres también la madre que nunca e tenido.-Añadí con una sonrisa cuando sus ojos se encontraron con los míos.<br />-Gracias mi niño,¿sabe?, le quiero mucho.-Sonrió con lágrimas en los ojos.<br />Aquellas lágrimas eran las primeras que veía en Dorothy, me parecía fascinante el sentimiento de amor de los humanos, un sentimiento que mi cuerpo notaba también, algo muy similar al de ellos.-Joven, perdone mi indiscreción pero, ¿porqué me lo ha preguntado?, ¿está enamorado?.-Preguntó con interés.<br />-Lo estoy, siento cosas que jamás había sentido anteriormente por alguien.-Dije con una media sonrisa.<br />De nuevo me dirigí al sofá mientras que el ama de llaves limpiaba sus lágrimas con un pañuelo blanco.<br />-¿Y se puede saber quien es la afortunada joven?.-Preguntó.<br />Apoyé la cabeza sobre el respaldo del sofá y cerré mis ojos de nuevo, el hecho de pensar en ella me trasmitía todo tipo de sentimientos contradictorios, amor, protección, ternura y un deseo voraz sobre su sangre.<br />-¿Afortunada?, no Dorothy.-Dije con un hilo de voz.-Afortunada será si permanece lejos de mí.-Añadí cerrando fuertemente mis puños sobre los brazos de aquel esponjoso sofá.<br />-No le entiendo joven,-Dijo confusa.<br />-No es como yo, es humana.-Me apresuré a decir.<br />Abrí los ojos para encontrar la mirada de Dorothy y en ellos había cierta preocupación.<br />-Si, va en contra de las normas pero no puedo evitar amarla.-Dije al ver sus temidos pensamientos.-De todas maneras Dorothy, no quiero que termine con un monstruo como yo.-Añadí.<br />-Joven, usted no es ningún monstruo.-Dijo con dolor en sus ojos.-A diferencia de su hermano si me permite, usted es diferente.-Añadió dando un paso hacia delante.<br />Quería ser diferente pero lo cierto era que no podía serlo, había nacido como un monstruo y permanecería así para toda la eternidad, demasiado tiempo incluso para un vampiro.<br />-Gracias por sus palabras Dorothy.-Le agradecí.<br />-Joven, ¿la humana que mencionó es de aquí, de Londres?.-Preguntó preocupada por mi respuesta.<br />-Si, es la hija mayor del artesano.-Contesté sin problema.-Los Jenzen.-Me apresuré a decir.<br />El ama de llaves clavó sus ojos en el techo intentando recordar ese apellido, acto seguido sus labios se despegaron y sus ojos buscaron rápidamente los míos.<br />-Si, recuerdo que la señorita Jenzen y su padre estuvieron hablando con el señor acerca de una entrega que tenía que hacerle.-Dijo.-Es una joven muy hermosa.-Añadió con media sonrisa.<br />Sus palabras hicieron que un suspiro saliese de lo más profundo de mi ser, Dorothy estaba en lo cierto, aquella criatura era el ser más bello que me había cruzado a lo largo de mi existencia.<br />Pero lo que amaba de Liz no era algo que se pudiera ver ni tocar, no era algo que tuviese sabor ni color, lo que amaba era la belleza de su alma.<br />-Me apresuraré a prepararle el baño joven.-Dijo inclinando su cabeza para después desaparecer de la sala.<br />-Gracias Dorothy.-Dije.<br />El ama de llaves se giró para dedicarme una de sus mejores sonrisas y desapareció ante mis ojos.<br />La noche comenzó a entrar por los amplios ventanales de la sala en la que me encontraba, en la mansión reinaba un silencio profundo y era extraño pues Near era el que más se hacía oír.<br />Mis dedos buscaron encima de una mesita situada a mi izquierda la rueda de una lámpara, la giré y la luz de ésta iluminó parte de la estancia.<br />Me relajé de nuevo en el sofá y mi mente comenzó a crear el recuerdo de mis labios sobre los de Liz, esos labios cálidos que ardieron cuando se pusieron en contacto con los míos.<br />Otro suspiró salió desde mi interior, un suspiro largo y pesado cuando comencé a sentir la necesidad de ir a verla, saber que se encontraba bien, abrazarla contra mi pecho para sentir su palpitante corazón y besar de nuevo aquellos dulces labios.<br />El dolor que sentía por la muerte de su tío me torturaba, recordé su mirada perdida en aquél panteón pidiendo una y otra vez disculpas por su muerte cómo si ella fuese culpable.<br />Yo podía haber evitado aquél desastre si no hubiese quebrantado las normas, y una de ellas era no dejarla vivir después de que supiese lo que en realidad éramos, entonces hubiera seguido siendo un desastre no sólo mataría a la hija de los Jenzen, a los que sufririan igualmente su pérdida si no que con ella, me dejaría morir para reunirnos en algún lugar, un lugar donde mi alma quedase perdonada.<br />Negué con la cabeza e intenté borrar ese terrible pensamiento, no quería pensar que la hubiera podido perder, por suerte todo había terminado, sacrificando nuestro amor Elizabeth tendría la oportunidad de seguir viviendo y eso era algo que me tranquilizaba aunque no me parecía justo.<br />De todas maneras éramos especies distintas, el cazador y el cazado, una mala combinación que ante los ojos de mi especie siempre se vio como una abominación.<br />¿Cómo podía ser abominable el amor entre especies diferentes?, por más que buscaba una respuesta era inútil encontrarla.<br />Yo seguiría siendo su salvador, seguiría protegiéndola a como diera lugar, seguiría amándola en silencio con desesperación y no me privaría de ver a diario su dulce rostro, pues era lo que había necesitado desde que nuestros caminos se cruzaron. <br />Lo único que me podía permitir era seguir estando ahí para ella, observándola siempre desde las sombras.Vanessahttp://www.blogger.com/profile/18211605774561015566noreply@blogger.com5tag:blogger.com,1999:blog-6811715489441076594.post-17692418516821480282011-03-03T06:21:00.000-08:002011-03-03T17:28:39.492-08:00†Capítulo 21-El funeral†-¡Elizabeth!.-Gritó mi madre al verme entrar por la puerta.-Cámbiate enseguida, mira como vienes, quítate la ropa antes de que cojas frío.-Me ordenó.-¿Qué tienes en la mano?.-Preguntó con el ceño fruncido.<br />-Es un regalo que un amigo me dio por mi cumpleaños.-Contesté apretándolo con fuerza dentro de mi mano.<br />-¿Es de Brandom verdad, puedo verlo?.-Preguntó mi hermana.<br />Mi padre se puso en pié de su sofá y se dirigió hacia a mí con el ceño fruncido.<br />-¿Quién es ese muchacho, acaso es el hijo del señor Akerman?.-Preguntó mirándome fijamente a los ojos.<br />Fulminé a mi hermana con la mirada y un suspiro salió de lo más profundo de mi alma, no sabía que contestar.<br />Por otra parte me daba miedo que mi hermana les hubiese contado que fueron a recogerla a casa de su amiga y que Brandom tenía intención de traerla, no me apetecía que mis padres estuviesen enterados pues aumentaría más su preocupación.<br />-Sí papá.-Contesté al fin.-Sólo a querido tener un detalle conmigo, nos llevamos bien.<br />Mi padre volvió a su sitio habitual y volvió a cruzar la mirada con migo.<br />-Entiendo, Liz, tal vez pienses que ahora con diecisiete años tienes edad para que los muchachos te pretendan pero escúchame bien, ten cuidado de a quien le das tu corazón.-Me aconsejó.<br />Volví apretar mi puño con fuerza y una sonrisa amarga dibujaron mis labios.<br />-Papá, no tienes que preocuparte por eso, Brandom y yo solo tenemos una amistad.-Contesté amargamente.<br />Mi madre acarició mi brazo con cariño y tomó mi mano abriendo con delicadeza mis dedos, dejando al descubierto un medallón plateado con una hermosa flor roja sobre un fondo oscuro, era realmente precioso.<br />-Cielo santo, que medallón más hermoso.-Dijo mi madre.<br />-¡Quiero verlo, quiero verlo!.-Gritó Amelia dando saltos de impaciencia.<br />Mi hermana se puso de puntillas y estiró mi mano para poder verlo mejor, sus ojos castaños se iluminaron cuando vio aquella maravillosa joya.<br />-Que bonito Liz, ha debido de costarle mucho.-Dijo sin dejar de mirar aquél medallón.<br />Me sumergí en mis pensamientos por un momento cuando Brandom lo puso delicadamente en mis manos… <br />-“Por cierto Liz.-Dijo mi salvador liberándome de sus brazos.-Hace unos días fui a la joyería de tu tío y…-se detuvo para meter la mano en su pantalón oscuro buscando algo.-Felíz cumpleaños.-Sonrió y acto seguido tomó mi mano para dejar sobre ella aquella preciosa joya.<br />-No se que decir Brandom.-Dije con un hilo de voz a la vez que lágrimas siguieron inundando mi rostro.<br />-Di que te gusta al menos.-Recomendó.<br />-Por supuesto que me gusta, es precioso de verdad, pero no puedo aceptarlo, no después de terminar así.-Dije.<br />-Liz, por favor no lo tomes como un compromiso.-Dijo.-Tómalo como un regalo de cumpleaños que te hace un amigo.<br />-Un amigo.-Repetí mirando el medallón.<br />-Brandom no se sí solo puedo verte así, como un amigo. Yo te quiero y eso es algo que ninguno de los dos llevaremos bien.”-Dije mirando aquellos profundos ojos del color de la miel.<br />-Elizabeth.-Me interrumpió una voz.<br />-Tienes razón mamá, voy a cambiarme.-Dije sin saber si me habían hecho una pregunta.-¿Amelia, vienes conmigo?.-Pregunté con el fin de hablar a solas con ella.<br />-Claro. -Contestó.<br />Nos dirigimos a mi habitación y cuando entramos en ella cerré la puerta detrás de mi.<br />-Amelia, ¿no te había dicho que no quiero que se enteren papá y mamá de lo que ocurrió?.-Pregunté en un susurro.<br />-No les he dicho nada, ¿a que te refieres?.-Dijo frunciendo el ceño mientras se dirigía a la cama para sentarse.<br />-Me refiero a que mencionaste a Brandom.<br />-¿Y qué tiene de malo?.-Preguntó moviendo sus piernas en el aire.<br />Me quedé pensativa por un momento y acto seguida suspiré.<br />-Nada, es solo que no quiero que sepan que nos vemos eso es todo.-Contesté dejando mi cuerpo desnudo.<br />-¿Porqué?.-Preguntó.<br />No podía contestar sinceramente y sus preguntas me estuvieron empezando a incomodar.<br />-Por que no, me da mucha vergüenza.-Mentí.-Cuando seas un poco mayor lo comprenderás, ¿me queda bien este?.-Pregunté para dirigir la conversación hacia otro lado.<br />-Si, ¿te pongo tu medallón?.-Preguntó con una sonrisita graciosa.<br />Le dediqué otra y le di la espalda para que me lo abrochase.<br />-Liz, ¿tú le quieres?.-Preguntó.<br />Llené de aire mis pulmones y permanecí en silencio sin contestar, bajé la mirada hasta el medallón y lo acaricié con la punta de mis dedos, el dolor de mi corazón era tan grande que no pude evitar las lágrimas.<br />Pasé las manos por mi rostro antes de mirar a mi hermana y cuando nuestras miradas se cruzaron sonreí con ganas.<br />-Ya he dicho que sólo somos amigos Amelia.-Contesté después de unos largos segundos.-Pero a ti no te puedo mentir, si que le quiero, le quiero mucho.-Sonreí.<br />-A mi me gusta que Brandom te pretenda.-Dijo muy sonriente.<br />-¿Y cómo sabias tú eso?.-Pregunté frunciendo el ceño.<br />-Una chica sabe esa clase de cosas.-Sonrió con ganas.<br />Las comisuras de mis labios cayeron hacia abajo cuando recordé haber renunciado a él por temor.<br />Mi corazón siguió amándolo desesperadamente pero en él también habitaba el miedo, miedo a lo desconocido y a lo peligroso.<br />Llevé una mano a mis labios recordando el dulce sabor que Brandom dejó en ellos, todavía habían tantas cosas por hablar y decirnos que me enfadé conmigo misma al echarlo todo a perder.<br />Pero de nada serviría arrepentirse ahora, las cosas habían llegado demasiado lejos y aquella ilusión de estar juntos se fue como el humo de un cigarrillo.<br />Faltaban pocas horas por el funeral del tío Zack, mi padre mantenía su mirada perdida allá donde estuviese, cuando me cruzaba con sus ojos sentía esa culpabilidad en mi interior y se agravaba aún más cuando me estrechaba entre sus brazos.<br />-Te ves, hermosa.-Dijo mi padre cuando bajé por las escaleras en compañía de Amelia.-Y tu también mi pequeña princesa.-Corrigió a tiempo.<br />-No me pongo estos vestidos oscuros porque a mamá no le agradan.-Dije pasando las palmas de las manos por ellos.<br />-En mi opinión son muy elegantes, pero es cierto lo que dice tu madre, el color oscuro siempre está relacionado con la muerte.-Dijo apenado.<br />Sus ojos se clavaron en mi hermana pequeña que le miraba con una expresión triste y los labios de papá dibujaron una sonrisa forzada.<br />-No estés triste mi pequeña.-Dijo poniéndose en cuclillas para estar a su altura.<br />-Papá, no puedo verte así.-Se apresuró a decir con la voz temblorosa.<br />-Amelia, poniéndonos nosotras tristes no ayudaremos en nada a papá.-La interrumpí al ver a mi padre más abatido.-¿Porqué no vas a mirar a ver si mamá ya está lista?.-Pregunté con el fin de que se marchase.<br />Amelia salió del salón sin rechistar y subió las escaleras pesadamente acariciando con su mano la barandilla de madera.<br />Mi padre se puso en pié y caminó hasta una de las ventanas que daban al exterior de nuestra casa, observaba a lo lejos y lágrimas comenzaron a inundar su rostro roto por el dolor.<br />-Papá…-Susurré acercándome hacia el por detrás rodeando su cintura con mis brazos.-Por favor no te tortures más no puedo soportarlo.-Dije con un hilo de voz.<br />Su rostro cayó hacia abajo y sus manos se posaron sobre las mías dándome palmadas suaves.<br />-Lo siento hija, pero no puedo evitarlo.-Se disculpó dando un largo suspiro.<br />-Te entiendo papá, era tu hermano es lógico que te sientas así, pero mírame.-Dije obligándole a darle la vuelta.<br />-El tío Zack no querría verte así, ya sabes cómo era de fanfarrón y el buen humor que muy pocas personas tienen.-Dije intentando arrancarle una sonrisa, y lo conseguí.<br />-Tienes razón, no querría que nos despidiésemos de él con tristeza.-Contestó con una sonrisa mientras se limpiaba aquellas lágrimas de sus ojos.<br />-Recuerdo tantos buenos momentos con tu tío Liz.-Añadió volviendo a sonreír.<br />-Eso es lo que hay que recordar papá, los buenos momentos vividos y no como nos dejó, porque el siempre vivirá con nosotros.-Dije pasando mi mano por su rostro.<br />-Gracias hija, de veras me siento mucho mejor.-Agradeció volviendo a regalarme una hermosa sonrisa.-No se que haría sin ti.-Añadió acariciando mis cabellos.<br />-Pues…-Comencé a decir.-Muchas cosas papá.-Bromeé.-Pero llorar nunca, a mí tampoco me gustaría verte tan triste si fueras a despedirme.-Dije haciendo un mohín.<br />-No digas eso Elizabeth, jamás podría despedirme de ti.-Se apresuró a decir dándome un abrazo.<br />-Claro que no papá, de todas maneras tampoco iba a ser una despedida final, si no más bien un “hasta pronto”, ¿qué te parece?.-Pregunté regalándole una sonrisa.<br />-Mucho mejor Liz.-Sonrió.<br />-¡Papá,papá!.-Gritó Amelia desde arriba.<br />-¿Va todo bien?.-Preguntó mi padre mirando hacia la parte de arriba donde Amelia estaba asomada tras la barandilla de madera.<br />-Si, pero quería decirte si puedo llevarle al tío Zack un osito de peluche que le gustaba mucho, siempre que lo veía me lo quería quitar, así que me gustaría poder regalárselo antes de que se marche al cielo.-Dijo con expresión triste.<br />Mi padre cruzó su mirada con la mía y acto seguido mostró una sonrisa distinta a mi hermana.<br />-Claro que puedes Amelia, al tío Zack le encantará tu regalo.-Dijo.<br />Amelia le devolvió aquella sonrisa y desapareció de nuestra vista.<br />-Date prisa Amy, nos tenemos que marchar ya.-Anunció mi madre que bajaba por las escaleras.<br />Su vestido oscuro le llegaba hasta los pies como una cascada negra, el cuello estaba cubierto por una fina tela bordada de color blanco y su cabello estaba recogido por un moño.<br />-Odio estos vestidos.-Se quejó.<br />Se dirigió a mi padre para colocar el cuello de su camisa y acto seguido dejó que sus manos descansaran en sus hombros.<br />-Te quiero.-Dijo mi padre besando cariñosamente su mejilla.<br />Mi madre extendió sus brazos y mi padre se acurrucó en ellos buscando su cariño, hacían una pareja tan hermosa, por un momento vi en ellos el amor que Brandom y yo teníamos.<br />Un amor que aunque hoy se hubiera terminado, siempre permanecería vivo en mi corazón, les di la espalda para dirigirme hacia la ventana, el cielo estaba encapotado.<br />Parecía como si nuevamente quisiera comenzar a llover, las nubes se movían aceleradamente como si quisieran buscar un sitio específico para estallar su rabia y ese lugar parecía estar encima de nuestra casa, pues varias gotas comenzaron a impactar contra los cristales de las ventanas.<br />Amelia bajó las escaleras con un osito de peluche de color blanco, lo escondía bajo su brazo y fue corriendo para mostrárselo a mi padre.<br />-Es muy bonito Amy, no me extraña que el tío Zack se pusiera pesado contigo por obtenerlo.-Dijo ensanchando su sonrisa.<br />-Será mejor que nos marchemos, Liz ¿puedes coger los paraguas?.-Preguntó mamá abriendo la puerta principal.<br />-Claro mamá.-Contesté.<br />Casi al momento aparecí junto a ellos en el porche, le di a mi padre un paraguas que compartió con mi madre, y yo me quedé otro para refugiarme de la lluvia junto con Amelia.<br />-¿Jeremy, avisaste a todos para que asistan a la ceremonia?.-Preguntó mi madre una vez nos hayamos dentro de la camioneta.<br />Mi padre arrancó y asintió con la cabeza sin decir ni una palabra, las gotas de lluvia impactaron con violencia sobre los cristales de la camioneta lo cual era casi nula la visibilidad.<br />Seguimos avanzando por el camino de tierra cuando la lluvia cesó, el sol se asomaba a lo lejos débilmente, pues las grisáceas nubes lo ocultaban y no lo dejaron salir completamente.<br />Al terminar el camino de tierra que llevaba directamente a la ciudad, nos desviamos por otro camino que era desconocido para mí, aquél camino debía de conducir al cementerio donde los demás estarían esperando nuestra llegada.<br />A través de los robustos árboles se podía apreciar unas verjas altas de color oscuro,al fondo lápidas y panteones de piedra con cuervos sobrevolando los pinos o posados en las enormes cruces. <br />Pude divisar a bastantes personas, todas tenían algo en común iban vestidos del color de la muerte, un negro vacío.<br />Dentro del cementerio se encontraba un amplio jardín, no le daba un aspecto muy alegre pero tampoco tan sombrío, rocas amplias adornaban parte del recinto y actuaba como escudo contra el frío, se podía apreciar una brisa fresca que traía consigo el olor de todas las flores.<br />Al bajar de la camioneta, me fijé en un cuervo que torcía su cuello para mirarme con sus ojos negros, su pico se abría para después dar un grito en el aire y emprender el vuelo.<br />Los pinos cubrían todo el cementerio me resultaba difícil observar el cielo, caminamos en silencio y eché una rápida mirada a mi padre, éste pareció darse cuenta y dibujó una débil sonrisa en sus labios a la cual le respondí igualmente.<br />Cruzamos un viejo puente de piedra en el que un riachuelo pasaba por debajo de éste, el agua era cristalina y se podía apreciar en el fondo trozos de musgo adheridos a las rocas, delante, se encontraba una amplia fuente de piedra con dos ángeles tallados, del interior de sus bocas salía un abundante caño de agua fría llenando por completo las pilas.<br />A la derecha se encontraban un amplio grupo de personas, todos tenían la mirada en el suelo y llantos se podían escuchar a lo lejos, aquello me creó una sensación de ahogo en el pecho.<br />De repente una cara familiar se quedó mirándome, su ceño estaba fruncido y enseguida pude darme cuenta de quien se trataba.<br />Caminó hacia a mí esquivando las lápidas y panteones agarrando sus vestidos oscuros y avancé también hacia ella con pasos acelerados.<br />-Enseguida os alcanzo mamá.-Les dije.<br />Mi madre asintió con la cabeza y Amelia se giró para echar un último vistazo.<br />-Yuls.-Dije cuando estuve lo bastante cerca.-¿Qué haces aquí?.-Pregunté a la vez que nos dimos un abrazo.<br />-Es horrible, encontraron a Mike Collins, llevaba varias semanas desaparecido.-Dijo con cara de horror.-Se lo encontraron en el bosque cerca del claro, dicen que el cuerpo estaba mutilado.-Negó con la cabeza como si intentase sacudir ese pensamiento.<br />-Dios es horrible, yo recuerdo haber visto cerca del claro una tela blanca bañada en sangre.-Dije intentando recordar.-Me dirigí a casa de una amiga, escuche algo detrás de unos arbustos y…dios mío, es horrible.-Volví a repetir.-¿Le conocías?.-Pregunté con el ceño fruncido.<br />-Si, de echo me pretendió hace pocos meses, era…-dijo haciendo una pausa.-Era tan joven Liz, no entiendo ¿quien querría hacerle daño?.-Preguntó frustrada.<br />Del interior de mi pecho salió un suspiro largo y pesado, sabía perfectamente quien había podido hacerle daño, Los Akerman sin duda, pero la pregunta que me hacía era la siguiente; ¿sería Brandom el que le arrebató la vida?.<br />No quería pensar en ello y volví a dar a mi amiga un abrazo de consuelo, se limpió las lágrimas e inhaló aire.<br />-Sea lo que sea, darán con el responsable de todo esto, el departamento de policía de Londres ya está barriendo toda la ciudad y deteniendo a sospechosos, espero que los fusilen sin piedad.-Dijo con rabia y dolor en su voz.<br />-¿Has venido también a su funeral?.-Preguntó cogiendo un pañuelo para sonarse la nariz.<br />Negué con la cabeza mientras que las palabras de mi amiga rebotaron una y otra vez en el interior de mi cabeza.<br />-Vengo a enterrar a mi tío Zack.-Dije con la mirada perdida.<br />Yuls alzó la cabeza lentamente y sus ojos parecían desorbitados.<br />-¿Qué?, ¿tu tío Zack el joyero?.-Preguntó confundida.<br />Asentí con la cabeza y Yuls volvió a estrecharme entre sus brazos.-Lo lamento, lo siento mucho Liz no lo sabía, ¿estás bien?.-Preguntó angustiada.<br />-Sí, pero me preocupa mi padre, ya sabes lo unidos que estaban.-Dije con un hilo de voz.<br />-Entiendo, perder a un hermano debe de ser muy doloroso para él, ¿de qué murió?.-Preguntó una vez más.<br />Aquella pregunta suponía una respuesta que iba a indignar a Yuls como a cualquiera, así que preferí no contestar con la verdad, la razón era muy simple, no quería recordar nada que tuviera que ver con Los Akerman.<br />-Prefiero no hablar de ello Yuls, tengo que reunirme con mi familia, nos vemos otro día.-Contesté lo más rápido que pude.<br />-Está bien, por cierto Liz sé que no es el mejor momento pero, feliz cumpleaños.-Dijo torciendo su sonrisa.<br />Cerré los ojos y una sonrisa fugaz dibujaron mis labios.<br />-Gracias.-Le agradecí dándole un último abrazo.<br />Llegando al panteón donde mi tío iba a ser enterrado con mis abuelos paternos, una hilera de personas se iban acercando a mis padres y a mi hermana pequeña dando sus más sinceras condolencias.<br />El padre Renfield se dispuso a dar la ceremonia de despedida mientras que los demás lo escuchábamos en silencio.<br />El padre, era muy conocido en Londres, su capilla era la más visitada de toda la ciudad ya fueran creyentes o no, destacaba por su sabiduría y consejos útiles que les daba a los ciudadanos y la mayoria de las veces recurrían a él para pedirle ayuda económica a aquellos que no tenían nada para comer.<br />Nunca me había presentado a pedir sus consejos tan sabios que la gente comentaba por la ciudad,no había ido por que realmente no lo necesitaba, pero ahora que por fin lo conocía me lo estuve planteando, aunque pensándolo mejor el secreto de que Los Akerman eran vampiros debería de ser mantenido en secreto.<br />Cuando el padre Renfield bendijo el panteón de mármol donde se encontraba el tío Zack, apreté con fuerza la mano de mi padre, era hora de despedirse y debería de hacerlo con una sonrisa, tal y cómo él hubiese querido.<br />-Hasta pronto hermano.-Susurró mi padre a la vez que tomaba un puñado de tierra mojada y lo esparció por el panteón.<br />Al volverse para mirarme, una sonrisa dibujaron sus labios, sus ojos castaños brillaron por un momento y mi madre lo abrazó con ternura.<br />Me acerqué con Amelia y ésta arrojó su osito blanco de peluche en el interior, corrió hacia al lado de mis padres y lo abrazó por la cintura.<br />-El tío Zack debe de estar muy contento de que se lo hayas regalado Amelia.-Sonrió con ganas mientras le acarició el cabello.<br />Tomé una rosa del jardín cercano y me acerqué de nuevo al panteón para arrojarla.<br />-“Lo siento tío Zack, lo siento.”-Repetí en mi mente una y otra vez. <br />Me acerqué junto a mi família e íbamos recibiendo cariño por parte de familiares, amigos y ciudadanos de Londres, aquello era interminable, sólo deseaba volver a casa cuanto antes y terminar con esta pesadilla para comenzar una nueva vida.Vanessahttp://www.blogger.com/profile/18211605774561015566noreply@blogger.com5tag:blogger.com,1999:blog-6811715489441076594.post-6901535957970067992011-02-07T12:00:00.000-08:002011-02-07T12:06:30.682-08:00Capítulo 20-AdiósLa mañana siguiente entró por mi ventana un tanto sombría, estiré mi cuerpo con ganas y acto seguido me incorporé quedándome sentada en la cama, llevé mis dedos a la parte de mis sienes y froté con fuerza intentando aliviar un terrible dolor que estaba comenzando a aparecer.<br />Puse mis pies desnudos sobre el suelo y un largo suspiro salió de lo más profundo de mi interior.<br />El corazón me dolía horriblemente, me sentía responsable de la muerte de mi tío, ¿que hubiese ocurrido si no hubiera aparecido en su casa?,¿hubiera cambiado algo?.<br />Mi mente intentó dar con alguna respuesta que me sirviera, pero no había nada que hacer, no podía cambiar las cosas de nada serviría atormentarme con preguntas como ¿qué hubiera pasado si…?.<br />Pero no podía evitarlo, ahí era donde se encontraba el problema, Near acabó con mi tío por venganza, y seguramente yo seguiría en el punto de mira de los Akerman, probablemente a estas alturas el señor Akerman ya estuviese enterado de lo sucedido.<br />Pero, ¿y Brandom?, ¿estaría bien?, negué con la cabeza y una inquietud se apoderó de todo mi cuerpo, deseaba verle de nuevo y preguntarle si todo estaba bien, cosa que dudaba.<br />-¿Liz, estás despierta hija?.-Preguntó mi madre desde el otro lado de la puerta.<br />-Sí mamá.-Resondí dirigiéndome hacia la puerta.<br />-Buenos días, baja a desayunar cuando te alistes.-Dijo forzando una sonrisa.<br />Asentí con la cabeza y me dirigí de nuevo a la cama para sentarme sobre ella, mi madre entró en la habitación cerrando la puerta detrás de ella y se dirigió hacia a mí para sentarse a mi lado.<br />Me acarició el cabello y acto seguido puso su cálida mano sobre la mía, yo seguí con la mirada perdida hacia la nada, no podía creer que la mañana del lunes fuese tan distinta en todos los sentidos, no podía sentir felicidad ni tristeza, esa sensación me hacía sentir culpable de todo.<br />-Elizabeth, ahora tenemos que estar fuertes para tu padre.-Dijo con un hilo de voz.<br />Asentí con la cabeza y las comisuras de mis labios cayeron hacia abajo haciendo que mis labios temblasen, los ojos pronto se me nublaron con unas lagrimas que estuvieron a punto de estallar.<br />-Tienes que llorar, suelta todo lo que tengas en tu interior.-Dijo acariciando mi espalda con cariño.<br />En ese momento miles de lágrimas inundaron mi rostro, mi madre cerró sus brazos alrededor de mi cuerpo tembloroso por los sollozos y me acurrucó en su pecho donde me mecía intentando aliviar mi llanto.-Todo va estar bien Liz, pronto darán con el responsable de su muerte.-Dijo.<br />Mis sollozos se detuvieron y levanté el rostro limpiando aquellas lágrimas con la base de mi mano.<br />-¿Cómo murió mamá?.-Pregunté con un hilo de voz.<br />Pasó un dedo por mi mejilla e inhaló un poco de aire.<br />-Es mejor que no lo sepas cariño.-Advirtió.<br />-Por favor mamá, solo…-Me detuve.-Sólo quiero saber qué le hicieron.-Dije al fin.<br />-Pués..-Comenzó a decir frotándose las manos.-Por lo que nos dijeron, se lo encontraron en su casa boca abajo, bajo un charco de sangre y…-Se detuvo tomando un poco de más aire.<br />-¿Y?, sigue mamá.-Dije intentando recuperar la respiración.<br />-Es muy desagradable Liz, no tiene sentido que lo sepas hija.-Dijo caminando hacia la puerta.<br />La seguí tomándola suavemente por el brazo y haciendo que su cuerpo girase para encontrarse con mi rostro asustado.<br />-Por favor mamá, solo quiero saber que le hicieron.-Supliqué.<br />Me sentí preparada para escuchar lo peor, en realidad no quería saber como había muerto el tío Zack, lo único que pedí en mi interior era que no hubiese tenido una muerte larga y dolorosa. <br />-Estaba boca abajo y…bueno…tenía la cabeza separada de sus hombros..-Dijo cerrando sus parpados con fuerza.<br />Mi respiración se aceleró y me llevé una mano al estómago luchando contra las náuseas mientras caminaba hacia atrás intentando buscar el borde de la cama para sentarme.<br />-Siéntate siéntate.-Se apresuró a decir.-Sabía que no era una buena idea,¿estás bien?.-Preguntó con ansiedad al ver el color de mi rostro.<br />-No te preocupes mamá, ¿dónde esta Amelia?.-Pregunté con la cabeza en otra parte.<br />No podía creer que le hubieran echo todo eso, al parecer mi tío murió brutalmente en manos de el hermano del ser que más amaba en este mundo, Brandom.<br />No pude dejar de sentirme culpable, sabía quien fue su asesino ¿pero que podía hacer yo?, no podía dejar que Near saliese impune de este crimen, por otra parte Brandom también podría verse afectado por todo esto aunque no fue partícipe del asesinato,¿qué se supone que debía de hacer?.<br />-Tu hermana no ha ido a la escuela, ya está enterada de todo y esta tarde se celebrará el funeral.<br />Asentí con la cabeza y poco a poco mi respiración acelerada se fue normalizando.<br />-Está bien mamá, termino de arreglarme y bajo a desayunar.-Dije dirigiéndome al armario.<br />Escogí del interior de armario un vestido largo de color oscuro, aquellos vestidos oscuros me encantaban pero a mi madre no le agradaban demasiado, decía que aquél color estaba relacionado con la muerte y por complacerla no me lo ponía ni una sola vez.<br />Fué un regalo que me hizo Yuls el año pasado, cuando cumplí mis dieciséis años, que curioso, hoy se supone que tendríamos que estar de celebración por mi cumpleaños y en lugar de eso lo que se iba a celebrar era el funeral de mi tío Zack.<br />Lágrimas de dolor volvieron a inundar mi rostro y me apresuré a limpiarlas rápidamente, me vestí y acto seguido cepillé mis cabellos sin ganas.<br />-Buenos días.-Dije una vez me encontré en el salón.<br />Mi padre alzó la vista de su periódico y me dedicó una sonrisa amarga, <br />-Feliz cumpleaños hija.-Me felicitó.<br />Se levantó de su sofá y se dirigió hacia a mí estrechándome entre sus brazos.<br />-Gracias papá, ¿cómo estás?.-Pregunté alzando mi barbilla para poder ver sus ojos castaños.<br />Se encogió de hombros e hizo que mi rostro se enterrara en su pecho, como si estuviera intentando evitar que mis ojos se encontrasen con los suyos.<br />-Bien cariño, no he pasado muy buena noche pero estoy bien.-Mintió.<br />Traía dolor agarrado en el alma, y eso se podía percibir aún sin verle el rostro.<br />-Sentaos, el desayuno está listo.-Anunció mi madre dejando sobre la mesa una bandeja plateada con tres tazas de leche caliente.-Elizabeth, con todo lo que a pasado se me olvidó felicitarte cariño.-Dijo mi madre.<br />-No importa mamá, sólo es un cumpleaños.-Respondí dándole un cariñoso abrazo.<br />-No es sólo un cumpleaños, es algo maravilloso que ocurre una vez al año.-Se apresuró a decir mi padre.<br />Otra vez el recuerdo de Brandom paseaba por mi mente, me aterrorizaba cumplir años, envejecer y que a él el paso del tiempo no le dejara huella.<br />Podía ver mi futuro a su lado, una anciana con innumerables arrugas sentada en una mecedora en el porche de una casita, y Brandom acariciando suavemente mi rostro envejecido.<br />Negué con la cabeza e intenté poner una expresión que no fuera de horror, no podía imaginar un futuro al lado de mi salvador, Brandom era un alma inmortal y yo sólo era una simple humana, la muerte nos podría separar en cualquier momento.<br />A no ser que…<br />-¿Liz?.-Me interrumpió mi madre.<br />-¿Sí mamá?.-Contesté confusa.<br />-¿Podrías ir a recoger a tu hermana a casa de Jessica?.-Preguntó una vez que nos sentamos los tres a desayunar.<br />-Claro mamá.-Contesté.<br />Di un sorbo a mi taza dejándola completamente vacía, acto seguido cogí el paño que tenia sobre mis rodillas y me limpié las comisuras de mis labios.<br />-¿No quieres probar las pastas cariño?.-Preguntó mi madre.<br />-Después mamá, voy a recoger a Amy.-Contesté.<br />-Elizabeth, ten mucho cuidado por favor.-Suplicó mi padre.<br />-Sí papá.-Contesté.<br />Me acerqué a él para darle un beso en la frente y después a mi madre, alisé mi vestido con las manos y crucé por la puerta para salir al exterior.<br />Eché una rápida mirada al cielo y estaba completamente gris, parecía como si en cualquier momento la tormenta fuera a estallar con rabia sobre mí.<br />El aire era fresco pero no frío como la piel de Brandom, cerré la verja y seguí el camino de tierra que llevaba al centro de la ciudad.<br />-¡Liz!.-Gritó una voz a lo lejos.<br />Alcé mi mirada y pude ver como Karisma venía de frente con pasos acelerados.<br />Agarraba sus vestidos de color caramelo con sus manos y su respiración era muy agitada.<br />-Lo siento, ¿estás bien?.-Preguntó dándome un cálido abrazo.<br />-No tan bien como quisiera.-Contesté con la voz apagada.<br />-¿Estás herida o…?.-Preguntó mirándome de arriba abajo.<br />Fruncí el ceño mirándola confundida.<br />-Si, estoy bien.-Contesté.-Esta tarde es el funeral de mi tío.-Dije.<br />-Si, ya me he enterado, en la ciudad no se habla de otra cosa.-Dijo frotándome un brazo con cariño.-No voy a poder estar ahí, tengo que cuidar de mi hermana y de mi padre, pero antes quise pasar a verte y dar mis condolencias a tu familia.-Dijo volviéndome a dar otro abrazo.<br />-Gracias Karisma.-Le agradecí.<br />-¿Vas a la escuela?.-Preguntó apartando de mi rostro un mechón.<br />-No, voy a recoger a mi hermana de casa de una amiga, ¿te importaría acompañarme?.-Pregunté frotándome los brazos.<br />-Claro que no me importa.-Contestó con media sonrisa.<br />Realmente necesitaba que alguien estuviese a mi lado apoyándome en aquellos momentos tan duros, tampoco me apetecía estar sola por si Near, Estefi o Atila se presentaran para hacerme una visita.<br />La compañía de Karisma me reconfortaba y me hacía sentir segura, sentí varias veces la tentación de contarle toda la verdad, de que estaba empezando una relación peligrosa con un vampiro y de que mi tío fue victima de su familia.<br />Pero no quería angustiarla con mis problemas y que ella se viera envuelta con todo lo que estaba sucediendo, apreciaba mucho su amistad y quería conservarla a salvo.<br />-Liz, en serio lamento mucho lo de tu tío, ese asesino que está acobardando a toda la ciudad lo va a pagar muy caro.-Dijo.-Bueno no hablemos más de esto, no te hace ningún bien de que te lo estén recordando a cada momento, mejor dime, ¿cómo te va con tu salvador, volviste a verlo?.-Preguntó entusiasmada.<br />La miré de reojo y una sonrisa dibujaron mis labios al recordar su piel fresca y sus labios sobre los míos. Me ruboricé y una sonrisa iluminó el rostro de mi amiga.<br />-¡Ah ah!, ¿qué ha pasado entre vosotros?, y no me digas nada por que lo veo en tus ojos.-Dijo.<br />-Bueno, anoche…-Comencé a decir.<br />-Espera, espera.-Me interrumpió.-¿Anoche?.-Preguntó con el ceño fruncido.<br />-Si, nos…besámos.-Contesté tímidamente.<br />-Vaya, te felicito Liz, me alegro de que por fin estéis juntos. Te iba a decir que es motivo para que lo celebrásemos pero según cómo están las cosas mejor lo dejamos para otro momento.-Dijo retirando parte de mis cabellos hacia la espalda.<br />Asentí con la cabeza y le dediqué media sonrisa, la presencia de Karisma me hizo sentir mejor en todos los sentidos, me entendía y sabía escuchar, eso era lo que realmente apreciaba de su persona.<br />-Es aquí.-Anuncié cuando llegamos a la casa de Jessica.<br />Toqué con mis nudillos la puerta y me recibió la pequeña Jessica con media sonrisa.<br />-Hola Jessica, vengo a recoger a Amelia.-Dije.<br />La niña borró aquella media sonrisa de su rostro y en él había cierta preocupación.<br />-¿Puedes decirla que estoy aquí?, ¿dónde están tus padres?.-Pregunté.<br />-Mis padres tuvieron que salir un momento.-Contestó la pequeña.<br />-Avisa a Amy por favor, tengo que llevarla a casa.-Dije.<br />-No está.-Contestó.<br />-¿Cómo que no está?, si ha pasado la noche aquí contigo.-Dije frunciendo el ceño.-¿Se fue con tus padres?.-Pregunté.<br />La niña negó con la cabeza y pareció como si quisiera cerrarme la puerta en algún momento.<br />-Hace un momento vino un señor a recogerla, dijo que era amigo de la familia pero Amelia dijo que no lo conocía de nada.-Dijo casi susurrando.<br />Miré por un segundo a Karisma y ésta enarcó las cejas confundida.<br />-¡¿Qué estás diciendo Jessica?!.-Grité sacudiendo violentamente sus pequeños brazos.-¿Cómo era ese señor?.-Pregunté angustiada.<br />La niña pareció intentar liberarse de mis brazos y actué tal y como quería, la dejé libre y frunció el ceño intentando recordar el rostro de aquél hombre.<br />Era alto, tenia los ojos rojos y el pelo también, me dio mucho miedo.-Dijo asustada.<br />-Near…no…-Dije en un susurro y con la respiración acelerada.<br />-Jessica cierra la puerta y no dejes entrar a nadie a no ser que sean tus padres.-La ordené.-Karisma tenemos que dividirnos, por favor ayúdame a encontrar a mi hermana por favor.-Supliqué repetidas veces.<br />-Tranquila Liz, la encontraremos, ¿pero no sería mejor avisar a las autoridades?.-Preguntó intentando calmar mi estado de nervios.<br />-¡No!, por favor si ves a alguien con esas características intenta pedir ayuda en los alrededores, que la gente pueda escucharte.-Dije.<br />-Está bien, pero cálmate la encontraremos.-Dijo antes de desaparecer.<br />Me llevé la mano temblorosa hasta la frente intentando pensar en cómo iba a llegar hasta la mansión donde unos temibles vampiros tenían cautiva a mi hermana pequeña, no podía pensar en otra cosa así que me dirigí hasta la mansión tan rápido como daban mis piernas.<br />En el camino de tierra que llevaba justo a la mansión de Brandom tuve que detenerme para normalizar mi respiración, parecía como si en algún momento fuera a desvanecerme en el suelo por la angustia, pero volvía a recuperar esa fuerza cuando pensaba en Amelia.<br />Como fuera tenía que sacarla de allí, incluso renunciaría a mi amor por Brandom si era eso lo que pretendían, pero no quería poner en riesgo la vida de las personas que amaba, entre ellas mi salvador.<br />La tormenta estalló con fuerza en toda la ciudad, en unos segundos estaba calada hasta los huesos. El vestido pesaba sobre mi cuerpo, cada vez me costaba mucho más caminar pero tenía que llegar hasta la mansión para llegar a un acuerdo con ellos con tal de que dejaran libre a mi hermana.<br />En medio del diluvio pude divisar dos siluetas, pero la cortina de agua que tenia ante mí hizo que aquellas siluetas estuvieran distorsionadas. Una de ellas era alta y la otra figura le llegaba casi por la cintura.<br />¡-Near!.-Grité en mitad de la tormenta mientras avanzaban hacia a mi. <br />Un trueno retumbó en toda la ciudad haciendo que aquel nombre sonara más temible.<br />-¡SUÉLTALA!-Le grité.-¡No la quieres a ella, sé lo que quieres y estoy dispuesta a complacerte!.-Grite a la misma vez que lágrimas inundaron mi rostro.<br />-¡RENUNCIO MI AMOR POR BRANDOM!.-Grité con rabia y dolor a la vez que mi voz se quebraba.<br />Las figuras que tenía ante mí se detuvieron por un momento, como si estuviera pensando en mi proposición.<br />-¡Suéltala, por favor por favor!.-Grité hincando mis rodillas en el suelo.<br />Las siluetas siguieron avanzando en mi dirección hasta que se volvieron más claras, se pararon a pocos metros de mí y alcé la vista para poder encontrarme con el rostro de mi hermana.<br />Su cálida mano estaba fuertemente agarrada con otra tan blanca como el mármol, mis ojos se encontraron con la mirada perdida de Brandom, le dedicó una rápida mirada a mi hermana y soltó con suavidad su mano.<br />-Ella está bien.-Dijo con un hilo de voz.<br />Mis sollozos se podían escuchar a lo lejos, acababa de renunciar a Brandom y él estuvo presente, aquello me desgarró el alma.<br />Mi hermana se quedó en mitad de los dos mirando fijamente a Brandom, éste tenía su cabello oscuro ocultando parte de su rostro y sus manos escondidas en el interior de sus bolsillos.<br />Amelia corrió en su dirección y Brandom se puso en cuclillas para recibir un abrazo de mi hermana.<br />-Gracias.-Susurró.<br />Sus ojos bañados en miel me miraron fijamente mientras que estrechaba a mi hermana entre sus brazos. Apartó sus ojos de los míos para dedicar una sonrisa a Amelia agarrando suavemente su barbilla.<br />-De nada pequeña, no vuelvas a fiarte de desconocidos, ¿de acuerdo?.Le advirtió.<br />Amelia asintió con media sonrisa y le dio un último abrazo, me puse en pié mientras que Brandom me siguió con la mirada.<br />Mi respiración se fue normalizando y limpié mi rostro con la manga de mi vestido.<br />-Gracias por cuidarla Brandom.-Le agradecí.<br />Suponía que Near fue a por Amelia y Brandom impidió que le hiciera daño, mi deuda para con él, era demasiado grande.<br />-No tienes que agradecerlo Liz, prometí que os protegería. Tengo que irme.-Se despidió dándome la espalda.<br />Sus hombros eran pesados, como si le hubiera caído una carga encima y no pudiera avanzar con ella, esa carga era mi renuncia a él, nada me dolía más que dejarle así pero era algo que tenía que ocurrir tarde o temprano.<br />-Vamos Amelia.-Dije agarrando fuertemente su mano.<br />Eché una última mirada hacia atrás pero Brandom ya no se encontraba cerca, mordí mi labio inferior con rabia, podía sentir su dolor así como el mío y aquel sentimiento me estaba torturando.<br />-Estoy bien Liz, que suerte que vino tu amigo a ayudarme.-Dijo mi hermana.<br />-¿Quién fue a casa de Jessica a recogerte Amy?.-Pregunté echando una mirada al oscuro cielo.<br />Poco a poco dejó de llover y unos débiles rayos de sol iluminaron gotas de agua posadas sobre las hojas de los árboles como si fueran pequeños diamantes.<br />-No lo sé, pero me dio mucho miedo.-Comenzó a decir.-Dijo que tu le habías pedido que fuera a recogerme.<br />-¿Y tú te lo creíste?.-Pregunté.<br />-No.-Dijo negando con la cabeza.-Pero me hizo dudar, por que sabía tu nombre y donde vivimos.<br />Se creó un nudo en mi garganta y que costó trabajo digerir las palabras de mi hermana, Near sabía dónde vivíamos, sabía de la existencia de mi familia y aquello era algo que me inquietaba.<br />-¿Te hizo daño?.-Pregunté a mi hermana mirándola de arriba abajo.<br />-No, pero quería llevarme al bosque para que conociera a alguien y en ese momento apareció tu amigo, Brandom.-Dijo.<br />-¿Conocer a quién?.-Pregunté con el ceño fruncido.<br />-No lo sé, pero tu amigo se enfado mucho cuando le vio, el pelirrojo me apretaba muy fuerte la mano y no hacia más que sonreír con esa mirada tan…-Dijo a la vez que un escalofrío recorrió su cuerpo.<br />Solté su mano y la arrimé a mi cuerpo pasando un brazo a su alrededor para protegerla del frío.<br />-Vale ya está, ya está, nunca más volverás a verle, y prométeme una cosa Amelia.-Dije tomando un poco de aire.-Bajo ningún concepto les cuentes a papá y mamá lo que ocurrió hoy, bastante tristes están ya con…-Me detuve.-Con lo de el tío Zack.<br />La mirada perdida de mi hermana hizo que mi corazón se encogiera de nuevo por el dolor, sus pequeños brazos rodearon mi cintura con fuerza y apoyó la cabeza en mi pecho como si quisiera buscar consuelo.<br />-Liz.-Dijo muy bajito.<br />-¿Sí?.<br />-¿Crees que atraparán al monstruo que quitó la vida al hermano de papá?.-Preguntó tan bajito que me costó escucharla.<br />-No lo se Amy.-Contesté.<br />En realidad no sabía que contestar, si yo hablara y confesara quien fué el culpable la vida de mi familia se vería envuelta en serios problemas, de eso no me cabía la menor duda, ni con la mayor protección estaríamos a salvo.<br />No podía condenar a mi familia a una muerte segura, les quería demasiado y me había propuesto renunciar al ser que también amaba por su seguridad, aunque en el fondo hubiera deseado no hacerlo de la manera en que lo hice.<br />-¡Liz!.-Gritó una voz.-La encontraste, ¿dónde estabas Amelia?, nos tenias muy preocupadas.-Dijo Karisma acercándose hacia nosotras con pasos acelerados.<br />El camino se hizo más largo de lo habitual, nos encontramos con Karisma justamente a la mitad que llevaba a nuestra casa y me alarmé.<br />-Está bien, Karisma, ¿has ido a mi casa a informar a mis padres?.-Pregunté angustiada.<br />-No tranquila, estuve buscando por los alrededores y preguntando a todos los chicos pelirrojos.-Dijo esbozando una sonrisa de alivio al ver el rostro de Amelia.<br />-El amigo de mi hermana quería traerme de vuelta.-Dijo Amelia.<br />-¿Qué amigo es ese?.-Preguntó intentando recobrar el aliento.<br />-Brandom estaba con ella.-Suspiré.<br />Karsima volvió a sonreír.<br />-¿Así que Brandom fue el que recogió a tu hermana?.-Preguntó extrañada.<br />-No.-Contesté volviendo a suspirar.-Karisma, ¿te importaría llevar a mi hermana a casa?, e de hacer algo urgentemente.<br />-Claro, ven conmigo Amelia.-Dijo extendiendo su mano.<br />-Gracias.-Contesté.<br />Tomé un poco de aire llenando por completo mis pulmones, me armé de valor y corrí camino abajo para dirigirme a la mansión, no podía dejar que las cosas acabasen así, quería hablar con Brandom por última vez.<br />Atravesé el bosque a toda prisa, la brisa traía consigo el aroma de la naturaleza y los débiles rayos del sol se dejaban ver a través de los árboles realmente mostraba un aspecto bellísimo.<br />Un crujido de ramas me hizo detener al momento, mi mente comenzó a proyectar unas imágenes escalofriantes, unas imágenes sobre Estefi en mitad del bosque con los labios ensangrentados.<br />Otro chasquido estremecedor hizo que mis pasos se volvieran cautelosos en aquella dirección, no sabía como pero la curiosidad pudo conmigo, avancé hasta llegar a un árbol de tronco grueso y me oculté para atisbar con sigilo.<br />Apoyé las manos sobre el áspero tronco y poco a poco incliné mi rostro para poder ver, a tan sólo unos metros había alguien agachado rompiendo algo con sus manos, al juzgar por el sonido supuse que serían ramas, pero dudé cuando su sonido provenía desde su mandíbula, mordía y succionaba con desesperación.<br />Su pelo estaba mojado y ondulado, era oscuro y le llegaba por lo hombros, un trueno se escuchó a lo lejos y una ligera brisa revolvió mis cabellos hacia delante dejando mi nuca desnuda, en ese momento aquella persona se detuvo para husmear el aire.<br />Estaba de rodillas y soltó aquello que tenía en las manos, su pecho pareció erguirse para poder oler el aire, fruncí el ceño extrañada por su reacción y aparté los cabellos que se me quedaban pegados en el rostro con el objetivo de poder ver mejor.<br />El aire volvió a soplar detrás de mí con fuerza arrastrando con él las hojas que estaban en la tierra, cogí mis cabellos y me los puse hacia un lado a la vez que aquella persona se ponía en pié sin dejar de husmear el aire.<br />Poco a poco comenzó a dar la vuelta y me protegí detrás de aquél tronco con rapidez, mi respiración se aceleró, notaba como el pulso latía violentamente en mis sienes y no sabía como reaccionar.<br />Me quedé allí, inmóvil esperando no ser vista y que volviera con lo que estuviese haciendo.<br />No escuché pasos detrás de mi, aquello era buena señal no se había percatado de que allí había alguien más, me puse frente al árbol con las manos apoyadas en el tronco y la curiosidad de mirar una vez más pudo conmigo.<br />Al levantar la vista me encontré con unos ojos vacíos, oscuros como su pelo, su piel blanquecina tenia manchas de sangre al igual que sus labios hermosos, se limpió apresuradamente y acto seguido pasó las manos por su pantalón oscuro.<br />Mi reacción fue esconderme de nuevo, pero ya nos habíamos visto el uno al otro.<br />-No te asustes por favor.-Pidió.<br />Su dulce voz hizo que saliese de mi escondite muerta de miedo.-Lo siento, no te asustes Liz.-Dijo alzando sus manos en el aire .<br />De repente sus ojos volvieron a su color habitual.<br />-No tengo miedo de ti Brandom.-Dije con un hilo de voz.<br />Mientras me acercaba a él pude ver a su espalda un ciervo destrozado, podía ver sus costillas desde donde me encontraba, aquello hizo que mi estómago se revolviera.<br />-¿No tienes miedo de mí?.-Preguntó con un tono de voz distinto del que estaba acostumbrada a escuchar.<br />-No.-Contesté sin mirarle.-Brandom, ¿qué ocurrió con Near, para qué quería a mi hermana?.-Pregunté mirándole esta vez.<br />-Para asustarte, te dije que no permitiría que te hicieran daño, ni a ti, ni a tu familia, jamás lo permitiré.-Contestó muy seguro de sí mismo.<br />-Te lo agradezco, pero tengo miedo, miedo por ti y por las personas que quiero.-Dije intentando dar un paso pero mi salvador retrocedió con la mirada perdida en el suelo mojado.<br />-No me cabe la menor duda Elizabeth, yo e luchado conmigo mismo muchas veces, cuestionándome si merecía la pena pasar mi eternidad contigo y correr ese riesgo. <br />-Comenzó a decir sin levantar la vista del suelo.-Creo que tomaste la decisión acertada, vivimos en mundos diferentes, el mío es demasiado peligroso para ti y por el amor que te tengo no puedo…-se detuvo cerrando fuertemente sus ojos.-…ponerte en peligro más veces.-Continuó.<br />Mi corazón se iba haciendo pedazos, me sentía culpable de haberle destrozado, de todo lo que había arriesgado por mí pero yo no me sentía mucho mejor, lo amaba con toda mi alma y ese amor permanecería dentro de mí para toda la vida.<br />Sus ojos se abrieron y sus hombros parecieron moverse haciendo que su cuerpo temblase, se llevó una mano al rostro y sus dedos pulgar e índice acariciaron su mejilla rescatando una lágrima solitaria. <br />-¿Qué es?.-Preguntó frunciendo el ceño.<br />-Son lágrimas, ¿nunca las has sentido?.-Pregunté acercándome a él.<br />Negó con la cabeza mientras que frotaba sus dedos sin dejar de mirarlos.<br />-Nunca pensé que el amor doliera tanto.-Dijo encontrándose con mis ojos llorosos.<br />Sus palabras llegaron a mi corazón como un jarro de agua helada.-Pero me gusta ese dolor porque tiene tu nombre Elizabeth.-Dijo torciendo su sonrisa.<br />Pasó su pulgar por mi mejilla y las comisuras de mis labios cayeron hacia abajo, lágrimas inundaron mi rostro y Brandom me rodeó con sus brazos acunándome a su pecho, besó mi frente y pasé mis brazos alrededor de su cintura apretándolo con fuerza.<br />-No sé si estamos tomando la decisión acertada.-Dije entre sollozos.-Yo te amo.-Repetí una y otra vez.<br />-Es la mejor decisión Liz, iba a proponerte lo mismo cuando Near se llevó a tu hermana, no puedo consentir que eso vuelva a ocurrir, no podría soportar tu dolor por mi culpa.-Dijo meciéndome entre sus brazos.-Yo también te amo, y te voy amar por toda la eternidad.-Añadió abrazándome con fuerza.<br />-No me olvides.-Le supliqué.<br />-¿Olvidarte?.-Preguntó extrañado.-Eso es imposible.-Contestó besando mi frente.Vanessahttp://www.blogger.com/profile/18211605774561015566noreply@blogger.com9tag:blogger.com,1999:blog-6811715489441076594.post-54863493408249821752010-11-03T09:58:00.000-07:002010-11-03T10:32:51.619-07:00Capítulo 19-La promesa-¿Prefieres que espere fuera?.-Dijo apoyando su espalda en la fachada de la casa.-No me gustaría entrar sin invitación.-Añadió torciendo su sonrisa.<br />-Será mejor que esperes, no quiero que mi padre se entere de que llegué acompañada, me tirotearía a preguntas.-Contesté dando un suspiro frustrado.<br />-¿Estás bien Liz?.-Preguntó mi salvador con el rostro lleno de preocupación.<br />Asentí con la cabeza e intenté sonreír, me preocupaba encontrarme cara a cara con mi tío y que éste notase que algo no iba bien.-No te preocupes.-Dijo intentando calmar mi estado de ánimo.<br />Una anilla redondeada se encontraba en la puerta, cerré mis dedos alrededor de ella y di dos golpes suaves que hicieron que el sonido se escuchase en el interior de la casa.<br />Brandom se deslizó suavemente por la fachada que estaba recubierta de piedra intentando perderse de vista de la puerta principal, mis ojos siguieron los suyos, me miraba sin borrar aquella hermosa sonrisa tranquilizadora, pero tuve que apartarla cuando sentí que la puerta se abrió frente a mí.<br />Pestañeé con rapidez y los músculos de mi cara impidieron que mostrase una sonrisa a lo que conseguí hacer con mucho esfuerzo, el pelo blanquecino de mi tío y su simpática sonrisa lograron que me centrase únicamente en él.<br />-¡Liz, que inesperada visita sobrina!.-Dijo borrando aquella sonrisa para fruncir el ceño mientras que sus ojos siguieron mi vestido ensangrentado.-Dios mío, ¿pero que te ha ocurrido?.-Preguntó con ansiedad mientras que me invitó a entrar.<br />Eché una rápida mirada hacia el lado izquierdo donde se encontraba Brandom, asintió con la cabeza para después mirar hacia otro lado.<br />Aquél gesto me pareció como si mi salvador estuviera a favor de contarle el incidente del tren pero con algunos detalles pasados por alto, entre otras cosas que fui atacada por vampiros y que uno de ellos fue el que me trajo hasta su casa.<br />-Es…-comencé a decir.-Es una larga historia tío Zack.-Dije torciendo mi sonrisa.<br />Mi tío me invitó a pasar mientras que su ceño aún seguía fruncido, atravesamos la sala para llegar a un acogedor salón con las paredes pintadas de un color verde olivo.<br />La luz del exterior entraba debilitada por dos amplios ventanales que se encontraban en la estancia, mi voz temblorosa comenzó a salir de lo más profundo de mi garganta para poder contarle mi aparatoso accidente, cuidé mis palabras e intenté sonar lo más creíble posible, de un tema nos fue llevando a otro hasta que por fin le conté a lo que había venido a su casa.<br />-Muchas gracias por venir hasta aquí solo para avisarme de dicho encargo Liz.-Agradeció.-Llegaré un poco más tarde a Londres, antes he de hacer algunas cosas pendientes, pero, ¿podrías decirles a tus padres que me pasaré por su casa?.-Preguntó.-Quiero que vea personalmente el pedido que me encargaron esa família de ricachones, los Akerman.<br />Asentí con la cabeza e intenté mostrar una sonrisa, me costaba escuchar sus palabras ya que mi mente estaba fuera de la casa preguntándome si Brandom seguiría fuera esperándome.<br />Llevaba unos diez minutos en aquella casa y parecía como si permaneciera allí más de una hora, tenía tantas preguntas que hacerle que estaba comenzando a sentirme incómoda. –Déjame que te sirva una taza de té.-Dijo amablemente.<br />Me incorporé de aquel cómodo sofá de color tierra y acto seguido pasé las manos por mi vestido.<br />-Oh tío Zack lamento no poder quedarme más tiempo, pero quisiera volver antes de que oscurezca.-Me disculpé.<br />-Bueno podrías quedarte y luego regresamos los dos juntos a casa.-Sugirió.<br />-Prefiero volver ahora, tengo que hacer unas tareas de la escuela.-Contesté forzando una sonrisa.<br />Quería salir cuanto antes para poder reencontrarme con mi salvador, mi corazón fue contando los minutos en los que no estaba cerca de su fresca piel, los diez minutos más largos de toda mi vida.<br />-Como prefieras sobrina.-Dijo ampliando su sonrisa y borrando aquél gesto de preocupacion.-¿Te acompaño a la estación?.-Preguntó mientras me acompañaba hasta la puerta principal.<br />-De verdad tío,muchas gracias no quiero quitarme más tu tiempo.-Dije intentando escapar tomando el pomo de la puerta.<br />-Está bien,está bien,ya nos veremos más tarde.-Dijo volviendo a sonreír.-Y porfavor Liz, ve con cuidado.-Me advirtió.<br />-Descuida.-Me despedí con una sonisa en mis labios.<br />Mi corazón latió violentamente cuando mi tío y yo cruzamos la puerta para salir al exterior,rezé en mi interior para que no viera a mi salvador esperándome, y cuando mis ojos se volvieron hacia la fachada ya no se encontraba allí.<br />Me giré de nuevo para encontrarme con el rostro arrugado de mi tío que me observaba con detenimiento, le devolví mi sonrisa y me puse en camino hacia la estación de Cambidge.<br />LLevaba unos cinco minutos caminando por unas estrechisimas calles en las que me costaba dar un paso ya que el suelo de piedra me resultaba bastante incómodo,me apenaba saber que Brandom ya no estaba a mi lado y que probablemente no lo volvería a ver despues de todo lo ocurrido,no me cabia la menor duda de que se habia metido en problemas muy serios con su familia,nada más y nada menos que "vampiros".<br />-Dios mío,vampíros.-Me dije a mí misma.<br />Me costaba creer en todo lo que Brandom me había contado, pero era imposible negar lo evidente, lo que mis propios ojos vieron en aquél aterrador vagón.<br />De pronto unas dulces palabras rebotaron en lo más profundo de mi corazón, "te quiero Liz", aquellas palabras me llegaron con tal fuerza que no pensaba en nada más, no podía pensar en el riesgo que podria correr a su lado ni siquiera podía sentir miedo, todo aquello formaba parte de Brandom, y todo lo relaccionado con él lo amaba con toda mi ser.<br />-¡Oiga señorita apártese del camino!.-Gritó una voz.<br />El sonido de aquella voz consiguió que reaccionase a tiempo,pués me encontraba cruzando una calle transitoria donde los carruajes iban de un lado para otro a toda velocidad,mi mano voló hasta mi corazón e intenté calmar los latidos violentos por el tremendo susto, aunque no estaba segura si latía de esa manera por mi salvador o por estar de nuevo al borde de la muerte.<br />Mientras esperaba al otro lado de la calle para poder cruzar, pensaba en lo que mi conciencia me decía y mi corazón sentía, al igual que el amor de Brandom y la muerte van de la mano,negué con la cabeza e intenté borrar aquel pensamiento, él no era la muerte, de alguna manera se había convertido en el ser más importante de mi vida.<br />Aparté la vista de mis zapatos gastados y cruzé la calle esta vez con más cuidado,ya podía divisar a lo lejos la estacion de ferrocarríl sus murallas eran de piedra parecidas a la fortaleza de un castillo, en el centro un enorme reloj que parecia estar incrustado en aquella sólida pared.<br />La gente se agolpaba en las ventanillas para comprar sus billetes, eran incapaces de formar una fila y esperar su turno, aquella imagen me puso de los nervios puesto que me agobiaba esperar largas colas humanas y aún peor, si esa multitud estuviera dispersa por todas partes era como si me faltase la respiración y de un momento a otro fuera a desmayarme.<br />Intenté respirar lo más calmada posible hasta que llegó mi turno, el ferrocarril venia con retraso lo cual fué más desesperante, me senté en uno de los bancos de forja cerca del andén, me había aprendido de memoria el billete que sostenía en mi mano, no tenía mucho que leer solo el lugar de origen destino y la fecha de salida lo cual ya se había retrasado unos diez minutos.<br />Suponía que era por el accidente que huvo con el ferrocarril que venía de Londres, me preguntaba si ya estaban al tanto de lo sucedido y si sabrían exactamnete lo que había ocurido, sabrían que había sido atacado por una despiadada banda de asesinos,nunca sabrían que son exactamente.<br />Un estremecimiento recorrió todo mi cuerpo, me abrazé a mi misma al recordar lo sucedido, me sentía como si le estuviese dando la espalda a los que son como yo,humanos,yo sabía quienes eran los responsables de tantas muertas ocurridas recientemente, yo podría parar toda esta locura si desvelara quienes son, pero aquello sería como traicionar a mi propio corazón.<br />Sabía de que lado estaba, pero por otra parte estaba Brandom, él no era como los demás y debía mantener su gran secreto.<br />Un silbido insoportable captaron mis oidos, era la señal de que el ferrocarríl se estaba acercando al andén, una vez que se detuvo tomé aire llenando por completo mis pulmones y subí las escaleras para dirigirme hacia uno de los vagones.<br />-Brandom.-Me dije a mi misma una y otra vez.<br />Siempre desaparecía en el mejor momento, y siempre volvia aparecer cuando notaba que algo no iba bien,sonreí para mis adentros cuando recordé aquella primera vez que me tuvo en sus brazos, me sentía tan protegida, me sentía tan bien que solo deseaba volverle a ver lo deseaba con todas mis fuerzas,cada minuto que pasaba estaba convencida de que lo amaba con tal intensidad que seria capaz de hacer cualquier cosa por él, hasta dejar mi vida humana para seguirle al fin del mundo entre las sombras.<br />El viaje a Londres fué de lo más tranquilo comparado con el de Cambidge, cruzé la estación mirando a todo y a todos esperando encontrar un rostro de ensueño, un rostro angelical de ojos bañados en la dulce miel, al no encontrarlo mi rostro se entristeció y tuve que ponerme en camino hacia casa.<br />Al llegar a la plaza principal, donde se encontraba la vieja torre del reloj me detuve en una enorme fuente de piedra a beber un poco de agua, al limpiarme con la base de mi mano eché una rápida mirada a la parte baja de mis vestidos, la sangre que habia salpicado en el estaba reseca y no se notaba demasiado, ya que el color rojo de mi vestido lo disimulaba bastante,aún así lo mojé con un poco de agua y lo froté con fuerza intentando eliminar aquellas espantosas salpicaduras.<br />-¡Liz!-Gritó una voz femenina.-¿Liz eres tú?.-Preguntó haciendo que me girase.<br />-Hola Karisma.-Contesté con una amplia sonrisa.<br />-¿Qué haces,haciendo la colada en la fuente?.-Preguntó entre risas.<br />Solté mis vestidos y acto seguido pasé las manos por encima para secarme las manos.<br />Solté una pequeña risa nerviosa y negué con la cabeza.<br />-Oh, no no, es que...-Comenzé a decir.-Se me derramó un poco de sangría.-Contesté vovliendo sonreír nerviosamente.-¿Y tú que haces aquí?.-Pregunté intentando evitar más preguntas acerca de mi vestido.<br />-Fuí a visitar a un amigo,pero no se encontraba en casa.-Contestó con la mirada perdida.-¿Dónde has estado todo el día?.-Preguntó frunciendo el ceño.<br />-Pués,tuve que ir a Cambidge a darle un recado a mi tío.-Contesté.-¿Porqué lo preguntas?.-Dije.<br />-Por nada.-Sonrió.-¿Seguro que fuiste a Cambidge a visitar a tu tío o a encontarte con algún galán encantador?.-Preguntó con media sonrisa.<br />Me resultó sorprendente la mentalidad de Karisma, no había acertado pero se habia acercado bastante,le devolví la sonrisa.<br />-No sabes como me hubiese gustado que acertases Karisma, pero no fué así, sólo fuí a ver a mi tío Zack.-Contesté.<br />No me pareció una buena idea contarle nada respecto a ese día, era un asunto muy delicado y si ella ni nadie estuviese al tanto de ello mucho mejor para todos.<br />-Está bien, tengo que ime.-Dijo.-Nos vemos en otro momento Liz.-Se despidió dándome un cariñoso abrazo.<br />-Hasta pronto.-Dije.<br />Mis ojos siguieron a mi amiga hasta que se perdió delante de mí, nunca me había gustado mentir a nadie pero, ¿que otra opción tenía?, despues de ver todo lo que mis ojos presenciaron hoy, mi vida habia cambiado de alguna manera.<br />Unas nubes grisáceas oscurecían el cielo, no era muy tarde pero aquellas nubes cargadas de agua daban un aspecto oscuro a toda la ciudad, había quedado con Yuls si no regresaba tarde pero era mucho mejor que me quedase en casa ya que en cualquier momento la tormenta podría estallar.<br />La casita blanca se divisaba a lo lejos, habían encendido las luces puesto a la oscuridad del exterior, atravesé la verja de madera y la cerré detrás de mí, avanzé hasta el porche y mi madre abrió la puerta justo cuando me encontré frente a ella.<br />-Mamá, me has asustado.-Dije con una risa nerviosa.<br />Su rostro era de tristeza y no cambió al verme, comenzé a inquietarme y sus ojos se apartaron de los mios para darme la espalda.-Mamá,¿que ocurre?.-Pregunté nerviosamente.<br />-Elizabeth entra en casa.-Ordenó con una voz suave y calmada.<br />Atravesé la puerta y avanzé hasta el salón donde se encontraba mi padre hablando con dos señores de uniforme,al cruzar su mirada con la mía me hizo un gesto para que me sentase a su lado.<br />-¿Que pasa papá, dónde está Amelia?.-Pregunté angustiada.<br />-Tu hermana está bien cariño, pero no es de ella de la que tengo que hablarte.-Dijo volviendo su mirada aquellos dos hombres.<br />-¿Es...por lo del accidente del ferrocarril?.-Pregunté casi tartamudeando por el pánico.<br />Mi padre frunció el ceño y aquellos dos hombres se miraron el uno al otro antes de clavar los ojos en mí rostro.<br />-¿De qué estás hablando cariño, que accidente?-Preguntó mi madre tomando asiento a mi lado.<br />Había metido la pata, me había propuesto de que no se enterarian, almenos por mí misma, aún así seguia con esa ngustia que apenas me dejaba respirar.<br />-¿Usted viajaba en el ferrocarril que iba a Cambidge?.-Preguntó uno de los señores.<br />Asentí con la cabeza al mismo tiempo que me aclaré la garganta.<br />-¡Santo dios!,¿un accidente?.-Se alarmó mi madre.-¿Estás bien Liz?.-Preguntó angustiada mientras me miraba de arriba abajo.<br />-Estoy bien mamá, no te preocupes.-Intenté calmarla.<br />-Verá señor Jenzen, creemos que aquél accidente está relaccionado con lo que le a ocurrido a su hermano, hubo una matanza brutal, el ferocaril se encontro a unos ocho kilómetros de Cambidge, supongo que los asesinos se dirigieron hacia allí a continuar con su masacre.-Dijo aquél señor de bigote estirado.<br />Mi corazón dió un vuelco, mi garganta se quedó bloqueada y me costaba articular las palabras.<br />-¿El tío Zack está bien papá?.-Pregunté.<br />Hubo un largo silenció y la cálida mano de mi padre cubrió la mía con fuerza, en su rostro pude ver que algo no iba bien y podía saber de que se trataba.<br />-No, acaban de encontrarle en su casa de Cambidge.-Dijo muy afectado.-Ha muerto Liz.<br />Aquellas palabras me llegaron como un jarro de agua fría, aunque sabía por adelantado lo que iba a decir era como si me hubiese quedado paralizada al escucharlo de esa manera.<br />-¿Cómo...murió?.-Pregunté.<br />-Será mejor que no lo sepa joven, no es nada agradable.-Advirtió el acompañante de aquél señor.-Lamentamos mucho su pérdida señor Jenzen, le prometo que pronto daremos con el culpable, que pasen buena noche.-Se despidieron amablemente.<br />-Es terrible, todo esto es terrible.-Repitió mi madre una y otra vez.<br />-Liz, ¿seguro que estás bien?.-Preguntó mi padre acariciando mi hombro con cariño.<br />Asentí con la cabeza mientras me sumergia en mis pensamientos, no podía aver sido Brandom, tal vez otros vampíros que no tenían nada que ver con él, o almenos eso quería pensar.<br />-No ha sido él.-Contesté a mis pensamientos en voz alta.<br />-¿Qué has dicho Liz?.-Preguntó mi padre con el ceño fruncido.<br />Negué con la cabeza e intenté reparar aquella frase que acababa de decir en voz alta.<br />-No me encuentro muy bien, me voy a la cama.-Dije despidiendome de ambos con un beso.-Buenas noches.-Me despedí dando tumbos.<br />-¿Bajarás más tarde a cenar?.-Preguntó mi madre.<br />-Quizá más tarde.-Dije.-Por cieto,¿dónde está Amelia?.-Pregunté.<br />-Dormirá esta noche en casa de Jessica, ya está al tanto de todo, asi que pensé que sería mejor para ella que no estuviese por aqui escuchando cosas desagradables.-Contestó.<br />-Mejor así, buenas noches, os quiero.-Me despedí finalmente.<br />Subí las escaleras que conducían al piso superior, los pies parecian pesarme tremendamente era como si el peso de mi cuerpo se hubiera multiplicado, entré a mi habitación para coger ropa limpia y acto seguido me dirigí hacia el baño para relajarme un poco antes de intentar dormir.<br />LLené aquella bañera ovalada de agua casi hirviendo, me liberé de aquellas ropas y me sumergí en ella, mis hombros no estaban cubiertos lo cual me resultó relajante sentir un poco de frio en ellos, apoyé mi cabeza hacia atrás y cerré mis ojos intentando encontrar respuestas.<br />A los pocos minutos sentí como daba cabezadas, el sueño me estaba venciendo y me dejé llevar por unos instantes, entonces una mano tan fría como el hielo fué recorriendo mi cuello con sus dedos, poco a poco sacó mis brazos por fuera de la bañera y agarró mi mentón con suavidad.<br />-Liz...-Dijo su dulce voz.-Liz...-Repitió una y otra vez.<br />Mis ojos se abrieron lentamente hasta ver su rostro terriblemente bello, pero el color de la miel se había tornado a un oscuro vacio, su sonrisa se amplió dejando ver unos dientes afilados que antes no había visto, su pálida mano se cerró alrededor de mi cuello apretándolo con fuerza, intenté hablar pero no conseguí mover mis labios sólo un sonido agonizante provenia de lo más hondo de mi garganta.<br />Intenté luchar con mis brazos ante una fuerza poderosa, cerré mis párpados con fuerza mientras que chapoteaba dentro de la bañera derramando agua por todas partes, al abrir mis ojos Near se encontraba frente a mí, su pálida mano aferrada a mi cuello me empujaba hacia atrás obligándome a sumergir la cabeza.<br />Mi cuerpo no dejó de luchar en ningún momento, la sonrisa sarcástica de Near se podía escuchar en el fondo de la bañera, poco a poco sentí como el agua inundaba mis pulmones entonces comenzé a toser con fuerza.<br />Me desperté de golpe y me incorporé llevando una mano hasta mi garganta intentando calmarla, aquella pesadilla me hizo recordar a las que anteriormente habia tenido sobre Brandom, aún sin saber lo que era. Al salir de la pequeña bañera ovalada, me enrollé con una toalla y me dispuse a secarme a toda prisa, el dia denhoy había sido muy largo y solo me apetecía meterme en la cama.<br />Me puse un camisón que bajaba como una cascada hasta mis pies desnudos y acto seguido una fina bata, pasé el cepillo por mi cabellos para eliminar aquellos rebeldes nudos que se formaron mientras miraba mi reflejo en el espejo.<br />No tenía mucho mejor aspecto, tampoco era que esperase nada de esto y mucho menos con la pesadilla que acababa de tener, salí del baño para dirigirme a mi habitación, cerré la puerta detrás mi y eché una rápida mirada en la oscuridad.<br />La habitación estaba en penumbra, seguramente habria pasado mucho más tiempo en el baño de lo que pensaba porque ya había anochecido, la luz de la luna se colaba por mi ventana y le daba un aspecto tranquilizador, no sabía por qué pero ahora que estaba viendo la cama me moría de sueño.<br />Caminé hacia ella para sentarme y sentí las ganas de estirar mi cuerpo para prepararme pero un sonido suave me interrumpió, eché una rápida mirada hacia la ventana y podía ver como las hojas del árbol se balanceaban con el viento, supuse que las hojas rozaron el cristal y eso fué lo que me asustó.<br />Pasé una mano por el cuello cuando aparté la mirada y comenzé a moverlo en circular entonces otra vez ese sonido me hizo brincar de la cama, mantube una distancia prudente desde donde me encontraba, mis pies se movieron automaticamente hacia la ventana yo no se lo había ordenado pero allí estaba.<br />Algo impactó contra el cristal cosa que me asustó, mi curiosidad era tan grande que no pude evitar abrir la ventana y mirar hacia abajo, entonces me quedé con los labios despegados al verle allí con media sonrisa.<br />-Sé que es algo tarde pero...¿podemos hablar?.-Preguntó alzando sus cejas.<br />Me costó pronunciar las palabras con lo que asentí.<br />-¿Puedes subir?.-Susurré.<br />Me aparté un poco de la ventana y en cuestión de segundos estaba al otro lado con una respiración de lo más normal, como si estuviese acostumbrado hacer ese tipo de cosas.-No dejarás de sorprenderme Brandom.-Dije con verdadera admiración.-¿Quieres...pasar?.-Pregunté al verle en el otro lado apoyado nada más que con la punta de sus pies en un saliente que habia por fuera de aquella ventana.<br />-Estaba esperando que me invitases.-Dijo entrando al interior de mi habitación.<br />-¿Los vampíros no os autoinvitais?.-Pregunté intentando deshacer un nudo de mi mechón.<br />-Nunca, sólo podemos entrar cuando nos invitan.-Contestó forzando una sonrisa.<br />-Curioso...-Dije casi en un susurro.<br />Me fijé en las manos pálidas de Brandom, estaban cerradas en un puño y mantenía la distancia entre nosotros, entonces sus pasos avanzaron hacia a mí y me estrechó con suavidad entre sus brazos.<br />-Liz, lo siento mucho,todo esto es culpa mía.-Dijo estrechandome ahora con más fuerza.-Por favor no pienses que tuve que ver con la muerte de tu tío, no puedo soportar que desconfies de mí.-Dijo con un tono de voz ahogado.<br />-Sé que no has sido tú Brandom,perdóname si inconscientemente pienso en esas cosas, pero dime, ¿sabes porque fueron a por él?.-Dije pasando mis brazos alrededor de su cintura intentando vencer mi timidez.<br />-Fué Near.-Comenzó a decir.<br />Un escalofrío me recorrió por todo el cuerpo y Brandom comenzó a mecerme con suavidad.-De alguna manera, quiere que renuncies a mí y actua para que te des cuenta del peligro que corres a mi lado.-Dijo haciendo una pausa poco después.<br />-Te diré algo Liz.-Dijo mirándome directamente a los ojos.-Yo jamás te haría daño, y te aseguro que protegeré a tu familía sea como sea.-Me aseguró.<br />-¿Cómo?.-Pregunté enterrando mi rostro en su pecho.-Near podría acabar contigo, y eso es algo que jamás podría perdonarme.-Dije con un hilo de voz.<br />-Tal vez nosotros no estémos destinados a estar juntos por el simple echo de que somos dierentes.-Dije con lágrimas en los ojos.<br />-Escúchame Liz, mi inmortalidad es mía y sólo yo decido con quien quiero compartirla.-Dijo estrechándome en sus brazos.-Near no tiene derecho a entrometerse en lo que ya es un hecho, nos queremos, y eso nadie podrá cambiarlo.<br />Acarició mis cabellos con su pálida mano y me besó la frente con sumo cuidado, sonreí para mis adentros y consiguió calmar mi angustia, aunque ésta volvió aparecer cuando me vino a la mente la imágen de su padre.<br />Brandom clavó sus ojos en los mios y acto seguido limpió mis lágrimas con sus pulgares tan helados como el hielo.<br />-No te preocupes por eso Liz, no te preocupes por nada.-Dijo intentando acallar mi llanto ahogado.<br />Sé que no debía preocuparme a su lado, pero algo dentro de mí me inquietaba, era obvio que su familia no me quería ver a su lado y mucho menos que supiera lo que en realidad eran, pero me angustiaba pensar que mi salvador podría verse envuelto en problemas muy serios con su familia y me lo estaba ocultando para evitar que me preocupase.<br />-Te quiero Elizabeth.-Susurró mientras se acercaba a mi rostro ruborizado.<br />Mis labios temblorosos miraron los suyos con detenimiento, pude ver como se mordió el labio superior mientras se acercaba.<br />Sus pálidas y heladas manos acariciaron con suavidad mi rostro mientras que mis brazos se volvieron a cerrar alrededor de su cintura, podía escuchar el sonido de mi corazón que latía violentamente en la penumbra de mi habitación, por un momento hubiera deseado mandar sobre él cosa que me resultaba completamente imposible estando tan cerca de él.<br />-Brandom...-Susurré cuando estuve lo bastante cerca de sus labios.<br />-Shh...-Siseó.-Sentir tu aliento cálido es el mayor regalo que podrías darme, poder escuchar tus latidos cerca de mi pecho me hace sentir vivo.-Susurró acariciando con su pulgar la linea de mis labios.<br />Mis ojos se cerraron quedándome unicamente con la imagen de su rostro acercándose al mio lentamente, entonces sentí unos labios frios sobre los míos que me besaron con suavidad y ternura, su fresca piel acariciaron con dulzura mis mejillas encendidas, le devolví aquel intenso beso que tanto ansiaba y pude notar el amor que me transmitía.<br />Sus tiernos labios se despegaron de los mios y abrí lentamente los ojos concentrandome en ellos que sonreían, apoyó su fresca frente sobre la mía aún con los ojos cerrados y negba con la cabeza lentamente.<br />-Jamás habia sentido esto Liz.-Susurró sin borrar aquella hermosa sonrisa.<br />Me besó con ternura la punta de mi nariz mientras que sus pálidas manos se deslizaron por mis mejillas.<br />-Te quiero Brandom, te quiero más que a nada en este mundo.-Susurré acariciando esta vez su hermoso rostro.-Por favor, quédate conmigo esta noche,me sentiría más segura.-Le rogué.<br />-No es lo apropiado.-Sonrio entre dientes.-Pero prometo estar cerca,no te ocurrirá nada,puedes estar segura.-Me prometió volviendo a besar mis labios temblorosos.<br />Asentí con la cabeza y me tomó en brazos poco después para llevarme a la cama, me arropó con las sábanas y besó mi frente con ternura, se dirigió a la ventana y echó una rápida mirada hacia mi dirección.-Descansa, nos veremos pronto Liz.-Se despidió.<br />En un abrir y cerrar de ojos había saltado al vacío desapareciendo de la habitación, me sentí aliviada al pensar que estaría cerca de mí aunque no lo pudiese ver, me encogí bajo las sábanas e intenté calmar los latidos de mi corazón, estaba confusa y aturdida por todo lo sucecido, ahora necesitaba estar fuerte para Brandom, necesitaba estar fuerte por mi família y enfrentar lo que seguramente pronto nos vendría encima.<br />El recuerdo de mi tío Zack hizo que rompiera a llorar, seguramente mi padre estaría destrozado por su muerte pero se mostraba entero en mi presencia, aquella imagen me apenaba, y de alguna manera me hizo sentir culpable, tal vez si hubiese permitido que me acompañase hasta la estación o regresar a Londres con él un poco más tarde...<br />Negué con la cabeza y limpié aquellas lagrimas que cayeron sin cesar por mi rostro, nada de lo que pensara ahora iba a devolver mi tio Zack, me concentré esta vez en lo había pensado, necesitaba estar fuerte para todos, ya había decidido que mi vida estaría al lado de Brandom, y que por ello podría morir y poner en peligro a las personas que amaba pero como bien dijo Brandom, jamás lo permitiría y aquellas palabras eran las únicas que me consolaron hasta que por fín pude quedarme dormida.<br /><br /><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="http://1.bp.blogspot.com/_NlSGUWambJQ/TNGcoHSJ3qI/AAAAAAAAAFg/aJK6fnXns2Q/s1600/mmmmmmm.jpg"><img style="display:block; margin:0px auto 10px; text-align:center;cursor:pointer; cursor:hand;width: 400px; height: 300px;" src="http://1.bp.blogspot.com/_NlSGUWambJQ/TNGcoHSJ3qI/AAAAAAAAAFg/aJK6fnXns2Q/s400/mmmmmmm.jpg" border="0" alt=""id="BLOGGER_PHOTO_ID_5535377629978943138" /></a>Vanessahttp://www.blogger.com/profile/18211605774561015566noreply@blogger.com7tag:blogger.com,1999:blog-6811715489441076594.post-53189531120549888112010-08-21T16:38:00.001-07:002010-08-21T17:40:46.789-07:00Capítulo 18-El secreto de tu corazón-¿Qué sois?.-Pregunté.<br />En ese momento, Estefi dejó de devorar aquel cuerpo sin vida y se unió a Near junto con Atila y aquellos dos hombres que los acompañaban.<br />El ferrocarril seguía en marcha a una alta velocidad me pregunté si el maquinista seguiría vivo, cosa que dudé, mi mirada se cruzo de nuevo con la de Brandom y por un momento apartó sus ojos de los míos para mirar a Near con fiereza.-¿Por qué habéis matado a esta gente?.-Pregunté con un hilo de voz.-¡Que sois!.-Grité mirando hacia el rostro paralizado de Brandom.<br />-Si te lo contara, tendría que matarte.-Contestó Near esbozando una sonrisa a su hermano.<br />El rostro de Brandom se endureció mientras fulminaba con la mirada a Near que no dejaba de sonreír mostrando unos dientes ensangrentados, bajó su mirada hacia mí y las aletas de su nariz se hincharon a la vez que apretaba fuertemente sus ojos.<br />-Vampíros.-Contestó con un tono de voz amargo.<br />Mis labios se despegaron y acto seguido llevé mi mano temblorosa hasta ellos.<br />-¿Qué estás diciendo Brandom?.-Pregunté horrorizada.<br />Aquel angelical rostro que conocí una vez se transformó para poner uno más duro, encuadró los hombros inhaló el aire cerrando sus parpados y clavó sus ojos de color miel en los míos.<br />-Liz camina hacia mí.-Dijo extendiendo su mano.<br />Me volví para mirar a Near y Estefi y éstos avanzaron hacia mi dirección con pasos inseguros mostrando una posición amenazante. -Por favor.-Suplicó.-Confía en mí.-Añadió con un rostro preocupado.<br />Podía ver en mi mente un mar de recuerdos que me azotaban, recuerdos de cuando le conocí, ahora todo empezaba a encajar.<br />-Claro, ahora lo entiendo todo. -Comencé a decir con un hilo de voz mirando hacia aquel rostro.-El accidente, el ataque de ansiedad de Mary…Estefi en medio del bosque…el frío…-Dije abrazándome a mi misma al recordarlo todo.<br />El rostro de Brandom parecía decaído, su mirada era triste y vacía como si en ellos no hubiese vida, y en efecto así era. Se mordió el labio inferior mientras que negaba con la cabeza lentamente, era como si sus ojos estuvieran a punto de decirme algo más.<br />-Por favor.-Suplicó de nuevo con su mano aún extendida.<br />Near carcajeó e hizo que mi mirada se desviase de la de Brandom.<br />-Estás cometiendo un tremendo error pequeña humana.-Dijo sonriendo entre dientes.-¿De verdad te acercarías a un devorador de hombres?.-Preguntó sin dejar de sonreír.<br />-¡CÁLLATE!.-Gritó Brandom desde el otro lado.<br />Mi corazón latía apresuradamente y sentí como la sangre huyó de mi rostro, estuve a punto de caerme de bruces y tuve que hacer un esfuerzo para tener valor hasta el último momento, no podía saber quien estaba diciendo la verdad y quien mentía, me quedé allí inmóvil esperando que pasara lo peor de una vez por todas.<br />-Ya sabe demasiado.-Dijo Estefi entre dientes.<br />-Tienes razón querida prima.-Contestó haciendo un mohín.<br />-Yo…-tartamudeé.-No se lo voy a decir a nadie.-Dije finalmente con la voz temblorosa.<br />Estefi me miró directamente a los ojos mientras se adelantó acompañada de aquellos hombres altos y delgados que me miraban con ojos de deseo.<br />-Tranquila.-Comenzó a decir muy calmada mientras avanzaba hacia mí sin apartar los ojos de Brandom.-¡Porque no vivirás para contarlo!.-Gritó enfurecida.<br />Uno de los hombres que los acompañaban voló en mi dirección sin tocar los pies en el suelo, mis ojos se encontraron con los de Brandom y en menos de un segundo apareció a mi lado tomandome por la cintura dándome la vuelta con rapidez, para dar la espalda a mi enemigo y poder protegerme de él. <br />Un gruñido provino de la garganta de Brandom, giré mi rostro horrorizado y vi como aquel monstruo clavó sus afilados dientes en su hombro, sus ojos me miraron doloridos e intentaba mostrar una forzada sonrisa.<br />-Tápate los oídos.-Me pidió liberando su brazo de mi cintura.<br />Obedecí e hice lo que me pidió sin mirar lo que estaba ocurriendo a mis espaldas, entonces no pude evitar echar una mirada rápida para ver como la mano derecha de Brandom agarraba con fuerza el cuello de la camisa de su atacante lanzándolo por la ventana.<br />Los cristales se hicieron pedazos, aún con los oídos tapados pude llegar a escuchar el estruendo que causó viendo con mis propios ojos como el cuerpo de aquel hombre salió despedido del vagón. <br />El otro acompañante voló hacia él con los dientes apretados dejando ver unos afilados colmillos, sus ojos enloquecidos me miraron por un momento e intentó saltar por encima de Brandom para llegar hasta mí y cobrarse la vida de su amigo, mi salvador mostró una posición de ataque me encontraba tras su espalda, sin duda estaba protegiéndome con su cuerpo creando una muralla.<br />Mis manos las tenía aún aferradas a mis oídos tal y como Brandom me pidió, apreté mis ojos con fuerza agachándome en el suelo para no ver lo que ocurriría después, entonces un ruido ensordecedor hizo que los abriese con rapidez, Brandom aún seguía ante mí con las manos cerradas en un puño, estaba tenso y duro como una roca, esquivé su cuerpo perfecto con la mirada siguiendo aquel estruendo y pude ver como el cuerpo de su atacante arrastraba con él todos los asientos de madera del vagón dejando únicamente astillas y madera cortada.<br />Aquel cuerpo fue a parar a los pies de Near, sus ojos ensangrentados miraron a su hermano con ira, las aletas de su nariz se hincharon y su pecho estaba erguido, levantó su barbilla y giró su rostro hacia el mío mientras que me puse en pié lentamente.<br />-No vas acercarte a ella Near.-Advirtió la voz dura de Brandom.-No intentes ponerme a prueba.-Añadió.<br />-A padre le encantará saber que una vez más te pusiste en contra de tu familia.-Dijo torciendo su sonrisa.<br />-Creo que te equivocas, no creo que le haga demasiada gracia si supiera que habéis salido de caza sin su consentimiento y poniéndoos en evidencia a la vista de los humanos.-Dijo alzando su barbilla.-Por si no lo sabéis, os vieron subir a este mismo ferrocarril, espero por vuestro bien que esto no os traiga problemas cuando se sepa que sois los únicos supervivientes. Realmente no sé qué es lo que le iba a molestar más.-Añadió mirando a los ojos fríos de su hermano.<br />Estefi frunció el ceño y cruzo su mirada con la de su esposo, era como si estuvieran hablando únicamente con la mirada.<br />-Tiene razón, deberíamos irnos de aquí, siempre podemos decir que nos bajamos en otra estación.-Sugirió Atila con el rostro lleno de preocupación.<br />-¿Pero qué hay de ella?.-Preguntó Estefi señalándome con su dedo.-¿Vamos a dejar que siga con vida sabiendo lo que somos?.Volvió a preguntar indignada.<br />Near clavó sus ojos en mí y tuve que desviar aquella penetrante mirada, acto seguido miro a Brandom y sonrió.<br />-De momento.-Contestó sin dejar de borrar aquella sarcástica sonrisa.<br />Brandom cerró su mano en un puño y pude contemplar cómo sus hombros se relajaron mostrando un rostro más sereno cuando vimos que se marcharon del vagón saltando al exterior y desapareciendo por el paisaje a toda velocidad.<br />Caí de bruces apoyando todo mi peso con las rodillas, mis manos estaban aferradas en el suelo mientras que Brandom seguía dándome la espalda con sus manos cerradas en un puño, mi cabeza no podía entender nada de lo que estaba pasando, incluso volví a dudar si todo aquello no sería más que un mal sueño del que no podía despertar.<br />-No te muevas, enseguida vuelvo.-Dijo sin volver la vista hacia atrás.<br />Avanzó a toda velocidad por el vagón hasta perderse delante de mi vista, a los pocos segundos de marcharse el ferrocarril iba deteniéndose poco a poco.<br />Cuando se detuvo por completo, alcé mis ojos para ver como Brandom se acercaba hasta el vagón donde me encontraba tirada en el suelo con la respiración entrecortada, al llegar hasta mí mi cuerpo comenzó a temblar por el miedo y la confusión, desvié mi mirada para clavarla en el suelo centrándome únicamente en sus zapatos oscuros y entonces sentí algo frio bajo mi barbilla temblorosa.<br />Su mano tomaba con suavidad mi barbilla obligándome a que le mirase a los ojos cosa que no pude hacer, pues mis ojos llorosos se desviaron hacia otra parte.<br />-Mírame.-Me pidió con un tono de voz suave.-Liz, no te voy hacer ningún daño por favor mírame.- Susurró.<br />Cerré mis ojos con fuerza y una lágrima solitaria resbaló por mi mejilla para terminar en su mano, liberó mi barbilla para acariciarse esa gota de lluvia que mojó y entonces cuando supe que no me miraba directamente a los ojos mi mirada se centró en su pálida mano observando aquella lágrima. –Lamento todo lo que ha ocurrido.-Dijo con un hilo de voz que me costó escuchar.-Por favor no llores.-Suplicó mirando mi rostro.<br />Sus frías y pálidas manos avanzaron lentamente tomándome con suavidad por los brazos, mis sollozos se dejaron escuchar y miles de lágrimas cayeron por mi rostro cuando me encontré entre sus brazos que me abrazaron con fuerza.-Perdóname, perdóname…-Repitió una y otra vez. –Quería contártelo todo, necesitaba que supieras lo que soy antes de que…-Dijo dando un largo suspiro.-Lo lamento tanto.-Añadió acariciando mis cabellos.<br />Sus anchos brazos liberaron mi cuerpo indefenso e hizo que le mirase a sus ojos de color de la miel tomando mi rostro entre sus manos.<br />-No tengas miedo de mí, no voy a herirte.-Dijo con un tono de voz suave.-No permitiré que te hagan daño, eres demasiado importante para mi Elizabeth Jenzen.-Dijo con sus labios temblorosos mirando directamente a los míos.<br />-¿Por qué?.-Pregunté entre sollozos.<br />Sus brazos volvieron a rodear mi cuerpo mientras que me mecía intentando calmar mi llanto ahogado.<br />-Porque…porque…-Dijo intentando buscar las palabras adecuadas, era como si le costara decir lo que sentía en aquellos duros momentos.-Te quiero, te quiero Liz.-Dijo al fin.<br />Aquella palabra rebotó en mi cabeza una y otra vez a la vez que sus brazos me apretaron con más fuerza pero al mismo tiempo era un abrazo muy delicado, apreté los ojos con fuerza enterrando mi rostro en su pecho, dejó de mecerme y sus fías manos volvieron a tomar mi rostro inundado en lágrimas.<br />-Te quiero.-Volvió a repetir mostrando una sonrisa torcida.<br />Era lo que estaba esperando oír desde hacía tiempo, poder escuchar su dulce voz decirme aquellas palabras, sonaba igual de hermoso dado en la situación en la que nos encontrábamos, pues ahora sabía lo que él era y mi corazón seguía amándolo como el primer día.<br />Tuve que hacer un esfuerzo para poder decir algo, intenté calmar mis sollozos a la vez que Brandom acariciaba mi rostro intentando eliminar aquellas gotas de lluvia que caían sin cesar, me aclaré la garganta y tuve por vez primera, el valor de mirar sus penetrantes ojos inundados en miel.<br />-¿Siempre… has sido así?.-Pregunté con un hilo de voz.-Quiero decir…¿desde cuándo?.-Corregí.<br />-Nací así.-Contestó liberando mi rostro apartando su mirada de la mía.-Lamento haberte decepcionado Liz.-Dijo con un tono de voz sombrío.<br />En ese momento no pude articular ninguna palabra más, la impresión era tremenda y me costaba mucho salir del shock que había sufrido, negué con la cabeza y una sonrisa forzada pasó por su rostro como una estrella fugaz desapareciendo segundos después. -¿Aún quieres ir a Cambidge?.-Preguntó volviendo a coger mi barbilla obligándome a mirar sus ojos.<br />Asentí con la cabeza y éste frunció el ceño estudiando mi rostro.-Liz, ¿por qué no me dices algo, estás bien?.Preguntó angustiado.-Sé que tiene que ser muy difícil para ti el haber presenciado todo esto, pero escúchame bien, no te voy hacer ningún daño ¿me oyes?, jamás se me ocurriría hacer tal cosa.-Dijo frotándome los brazos con suavidad.<br />Deseaba con todas mis fuerzas poder preguntarle muchas cosas, pero no me sentí capaz de salir de mi asombro, era como si me hubiese cerrado por completo como lo hace una flor cuando cae la noche.<br />-¿Cómo…sabes que iría a Cambidge?.-Pregunté al fin mirándole tímidamente.<br />Brandom inhaló el aire y su mandíbula se endureció.<br />-Los vampiros tenemos la capacidad de poder escuchar los pensamientos de los demás, respecto a la habilidad mental somos muy psíquicos.-Tomó un poco de aire y sus frías manos liberaron mis brazos.-Pero no siempre es así, entre nosotros podemos ocultar nuestros pensamientos para evitar que vean a través de ellos, igual ocurre con algunos humanos.-Añadió ayudándome a ponerme en pié.<br />-¿Qué quieres decir?.-Pregunté con interés.<br />-Sólo los humanos de corazón noble se nos está permitido ver lo que hay dentro de sus mentes, aquellos que posean lo contrario nos resulta bastante difícil averiguarlo.-Dijo apartando un mechón de mi rostro.<br />-Entre vosotros, dices que podéis ocultar lo que pensáis…¿significa que…no tenéis corazón?.-Me costó preguntar.<br />Brandom se acercó a mi rostro negando con la cabeza mientras que miraba mis labios temblorosos, una sonrisa torcida dibujaron sus labios a la vez que una de sus heladas manos descansó en mi rostro.<br />-No…no tengo corazón, ¿y sabes por qué?.-Preguntó casi en un susurro.<br />Negué con la cabeza en respuesta a lo que él había preguntado, me aclaré la garganta y tuve que controlar las palpitaciones aceleradas producidas por mi corazón.-Porque lo tienes tú Liz…-Dijo mirando a mis ojos maravillado, tomó mis manos temblorosas y se las llevó a sus fríos labios besándolas con sumo cuidado.<br />Nada de lo que estaba escuchando podía ser real, mi cabeza aturdida aún seguía dudando si aquello seguiría siendo un sueño, la pesadilla había terminado y ahora me estaba compensando con algo que había estado esperando desde hacía tiempo.<br />Brandom dejó de besar mis manos y mostró una pequeña sonrisa, me preguntaba si había visto eso en mi cabeza y le contesté de igual manera solo que me costó un poco.<br />-No me has contestado.-Dijo de repente.<br />-¿Qué?.-Pregunté confusa concentrándome únicamente en sus frías manos aferrando las mías.<br />-Te pregunté si aún querías ir a Cambidge.-Volvió a repetir.<br />Un suspiro entre cortado salió de lo más hondo de mi pecho mostrando una sonrisa nerviosa.<br />-Sí, pero aún no sé como.-Dije mirando a través de una de las ventanas de aquel espantoso vagón destrozado. <br />Todo lo que pudieron ver mis ojos fueron un paisaje desolador al otro lado de aquellas ventanas, no sabía cómo iba a llegar a Cambidge, entonces Brandom interrumpió mis pensamientos.<br />-Yo lo haré.-Contestó a mi pensamiento.-Te acompañaré.-Añadió torciendo su sonrisa.<br />-¿Cómo?.-Pregunté.<br />-Cambidge no está muy lejos de aquí, ¿puedes caminar?.-Preguntó mirando la parte baja de mi vestido ensangrentado.<br />-Creo que sí.-Dudé al juzgar por el temblor de mis rodillas.<br />Brandom me dedicó otra de sus sonrisas tranquilizadoras y me elevó en el aire para terminar en sus brazos, acto seguido hizo que mi brazo descansara alrededor de su cuello y me sacó de aquél siniestro vagón.<br />Mi débil cuerpo temblaba de mil maneras distintas, me costaba creer que aquel ser hermoso fuera algo sobrenatural, observándole más detenidamente mientras que me paseaba entre sus brazos por aquel paisaje rodeado esta vez por densos árboles, se podía apreciar de que era tan solo un humano, aparentemente.<br />-Hay algo que tengo que decirte Liz.-Dijo interrumpiendo mis pensamientos.<br />Me asustaba que mi mente trabajase en su presencia ya que no podía controlar mis pensamientos en el estado en el que me encontraba, como siempre millones de preguntas a las que seguramente el podría ver, pero de alguna manera intentaba evitar.<br />Mis ojos se centraron en su perfecto perfil intentando averiguar qué era aquello que estaba a punto de decir, al juzgar por su rostro no podía ser nada bueno, pues tenía el ceño fruncido y su mandíbula se endureció a la vez que sus brazos me estrecharon aún más contra su cuerpo de hielo.-Prométeme que jamás te acercarás allí.-Dijo clavando sus ojos en los míos a los que tuve que evitar.<br />-Ahora entiendo porque te molestaba tanto.-Dije sin darle una contestación.<br />Sabía perfectamente a lo que se refería, ahora que sabía el secreto que entrañaban los Akerman sería una locura volver a la mansión, a no ser que fuera masoquista y quisiera exponerme ante el peligro, un escalofrío violento sacudió mi cuerpo y mi salvador volvió a endurecer su mandíbula como si mi incomodidad le molestase.<br />-¿Te encuentras bien?.-Preguntó con rostro preocupado.<br />Asentí con la cabeza mostrando una fina línea en mis labios y mi brazo se aferró con fuerza a su cuello dejando que mi mano descansara sobre su hombro, una textura áspera hizo que la apartase rápidamente y que mis ojos se llenaran de horror.<br />-¡Estás herido!.-Grité.<br />Unas casas con tejados cubiertos por el humo de las chimeneas se divisaron a los lejos, eché una rápida mirada e hice que Brandom me bajase al suelo pero éste hizo caso omiso a lo que yo pretendía.<br />La camisa blanca que llevaba estaba desgarrada por la parte del hombro y le llegaba hasta la muñeca, su piel mostraba perfectamente unos agujeros que la atravesaban, debió de ser cuando aquel monstruo le mordió y Brandom se lo quitó de encima. <br />Tenía un aspecto horrible ya que su sangre parecía estar congelada y mostraba un color oscuro como si se le estuviese pudriendo su hermosa piel blanquecina.<br />-No es nada Liz.-Dijo con tono tranquilizador.-Ya casi hemos llegado.-Anunció mostrando una dulce sonrisa. –Aún no me lo has prometido.-Añadió frunciendo el ceño.<br />Mis ojos volvieron a mirar sus ojos bañados en miel que me miraban esperando una respuesta, negué con la cabeza y volví a concentrarme en aquella tremenda herida.<br />-Por favor Liz, no evites responderme, esto es importante.-Dijo volviendo a mirar mi rostro.<br />Me aclaré la garganta antes de poder responder y un suspiro entre cortado salió de lo más profundo de mi ser, estaba herido y solo se preocupaba por oír mi contestación.<br />Tuve que hacer un esfuerzo por encontrar las palabras adecuadas pero no hallé ninguna, era muy fácil poder prometerle que jamás me acercaría a su casa ahora que estaba al tanto de lo que eran y el riesgo que podría correr, a su familia tampoco les hizo ninguna gracia que me dejaran con vida sabiendo lo que obviamente ya sabía, pero aún así no quería perderle.<br />Quería seguir viendo su rostro hermoso, su cabello oscuro flotar en el aire, sus ojos profundos del color de la miel y su voz tranquilizadora y dulce.<br />Un constante golpeteo se escuchó en mi interior, mi corazón pedía a gritos poder decirle que yo también lo amaba con todo mi ser, y que estaría dispuesta a correr cualquier riesgo por él, no me importaría volver a la mansión solo para poder verle una vez más y de que por ello podría morir, que mejor manera de morir que ver aquel ser hermoso.<br />Mis labios se despegaron por un momento mientras que Brandom avanzaba conmigo entre sus anchos brazos, se detuvo en ese momento para encontrarse con mi rostro ruborizado.<br />-Lo sé…-Dijo mostrando una sonrisa.-También me quieres.-Añadió besando mi frente.<br />Sus labios eran tan fríos como el resto de su cuerpo, era como si copos de nieve se posaran en mi frente lo cual me resultaba muy agradable dado a la temperatura de mi rostro ruborizado.<br />Una sonrisa nerviosa cruzó por mis labios temblorosos y no tuve el valor suficiente de mirar sus hipnóticos ojos, me hacía sentir pequeña y diminuta y a veces, hasta el extremo de quedarme completamente muda.<br />Asentí con la cabeza a la vez que mis parpados se cerraron, al abrirlos Brandom señaló con la cabeza el pueblo de Cambidge e hizo que mirase hacia donde él estaba mirando, sus pasos continuaron y pronto nos vimos en la entrada principal de pueblo, donde una vez allí me bajó con delicadeza en el suelo y pidió un carruaje para dirigirnos a la casa en la que se hospedaba mi tío Zack.Vanessahttp://www.blogger.com/profile/18211605774561015566noreply@blogger.com7tag:blogger.com,1999:blog-6811715489441076594.post-63912371911043904232010-08-10T04:59:00.000-07:002012-04-24T02:03:53.429-07:00Capítulo 17-Viaje hacia la verdad-Tengo una idea!.-Gritó Yuls poniéndose en pié.<br />Pestañeé confusa al ver su rostro maravillado por la ida que se le acababa de ocurrir aún siendo desconocida para mí.<br />-¿Qué quieres decir Yuls?.-Pregunté confundida.<br />-¿Porqué no vamos a su mansión a visitarle?.-Preguntó con sus manos entrelazadas y una sonrisa que le llegaba de oreja a oreja.<br />-¿Estás de broma?.-Contesté perpleja.<br />-Liz, ¿no me dijiste que tenías un libro que te prestó su hermana para que tus padres creyeran que me lo pediste a mí?.-Preguntó sin borrar su amplia sonrisa.<br />Asentí con la cabeza pero no llegaba a entender lo que pretendía.-Podíamos ir a su mansión para devolvérselo y ya que estamos allí podrías hablar con él.-Sugirió.<br />En realidad no era una mala idea, pero una vez allí, ¿de qué se supone que tendría que hablarle?. No iba a hacer esa locura que Yuls me animaba hacer, confesarle mis sentimientos al fin y al cabo ya habíamos quedado como amigos, pero lo que no sabía era si se me permitía ir a visitarle.<br />Tardé varios minutos sumergida en mis dudas sobre lo que hacer con la idea de Yuls, era una excusa perfecta para volver a verle, pero recordándolo bien, Mary me dijo que podía quedarme su libro.<br />-¡Claro eso es!.-Exclamé.<br />A mi amiga se le iluminó el rostro y me cogió de la mano para tirar de mí haciendo que me levantase del sofá esponjoso.<br />-¿Entonces se lo dirás?.-Preguntó cogiéndome ambas manos entre las suyas.<br />Negué con la cabeza y el rostro de Yuls era de pura decepción.<br />-Podríamos ir a visitar a Mary, su hermana. Ella fue la que me dio su libro para que me lo quedase, sería una estupidez devolver algo que me ha regalado, fue tan amable conmigo.-Dije.-La última vez que nos vimos no estaba muy bien, quisiera ir a pedirla disculpas.-Añadí.<br />Estaba siendo sincera, tanto Mary como Brandom fueron muy amables conmigo cuando ocurrió aquel accidente en su casa, los dos se preocuparon mucho por mí y me sentí mal cuando abandoné la mansión y en sus puertas se encontraba Mary con el doctor que iba a examinarme.<br />Yuls entendió mis sentimientos y se puso de acuerdo conmigo, habría más oportunidades para hablar con Brandom.<br />-Está bien, iremos las dos juntas.-Sonrió.<br />Salimos de su dormitorio para dirigirnos a la puerta principal, esperé fuera mientras que Yuls fue hacia otra sala para verse con sus padres, supongo que para pedirles permiso para salir.<br />-Podemos irnos.-Anunció Yuls cuando salió por la puerta.<br />Su vestido azulado le caía como una cascada de seda hasta sus pies, le gustaba llevar un bolsito del mismo color como complemento, era femenina y coqueta cuando caminaba, sin duda tenía sangre de noble.<br />El aire acarició su cabello de color castaño oscuro con reflejos dorados, se llevó unos mechones detrás de la oreja mientras que sonreía muy entusiasmada con la idea de ir a visitar la mansión de mi salvador y de que probablemente le conocería en persona.<br />Yuls era muy discreta a la hora de guardar secretos, no se le ocurriría de ningún modo decir absolutamente nada sin mi consentimiento, lo cual no vi ningún problema de que me acompañase, de todos modos la idea había sido suya.<br />Algo dentro de mí me inquietaba, tal vez sería por la idea de volver allí y encontrarme con unos rostros duros mirándome de arriba abajo como si fuera un insecto al que habían que aplastar.<br />No creía que, o no quería creer que Brandom pensase de esa manera acerca de mi persona, no me importaba en absoluto donde pudiese vivir, si viviera dentro de una cueva con unas condiciones lamentables iría hasta allí solo para poder verle y sentirle cerca de mí.<br />Yuls pasó su brazo por debajo del mío y ambas cruzamos la verja blanca que dividía la casa con la acera donde la gente paseaba de un lado para otro.<br />-Deberíamos pasar por casa primero.-Le sugerí.<br />-¿Para qué?.-Preguntó frunciendo el ceño.<br />Sonreí al ver aquella expresión mientras que reanudé la marcha tirando de su brazo.<br />-Porque es media mañana y seguramente nos demoraremos, no quiero preocupar a mis padres.-Dije torciendo mi sonrisa.<br />Yuls asintió y aceleró su paso tirando esta vez de mi brazo.<br />La gente parecía haberse multiplicado pues la plaza de la torre del reloj estaba llena de personas, el motivo no parecía que fuese por los puestos baratos que se encontraban en ambos lados de la calle y en la misma plaza.<br />Gritaban y se empujaban violentamente unos a otros, un grupo de personas que sostenían una gigantesca pancarta de tela se encontraban frente a un escudo humano de las autoridades que parecían estar protegiendo el edificio donde se encontraba el alcalde de Londres.<br />-¿Qué ocurre aquí Liz?.-Preguntó mi amiga aferrada a mi brazo.<br />-No lo sé.-Dije tan asustada como ella.<br /><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="http://2.bp.blogspot.com/_NlSGUWambJQ/TGk-1z3LfLI/AAAAAAAAAFQ/b7Dh6xTq0Nk/s1600/LIZYYULS.jpg"><img style="display:block; margin:0px auto 10px; text-align:center;cursor:pointer; cursor:hand;width: 333px; height: 306px;" src="http://2.bp.blogspot.com/_NlSGUWambJQ/TGk-1z3LfLI/AAAAAAAAAFQ/b7Dh6xTq0Nk/s400/LIZYYULS.jpg" border="0" alt=""id="BLOGGER_PHOTO_ID_5506001113612778674" /></a><br />La gente se agolpaban y era casi imposible avanzar, entonces cuando me abrí paso tirando de su mano algo crujió en el suelo de piedra, una pancarta de un tamaño medio que decía: “¿Por qué no capturan y dan muerte a los asesinos?”.<br />Alcé la vista y Yuls se encontró con mis ojos, todo el mundo estaba al tanto de que la ciudad de Londres estaba siendo atacada por un despiadado asesino o asesinos, hasta ahora las autoridades no habían dado con él y la gente ya estaba empezando a preocuparse.<br />Gritaban que en lugar de organizar festivales podrían preocuparse en dar caza al asesino que está acabando con muchas vidas inocentes.<br />Conseguimos salir ilesas de aquella manifestación, Yuls seguía aferrada a mi brazo asustada por lo que acabábamos de presenciar, mi corazón se fue a vivir a mi estómago cuando recordé en aquellos matorrales una camisa sucia impregnada de sangre seca, me lleve una mano a el estómago y respiré aliviada al divisar el camino de tierra que conducía a casa.<br />-Es horrible.-Dijo Yuls después de un rato caminando.-Una ya no puede estar segura, a no ser que haya un hombre que te proteja.-Añadió negando con la cabeza.-Creo que el único que podría protegerte es el mismo asesino, nunca acabaría contigo.-Dijo forzando su sonrisa.<br />-¡Por dios Yuls!.-Grité haciendo una parada para recuperar el aliento.-No digas esas cosas, aquí está pasando algo muy serio, si las autoridades no hacen nada puede que las próximas víctimas sean alguna de las dos.-Dije reanudando la marcha.<br />Yuls siguió mi paso y volvió a tomarme por el brazo mirando ambos lados, el frío era intenso y las nubes se movían aceleradamente al igual que las hojas y ramas de los árboles.<br />-Tranquila Liz, tomarán medidas y darán con él.-Dijo intentando arrancarme una sonrisa.<br />-Eso espero.-Contesté.<br />Ya se divisaba la casita blanca, Amelia jugaba en el porche con su peonza de madera y al vernos aparecer corrió a nuestro encuentro para abrir la pequeña valla de madera.<br />-Hola Yuls.-Saludó mi hermana con una sonrisa.<br />-Hola Amelia, vaya que bonita peonza, ¿me dejas probarla?.-Preguntó mi amiga.<br />-La hizo mi padre, mira tiene tallado mi nombre, ¿lo ves Yuls?.-Preguntó Amy.<br />Yuls la fue girando y comprobó que lo que le había dicho mi hermana era cierto, Amelia deslió el nudo de una fina cuerda que estaba atado en su dedo corazón y se lo puso a Yuls para darle instrucciones de cómo se hacía girar.<br />-Enseguida vuelvo.-Dije.<br />Dudaba que mi amiga me hubiese escuchado, estaba tan entretenida intentando hacer girar una y otra vez aquella peonza que era muy probable que no lo hubiese oído. <br />Subí las escaleras del poche y la puerta estaba entre abierta , en el salón se encontraba mi padre subido en una silla dando golpecitos en la pared con un martillo, parecía que estaba intentando clavar un clavo o algo así.<br />-Hola papá.-Le saludé con media sonrisa.<br />Mi padre me miró con el ceño fruncido y temía de que dijera que no podía salir por todo lo que estaba ocurriendo en el centro de la ciudad.<br />-¿Ya has vuelto?.Preguntó.-Que pronto.-Añadió antes de que yo pudiera decir algo.<br />Se llevó un clavo a los labios y siguió martilleando aquella gruesa pared blanquecina, di un suspiro de alivio al ver que no estaba al tanto de aquella manifestación.-Ve a la cocina, tu madre quiere hablar contigo.-Dijo continuando su tarea. <br />Me dirigí a la cocina donde se encontraba mi madre sentada en una pequeña mesa cuadrada con otra mujer de cabellos castaños con algunos reflejos canosos.<br />-Hola mamá…-Saludé tímidamente.<br />-Me viene muy bien que hayas vuelto pronto hija.-Anunció poniendo las manos sobre la mesa.<br />En ella se encontraba una pequeña bolsita de tela azulada, en su interior había algo porque estaba atada haciendo que pareciese un pequeño saco.<br />-¿Qué ocurre?.-Pregunté sin dejar de mirar aquella mujer.<br />-Tu padre lleva media mañana intentando localizar a tu tío Zack, probablemente se encuentre en su casa de Cambidge.-Dijo.-Necesito que viajes allí para decirle que tiene una clienta con un encargo muy importante.-Añadió.<br />Aquella mujer me dedicó una sonrisa y en su cara podía ver que necesitaba lo que mi madre me estaba pidiendo.<br />-¿Puedes decirle que vas departe de la señora Harvey?.-Preguntó.-He de encargarle unas joyas y me urge, ya que mi hija se casará la semana que viene y tu tío es mi última esperanza.-Dijo con ojos suplicantes.<br />Al oír sus palabras entendía que se había recorrido toda la ciudad buscando a un buen joyero que le abriera las puertas de su establecimiento un Domingo y mi tío era su última esperanza ya que parecía que se conocían. <br />-Por supuesto señora Harvey, no tiene de que preocuparse.-Contesté desilusionada.<br />Acababan de estropear mis planes y nadie se daba cuenta pero no podía negarme a algo que me había pedido mi madre, y si lo hubiera hecho, probablemente estaría castigada el resto de mi vida.<br />Tanto el negocio de mi padre como el de mi tío eran importantes en la ciudad, mi padre era un excelentísimo artesano y tallista y mi tío Zack un extraordinario joyero, así que si salían encargos por parte de los clientes un domingo eran los únicos dispuestos en abrir sus puertas, por esto y por sus increíbles trabajos los consideraban los mejores de la ciudad, ellos, de esta manera ganaban clientes y fortuna.<br />-Muchísimas gracias niña.-Agradeció aquella mujer.<br />-Aquí te he preparado algo de comida para el viaje, cómetelo todo por favor.-Me pidió mi madre.<br />Asentí con la cabeza dando un suspiro y torcí mi sonrisa al encontrarme con los suyos, alargué mi mano para coger aquel pequeño saco y en ese momento mi madre se levantó de su asiento para meter la mano en el bolsillo de su mandil.<br />-Ten, esto es para el ferrocarril.-Dijo poniendo en mi mano unas monedas.<br />Asentí de nuevo y guardé aquellas monedas en un diminuto bolsillo de mi vestido color rojo intenso. Pasó una mano por mi rostro mientras que aquella mujer estaba dando un sorbo de su té.<br />-Ten mucho cuidado.-Dijo despidiéndose.<br />-No te preocupes mamá.-La tranquilicé con una sonrisa, me acerqué hasta ella para darle un cariñoso beso en su mejilla rosada acompañado de un cálido abrazo.<br />Salí de la cocina dando otro suspiro ahogado y me quedé plantada detrás de mi padre, éste se dio la vuelta y sonrió, sacó un clavo de sus labios y puso una mano en su cintura.<br />-Ya sé que no te apetece ir ahora a Cambidge, incluso yo lo haría por ti Liz, pero me temo que hoy estoy de lo más ocupado ayudando a tu madre con las tareas del hogar.-Dijo forzando una sonrisa.<br />-No me importa ir, pero tienes que prometerme que si vuelvo pronto me dejaras salir con Yuls.-Le chantajeé mostrando una sonrisa.-Hoy por ti y mañana por mí papá.-Añadí ampliando más aquella sonrisa.<br />Mi padre frunció el ceño y luego desvió la mirada hacia otro lugar, suspiró pesadamente y luego me miró de reojo mostrando una sonrisa torcida.<br />-Está bien, está bien, pero será mejor que vayas para después poder regresar pronto ¿de acuerdo?.-Sugirió.<br />-De acuerdo.-Asentí volviendo a sonreír.<br />Ya había hecho un trato con mi padre, estaba dispuesta a ir a ver a los Akerman después de mi viaje, Cambidge no estaba demasiado lejos de Londres así que no podía tardar demasiado en regresar, a no ser que mi tío me entretuviera con alguna de sus historias de cuando era joven guapo e interesante lo cual me gustaba escuchar pero ese día no era el momento.<br />Al salir al porche, Yuls seguía jugando con mi hermana a la peonza, cuando sus ojos se encontraron con los míos negué con la cabeza, mi amiga se apresuró a devolver el juguete a mi hermana y se acercó hasta mí con cara de decepción.<br />-¿No te han dado su permiso para salir, ¿no es cierto?.-Se apresuró a decir.<br />-No es eso, tengo que ir a Cambidge a ver a mi tío, ¿por qué no me acompañas?.-Sugerí mostrando una sonrisa.<br />-Oh, me encantaría Liz, pero no les he dicho a mis padres de que faltaría a comer a casa, probablemente no me dejen ir, pero no importa ve y otro día podemos ir a la mansión.-Dijo intentando animar.<br />Asentí con la cabeza y eché una rápida mirada a mi hermana pequeña, cuando me percaté de que no estaba escuchando me acerqué a Yuls.<br />-Cuando vuelva, podremos ir.-Susurré.<br />-¿Quieres decir que vas a escaparte como las otras veces?.-Preguntó en voz baja.<br />Negué con la cabeza y mi mirada se dirigió de nuevo a Amelia.<br />-Mi padre me dijo que podía salir cuando volviese.-Dije.<br />-Si no vuelves muy tarde podría acompañarte.-Dijo cruzándose de brazos.<br />-Bien, si no regreso tarde, iré a tu casa a buscarte.-Dije mostrando una sonrisa.<br />-Que tengas un buen viaje Liz.-Dijo mi amiga estrechándome entre sus brazos.<br />La dediqué una última sonrisa y emprendí mi camino hacia la estación ferroviaria de Londres.<br />Al llegar a la plaza principal para después tomar la dirección hacia la estación, parecía que la gente se había dispersado, ya no estaba la multitud frente al edificio donde se encontraba el alcalde custodiado por las autoridades, pero sí que habían restos de aquella manifestación.<br />Como por ejemplo carteles y pancartas tirados por el suelo donde los ciudadanos hacían preguntas al alcalde y donde se podía mostrar su rabia y dolor por tanta muerte.<br />Sostenía en mi mano derecha aquel saquito azulado donde mi madre me había preparado algo de comida para el viaje, me lo llevé hasta el estomago y me pregunté si iba a ser capaz de comer todo lo que había en él.<br />Al llegar a la estación pude divisar a varias personas esperando el ferrocarril, me dirigí a una taquilla donde un señor calvo con gafas redondeadas y ancho bigote se encontraba detrás de aquellas rejas. Compre mi billete para Cambidge y tomé asiento en uno de los bancos de forja y madera que estaban situados frente a la vía.<br />Me froté los brazos para entrar en calor pero el frio era como espadas de hielo que atravesaban mi cálida piel, eché un vistazo al cielo y fruncí el ceño tenía todo el aspecto de querer llover de un momento a otro.<br />No pude evitar mirar a un guardia que merodeaba la zona, su traje era azulado y tenía una cinta negra en su pecho, por encima de su hombro asomaba un fusil y lo acariciaba con mimo, como si quisiera disparar a alguien de los que nos encontrábamos allí.<br />Bajé la cabeza hasta mi regazo donde se encontraba mi pequeño saco de comida cuando el guardia pasó ante mí mirándome descaradamente, tal gesto me recordó a Near, no podía soportar que nadie me mirase de esa forma, me intimidaba y me hacía sentir pequeña.<br />Jugueteé nerviosamente con el lacito de aquella bolsita hasta que sus pasos se apartaron de mi vista, me levanté de un brinco cuando a lo lejos, ya se podía escuchar la sirena del ferrocarril.<br />Una humareda oscura dejaba en el aire a medida que iba avanzando hasta la estación donde las personas se agolpaban en el andén para recibirle. Alisé mis vestidos y me uní al gentío que esperaba con impaciencia que el ferrocarril se detuviera para recibir a los familiares o para subir en él.<br />Cuando se detuvo la gente salió al encuentro de los familiares que les esperaban ansiosos con los brazos abiertos, otros corrían con sus respectivos equipajes hasta la salida y los que quedábamos nos subimos a él ansiosos por llegar a nuestro destino, este no era mi caso, pues mi destino lo estaba dejando atrás por cuestión de unas horas.<br />En las puertas del ferrocarril, una enorme maquina de hierro, se encontraban los revisores a los que había que darles el billete, le entregue el mío y después de darle un rápido vistazo me invitó a entrar con una amplia sonrisa. <br />-Puede subir madame.-Dijo aquél agradable señor.<br />Entré a mi vagón donde se encontraban muy pocas personas y escogí un asiento donde diera a la ventanilla, así podía entretenerme y disfrutar del agradable paisaje.<br />Me asomé por ella y el señor que anunciaba la salida con banderines tocó su silbato a la vez que alzaba su banderín. <br />El ferrocarril se pudo en marcha, apoyé la barbilla sobre mi mano y me dediqué a mirar por la ventana aquella estación que cada vez se iba volviendo más borrosa a medida que el ferrocarril tomaba más velocidad.<img style="-webkit-user-select: none" src="http://www.gifmania.com.es/vehiculos_terrestres/trenes/traitht.gif"><br />Después de varios minutos observando el paisaje un bostezo anunció que era el momento de dormir un poco, no me apetecía comer lo único que me apetecía en ese momento era descansar.<br />Me recliné un poco en mi asiento tan duro como si estuviera durmiendo encima de una mesa, y me sumergí en mis sueños mientras que el ferrocarril nos mecía como una madre meciendo a su bebé para dormirle.<br />Un ruido ensordecedor de cristales rotos me despertó de un brinco, cuando me levanté de mi asiento las pocas personas que se encontraban en el mismo vagón que yo se preguntaban que pudo a ver sido aquel sonido, el ferrocarril parecía a ver tomado más velocidad y eso hacía que el vagón perdiera inestabilidad.<br />Tuve que agarrarme a unas cuerdas tensas que estaban en el techo con el fin de que los pasajeros si tenían que avanzar se pudieran agarrar sin caerse.<br />El movimiento del vagón era cada vez más brusco, la gente empezó a asustarse y a preguntarse qué demonios estaba ocurriendo, otro ruido de cristales rotos se dejó escuchar, el caballero que estaba más cerca de la puerta que conducía a el siguiente vagón avanzó hasta ella para asomarse.<br />Entonces algo terrible tuvieron que ver sus ojos porque corrió en dirección opuesta de aquella puerta gritando y tambaleándose mientras intentaba llegar a la otra puerta.<br />-¡Qué ocurre señor!.-Grité asustada cuando llegó hasta mí apartándome de un empujón.<br />La puerta en la que se había asomado estallo en mil pedazos dejando únicamente el marco rodeado de astillas puntiagudas, el cuerpo de un hombre voló por nuestro vagón y se estampó contra la otra puerta atravesándola.<br />Dos mujeres que se encontraban en mi mismo vagón gritaron aterrorizadas agachándose y cubriéndose la cabeza con ambas manos, el señor que tenía justo a mi lado me miró con ojos desorbitados, bajé la mirada y su camisa de un blanco resplandeciente estaba cubierta de sangre, sostenía algo entre sus manos y contemple horrorizada al ver que un trozo de madera de la puerta había saltado y se le había clavado en su pecho. Noté que algo me había salpicado el rostro, pasé mi mano temblorosa por él y mi respiración se aceleró cuando pude comprobar que era la sangre de aquel hombre.<br />Su garganta comenzó a emitir sonidos agonizantes alzó una de sus manos ensangrentadas y se desvaneció en el suelo agarrando mis vestidos.<br />Llevé una mano hasta mis labios y tuve que hacer un esfuerzo por no gritar, esquivé aquel señor y me asomé con cuidado intentando ver el vagón que tenia justo a mi izquierda, el cuerpo que había visto volando por los aires estaba en la puerta del final, parecía como un muñeco de trapo donde sus extremidades estaban retorcidas.<br />Me puse en mitad del pasillo y avancé hasta aquel señor que parecía estar sufriendo taquicardias por el tremendo susto, ambas mujeres estaban aun agachadas y con las manos sobre sus cabezas.<br />Caminé hacia ellas con pasos inseguros para averiguar si se encontraban bien cuando algo me hizo detener en ese preciso momento, algo estaba ocurriendo en el vagón que tenia justo delante de mí, una melena de un rojo fuego me hizo retroceder, estaba agachada y mordisqueaba un cuerpo que estaba situado en medio del pasillo.<br />Sus ojos inyectados en sangre se encontraron con los míos y se tornaron a un color oscuro, tan negros como el abismo.<br />-Estefi…-Dije sin tartamudear.<br />Dio un gruñido y dejó ver unos dientes afilados manchados de la sangre de su victima.<br />No podía creer lo que estaba presenciando, temía de que me desmayara de un momento a otro, esto no podía ser más que un sueño, probablemente me hubiera quedado dormida y me costaba despertarme, pero no fue así.<br />Estefi se incorporó lentamente y limpió sus labios ensangrentados con la palma de su mano, al parecer no se encontraba sola, Atila, su esposo apareció a su lado y ambos miraron en mi dirección con ojos chispeantes.<br />De ambos lados del vagón aparecieron Near y dos hombres más, habían matado a toda esa gente, y ahora avanzaban directos al vagón donde me encontraba paralizada.<br />Las dos señoras que aún estaban agachadas se pusieron en pié abrazándose la una a la otra mientras que miraban hacia el vagón vecino, echaron a correr en mi dirección y Near voló hasta ellas agarrándola con sus garras mordiéndolas en el cuello, èstas suplicaban por su vida pero Near no tuvo ningún reparo en arrebatárselas.<br />Los gritos eran ensordecedores, me llevé las manos tapando mis oídos mientras cerraba los ojos con fuerza intentando despertar de aquella horrible pesadilla, al abrirlos los cuerpos de las señoras cayeron fulminados en el suelo mientras que Near mostraba una sonrisa siniestra.<br />El señor que estaba sufriendo una especie de ataque al corazón dejó de sufrir cuando Estefi se abalanzó sobre él mordiendo su cuello y absorbiendo la sangre que parecía salir a borbotones.<br />Mi respiración acelerada me advertía de que estaba a punto de sufrir un ataque de pánico, no había nadie más en aquel vagón, excepto yo rodeada de unos despiadados asesinos, los Akerman, y ahora era mi turno.<br />-Vaya vaya, mira a quien tenemos aquí.-Dijo la voz dura y fría de Near.<br />Al oír sus palabras mi cuerpo reaccionó, le di la espalda para salir corriendo hacia el vagón que tenía justo detrás de mí pero entonces choqué con algo tan duro como una roca.<br />Brandom, era al único que menos me esperaba encontrar allí, a si que ellos eran los asesinos todo el tiempo, ellos fueron los responsables de tantas muertes ocurridas en Londres.<br />Di unos pasos hacia atrás para quedarme justo entre Near y Brandom, miré hacia ambos lados y lagrimas caían por mi rostro horrorizado, era la prueba de que después de todo le seguía amando.<br />-¡Que conmovedor!.-Gritó Near desde el otro lado.-¿Vienes a salvarla?.-Preguntó ensanchando su sonrisa burlona.<br />Miré a Brandom con el rostro confuso y acto seguido a su hermano mayor que lo fulminaba con su mirada ensangrentada, mi salvador no había venido hasta aquí para acabar conmigo al juzgar por las palabras de Near, entonces por un momento deseé con todas mis fuerzas que acabaran con mi vida antes de presenciar un enfrentamiento terrible que podía acabar con el hombre al que amaba más que a nada en este mundo.Vanessahttp://www.blogger.com/profile/18211605774561015566noreply@blogger.com9tag:blogger.com,1999:blog-6811715489441076594.post-8167612330561204102010-07-29T10:26:00.000-07:002010-07-29T10:41:00.564-07:00Capítulo 16-Liz;ConfidenciasLos rayos de un sol debilitado se colaron por mi ventana, no había dormido en casi toda la noche pensando en el rostro angelical de mi salvador.<br />Mi mano estaba escondida debajo de la almohada esponjosa y noté que había algo dentro de ella, al liberarla salió una preciosa rosa de color rojo intenso.<br />Mi sonrisa se ensanchó cuando la vi de nuevo, estaba algo arrugada y se le había caído un pétalo después de pasar toda la noche a mi lado, mi mente se sumergió en la noche anterior, cuando vi su hermoso rostro mirando a través de la ventana, mi corazón latía velozmente cuando sus ojos del color de la miel se clavaron en los míos.<br />Mis mejillas se encendieron y me incorporé en la cama para estirarme, estaba demasiado cansada pero aquello no me preocupaba demasiado. <br />Puse mis pies descalzaos sobre el suelo y avancé hasta el escritorio para dejar aquella rosa en un jarrón con flores de colores, sin duda aquella rosa destacaba de entre todas ellas.<br />Abrí la ventana y el cielo parecía estar encapotado pero hacía bastante calor, pasé una mano por mi brazo acariciándolo mientras observaba el paisaje del exterior, esto de vivir a las afueras de Londres tenía su encanto, me gustaba más rodearme de naturaleza que de la ciudad. <br />-¿Liz, estas despierta?.-Preguntó mi madre desde el otro lado de la puerta.<br />-Sí, enseguida bajo mamá.-Dije con una sonrisa.<br />Había motivos por los que sonreír, y ese motivo era Brandom Akerman.<br />Me dirigí hacia el armario para escoger un vestido, abrí las puertas y me quité el camisón que llevaba puesto dejando mi cuerpo desnudo, me vestí y acto seguido fui al baño para asearme y peinar mis cabellos.<br />Bajé por las escaleras apresuradamente y mi madre ya tenía preparado el desayuno, Amelia estaba sentada al lado de mi padre que sostenía un periódico con una mano mientras que con la otra llevaba la taza de café a sus labios para dar un sorbo.<br />-Buenos días dormilona.-Dijo mi padre sin levantar la vista del periódico.<br />-Buenos días.- Contesté dejando ver una amplia sonrisa.<br />Me senté al lado de mi hermana y ésta me estudió el rostro con detenimiento, puse una servilleta de tela sobre mi regazo mientras que la observaba de reojo.<br />-Amy, ¿qué ocurre, porque me miras así?.-Pregunté en voz baja.<br />Mi hermana apoyó un codo sobre la mesa y dejó parte de su cara descansando en la palma de su mano, torció su sonrisa y echó una rápida mirada a mi padre que aún seguía inmerso leyendo el periódico.<br />-¿Soñaste otra vez con el galán?.-Dijo acercándose a mi oído.<br />Me mordí el labio y fruncí el ceño negando con la cabeza, no me gustaba que Amelia me hiciera preguntas sobre ese tipo delante de mi padre aunque él no se percató de nada.<br />Solo eran preguntas inofensivas sobre un galán de mi imaginación, no quería imaginar que Amelia me hiciera preguntas sobre Brandom en presencia de mis padres, me moriría de vergüenza.<br />Siempre nos enseñaron que no deberíamos dejarnos cortejar por los muchachos, que eso solo lo podríamos consentir cuando fuésemos mayores, mucho más mayores.<br />Éramos unas niñas, bueno eso podría decirse de Amelia, yo estaba a escasos días de cumplir diecisiete años era toda una mujer, o al menos así me sentía.<br />-Bueno, ¿que tenéis pensado hacer hoy jovencitas?. –Preguntó mi padre dejando el periódico sobre la mesa.<br />Mi hermana cogió su tazón de leche con ambas manos y se los acercó a los labios para soplar en su interior, me echó una rápida mirada antes de beber y sonrió.<br />-Podríamos ir al bosque.-Dijo Amy.<br />-Me temo que no va a poder ser Amelia, debería de ir a casa de Yuls.- Contesté cogiendo una rosquilla cubierta de azúcar.<br />-¿Tienes que hacer tareas de la escuela?.-Preguntó mi madre dando un sorbo de su taza.<br />Negué con la cabeza y esperé a tragar aquella bola azucarada que se me estaba creando en la boca, acto seguido cogí el paño de mi regazo y me limpié las comisuras de los labios.<br />-No mamá, solo que me gustaría ir a visitarla.-Contesté.<br />Mi padre tarareó con sus dedos en la mesa de madera y dejó caer su espalda en el respaldo de la silla.<br />-Casi se me olvida, ayer tarde vino por casa tu amiga. –Dijo.<br />-¿Yuls?.- Pregunté cogiendo mi taza de leche.<br />Mi padre negó con la cabeza y chasqueó los dedos intentando recordar un nombre.<br />-Tú amiga japonesa, Karisma.-Contestó.<br />Alcé las cejas y luego mi rostro se llenó de decepción, tal vez hubiera venido a casa para contarme algo importante, algo dentro de mi me preocupaba, no podía dejar de darle vueltas a lo que le ocurrió con su novio. Un nudo se me creó en el estomago impidiendo que comiese, dejé la taza de leche sobre la mesa y le ofrecí la media rosquilla a mi hermana a lo que contestó con un si rotundo.<br />-¿No la visteis ayer en el festival?.-Preguntó mi madre.<br />-Sí, pero había muchísima gente, no me pude acercar a ella en ese momento, después comenzó a llover y toda la multitud se dispersó mientras que Amelia y yo esperamos a que dejara de llover. –Conteste.<br />Si que podría a verme acercado hasta Karisma para saber cómo se encontraba, pero toda mi atención estaba centrada en Brandom. <br />Me sentí muy mal al saber que mi amiga había venido hasta aquí solo para hablar conmigo cuando yo lo podría haber hecho en el festival, en ese momento pensé solamente en mí y eso me hacía sentir miserable.<br />-Iré a su casa de camino, espero encontrarla allí.-Dije poniéndome en pié para salir.<br />-No tardes demasiado cariño, hoy haremos un picnic en el bosque. Dijo mi madre alzando una cesta de mimbre.<br />-De acuerdo mamá, adiós.-Me despedí torciendo mi sonrisa.<br />-¡Espera espera!.- Dijo mi padre alzando la voz.<br />Me giré sobre mi misma y me encontré con la mirada fruncida de mi padre.<br />-¿No terminas de desayunar?.-Preguntó.<br />Hice un mohín llevando una mano al estómago.<br />-Estoy llena, además tengo que hacer hueco para el picnic, adiós.- Me despedí de nuevo.<br />Salí por la puerta antes de que volvieran a echarme una reprimenda por algo más y me dirigí colina arriba agarrando mis vestidos con ambas manos.<br />El cielo estaba encapotado pero no tenía previsto que se pusiera a llover, el aire era fresco y fragante y traía olores a naturaleza, me resultaba tonificante.<br />Crucé el prado con la respiración agitada y me detuve unos segundos después para recuperar el aliento, miré a mi alrededor y todo me recordaba a Brandom, la tarde que estuvimos sentados tan cerca el uno del otro, negué con la cabeza y reanudé mi marcha hacia la casa de Karsima.<br />Atajé por un camino polvoriento con ramajes a ambos lados de este, iba mirando hacia el suelo y de vez en cuando mis zapatos oscuros cubiertos de polvo, de pronto un sonido captó mi atención.<br />Un crujido de ramas se escuchaba en el lado derecho del camino, me detuve para acercarme apartando las ramas que impedían mi paso hacia aquel sonido.<br />Intenté agudizar mis oídos pero de poco me sirvió ya que aquel sonido había cesado, probablemente sería alguna ardilla o cualquier insecto.<br />Cuando me giré para volver al camino polvoriento clavé mis ojos en una tela de color blanco que estaba entre un arbusto.<br />Miré a mi alrededor intentado localizar una rama que me sirviera para no cogerlo con las manos y di con un palo alargado y fino.<br />Fui hacia el arbusto y alargué aquel palo para capturar aquella tela raída, al cogerlo varias moscas emprendieron el vuelo a mi alrededor, lo consideré como un ataque por haberlas molestado, cuando mis ojos se volvieron para ver aquella tela mi reacción fue lanzarlo lejos cubriéndome la nariz y parte de mi boca para evitar vomitar.<br />Se veía claramente que era la camisa de un hombre, como también se podía ver que estaba una parte de ella manchada de sangre seca, como si hubiera permanecido allí unas semanas.<br />Salí de entre el ramaje para volver al camino con la mano puesta en el estomago e intenté olvidarlo por un buen rato, la casa de Karisma se divisaba a lo lejos, me encontraba un poco mejor cuando pude ver las ventanas cubiertas con enredaderas.<br />Un rostro se asomó por una de las ventanas del segundo piso y desapareció de inmediato, no pude divisar quien podría ser pero seguramente que era ella, la que me recibió en la puerta.<br />-Hola, ¿en qué puedo ayudarte?.-Pregunto una mujer de cabellos oscuros y lisos.<br />Un nudo se me creó en la garganta y tuve que hacer un esfuerzo por encontrar las palabras adecuadas, aquella mujer debía de ser su hermana al juzgar por sus ojos rasgados.<br />-Vine a ver a Karisma.-Contesté forzando una sonrisa.<br />Su hermana abrió la puerta de par en par y debajo de su brazo pude ver a mi amiga sentada en un sofá de color beige que miraba la entrada encontrándose con mis ojos.<br />-¡Liz!.-Gritó alegremente.<br />Dio un brinco del sofá dejando encima de él una pelota de lana, al parecer estaría haciendo punto de cruz, no imaginaba que a Karisma le gustara hacer esas cosas, a mi me parecían muy aburridas.<br />Avanzó hacia la puerta mientras que su hermana se apartó de ella sin despedirse, no tenía muy buen aspecto y era lógico que quisiera marcharse así para descansar.<br />-¡Que alegría, has venido!.-Volvió a gritar entusiasmada.<br />Me abrazó con sus largos brazos y no me dio tiempo a reaccionar para devolvérselo.<br />-Hola Karisma, estoy aquí porque quería devolverte la visita, lo siento.-Dije con tono de disculpa.<br />Mi amiga negó con la cabeza sin dejar de sonreír y acarició mi mejilla con sus delicadas manos.<br />-No importa Liz, lo que importa es que has venido, ya te echaba de menos.-Sonrió invitándome a entrar.<br />Le devolví la sonrisa mientras me llevaba hasta aquel sofá de color beige, miré a mi alrededor y me encontraba en un salón muy acogedor, había muchos estantes con libros y algunas figuras que adornaban la estancia. Debajo de nuestros pies se encontraba una alfombra de color chocolate y encima de ella una mesita de madera para tomar el té.<br />-Por cierto ayer te vi en el festival pero no pude acercarme a saludarte, había mucha gente y para colmo mi hermana estaba conmigo y ya sabes que se pone muy pesada.-Dije con media sonrisa.-¿Nos vistes?.-Pregunté hundiendo el sofá con mi peso.<br />-Karisma fué hacia la cocina y me hizo un gesto para que me quedara en el sofá hasta que volviera.<br />-No os vi por el festival.-Gritó desde la cocina.-La verdad es que si que había mucha gente y yo estaba ahí arriba del escenario con mi caballo muerta de vergüenza, como para verte.-Dijo volviendo al salón con dos tazas de porcelana. <br />-Gracias.-Le agradecí acompañando una sonrisa.-¿Cómo sigue tu padre y tu hermana?.-Pregunté.-No me pareció que ella tuviese buen aspecto.-Dije con un nudo en la garganta.<br />-Están en fase terminal Liz.-Dijo dando un sorbo con la mirada perdida.-La enfermedad de mi hermana y mi padre es la misma, sus pulmones se están encharcando, un día de estos me los encuentro de cuerpo presente.-Dijo volviendo a dar un sorbo de su té.<br />-Por dios no digas eso Karisma, tiene que haber una solución para ellos. –Dije intentando que dejara de pensar tan negativamente.<br />-Los medicamentos ya no pueden hacerles nada, creo que la mejor solución para ellos seria la muerte, así dejaríamos de sufrir todos.-Contestó volviendo a tomar de su taza.<br />No podía creer que alguien pudiera desear la muerte de su propia familia, aunque entendía por lo que mi amiga pudiera estar pasando, verlos así a diario tendría que ser un calvario para todos.<br />-Nada de cosas tristes, es ley de vida, nacemos y morimos Liz.-Dijo intentando arrancarme una sonrisa con la suya.-Bueno, ¿que me cuentas de tu príncipe, el salvador Brandom?.-Pregunto imitando a un caballero con una lanza en la mano.<br />-Sonreí con ganas y acto seguido di un sorbo de mi taza saboreando aquel delicioso té, le conté el detalle que tuvo Brandom la noche anterior, cuando dejó en mi puerta una rosa para que la rescatara. Mi amiga abrió sus rasgados ojos muy emocionada dando suspiros acompañados con una amplia sonrisa.<br />-Que romántico Liz, lo que me cuentas es tan…hermoso.-Dijo entrelazando sus manos.<br />Me ruborice y solté un suspiro que me salió directamente del corazón, estudié el rostro de Karisma y esta tenia la mirada perdida, las comisuras de sus labios se fueron estrechando hasta que desapareció su encantadora sonrisa.<br />Dejé mi taza de té sobre la mesa y acaricié su hombro con cariño.<br />-¿Cómo estás?.-Pregunté con interés.<br />Karisma se encontró con mis ojos y una sonrisa volvió a iluminar su rostro.<br />-Bien, la verdad es que lo he superado con rapidez.-Contestó.<br />Me sorprendió mucho su respuesta, ya que lo que le había ocurrido con su novio tuvo que ser un duro golpe para ella y aquello no se podría olvidar tan fácilmente pero ella fue capaz de superarlo y se podía apreciar que se sentía bastante fuerte.<br />-Me alegro mucho por ti, la vida continúa y ya verás cómo te compensará generosamente.-Dije volviendo a frotar su brazo con cariño.<br />Mi amiga volvió a encontrarse con mi mirada y me dedico una sonrisa a lo que la contesté igualmente.<br />-Agradezco mucho que me hayas visitado.-Dijo dando un último sorbo de su té.<br />-Para eso están las amigas.-Contesté con una amplia sonrisa.-Tendrás que disculparme pero he de ir a casa de una amiga de la escuela, pero te prometo que te visitaré lo más pronto que pueda, puedes pasarte por casa cuando lo desees, ya sabes que eres bien recibida.-Dije.<br />-Muchas gracias Liz, te quiero mucho.-Contestó dándome un cariñoso abrazo.<br />Me acompañó hasta la puerta principal y allí me despidió con la mano sin dejar de sonreír, me aliviaba al comprobar que estaba bien o al menos eso era lo que percibía.<br />Crucé el prado a toda prisa temiendo de que estallase una tormenta como la de el día anterior, el viento esta vez era fresco nada cálido y la nubes oscuras ocultaban un sol debilitado.<br />Froté mis brazos con fuerza para eliminar la piel de gallina que estaba empezando a aparecer y aceleré el paso para entrar en calor de alguna manera. <br />Un escalofrío recorrió mi espalda al recordar la cara demacrada que tenía la hermana de Karisma, me sentía impotente de no hacer nada por ella pero tal y como dijo mi amiga, era algo irremediable.<br />Negué con la cabeza y cuando me quise dar cuenta ya estaba en el camino polvoriento que me conducía al centro de la ciudad, tuve que apartarme hacia un lado cuando vi dos carruajes ocupando todo el ancho del camino.<br />Hubiera sido mejor coger uno de nuestros caballos pero me gustaba mucho más caminar y observar mi alrededor con detenimiento aunque lo conociese desde bien pequeña.<br />Las campanas de la torre del reloj repiquetearon once veces y aceleré mi paso si quisiera llegar a casa antes de la hora de comer. Me encontraba en la plaza del pueblo, los puestos a ambos lados de la calle estaban a rebosar de gente que salía a comprar, era muy agobiante salir un domingo por la ciudad ya que no cabía ni un alfiler en la plaza.<br />Tuve la tentación de detenerme en uno de ellos para ver unos preciosos relojes de bolsillo, pero el tiempo corría y debía de ir a casa de Yuls, estaba ansiosa porque me contase que tal le iba con Joshep no podía esperar a que llegase el lunes y que me lo contase en la escuela.<br />Crucé el reloj de la torre y gire a mi izquierda donde unas vallas de color blanco escoltaban una casa de color blanco, avancé hasta llegar a la entrada abrí la reja y luego la cerré detrás de mi.<br />Subí los tres peldaños antes de quedarme cara a cara con la puerta, toqué con los nudillos y unos pasos se escucharon desde el otro lado.<br />Un señor alto con bigote y barba en su mentón me recibió en la entrada, su cabello era de un rubio ceniza y sus ojos claros como el océano.<br />-Buenos días señor Caswell, ¿está Yuls en casa?.-Pregunté con una sonrisa.<br />-Por supuesto Elizabeth, adelante.-Contestó invitándome a entrar.-Está en su habitación practicando con el violín.-Añadió mirando hacia la parte superior de las escaleras.<br />-Muchas gracias.-Contesté dirigiéndome hacia ellas para subir un piso más arriba.<br />Avancé por un estrecho pasillo donde habían puertas de color blanco a ambos lados, las paredes estaban cubiertas de una tela con estampados florales, la melodía del violín se podía escuchar en todo el piso me detuve en una de las puertas y toqué con mis nudillos irrumpiendo en la habitación.<br />-Toc toc, ¿se puede?.-Pregunté con una sonrisa.<br />Yuls estaba frente a un ventanal custodiado por dos enormes cortinas de color rosa pálido, miraba hacia el exterior y en cuanto notó mi presencia dejó su violín encima de un sofá de color blanco.<br />-¡Liz!.-Gritó alegremente.<br />Cerré la puerta detrás de mí y Yuls me tomó por las manos muy entusiasmada con mi visita.<br />-No podía esperar hasta mañana, cuéntame.-Dije en voz baja.<br />Caminamos las dos juntas hacia los dos sofás que estaban situados a ambos lados del ventanal y el rostro de Yuls era de decepción.-¿Qué ocurre?.-Pregunté con preocupación. <br />-Liz, ya sabes que soy muy enamoradiza y que estaba totalmente tontita por Joshep pero…-Se detuvo para tomar aire.<br />¿-Pero?.-Pregunté.<br />-Me he dado cuenta de que no me gusta tanto como pensé.-Dijo torciendo su sonrisa.<br />Carcajeé por un momento y acto seguido negué con la cabeza.<br />-¡Por dios Yuls siempre dices lo mismo!.-Exclamé.<br />Me lleve una mano a los labios por a ver alzado la voz y me acerqué un poco más a mi amiga para seguir hablando en voz baja.<br />-El último día de clase se te veía con el tan…tan…¿feliz?.-Dije algo confusa.<br />-Si.-Contestó.-Antes de que me dijera que se sentía atraído por otra.-Añadió con desgana.<br />Abrí mis ojos por la sorpresa y más tarde suspiré.<br />-Lo siento, ¿y te dijo quien era esa persona?.- Pregunté tomándola de la mano.<br />-Sí, no tuvo reparo en decírmelo, se siente atraído por Morgan.-Contestó torciendo las comisuras de sus labios.<br />-Oh vaya, ¿y desde que te dijo aquello ya no te gusta?.-Pregunté.<br />-En realidad no, fue desde el primer momento en el que abrió la boca, es un poco grosero y descortés.-Dijo poniendo caras.<br />Me llevé una mano a los labios para ocultar una carcajada y ella se unió para reír con ganas.<br />-Me gusta la forma en la que te tomas estas cosas.-Dije sonriendo.-Ojalá pudiera hacer lo mismo.-Dije.<br />-Podrías si quisieras.-Contestó.-Liz, ¿es que ha pasado algo que no me hayas contado?.-Preguntó frunciendo el ceño.<br />Asentí con la cabeza y no tuve más remedio que contarle todo lo que me sucedió desde que conocí a mi salvador, al juzgar por su cara parecía como si se hubiese enamorado tan bien de Brandom lo cual me hizo reír de nuevo.<br />-Uh chica, que suerte tienes, ojalá pudiera encontrar a alguien así, pero estamos en la misma situación, dices que él también tiene una persona especial…eso es mala señal, aunque tampoco entiendo su comportamiento, puede que sienta algo por esa persona pero también por ti, ¿lo has pensado?.-Preguntó.<br />Me hizo pensar por unos momentos y se hizo un silencio terrible en la habitación, Yuls acariciaba su mentón dándole vueltas a todo lo que le había contado y parecía como si quisiera sacar algo en claro.-Sin duda, Brandom siente algo por ti pero no se atreve a decirte nada.-Dijo con la cabeza en otra parte.<br />-¿Tú crees Yuls?.-Pregunté con cierta duda.<br />-Por supuesto que lo creo y te diré algo más…-Dijo mirándome directamente a los ojos.-¿Recuerdas el último día de clase en la hora de descanso cuando salimos a los jardines y estaba Joshep mirando hacia nosotras con cara de bobo?.-Preguntó torciendo sus labios.<br />-Si, lo recuerdo.-Contesté con el ceño fruncido e intentando averiguar a donde quería llegar.<br />-¿Y también recuerdas lo que me dijiste ese día sobre lo que debería de hacer?.-Preguntó con los ojos entrecerrados esperando mi respuesta.<br />Intenté por todos los medios recordar aquella conversación pero me resultaba imposible, miré el rostro expectante de Yuls y esta puso los ojos en blanco.<br />-Tú me dijiste que tal vez Joshep estuviera tan asustado como yo en dar el siguiente paso, ¿Por qué no lo intentas?, dile a Brandom lo que sientes, lo que tenga que pasar pasará de todos modos Liz.<br />Sonreí forzosamente mientras que negaba con la cabeza mirando mi regazo.<br />-Oh no, no puedo. Recuerdo perfectamente esa conversación y te lo dije de corazón, pero ahora te entiendo es más difícil cuando a una le ocurre.-Dije sin cruzar mi mirada con la suya.-Sé que el me rechazaría por que siente algo por aquella persona que anhela, no podría soportarlo, prefiero que las cosas se queden como están.-Dije haciéndole daño a mi corazón. <br />-A eso te referías cuando decías que ojala pudieras tomarte las cosas tan bien como yo ¿no es así?.-Preguntó poniéndose de rodillas frente a mi mirada perdida en el suelo.<br />Asentí con la cabeza sin pronunciar palabra alguna pues temía de que se me quebrara la voz en algún momento.<br />Yuls apoyó sus brazos en mi regazo dando un suspiro largo y pesado.<br />-¡Hay!.-Suspiró.-¿Por qué siempre nos tendremos que enamorar de hombres que nunca nos van a corresponder?.Preguntó.<br />Sonreí y Yuls levantó la cabeza con el rostro confuso.<br />-Es la primera vez que me ocurre.-Contesté aún con la sonrisa en mis labios.<br />-Tienes razón, cuando lleves un par de estas experiencias estarás agotada.-Dijo sonriendo con ganas.<br />Nos echamos a reír y nos quedamos allí un buen rato charlando sobre Joshep y Morgan, al parecer Morgan ya estaba al tanto de los sentimientos de Joshep hacia ella y en el festival los vieron muy juntos, probablemente ya serían pareja lo cual me alegré por Morgan pero me sentí muy identificada con Yuls, entendía su dolor pero a ella no parecía afectarla tanto como a mí, sabía salir de una relación con madurez y aceptar lo que le viniera encima, la envidiaba.Vanessahttp://www.blogger.com/profile/18211605774561015566noreply@blogger.com6tag:blogger.com,1999:blog-6811715489441076594.post-79507275768861123642010-07-15T05:45:00.000-07:002010-07-15T06:25:23.920-07:00Capítulo 15-Vagos recuerdosUna pálida mano descansó en mi hombro y sus dedos me apretaron con fuerza, la joven estaba tumbada en el suelo dando convulsiones , sus ojos estaban en blanco y parecía estar ahogándose cuando de pronto, cayó inconsciente.<br />-¡Basta!.-Gritó Estefi apartándome de un empujón.<br />Me encontré sentado en el suelo y apoyé la espalda contra el marco de la puerta intentado recuperar el control, limpié la sangre de mis labios con la base de la mano y acto seguido pasé la lengua por ellos sin dejar de mirar el cuerpo de Christine. <br />Estefi se arrodilló junto a ella cogiendo su muñeca intentando encontrarle el pulso, me miró desconcertada y torció su sonrisa.<br />-Está muerta, le has quitado mucha sangre.-Dijo poniéndose en pié alisando su vestido. –¡Qué desperdicio, nos hubiera servido tan bien!.-Añadió dando un suspiro.<br />-No te preocupes Brandom hay muchos mas donde escoger, tomate esto como un aperitivo mas, ¿vas a seguir con ella?.-Preguntó al final.<br />Me incorporé poniéndome en pié con la respiración entrecortada mientras ajustaba el nudo de mi corbata.<br />-No, ya he tenido suficiente.-Dije dirigiéndome hacia la puerta.<br />-¿Estás seguro?, aún podemos aprovecharla.-Advirtió observándola de arriba abajo.<br />-No, he dicho que ya he tenido suficiente.-Contesté cuando crucé por la puerta cerrándola detrás de mí.<br />Pude escuchar como mi prima succionaba su sangre, incluso podía llegar a escuchar su garganta tragar aquel jugoso liquido.<br /><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="http://4.bp.blogspot.com/_NlSGUWambJQ/TD8Gjhh0n4I/AAAAAAAAAEY/jW7uYTw78xA/s1600/ESTEFI.jpg"><img style="display:block; margin:0px auto 10px; text-align:center;cursor:pointer; cursor:hand;width: 400px; height: 300px;" src="http://4.bp.blogspot.com/_NlSGUWambJQ/TD8Gjhh0n4I/AAAAAAAAAEY/jW7uYTw78xA/s400/ESTEFI.jpg" border="0" alt=""id="BLOGGER_PHOTO_ID_5494117277780713346" /></a><br />Siempre había controlado pasar el virus a otro humano cuando pretendíamos que fuera uno de los nuestros, pero esta vez fue diferente ni yo mismo sabía por qué, pero el deseo de sangre hacia los humanos era ahora mucho más fuerte.<br />Tal vez porque me enamoré de un ser latiente y ese deseo hacia ella no lo podía experimentar físicamente, eso hacía que algo se encendiera dentro de mí y actuase como un verdadero monstruo.<br />Antes de volver a entrar en el salón aspiré aire profundamente y pase las manos por mis cabellos, mi padre, que estaba al otro lado del salón alzó su copa en el aire y esbozó una amplia sonrisa, me dejó entrar en sus pensamientos y pude ver en ellos que lo que quería de esa joven no era su conversión, sino justamente lo que hacía unos escasos momentos me había mencionado Estefi, solo un aperitivo más. <br />Near clavó sus ojos en los míos cuando se encontraron y soltó una sonrisa entre dientes mostrándolos tan blancos como su tez pálida.<br />Caminó hacia a mí con pasos cautelosos y al llegar a mi pareció ir más lento de lo que parecía.<br />-No podemos fingir lo que no somos ¿no es cierto?.-Me susurró al oído.<br />Apreté los dientes con furia fulminándole con la mirada, mi hermano pasó por mi lado y continuó con sus pasos calmados dirigiéndose a Michael, entablaban una conversación de lo más entretenida, probablemente le estaría contando sus batallitas absurdas o su manera de cazar, y porque no, tal vez le estaría hablando de mi amiga la humana.<br />En cualquier caso, ignoraba por completo lo que Near pudiera contar, me resultaba indiferente, como mi padre lo era con él, para mi padre Near era secundario cuando yo estaba presente cosa que esto a mi hermano mayor no le estimaba demasiado.<br />-Una velada de lo más entretenida.-Dijo una dulce voz.<br />La hermana de mi padre estaba justo a mi lado observando cómo los invitados iban de un lado para otro con sus copas servidas, hablando sobre sus cosas o simplemente escuchar como otros tocaban una melodía en el piano.<br />-Creía que era una fiesta para celebrar la entrada de un nuevo miembro.-Dije.<br />Naiara sonrió y después clavó sus ojos en su hijo pequeño. –Tu padre no nos ha comentado nada sobre eso, solo nos invitó para vernos..Contestó enseñando a Alex su copa de sangre.<br />El niño fue hasta ella con pasos inseguros y mi tía acercó la copa a sus labios para darle de beber, cuando se quedó saciado limpió las comisuras de sus labios con la yema de su dedo índice y después le dio un lametón para eliminar la sangre.<br />-¿Qué tal os va por Rumania?.-Pregunté sin dejar de mirar a mi joven primo.<br />Ella lo tomó en sus brazos dándole un cariñoso beso en la frente mientras que Alex jugaba con su gargantilla.<br />-Bien, hace poco tuvimos un problema con Evelyn, su padre y yo insistimos en que no debería ir de caza sola, pero siempre que tiene la oportunidad escapa.-Comenzó a decir mirando en la dirección en la que se encontraba Evelyn. –Otro vampiro la descubrió cazando en su territorio y la amenazó con hacerla daño si volvía a ocurrir.<br />Evelyn dice que no fue con intención de cazar, si no porque le gustaba correr y no tenía ni idea de donde se estaba metiendo, la verdad no se que creer.-Dijo dando un suspiro de preocupación.<br />-Es una chica lista, sabrá que hacer la próxima vez, he oído que corre velozmente.-Dije sonriendo.<br />Mi tía dio otro suspiro largo poniendo los ojos en blanco.<br />-No te puedes imaginar cuanto, sobre todo cuando tengo que reñirla.-Contestó volviendo la vista a su hija.<br />Arrancó una sonrisa de mis labios y Naiara me estudió el rostro con preocupación, pestañeé y me encontré con sus ojos azulados que parecieron preguntarme por que estaba tan abatido.<br />-Estoy bien, solo me preguntaba cómo era mi madre, no recuerdo nada sobre ella.-Dije llevando las manos a los bolsillos de mi pantalón. <br />Mi tía dejó a su pequeño en el suelo y Alex caminó hacia su padre con andares inseguros, Naiara se froto las palmas de las manos como si en ellas hubiera sudor y me miro directamente a los ojos.<br />-Era una mujer muy hermosa, tenia tus mismos ojos y el cabello dorado como tu hermana, pero ante todo, sentía una gran devoción por sus hijos.-Dijo mirando hacia mi padre. –Sentimos mucho su desaparición, espero que volvamos a verla muy pronto.-Añadió al final.<br />Era lo único que sabia de mi madre, que había desaparecido hacía cincuenta y ocho años y nadie sabía de su paradero, para mi me resultaba imposible recordar como era, pero curiosamente lo único que podía recordar eran sus manos acariciando mis cabellos cuando apoyaba mi cabeza en su regazo.<br /><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="http://4.bp.blogspot.com/_NlSGUWambJQ/TD8JfX2dB9I/AAAAAAAAAEg/guE2qfHn8Zs/s1600/madrebrandom.jpg"><img style="display:block; margin:0px auto 10px; text-align:center;cursor:pointer; cursor:hand;width: 400px; height: 244px;" src="http://4.bp.blogspot.com/_NlSGUWambJQ/TD8JfX2dB9I/AAAAAAAAAEg/guE2qfHn8Zs/s400/madrebrandom.jpg" border="0" alt=""id="BLOGGER_PHOTO_ID_5494120504998299602" /></a><br />A mi padre no me atrevía a preguntarle, siempre mostró una gran tristeza cuando hablaba de ella, a lo que un buen día dejé de hacerle preguntas sobre mi olvidada madre.<br />A mi hermano mayor nunca pareció interesarle donde estuviera nuestra madre, tampoco la recordaba con la claridad que mi tía y mi padre lo hacían.<br />-¿Dónde está Estefi?.-Preguntó el esposo de mi prima mientras se acercaba hacia nosotros.<br />-Me temo que está algo ocupada terminando de disecar un cadáver.-Dije amargamente cuando recordé haber arrebatado la vida de aquella joven. Sonrió abiertamente y sus pupilas se tornaron a un color oscuro.<br />Salió por la puerta para reunirse con su esposa mientras que Naiara me dedico una sonrisa torcida cuando vio en mi mente el ataque frenético que había tenido hacia unos minutos.<br />-No te preocupes Brandom, a todos se nos ha ido la mano alguna vez.-Dijo intentando cambiar mi estado de ánimo.<br />-No tía, a mí se me ha ido por que yo he querido.-Contesté intentando disimular mi error.<br />-Por supuesto, discúlpame e de regañar a Evelyn. ¡Maldita sea!.-Gritó agarrando sus vestidos en un puño mientras caminó con pasos acelerados hacia mi pequeña prima.<br />Al llegar aquella alargada mesa de madera, mi tía cogió por el brazo a Evelyn que estaba justo delante de un sabroso cuenco plateado metiendo el dedo índice y llevándoselo a los labios para lamerlo.<br />-¡Eso no son modales Evelyn!.-Gritó entre dientes mientras la alejaba de la mesa.<br />Varios invitados observaban como Naiara arrastraba a su hija consigo hasta donde estaba su marido Michael, que parecía estar echándole una buena reprimenda.<br />Sonreí mientras caminé hacia la puerta para llegar a la entrada principal, abrí la puerta de la mansión y Dorothy se apresuró a hacerlo por mí.<br />-¡Déjeme a mi señor!.-Gritó con una sonrisa sofocada.<br />-Tranquila Dorothy, sólo voy a tomar el aire vuelve por si se les ofrece algo a los invitados por favor. –Dije apartando su mano con suavidad.<br />La sirvienta inclinó su cabeza cuando escuchó lo que le ordené y desapareció de la entrada para dirigirse al salón principal.<br />La puerta chirrió la abrí y una corriente de aire fresco revolvió mis cabellos oscuros.<br />La noche estaba cerrada y los grillos comenzaron a canturrear una canción que era ensordecedora para mis oídos sensibles, eché un vistazo a el cielo y husmeé el aire para averiguar si estallaría otra tormenta, pero no había nubes estaba completamente raso y estrellado.<br />La imponente luna iluminaba todo el jardín y la hermosa fuente del sauce llorón, bajé las escaleras de la entrada para dirigirme hacia ella y una vez allí, me senté para hundirme en mis pensamientos.<br />-Liz…-Susurré a mi mismo.<br />Su nombre hacía que en mi interior se removieran toda clase de sentimientos descontrolados, amor y deseo, una mala combinación pero que sin duda era un riesgo que tenia que correr.<br />Había tomado mi decisión de protegerla hasta que la muerte la alcanzara, ¿pero que había de mis sentimientos?, ¿y qué había de los suyos?, amarnos en silencio hasta el final sin que ninguno de los dos lo pudiera decir en voz alta.<br />Realmente me torturaba a mi mismo pensando en esta clase de cosas extrañas que me sucedieron desde el primer momento en que la vi, pero me llenaba de felicidad sentir que en este cuerpo habían sentimientos por una criatura humana con nombre propio; Elizabeth Jenzen.<br />-Otra vez esa estúpida humana.-Dijo una voz acompañándola con una carcajada.<br />Gire la cabeza hacia mi lado derecho y Near avanzaba hasta la fuente bebiendo de su copa de cristal . Le fulminé con la mirada e hice caso omiso a su presencia. –He visto lo que le has hecho a esa pobre muchacha, te sería igual de fácil acabar también con tu amiga, la humana. –Dijo volviendo a dar un sorbo de su copa.<br />Cerré mi mano en un puño y mi pierna izquierda parecía tener un tic nervioso, no quería enfrentarme de nuevo a mi hermano pero me lo estaba poniendo demasiado fácil.<br />-¿Por qué no vuelves a la fiesta y me dejas tranquilo Near?.-Le sugerí.<br />-Oh vamos, solo quiero disfrutar de tu compañía hermano.-Dijo dándome una palmada en la espalda cuando se sentó a mi lado.<br />-Si para ti disfrutar de mi compañía significa atacarme con tus palabras, más te vale que te vayas por dónde has venido…hermano. –Contesté duramente.<br />Near aguantó mi mirada sin decir palabra y después de un largo minuto de silencio dejó su copa descansando a su lado.<br />Era evidente que quería introducirse en mis pensamientos para después atacarme con sus palabras hirientes, pero no consiguió ver nada dentro de mi cabeza.<br />-Me pregunto, si ya le has revelado a tu amiga lo que somos.-Dijo entrelazando los dedos de sus manos.<br />-No.-Conteste rotundamente.<br />-¿En serio?.-Dudó.-Creía que el amor entre dos seres se basaba la mayor parte en la confianza mutua.- Dijo con aire despreocupado.<br />-No sé de qué estás hablando Near.-Contesté desinteresado.<br />-Te diré de lo que estoy hablando hermano. En el amor no hay secretos, y en el caso de que quisieras contarle la verdad sobre lo que eres, ella te odiara viéndote como el devorador de hombres.-Sonrió.<br />Me levanté de un brinco tomando a Near por el cuello de su camisa oscura, apreté los dientes con furia sin dejar de mirar sus ojos inyectados en sangre.<br />Sabía perfectamente que aquello era la pura realidad de mi destino, en cierto modo tenía toda la razón pero odiaba saber que mi hermano estaba al tanto de lo que consistía el verdadero amor y del precio que tenía que pagar si le contase a Liz lo que en realidad soy.<br />-Como te he dicho antes, no podemos fingir lo que no somos Brandom, deja de actuar como un humano y piensa como un vampiro. –Dijo liberándose de mis garras aferradas a su camisa.<br />Mi respiración agitada hizo que otra vez perdiese el control, me había propuesto no enfrentarme a mi hermano y estaba haciendo justamente lo contrario, actuando de esta manera el podía pensar que todo lo que decía me afectaba, y en efecto así era.<br />Liberé su camisa dejando las palmas de mis manos en el aire mientras que iba recuperando mi respiración, mi hermano alisó con sus manos las arrugas de su camisa oscura y acto seguido pasó una mano por sus cabellos rojizos.<br />-Tienes razón.-Mentí.-Déjame solo.-Le pedí con el fin de que se marchase.<br />Una sonrisa satisfecha dibujaron sus labios, se levantó recogiendo su copa y se dirigió hacia la entrada con andares de victoria.<br />Odiaba que Near tuviera razón pero mi decisión de proteger y de ocultar la verdad a Liz seguía firme, no iba a permitir que se acercaran a ella para nada, existía la posibilidad de morir por esa osadía pero como siempre me decía, era un riesgo que tendría que correr aunque mi vida inmortal se fuera en ello.<br /><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="http://1.bp.blogspot.com/_NlSGUWambJQ/TD8K3aqu3tI/AAAAAAAAAEo/XaEm6321_qs/s1600/PENSANDO.jpg"><img style="display:block; margin:0px auto 10px; text-align:center;cursor:pointer; cursor:hand;width: 400px; height: 267px;" src="http://1.bp.blogspot.com/_NlSGUWambJQ/TD8K3aqu3tI/AAAAAAAAAEo/XaEm6321_qs/s400/PENSANDO.jpg" border="0" alt=""id="BLOGGER_PHOTO_ID_5494122017582931666" /></a>Vanessahttp://www.blogger.com/profile/18211605774561015566noreply@blogger.com7tag:blogger.com,1999:blog-6811715489441076594.post-38501596692265779182010-07-06T09:19:00.000-07:002010-07-06T09:53:30.915-07:00Capítulo 14-Fiesta ProhibidaCrucé la cocina y caminé por el pasillo que conectaba con la entrada principal, pasé por delante de las escaleras para entrar en el salón, la música seguía sonando en toda la mansión y cada vez que me iba acercando escuchaba los murmullos más cercanos. <br />Oculté mis manos en mi pantalón grisáceo e irrumpí en el salón, decenas de caras me miraron en ese momento, segundos después alguna que otra sonrisa.<br />En la estancia habían caras conocidas, como por ejemplo la hermana de mi padre Naiara, una hermosa mujer de pelo negro y laceo. Vestía con un vestido rojo metalizado a juego con una gargantilla de diamantes ajustado a su cuello de cisne, en sus brazos estaba su hijo pequeño, Alex.<br />Un pequeño de cinco años de edad, en realidad debería de tener cientos, pero se conservaba eternamente joven. Sus ojos rojos hacían juego con los de su padre, Michael, el esposo de Naiara.<br />Naiara clavó sus ojos azules intensos en los míos mientras se acercaba a darme un cariñoso abrazo.<br />Michael su esposo, tenía sus pálidas manos escondidas detrás de su espalda y me dedico una amplia sonrisa, su perilla pareció estirarse cuando hizo tal gesto cosa que me pareció gracioso y le devolví la mía estrechando afablemente su mano.<br />-¡Cuidado!.-Se quejó.-Un día de estos me romperás la mano.-Bromeó.<br />Miré por encima de su hombro girando mi cabeza y vi a Evelyn que me miraba tímidamente.<br />Evelyn era la hija de mis tíos, Michael y Naiara, y por supuesto la hermana mayor de Alex, era pálida y fría como el hielo, su cabello era castaño y laceo como el de su madre, y sus ojos del color de la sangre.<br />Vestía con un vestido oscuro de raso ceñido hasta la cintura, y sus manos estaban ocultas por unos guantes de la misma tela que le llegaban hasta los codos, la sonreí abiertamente y me devolvió la suya. Evelyn tenía unos catorce años, y era tan tranquila que parecía que no estaba allí.<br />-Hola señorita.-La saludé tomando su mano y besando la base de esta.<br />Mi pequeña prima pareció ruborizarse y comenzó a bailotear sin mover los pies de la alfombra que teníamos justo debajo.<br />Un rostro preocupado me miró desde el otro lado del salón, torcí mi sonrisa y dejé que mi hermana leyera mis pensamientos para tranquilizarla, dio un suspiro de alivio cuando pudo ver en ellos que Estefi no vio nada mas allá de mis pensamientos.<br />Alisé mi chaleco con las palmas de las manos mientras me dirigía hacia ella , sostenía una copa de cristal y se la acercó a los labios para dar un sorbo, justo después la dejó encima de una mesa alargada donde se podía ver un cuenco plateado lleno de sangre y varias copas medio vacías que los invitados iban acumulando.<br />Mary acarició nerviosamente con sus dedos un lazo de seda de color de la sangre que llevaba ajustado al cuello, sus ojos se dirigieron en todas direcciones cuando estaba frente a ella.<br />-¿Cómo has podido?.-Preguntó casi en un susurro.-¿Te das cuenta del lio en que te meterás si padre descubre que fuiste a ver a la humana?.-Dijo realmente preocupada.<br />Miré hacia el lado derecho del salón donde una mujer de ojos verdosos me sonreía y alzaba su copa en modo de saludo, sonreí indiferente y mis ojos se encontraron con la mirada preocupada de Mary.<br />-He tomado una decisión, permaneceré al lado de Liz, sé que mi deber es estar a su lado y protegerla de nuestra especie.-Dije.<br />-La amas Brandom, eso es lo que te empuja a protegerla, pero si lo haces el que correrá peligro serás tú.-Contestó con un hilo de voz.<br />Suspiré amargamente hacia un lado y volvi a encontrarme con los ojos de mi hermana.<br />-No importa lo que a mí me pueda pasar, no sería tan terrible comparado con el daño que pudieran hacerla, solo entonces sufriría.-Dije cerrando la mano en un puño.<br />Mary notó mi respiración agitada y frotó mi brazo con cariño pidiéndome calma.<br />-Está bien, yo te voy ayudar.-Dijo.-Pero…primero debemos pensar en algo.<br />¿Ya se te ha ocurrido contarle a Liz lo que somos?.-Preguntó.<br />Su pregunta hizo que reaccionase de momento y un nudo se me creo la garganta.<br />-Eso es algo que jamás me he planteado, yo estaré a su lado, pero desde las sombras, nosotros nunca podremos estar juntos, somos especies distintas y el riesgo de matarla es muy alto.-Dije mordiéndome el labio. -No puedo mirarla como mi pareja, aunque reconozco que lo anhelo y lo deseo con todas mis fuerzas.<br />Negué con la cabeza y otro suspiro salió de lo más profundo de mi ser cuando pensé por un momento que Liz podría conocer algún humano, casarse y tener hijos como hacen el resto de las personas, yo estaría ahí, para ella, pero jamás estaría ella para mí.<br />Una voz interrumpió mis pensamientos amargos y dediqué una media sonrisa a mi padre que venía hacia a mí con los brazos abiertos, Mary agachó su mirada antes de desaparecer de mi vista y aquella misteriosa mujer de ojos verdosos caminó hacia a mí junto con mi padre.<br />-Hijo.-Dijo esbozando una sonrisa mientras me daba una palmada en la espalda.-Te presento a Christine Adams. <br />Mi padre tomó la mano de aquella mujer y ésta hizo una reverencia con su cabeza, sus rizos de color castaño le caían por la nuca ligeramente, cuando alzó sus ojos para encontrarse con los mios se ruborizó.<br />-Es un placer conocerle.-Dijo amablemente.<br />-El placer es mío señorita Adams.-Contesté tomando su cálida mano.<br />Se podía percibir que era humana, y al juzgar por sus pensamientos sabía lo que éramos, y no era de extrañar, mi padre organizaba fiestas para acoger a un nuevo miembro en nuestro clan.<br />Miembros que no tenían nada en su vida humana y deseaban tener otra completamente distinta, una vida eterna a cambio de servir a mi padre por toda la eternidad.<br />Todas aquellas personas que mi padre reclutaba las tenia esparcidas por Rumania, Transilvania, Inglaterra y Londres.<br />La misión de las mujeres era atraer victimas para después, ofrecérselas a mi padre, de esta manera mi padre no se molestaba en salir de caza, la bodega siempre estaba repleta de sangre para todo el año. Y la misión de los hombres se trataba de proteger los territorios que eran de mi padre, la última batalla en la que intervenimos fue en Alemania hacía ya casi doce años.<br />Cazábamos muy habitualmente puesto que no teníamos a muchos de nosotros, aquello era un caos, cientos de personas con armas rondaban la ciudad día y noche no teníamos demasiado tiempo para alimentarnos, pues algunos quedaron moribundos y otros pasaron automáticamente a la transformación a través del virus que llevamos en nuestra sangre<br />Poco a poco se fue creando un fuerte clan que impidió que nos quedáramos con nuestro territorio, perdimos el poder y mi padre decidió aumentar las defensas en la familia.<br />-Es un honor poder formar parte de esto.-Dijo aquella joven de ojos verdosos.<br />-Si me disculpáis.-Dije con el fin de escapar de allí antes de que mi padre dijera algo que no quería escuchar.<br />Christine cruzó la mirada con la de mi padre antes de que yo les diera la espalda, una mano helada me tocó el hombro, cuando me detuve a mirarla en su dedo descansaba un anillo dorado con una perla rojiza, fruncí el ceño y mi padre se puso frente a mí.<br />-¿Qué aroma tan jovial verdad?. Disfruta de ella, tienes el poder para hacer lo que quieras, el mundo en nuestro, saborea cada momento y no te prives de nada hijo.-Dijo dándome una palmada en el brazo.<br />Cuando desapareció, apreté mis ojos con fuerza, me estaba dominando el deseo incontrolable de beber la sangre que corría a toda velocidad por sus venas, no era la primera vez que quitaba una vida humana para darle una nueva, pero esta vez estaba completamente descontrolado.<br />Giré sobre mi mismo encontrándome con aquella indefensa joven, ahora todas las humanas que veía ante mi eran Elizabeth Jenzen.<br />No deseaba nada mas en este mundo que rozar su piel y acariciar sus labios con los míos, notar su palpitante corazón encima de mi pecho y acariciar cada curva de su cuerpo perfecto.<br />Ese aroma a sangre que desprendía la humana que tenía ante a mi me ponía frenético, caminé hacia a ella con pasos acelerados y ésta jugueteaba con uno de los mechones de su nuca, su corazón palpitaba aceleradamente cuando estuvimos cerca el uno del otro.<br />-Me encantaría que lo hicieses tú. –Dijo mordiéndose el labio inferior.<br />No me pareció que estuviese aterrada con la idea de la conversión, es más parecía de lo más encantada, en su mente pude ver que me deseaba al igual que yo, pero no de la manera en la que desean los humanos, yo deseaba beber cada gota de su vida.<br />La tomé por la cintura y la fui llevando hasta la puerta más cercana que teníamos para salir, Christine apoyó sus manos en mi pecho maravillada, cruzamos la puerta para meternos en la sala de estar y allí la tomé en mis brazos rasgando su vestido de color azul celeste.<br />Christine pasó sus manos alrededor de mi cuello y estampó sus labios con los míos, su respiración acelerada hizo que la besara con furia , me liberé de uno de sus brazos y llevé mis labios helados hasta su muñeca donde mis afilados dientes se hundieron en aquella carne cálida.<br />Christine dio un gemido en el aire y se desvaneció lentamente en el suelo sin dejar de mirar como succionaba su sangre caliente, hizo varios intentos en liberarse pero tenía su brazo aferrado en mis manos.<br />La sangre corría por mi garganta y activaba todos mis nervios, sentí como el cuerpo de Christine abandonaba y se entregaba a mí por completo, no había nada que me produjera más placer que devorar una vida humana.<br /><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="http://4.bp.blogspot.com/_NlSGUWambJQ/TDNfQwbLrJI/AAAAAAAAAEQ/ccJide0NmjQ/s1600/DODO.jpg"><img style="display:block; margin:0px auto 10px; text-align:center;cursor:pointer; cursor:hand;width: 324px; height: 299px;" src="http://4.bp.blogspot.com/_NlSGUWambJQ/TDNfQwbLrJI/AAAAAAAAAEQ/ccJide0NmjQ/s400/DODO.jpg" border="0" alt=""id="BLOGGER_PHOTO_ID_5490837112176225426" /></a>Vanessahttp://www.blogger.com/profile/18211605774561015566noreply@blogger.com6tag:blogger.com,1999:blog-6811715489441076594.post-59518445370598318782010-06-20T08:04:00.000-07:002010-06-20T09:03:45.970-07:00Capítulo 13-La DecisiónEntré a mi dormitorio con una toalla descansando en mi cuello era de color blanco y tenía grabado la letra principal de nuestro apellido, cerré la puerta detrás de mí y me dispuse a secar con ella mi melena oscura. Después de que permaneciera bajo la lluvia, me acababa de dar un baño de agua fresca y preparándome para la fiesta que daría mi padre esta noche. No dejaba de pensar en aquella misteriosa joven y en su misteriosa visita, sabía con certeza que no solo había venido a preguntar cosas sobre mi caballo, había algo más en ella que no pude averiguar cosa que me ponía demasiado nervioso, intenté dejar esos pensamientos a un lado para centrarme en la imagen de un ser hermoso, un ser latiente y delicado que me quitaba el sueño, si lo tuviera desde luego.<br />Pasé la toalla por mi pecho desnudo y quise comprobar algo que nunca sucedería, llevé la mano derecha hasta donde estaría mi corazón, pero no hallé latidos, solo un golpeteo constante y casi insonoro. No había vida en mi cuerpo, pero sin embargo vivía gracias a la sangre humana y animal, sin la sangre, que es indispensable para nosotros, nos deterioraríamos en cuestión de horas solo entonces, podríamos morir. Al beber la sangre de un humano, le arrebatas su fuerza vital y es así como nos hemos ido manteniendo con el paso de los años.<br />Di un suspiro de frustración y arrojé la toalla sobre mi cama, gotas de agua corrían por mi espalda, caminé hacía el armario de color cerezo y abrí sus puertas de par en par. No me quedé demasiado tiempo pensando en que iba a ponerme, seleccioné un traje gris oscuro, con una camisa blanca que iría debajo de un chaleco abotonado al pecho.<br />Fui hasta un espejo ovalado sujeto por unas patas de madera para anudar la corbata de color gris que llevaba enroscada a mi cuello, aparentemente parecía humano, así era como me veía Liz…como una mentira. Aparte mis ojos del espejo y dejé de juguetear con el nudo de la corbata, tuve la tentación de golpear aquella imagen que mostraba algo que no era. La garganta me ardía, no había bebido en unas horas y mi sistema inmunitario ya me estaba reclamando que lo hiciera pronto si no quisiera sufrir las consecuencias. Eché una última mirada al espejo ovalado para comprobar mis cabellos, aún estaba mojado y algo alborotado, pasé una de mis manos por ellos y lo dejé tal como estaba.<br />Salí por la puerta y me topé con mi hermana, en su pálida mano llevaba una copa de cristal con grabados y en su interior un liquido de un color rojo humeante.<br />-Toma, bebe, no tienes buen aspecto Brandom.-Dijo Mary con media sonrisa.<br />Al parecer sintió mi necesidad de sangre y acudió en cuanto me vio demacrado.<br />-Estoy bien Mary, no tienes por que preocuparte tanto.-Le dije mientras estiraba el cuello de mi camisa.<br />-No me preocuparé a no ser que no te bebas esta copa.-Dijo estirando su mano para que la tomara entre las mías.<br />Sonreí y ella me devolvió la suya cuando vio que la acercaba a mis labios. Las aletas de mi nariz se hincharon cuando sentí la sangre correr por mi garganta, miré a mi hermana y en sus ojos podía ver que ya estaba más tranquila, pasé la lengua por mis dientes y sonreí ocultándolos.<br />-Gracias Mary, ya me encuentro mucho mejor.-Le agradecí.<br />Mi hermana cogió la copa de entre mis manos y torció su sonrisa angelical.<br /> -Voy a prepararme, te veré abajo.-Dijo pasando su fresca mano por mí rostro.<br />Asentí con la cabeza y le devolví su esplendida sonrisa.<br />Mis ojos siguieron sus pasos cuando caminó por el largo corredor para ir a su dormitorio, corrí para ponerme a su lado y la tomé por el brazo, Mary me miraba con ojos asustados esperando que le contara lo que estaba ocurriendo.<br />-Mary, escucha atentamente.-Dije en un susurro.-Tengo que salir, si alguien pregunta por mí les dices que fui a buscar a Estefi, salió de caza sola.-Le dije mientras miraba a mi alrededor.<br />Mi hermana frunció el ceño y miró por encima de mis hombros para comprobar que no había nadie cerca que nos pudiera escuchar.<br />-Pero en realidad no vas a buscarla, ¿estoy en lo cierto?.-Dijo muy segura de sus palabras.<br />Asentí con la cabeza mirando fijamente sus ojos preocupados.<br />-Tengo que ir a ver a Liz. -Dije.<br />-No Brandom…que….-Se apresuró a decir.<br />Siseé por un segundo cuando escuche que alguien bajaba por las escaleras, cogí a mi hermana por el brazo y abrí la puerta de su dormitorio para que no nos sorprendieran hablando de algo que no le iba a gustar a mi padre.<br />-Escúchame, tú solo tienes que decir que fui a buscar a Estefi, intenta que no entre en tu mente o descubrirá que le has mentido.<br />Mary me miraba más confusa que antes, pero no había tiempo para explicar el por qué tenía que salir inmediatamente a verla, mi padre tramaba algo y tenía que actuar rápidamente.<br />Me dirigí a las escaleras y bajé por ellas a toda velocidad, mi padre se encontraba en la entrada hablando alegremente con August el mayordomo, aminoré mi paso y pase las manos por mi chaleco para alisar unas pequeñas arugas que este llevaba. <br />Mi padre cruzó su mirada con la mía y esbozó una amplia sonrisa, le saludé con la cabeza y me dirigí a la puerta trasera para salir al exterior.<br />La noche había entrado rápidamente en Londres, la lluvia había cesado y el aire fresco traía el aroma de todas las flores del jardín, fui hasta el cobertizo y la puerta chirrió al abrirla, me pareció que Fenix sonrió en ese momento, acaricié con suavidad el lomo y con la mano que me quedaba libre desaté las riendas con rapidez.<br />-Tranquilo chico, vamos a dar un paseo.-Dije casi en un susurro.<br />Tiré de las riendas suavemente al exterior hasta conseguir que Fenix saliera del cobertizo, cerré la puerta y eché una rápida mirada a la puerta trasera de la mansión, quería asegurarme de que nadie me había visto salir. Rodeé la casa con Fenix siguiendo mi paso, al llegar a la verja de la entrada principal dudé por un segundo si lo que estaba haciendo estaría bien o mal, en cualquier caso me daba lo mismo, abrí la verja e hice que Fenix saliera al exterior.<br />Una vez fuera monté sobre mi caballo oscuro y emprendí al galope por el largo camino de tierra dejando una polvareda detrás de mí, necesitaba ver a Liz, sentía la necesidad de ver su rostro aniñado, sus mejillas sonrojadas cuando la tenía frente a mí, su palpitante corazón latiendo aceleradamente cuando rozaba su cálida piel, su voz acompañada de un aliento suave y fresco como el viento que ahora comenzaba a envolverme.<br />Otra vez esta sensación cálida dentro de mi pecho, negué con la cabeza y golpee con el talón el lomo de Fenix para que corriera lo más rápido posible, a lo lejos, me pareció divisar una silueta de mujer, no le di demasiada importancia y continué con mi camino sin mirar nada más.<br />Me quedaba poco tiempo para pensar en que iba a decirle, como me iba a presentar allí, o tal vez corría el riesgo de que no hubiera nadie en casa, en cualquier caso tenia que intentarlo, la decisión que había tomado debía de mantenerla, acabar con todo los lazos que me unían a ella, dos personas de diferentes mundos no podrían acabar bien. <br />Unas luces se divisaron a lo lejos, significaba que en su interior había alguien a si que no esperé más, crucé la valla de madera y di un salto del caballo con las riendas en la mano, las até a un árbol cercano dentro de la propiedad de los Jenzen y me quedé sin argumentos cuando estaba frente a la casita blanca.<br />Aspiré profundamente y alise mi chaleco con las palmas de las manos, poco después las cerré en un puño y avancé hacia la entrada principal con el paso tan acelerado como mi respiración. Subí por las escaleras del porche hasta ponerme frente a la puerta. Alcé mi mano derecha para golpear en ella con mis nudillos pero entonces escuche las risas de una niña y no quise interrumpir ese momento. Sentí curiosidad y con sigilo me asomé por una ventana que estaba situada al lado derecho de la puerta principal, las cortinas de color blanco estaban echadas pero se podía ver con claridad el interior de un acogedor salón con los miembros de una familia.<br />Mis ojos se centraron en aquel ángel de cabellos dorados y sonrisa celestial, jugaba hacer cosquillas a su pequeña hermana y a poner caras raras pero me resultaba igual de hermosa, una mujer de gafas redondeadas llevaba una bandeja de color plateada sobre su mano, la dejó descansar sobre una mesa de madera gastada, y el señor que estaba sentado alegremente en un sofá de color beige observaba a sus dos hijas como se abalanzaron sobre la mesa a beber un vaso de leche caliente con unos bollos de azúcar. <br />Me pareció algo maravilloso poder observar el comportamiento humano, la vida en familia, sentí un nudo en mi garganta e intente aclarármela, estaba presenciando un acontecimiento que yo nunca podría aspirar y mucho menos a tener.<br />Me aparté de la ventana y apoyé mi espalda contra la pared, cerré los ojos con fuerza y me llevé el dedo pulgar e índice hasta mis ojos, no tenía el valor suficiente para deshacerme de Liz, había llegado hasta aquí por una razón, pero lo cierto es que después de haberla visto todo lo que había pensado se desvaneció al contemplarla. <br />Si le hubiera dicho que no querría volver a verla nunca más eso no solucionarían las cosas, seguiría estando en el punto de mira de mi padre, hubiera cometido un error, mi deber era protegerla de mi especie, mi deber era amarla hasta que dejara de existir.<br /><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="http://4.bp.blogspot.com/_NlSGUWambJQ/TB47fiNlGxI/AAAAAAAAAEA/I60U_Z--GjM/s1600/branven.jpg"><img style="display:block; margin:0px auto 10px; text-align:center;cursor:pointer; cursor:hand;width: 299px; height: 400px;" src="http://4.bp.blogspot.com/_NlSGUWambJQ/TB47fiNlGxI/AAAAAAAAAEA/I60U_Z--GjM/s400/branven.jpg" border="0" alt=""id="BLOGGER_PHOTO_ID_5484886809129589522" /></a><br />Solté el aire que había tomado antes de echar un último vistazo por aquella ventana, al asomarme lentamente el rostro de Liz me sorprendió, sus labios estaban despegados y su ceño fruncido por la confusión. <br />Llevé el dedo índice hasta mis labios para que no dijera nada, cosa que entendió, se levantó de su mesa pero negué con la cabeza, en ese momento su padre se levantó del sofá para dirigirse hacia la mesa, me aparté rápidamente de la ventana y unos pasos acelerados avanzaron hacia la puerta, moví mis ojos a toda velocidad a un conjunto de flores que tenían los Jenzen en su pequeño jardín.<br />Corté por el tallo una hermosa rosa de color rojo intenso y la dejé descansando en el porche justo frente a la puerta.<br />Segundos después desaparecí en la oscura y fresca noche sin apartar los ojos de la entrada, pude ver como alargó su mano y rescató del suelo aquella rosa, su sonrisa mirando hacia la oscuridad de la noche me dejaba sin aliento, sin duda, esa sonrisa era para mí.<br />-Te quiero Brandom…-Dijo en un susurro tan bajo que me costó escucharlo.<br />Nunca había sentido el amor que un humano pudiera llegar a tener por otro ser, me hacia sentir especial, me sentía vivo.<br />-Yo también te quiero Liz.-Contesté.<br />Aunque no lo pudiera escuchar, contesté con una sonrisa y el corazón en llamas.<br />De vuelta a la mansión, me preguntaba si habían notado mi ausencia, intente por todos los medios no crear un vinculo que pudieran penetrar en mis pensamientos, aunque bastaba solo que me mirasen los ojos para comprobar que había vuelto a ver a esa pequeña humana.<br />Al llegar a la verja de la entrada, bajé de mi caballo oscuro sujetando con una mano las riendas, la primera letra de nuestro apellido se abrió de par en par cuando quité las gruesas cadenas mientras que unos andares femeninos se dirigieron a mi encuentro.<br />-¿Disfrutaste de tu paseo nocturno querido primo?.-Dijo Estefi con las manos ocultas tras su espalda.<br />Crucé la verja con Fenix y se ofreció a cerrar mientras clavaba sus ojos de fuego en los míos sin dejar de sonreír.<br />-Sí, me ha venido muy bien, ¿acabas de llegar?.-Pregunté con interés.<br />Pestañeó maravillada y sonrió entre dientes.<br />-¿Estabas preocupado por mí?.-Preguntó jugando con uno de sus mechones rojizos.<br />Estaría mal si le dijera que no me importaba en absoluto, pero tenía que mentir, me aclaré la garganta y eché un rápido vistazo a los ventanales de la mansión, las luces estaban encendidas y dentro de ella se escuchaba una melodía musical.<br />-Sí claro, salí a buscarte, ¿no te lo dijeron?.-Pregunté aparentemente preocupado.<br />Estefi sonrió y cogió las riendas de mi caballo para dirigirse al cobertizo, su vestido de color azul celeste se unió a sus andares y sin mirar hacia atrás soltó una pequeña risita.<br />-Me lo dijo Mary, después de que yo te viera en el camino.-Dijo alzando su voz.<br />Mi respiración se agitó, sabía que aquella figura de mujer me resultaba familiar pero hice caso omiso, corrí para ponerme a su lado e intenté no mostrar mi nerviosismo. <br />-Lo siento, no te vi en ese momento.-Me disculpé.<br />-Está bien.-Dijo sonriendo.-Ya me ocupo yo de tu caballo, será mejor que entres los invitados están esperando.-Dijo desapareciendo dentro del cobertizo.<br />Intenté estudiar su mente pero no hallé nada de lo que pudiera preocuparme, al parecer no me siguió, pero tampoco creía que hubiera salido con el fin de buscarla, su mente creía que hubiera ido a ver a Liz, y realmente estaba en lo cierto pero no tenía ninguna intención de preguntármelo.<br />Dí un suspiro largo y corrí hasta las escaleras de la puerta trasera, la abrí y Dorothy estaba en la cocina con dos personas más de la servidumbre, hablaban en voz baja y cuando me vieron irrumpir en la cocina Dorothy se apresuró a encontrarse conmigo.<br />-¡Mi niño Brandom!-Gritó al verme.-No puede irse así sin decir nada, ¿ha ocurrido algo?.-Preguntó asustada.<br />-Tranquila Dorothy todo está bien, solo salí a buscar a mi prima.-Contesté mirando al resto de la servidumbre.<br />-Hay señor, no puede salir solo por las noches, Margarite salió al pueblo hacer unos recados, y pudo escuchar que las autoridades están por los alrededores intentando dar caza a….-Se llevó una mano a labios para no decir algo que era completamente cierto.<br />-A él asesino, lo sé Dorothy.-Dije amargamente aflojando el nudo de mi corbata.<br />Dorothy tomó mis manos y las acarició con cariño.<br />-Mi niño, usted no es un asesino, solo se alimenta de lo que su cuerpo le permite, al igual que nosotros nos alimentamos de la carne de los animales, seríamos asesinos también pero no lo somos.-Dijo Dorothy acariciando mi pálida mejilla.<br />-Eso no es así, acabar con la vida humana es un delito castigado con la horca.-Dije pasando una mano por mis cabellos oscuros.-Pero tranquila Dorothy, voy a estar bien, no te preocupes más.-Dije con una sonrisa amarga al final de la frase.<br />Me miró con preocupación y froté su brazo con cariño, realmente era como una madre para mí, tenía ese amor que solo una madre podría tener por sus hijos, era una lástima que no pudiera decir algo parecido de mi padre.<br />-Mi niño, le esperan en el salón principal.-Anunció Dorothy con un tono de voz más calmado.<br />Solté su brazo y le hice un guiño con el ojo a lo que ella respondió con una sonrisa.Vanessahttp://www.blogger.com/profile/18211605774561015566noreply@blogger.com10tag:blogger.com,1999:blog-6811715489441076594.post-60591939987531207582010-06-16T10:00:00.000-07:002012-02-22T09:06:06.109-08:00Capítulo 12-La visitaCarraspeé y sin dejar de mirarle torcí mi sonrisa.<br />-No sé a lo que te refieres padre, solo discutíamos acaloradamente.-Dije con el fin de que no siguiera preguntando.<br />Mi padre volvió a su postura liberando mi nuca, encuadré los hombros y alcé mi barbilla sosteniendo aquella mirada penetrante que volvía a tomar sus ojos.<br />-No intentes disimular conmigo hijo, sabes que lo he intentado todo por entenderte-Dijo volviendo a ocultar sus manos detrás de él.-Pasé por alto tu osadía de salvar aquella humana del accidente, pero no volveré a tolerar otra impertinencia más.-Dijo dándome la espalda para fijar la mirada en uno de los cuadros del largo corredor.-No estás aquí para cambiar el futuro de nadie, y desde luego tampoco para discutir con la familia.<br />Clavé mis ojos en los zapatos oscuros y se dió la vuelta para estudiarme el rostro con detenimiento.<br />-Fue casualidad que yo estuviera cerca el día del accidente, algo me impulsó hacerlo, no veo que tenga nada de malo y que sea un motivo para discutir.-Dije lo más calmado posible.-No volví a establecer contacto con ella, ¿porqué no te preguntas quién provocó a que volviera aquí padre?.<br />-Pregunté frunciendo el ceño.<br />Mi padre caminó hacia a mí con pasos firmes y el pecho hinchado, en su mirada se podía apreciar un deseo que antes no había visto en él.<br />-¿Aún no lo entiendes?.-Preguntó dejando ver sus brillantes dientes.-El olor que desprenden, nosotros elegimos al humano, y tú volviste a ponerla a salvo, tus hermanos no te perdonaron que dejaras escapar tan exquisita cena.-Dijo esbozando una sonrisa siniestra.<br />Apreté mis manos en un puño y pudo ver en mis ojos la agonía que sufriría si perdía lo único que me importaba en este mundo, aún así intenté disimular calmando las facciones de mi rostro.<br />-Si atacamos también el Londres la gente acabará dándose cuenta, creo que un poco de precaución no nos vendría nada mal.-Dije caminando hacia delante.-Desde que estamos aquí, hemos acabado con doce personas, hay que andarse con cuidado.-Dije aclarándome la garganta segundos después. <br />Mi padre siguió mis pasos con zancadas largas para ponerse a mi altura, su vista estaba fija en la larga alfombra roja del corredor, me pregunté si estaría prestando atención a lo que le estaba diciendo, cosa que dudé.-Está claro que no podemos acabar con Liz Jenzen ya que su familia sabe que ha venido aquí más de una vez, asociarían su muerte con nosotros.-Mentí.<br />No podía permitir que la tocaran, sabía perfectamente que su familia no sabía nada de sus escapadas a mi casa, pero no tuve otra opción que mentir con tal de que mi padre renunciara a ella.<br />Mi padre se detuvo en ese momento mientras que yo seguía avanzando por el corredor, el pulso latía violentamente en mis sienes, podía notar como quería intentar introducirse en mis pensamientos cosa que le permití.<br />Me costó esfuerzo pensar en otra cosa para que pudiera ver que no le mentía, me detuve escondiendo mis manos en los bolsillos de mis pantalones oscuros y me di la vuelta para encontrarme con su mirada azulada.<br />-En ese caso, acabaríamos también con su familia.-Dijo alzando su barbilla.-Pero lo que quiero de esa joven no es su muerte.<br />Fruncí el ceño y me permitió ver lo que quería en realidad.<br />-¿Una de nosotros?.-Pregunté con una expresión de disgusto.<br />Mi padre esbozó una sonrisa dejando ver sus dientes y me hizo una señal con la cabeza para proseguir con nuestro paseo por el largo corredor.-¿Porqué, y para qué?.-Volví a preguntar.<br />La aletas de mi nariz se hincharon y tuve que hacer un esfuerzo para controlar mi respiración agitada, lo que pude ver en su mente me disgustaba.<br />-Hijo, seré franco contigo.-Dijo.-Quiero que sea uno de los nuestros para ti, considéralo un regalo. Es obvio que sientes algo por esa joven.-Añadió con una sonrisa sarcástica.<br />-Yo no siento nada padre.-Mentí.<br />-En ese caso, deshazte de ella pronto.-Dijo con el fin de dar por zanjado el tema.<br />Una de nosotros o matarla, ninguna opción me valía, pero Liz ya sabía demasiado había visto demasiado. Definitivamente este lugar no era seguro para ella y más aún sabiendo lo que mi padre pretendía, debía de hablar con ella para que no volviera aquí nunca más, ¿pero cómo?, ¿qué iba a decirle?.Aún no sabía cómo, pero no podía dejar que pasara más tiempo, tenía que actuar rápido y con los medios que hiciera falta para ponerla a salvo.<br />-Hemos llegado.-Anunció mi padre.<br /><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="http://1.bp.blogspot.com/_NlSGUWambJQ/TBp-gT1z7aI/AAAAAAAAADo/FMfgVaD_T-o/s1600/matthew_mcconaughey_lincoln_lawyer1.jpg"><img style="display:block; margin:0px auto 10px; text-align:center;cursor:pointer; cursor:hand;width: 300px; height: 400px;" src="http://1.bp.blogspot.com/_NlSGUWambJQ/TBp-gT1z7aI/AAAAAAAAADo/FMfgVaD_T-o/s400/matthew_mcconaughey_lincoln_lawyer1.jpg" border="0" alt=""id="BLOGGER_PHOTO_ID_5483834589823888802" /></a><br />Intenté borrar los pensamientos que se colapsaban en mi mente con el fin de que mi padre no pudiera penetrar en ellos.<br />Al abrir la puerta de la bodega, esta chirrió de tal manera que hizo daño a mis oídos sensibles, una fina corriente de olor a sangre me envolvió, pues aquí era donde la almacenábamos, mi padre torció su sonrisa y me invitó a ir delante.<br />Bajé por las escaleras de madera gastada que crujía a cada paso, mi respiración era acelerada, el dulce aroma que desprendía la bodega hacia que mi corazón latiera con furia, pero no tan intensamente como cuando me encontraba cerca de Liz, o cuando tan solo pensaba en ella, el sentimiento de amor hacia aquella frágil humana era mucho más fuerte que la sed ardiente.<br />La pequeñas ventanas estaban tapiadas con tablas de madera impidiendo que nada entrara en la bodega, ya fuera algún rayo de luz o el viejo polvo que empezaba a acumularse en los rincones de esta. <br />La estancia estaba llena de estanterías con recipientes de cristal y barro donde en su interior, habian litros y litros de sangre.<br />La bodega era la parte más fría y húmeda de la mansión, lo cual hacia que la sangre se mantuviera siempre fresca y lista para servir a unos devoradores chupasangres como nosotros.<br />Mi padre caminó hacia una de las estanterías, husmeó el aire y su dedo índice rozaba los recipientes intentando seleccionar uno que fuera de su agrado.<br />-¿Qué te parece si utilizamos esta para la fiesta de esta noche?.-Preguntó con los ojos cerrados sin dejar de husmear el recipiente.<br />Fruncí el ceño a la vez que mi olfato estudiaba cuidadosamente el aroma seleccionado e intentaba averiguar a qué se refería exactamente.-Me parece una buena elección padre.-Contesté.<br />Aspiré profundamente y sus ojos se clavaron en mí con una sonrisa satisfecha.<br />-¿Qué hay que celebrar?.-Pregunté mientras caminé hacia uno de los estantes observando la multitud de recipientes de barro que tenía justo enfrente de mí.<br />-Celebraremos lo orgulloso que está un padre de su hijo, y como tal que eres, quiero darte lo mejor, ofrecerte lo mejor…-Dijo ocultando sus manos tras la espalda con una amplia sonrisa.<br />Me sentí un miserable al oírle decir tales palabras, no merecía que me tratase tan bien, y él no merecía que le traicionase, pero por otra parte, tampoco podía traicionar a mi corazón, si es que se le puede llamar así a un depredador que devora la vida humana.<br />Caminó hacia a mí con pasos cortos pero firmes, su sonrisa estaba torcida hacia un lado y mientras iba avanzando podía verme reflejado en sus ojos azulados. –Deberías ponerte elegante esta noche, tengo preparada una sorpresa para ti.-Dijo.<br />Asentí con la cabeza manteniendo una postura firme y pasó por mi lado aspirando de nuevo el aire de la bodega.<br />-Hijo, creo que alguien viene a verte.-Anunció en el descansillo de la escalera.-Tienes razón, cuantas visitas en un solo día.-Dijo con una sonrisa sarcástica desapareciendo de la puerta de la bodega.<br />Fruncí el ceño y mis manos se cerraron en un puño, miré hacia las escaleras y me apresuré a subir por ellas, al cerrar la puerta detrás de mí no podía divisar a mi padre.<br />Un tintineo de campanas se escucharon en toda la mansión, me asomé por la delicada barandilla de madera, y vi a Dorothy que se apresuraba abrir la gran puerta.<br />Caminé por aquella esponjosa alfombra roja mientras que mi mano acariciaba la barandilla, mis pasos eran aún más acelerados, el olor que sentí era extraño, provenía de alguien que no era vampiro, era un olor humano.<br />No quise imaginar que Liz pudiera estar al otro lado de la puerta, aunque era inevitable que ese terrible pensamiento paseara por mi cabeza.<br />Bajé por las escaleras nerviosamente, parecía como si mis pies no tocaran los peldaños, al llegar al descansillo de esta, me apresuré bajar por las escalera central que estaba justo en frente de la inmensa puerta principal.<br />Fue entonces cuando aminoré el paso ocultando mis manos dentro de los bolsillos del pantalón, Dorothy echó una mirada hacia atrás encontrándose con mis ojos, en los suyos, podía apreciarse unas arrugas bien marcadas, me resultaba fascinante ver como los humanos envejecían con el paso de los años, en realidad me daba cierta envidia.<br />Dorothy, era una sirvienta de unos cincuenta y cinco años que había servido a mi familia desde que era prácticamente una niña, yo no tenía recuerdos de ella hasta bien entrado mis diez años de edad, era curioso, pero me resultaba imposible recordar a nadie, ni siquiera a mi madre, pero lo más curioso de todo era que a mi hermana, Mary, le ocurría exactamente lo mismo.<br />Dorothy era un encanto de mujer, para mí había sido como la madre que nunca tuve , y para nada sentía la necesidad de beber su sangre, al contrario, era como un vampiro más en la familia aunque en realidad fuese una simple humana.<br />El resto de la servidumbre también lo era, era una delicada selección que mi padre hizo cuando los contrato, le juraron lealtad y sobre todo, guardar el secreto de nuestra naturaleza.<br />A cambio, solo pedían un hogar donde guarecerse, ya que eran campesinos reclutados por mi propio padre y estos no tenían absolutamente nada, no es muy común que los humanos vivan en el mismo techo que los vampiros, pero mi padre sabía que teniendo humanos en la mansión trabajando para él nunca levantaría sospechas.<br />-Adelante Dorothy, abre la puerta.-Dije cuando llegué hasta ella.<br />En su cara había una expresión de preocupación, y pude leer con claridad lo que significaba, aguanté mi respiración y Dorothy asintió con la cabeza apartándose hacia el lado derecho de la puerta mientras que sus manos estaban nerviosamente entrelazadas.<br /><a href="http://www.glitter-graphics.com"><img src="http://dl.glitter-graphics.net/pub/2623/2623331aqzna054me.gif" width=358 height=410 border=0></a><br><a href="http://www.glitter-works.org" target=_blank></a><br />En ese momento me encontré cara a cara con una joven de pelo negro y laceo, su piel era de color moreno que nada tenía que ver con el color de piel de un campesino, y sus ojos rasgados de color castaño me miraban tímidamente.<br />-Buenas tardes señorita, ¿a qué se debe su visita?.-Pregunté intentando ver su rostro.<br />La joven parpadeó y se encontró con mis ojos esperando una respuesta.<br />-Me…soy Karisma…pasaba por aquí y he visto que…-Dijo la muchacha con apenas un hilo de voz.<br />Estudié con rapidez el cielo azulado y se había tornado a un gris oscuro cosa que me alegré enormemente, no me apetecía que entrara a la mansión, sería demasiado peligroso.<br />Fruncí el ceño y Dorothy desvió su mirada para encontrarse con la mía, carraspeé y salí por la gran puerta principal con el fin de que aquella muchacha me siguiera, bajé por las escaleras para dirigirme hacía la fuente del sauce llorón, liberé mis manos del interior de los bolsillos de mi pantalón oscuro para cruzarme de brazos, esperaba que me dijera algo más pero parecía muy tímida cosa que no me gustaba nada.<br />Su mente era tan cerrada que no me permitió que penetrase en ella y ver sus verdaderas intenciones o para que se había acercado hasta aquí, un escalofrío recorrió mi nuca mientras esperaba que Karisma articulase alguna palabra.<br />El viento azotó su larga melena y se llevó unos mechones detrás de su oreja, cruzó su mirada con la mía y sonrió tímidamente.-Lo…lo siento.-Comenzó a decir.-Lamento mi intrusión a su casa, pero le he visto en el festival y…he podido comprobar que tiene un caballo realmente hermoso.-Dijo controlando su respiración. -¿Es un pura sangre?.- Preguntó mirándome directamente a los ojos.<br />Torcí mi sonrisa y volví a ocultar mis manos en los bolsillos.<br />-Así es, lo encontré hace unos años en un cobertizo abandonado, Fenix es un caballo extraordinario.-Contesté torciendo mi sonrisa al recordarlo.<br />Lo que no le había mencionado, es que fuimos de caza esa noche y arrasamos con toda vida animal que había en aquel cobertizo, pero cuando vi a Fenix supe que sería un buen compañero.<br />Fruncí el ceño y miré el rostro de aquella joven que me miraba con timidez, sabía que ocultaba algo mas pero me resultaba imposible verlo, desde que llegué a Londres nunca la había visto y desde luego tampoco la vi en aquel festival.<br />Un recuerdo hizo que algo dentro de mí se retorciera, ese recuerdo era la conversación que habia mantenido con Liz en el festival, estaba tan concentrado únicamente en ella que olvidé que hubiera más personas allí.<br />-¿Puedo verlo?-Preguntó una voz rompiendo mi recuerdo.<br />-No creo que sea una buena idea…-chasqueé los dedos intentando recordar el nombre que me había dado momentos antes.<br />-Karisma.-Se apresuró a decir ampliando su sonrisa.<br />-¡Karisma!.-Grité uniéndome a sus risas.<br />Me detuve y mire por encima de sus hombros hacía en ventanal, mi padre me observaba con una sonrisa torcida e hizo un gesto con su cabeza, parecía que esta vez no le incomodaba que mantuviera una conversación con una humana, se alejó del ventanal y bajé la vista para encontrarme con aquellos ojos rasgados que me miraban chispeantes.<br />-En serio, no creo que sea una buena idea, tengo que prepararme para una celebración, quizá en otro momento. Lo siento.-Me disculpe.<br />Karisma negó con la cabeza y sonrió.<br />-Oh, no te disculpes, en otro momento.-Dijo sonriendo.-Por cierto, ¿cómo se llama?.-Preguntó frotándose los brazos por el frio de la tarde.<br />-Brandom, y por favor tutéame, no me hagas sentir mayor.-Contesté sonriendo.<br />Karisma se ruborizó y bajó la mirada hacia su largo vestido, pasó una mano por él para eliminar el sudor y la alargó en mi dirección con la cabeza cabizbaja.<br />-Ha sido un placer Brandom, hasta pronto-Dijo estrechando mi mano afablemente.<br />-El placer ha sido mío Karisma, August, acompañe a la señorita hasta la verja.-Dije sonriendo.<br />El mayordomo que estaba los pies de la escalera de la puerta principal, se apresuró a bajar en cuanto yo se lo había ordenado, su bigote largo y estirado sonrió a la joven e hizo un gesto con su mano para que le siguiera.<br />Respiré profundamente mientras que mis ojos siguieron a la humana y August dirigirse hacia la verja, un sonido sordo e incomodo captaron mis oídos, fruncí el ceño y miré el cielo encapotado, las nubes se movían aceleradamente y un relámpago ilumino la mansión que pasados unos segundos se volvió a escuchar el estruendo.<br />Sonreí para mis adentros cuando sentí unas gotas cayendo por mi cara, para mí sentir el frio del aire y la lluvia rozando mi piel me resultaba tonificante.<br />Me quedé allí, inmóvil, husmeando el aire esperando que la tormenta estallase de un momento a otro, fue entonces cuando las gotas de agua se transformaron en el diluvio que estaba esperando, alcé mi rostro hacia el cielo oscuro y dejé que el agua calara todo mi cuerpo.<br /><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="http://2.bp.blogspot.com/_NlSGUWambJQ/TBqBruRv7QI/AAAAAAAAADw/ZmNAPfmyybA/s1600/brannd.jpg"><img style="display:block; margin:0px auto 10px; text-align:center;cursor:pointer; cursor:hand;width: 306px; height: 400px;" src="http://2.bp.blogspot.com/_NlSGUWambJQ/TBqBruRv7QI/AAAAAAAAADw/ZmNAPfmyybA/s400/brannd.jpg" border="0" alt=""id="BLOGGER_PHOTO_ID_5483838084433833218" /></a>Vanessahttp://www.blogger.com/profile/18211605774561015566noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-6811715489441076594.post-89563104577821029482010-04-29T12:51:00.000-07:002010-06-19T05:28:13.956-07:00Capítulo 11-Brandom: Enfrentamiento-Vaya, vaya pero si te has dignado en aparecer.-Dijo Near levantándose lentamente del sofá cuando me vio aparecer en el salón.<br />Dio un sorbo a su copa de cristal y pasó la lengua por sus dientes haciéndola chasquear, le fulminé con la mirada y dedicó una media sonrisa mientras pasaba su mano por el cabello revuelto de color rojo fuego.-¿Dónde has ido esta vez?.-Volvió a preguntar mirando a través del amplio ventanal.<br />-No es asunto tuyo, y si lo fuera, no te lo diría. –Contesté indiferente.<br />Se giró para encontrarse conmigo y sonoras carcajadas retumbaron en toda la mansión.<br />-Te equivocas Brandom, es asunto mío, es más, es asunto de todos.-Contestó vaciando su copa.<br />-No tengo tiempo de escuchar estupideces.-Dije mientras me dirigí hacia la puerta.<br />-Tener a una humana por amiga si es una estupidez.-Contestó dejando ver sus dientes.<br />Me detuve en seco para echarle una última mirada, en sus ojos de color rojo sangre despedían furia.-No olvides lo que eres, no vayas en contra de tu naturaleza, los humanos no son amigos, son nuestra fuente de alimentación Brandom.-Dijo dando pasos cautelosos en mi dirección.<br />Fruncí el ceño y noté como mi garganta se secaba de la terrible sed que estaba empezando a despertar, me la aclaré con rapidez y Near torció su sonrisa cuando se detuvo frente a mí.<br />-No as bebido en varios días, tienes mal aspecto, ¿por qué no te sirves un trago?.-Preguntó.<br />Se dirigió a una de las vitrinas donde en su interior, habían unas copas de un cristal muy fino que relucían con el destello de la luces de la sala.<br />Near, fue caminando hacia una mesa que estaba en el centro observando una fuente de color plateado, cuando se detuvo, con la mano que le quedaba libre, cogió un cazo de metal justo al lado de aquella fuente.<br />Sin apartar aquella mirada de mis ojos, hundió el cazo en el interior de la fuente llenando segundos después aquella preciosa copa de sangre.<br />Near volvió a torcer su sonrisa cuando vio mi gesto, la garganta me ardía y casi podía notar en ella el delicioso sabor que la sangre me dejaba. Mi respiración se acelero cuando sentí el cálido aroma, las aletas de mi nariz se hincharon pero luchaba por intentar no respirar.<br />Mi hermano caminó hacia a mí con aquellos pasos cautelosos, y volvió a sonreír extendiendo la copa de sangre. –Aún está caliente.-Dijo entrecerrando sus ojos.<br />El delicioso olor era aún más intenso, apreté mis manos en un puño mientras miraba fijamente a Near que no dejaba de sonreír. Un vampiro que lleva varios días sin beber podría resultar demasiado peligroso, pero esto a mi hermano le importaba muy poco, su único deseo era que yo fuera un monstruo como él, y que no renunciara a lo que la naturaleza me había dado, como si eso fuera posible…<br />Alargué la mano y de un vuelo le arrebaté la copa de su mano pálida llevándola con ansia hasta mis labios, apreté los ojos con fuerza y dejé que la sangre recorriera mi garganta.<br />-¿No te interesa saber a quién pertenece?.-Preguntó irónicamente.<br />Retiré la copa de mis labios, aún quedaba sangre en ella, le miré con fiereza cuando me vino a la mente la imagen de Liz, Near, torció su sonrisa entrecerrando los ojos y se retiro unos pasos temiendo mi reacción.<br />En ese momento estallé la delicada copa de cristal y cientos de cristales rebotaron en el suelo de mármol como gotas de lluvia. <br />Noté como la sangre caliente recorría mi mano apretada en un puño mis ojos se tiñeron de color oscuro y dejé ver mis dientes ensangrentados mostrando una posición de ataque, Near fue retrocediendo mientras tenía su mirada clavada en mi mano ensangrentada.<br />Alzó las manos en el aire sonriendo nerviosamente, volé hasta él con los dientes apretados con fuerza y le presioné la garganta mientras que Near luchaba por soltarse de mis garras, las venas de mi cuello de color oscuro se acentuaron cuando utilicé toda mi fuerza contra él, en ese momento mi padre irrumpió en el salón acercándose a nosotros a una velocidad imposible.<br />-¡Ya basta, Brandom!.-Gritó cuando me agarró por la muñeca.<br />Near se llevó las manos al cuello intentando recuperar un aliento artificial y comenzó a toser mientras clavaba sus ojos rojizos en mí.-¿Se puede saber qué diablos os a ocurrido?.-Volvió a preguntar frunciendo el ceño con ira.<br />Near se puso firme y paso sus pálidas manos sobre su traje de color granate mientras que respiraba agitadamente por la boca mirando hacia otro lado nerviosamente.<br />Lleve la base de mi mano hasta la comisura de mis labios, pasé la lengua por ellos para eliminar la sangre y acto seguido por mis dientes mostrándolos de nuevo de un blanco brillante.<br />Me dirigí hacia la puerta a toda prisa y escuché una risa ahogada que provenía desde la garganta de mi hermano, me di la vuelta y pude ver que una fina línea dibujaron sus labios oscuros, mi padre aún confuso, clavó sus ojos en los míos y los desvié para mirar nuevamente a Near.<br />-La próxima vez, serás tú o yo.-Le amenacé señalando con el dedo índice ensangrentado.<br />Lo llevé hasta mis labios y lo lamí con furia, dediqué una última mirada a mi padre y crucé la puerta para dirigirme escaleras arriba.<br />-¡Brandom!.-Gritó mi padre desde el salón.<br /><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="http://1.bp.blogspot.com/_NlSGUWambJQ/S9nkqfAAX9I/AAAAAAAAADQ/2spOevViLd8/s1600/BRANDOMCOPAAA.jpg"><img style="display:block; margin:0px auto 10px; text-align:center;cursor:pointer; cursor:hand;width: 268px; height: 400px;" src="http://1.bp.blogspot.com/_NlSGUWambJQ/S9nkqfAAX9I/AAAAAAAAADQ/2spOevViLd8/s400/BRANDOMCOPAAA.jpg" border="0" alt=""id="BLOGGER_PHOTO_ID_5465651041317969874" /></a><br />Mientras subía a toda velocidad por las escaleras para dirigirme al baño, una ola de sentimientos se apoderaba de todo mi ser, el más fuerte era el deseo de matar a Near con mis propias manos.<br />Aunque yo sabía con certeza de que esa sangre no provenía de Liz, me llenaba de ira pensar que podría atacarla cuando a él le pareciera, no por beber su sangre, si no porque sabría que eso me volvería loco y así poder seguir su juego masoquista.<br />Nunca había experimentado esto antes, el mero hecho de que pudieran hacerla daño, de que puedan tocar un pelo de su hermoso cabello dorado, me hervía la sangre.<br />Soy lo que soy, un vampiro, un alma inmortal, una especie distinta a la de los humanos, un cazador, un asesino que devora en las sombras, pero lo que menos me esperaba es que fuera también un vampiro extremadamente enamorado. <br />Obviamente no puedo guardar este sentimiento ante mi familia, porque todos pueden ver en mi interior así como yo a ellos, y Near siempre aprovecha cualquier momento para recordarme lo que soy y atacarme con lo que más me duele.<br />Para muchos vampiros, jamás han sentido la profunda alegría y la angustia que causa estar enamorado perdidamente de otra persona, para ellos son sólo eso, nuestra esperanza de vida eterna.<br />Entré en el baño cerrando la puerta detrás de mí, apoyé mi cabeza en ella intentando controlar mi ira, caminé unos pasos hasta el espejo ovalado recubierto por un arco dorado, y cerré mi puño con fuerza estampándolo contra el espejo.<br />Unos trozos de cristal cayeron sobre el lavabo haciendo que el impactó dañara mis oídos sensibles, retiré el puño y lo examiné con detenimiento, abrí el grifo y dejé que mis manos se refrescaran bajo aquella cascada transparente.<br />Cuando alcé la vista, me encontré cara a cara con un ser monstruoso, estaba desfigurado y no podía ver su rostro al completo, tenía el pelo oscuro y sus ojos volvieron a tornarse del color de la miel. Aparte mis cabellos y llevé las manos llenas de agua hasta mi rostro intentando refrescarlo, respiré repetidas veces y profundamente para intentar relajarme, cosa que conseguí hacer por momentos.<br />Salí del baño minutos después para dirigirme a mi habitación, al abrir la puerta, un aroma dulce capto mi olfato agudo, el aroma de Liz aún seguía en mi habitación, cerré la puerta para evitar que se esfumara como el humo de un puro, guardándolo únicamente para mí.<br />¿Por qué…porqué tenía que ser así?, ¿por qué me tuve que enamorar de una chica humana?, demasiadas preguntas y ningún sabio que contestarlas.<br />Como alguien me dijo una vez, siglos atrás, las cosas pasan por alguna razón…pero…¿qué razón seria esta?. <br />Definitivamente estaba hiendo en contra de mis principios, de mi familia, de mi naturaleza asesina, de mí mismo…<br />Fui bastante cruel con Liz y conmigo mismo, debería de haber roto la relación de amistad, pero, esto que siento en mis adentros me impide hacerlo, como romper con un ser al que amas más que a tu propia existencia, y más aún sabiendo que hay fuera, hay unos depredadores letales.<br />No…yo soy uno de ellos, lo más coherente sería no volver a verla, sería demasiado peligroso para ella…pero el interior de Liz tenía toda la razón, sería más doloroso no tenerla cerca de mí sintiendo lo que sentía, y más aún, sabía, debía protegerla de mi propia naturaleza, me sentí capaz de hacerlo, y por ello permaneceré a su lado hasta el fin de su existencia.<br />Algo dentro de mí se retorció, no quería pensar que eso fuera a pasar alguna vez, ¿una vida sin Liz?, o mejor dicho, ¿una inmortalidad sin aquella joven?, llevé mis puños hasta las sienes intentando sacudir ese horrible pensamiento, no podía imaginar una eternidad sin Liz.<br />-Cuanto amor y sin amar, que irónico.-Me dije casi en un susurro mientras avanzaba hasta el piano.<br />Levanté la tapa cuidadosamente y me senté en el taburete, mis dedos rozaron con suavidad las teclas haciéndolas sonar, el sonido era relajante, tomé aire y desabotoné el chaleco oscuro que llevaba puesto para lanzarlo sobre la cama. <br />Froté las yemas de mis dedos y segundos después los dejé sobre las teclas, empecé a tocar una melodía que ni si quiera había compuesto, era una melodía dulce, bastó con cerrar mis ojos ver la imagen de Liz y mis dedos se movieron automáticamente componiendo la melodía perfecta.<br />Un torrente de imágenes vino hasta mi mente y en cada una de ellas, el deseo de querer volver a verla, saber que está bien y sentir de nuevo su deseo hacia a mí, eso era lo que realmente me hacía sentir vivo, me hacía sentir humano, me hacía sentir débil ante ella. <br />Una visión borrosa me hizo dar un respingo del taburete deteniendo aquella dulce melodía, mi subconsciente me mostró lo que yo realmente deseaba, hacerla mía para siempre, o matarla.<br />Mi respiración se agitó violentamente, otra vez mi instinto estaba dejándose notar, como momentos antes en el salón cuando Near me ofreció aquella apetitosa y jugosa sangre caliente.<br />No podía engañarme a mí mismo, aunque deseaba hacerlo, no podía soportar una eternidad cuando Liz se hubiera marchado a eso que llaman los humanos, el “paraíso”.<br />Quería tenerla para mí, fuera de la manera que fuera, viva en inmortalidad, o muerta a manos mías y de nadie más.<br />Pasé mis brazos para cubrirme la cabeza dando paseos de un lado para otro, eso era lo que mi interior deseaba, solo me estaba engañando a mí mismo, y aunque lo sabía, no quería pensar en ello.<br />Caminé hacia el ventanal fijando la vista hacia la fuente del sauce llorón, donde estaba mi hermana Mary como de costumbre, al notar mi mirada se giró y sacudió su mano con media sonrisa, a lo que contesté forzosamente.<br />Unos nudillos tocaron alegremente la puerta, alcé las cejas cuando vi de quien se trataba sin a ver abierto la puerta que nos separaba.<br />-Pasa Estefi, ¿qué te trae por aquí?.-Pregunté volviendo la vista a la gran verja de la entrada.<br />Mi prima entornó la puerta y caminó hacia a mí con pasos sensuales, su vestido de color rojo con entonaciones oscuras se unía a sus andares cuando se iba acercando al ventanal, jugueteaba con un mechón rojizo de sus cabellos y una sonrisa asomó por sus labios cuando llegó hasta mí.<br />-Solo quería verte Brandom, ¿has discutido con Near?.-Preguntó pestañeando coquetamente.<br />-Veo que no sólo has venido a verme.-Dije sin mirarla.<br />Me sorprendía la manera en la que Estefi me miraba, no hacía más que hacerme cumplidos e incluso cazar para mí con tal de que le dedicara una sonrisa, me incomodaba la situación ya que estaba casada con Atila, su esposo, y de no estarlo, jamás me llamó la atención su forma de ser.<br />Mi prima pestañeó varias veces y volvió a sonreír.<br />-Oh, escuché vuestra acalorada conversación en el salón, y sólo quería saber cómo te encuentras.<br />-Dijo retorciendo un mechón de sus cabellos en el dedo índice. <br />-Bien.-Contesté fríamente.-Tal vez Near no se encuentre mejor, deberías ir a verle.-Le sugerí.<br />Estefi cambió su rostro por completo, de coqueta a furiosa, si no fuera por su tez pálida me atrevería a decir que estaba roja como una gota de sangre, desenredó su mechón y puso las manos en su cintura de manera chulesca.<br />-Eres un desagradecido, y aparte de eso, engreído.-Dijo con la voz fría como el hielo.<br />-¿En serio?.-Contesté a su crítica muy indiferente.<br />-Near tiene razón, ¡esa maldita humana te está echando a perder!.-Gritó.<br />En un segundo tenía mi mano aferrada con fuerza a su pálido brazo apretándola y mis colmillos se dejaron ver muy de cerca, Estefi tenía sus ojos desorbitados y en ellos se podía ver la fascinación y la lujuria que mi fuerza la hacía sentir.<br />Poco a poco dejé de fruncir el ceño haciendo que mi rostro volviera a estar sereno, mi mano liberó su delgado brazo y Estefi se acarició maravillada.<br />-Eso es, ahora sí eres tú…me alegro de que estés bien.-Dijo dando pasos hacia atrás buscando la puerta para salir por ella.-Te traeré esta noche algo bueno para cenar.-Dijo finalmente antes de desaparecer.<br />Eso era lo que pretendían, que no renunciara a mi naturaleza asesina, era normal y corriente que fuera violento, depende de que situación, en defensa de los humanos no debería enfrentarme a mi familia...<br />Volví a mirar por el ventanal y Mary ya no se encontraba en la fuente, sonreí mirando hacia la puerta y me dejé caer sobre la cama.<br />-Brandom, ¿puedo entrar?.-Preguntó Mary desde el otro lado de la puerta.<br />-Sí, te estaba esperando.-Dije mirando el cajón de la mesita de noche.<br />-E oído todo, lo que ocurrió con Near y hace pocos segundos con Estefi.-Dijo casi en un susurro.<br />-Lo sé Mary, estoy harto de que me digan que debo y no debo hacer, me dieron ganas de demostrarle de lo que soy capaz a ese engreído de Near.-Dije llevando mis manos a la cabeza y moviendo mi pierna como si tuviera un tic nervioso.<br />Mary se acercó hasta la cama donde se dejó caer con suavidad, retiró la cola de su amplio vestido de color verde y me pasó un brazo alrededor del cuello donde comenzó a frotar mi espalda con cariño.<br />-Te entiendo, dales tiempo, no es muy común que haya vampiros haciendo amistades humanas.<br />-Dijo Mary con un tono de voz maternal, a pesar de que yo era un año mayor que ella.<br />-Exacto, tu lo has dicho, no es muy común Mary.-Añadí poniéndome en pié nerviosamente.-¿Qué me está pasando?.-Pregunté casi enfurecido.<br />Mary puso las manos en su regazo y entrelazó los dedos lentamente mientras me miraba con sus ojos profundos.<br />-Los humanos lo llaman amor, eso es lo que has sentido desde que la conociste, tal vez te confunda el deseo de su sangre por…<br />-No.-La interrumpí antes de que dijera algo que me hiciera enfurecer.-La amo Mary, y esto supone ir en contra de lo que soy, esto supone ir en contra de mi familia, de ti, de todo.-Dije sin apenas aliento.-Quiero tenerla para mí, siento que quiero protegerla a cada momento, muero de celos cuando a Near se le cruza por la mente querer matarla, incluso e llegado a pensar que yo mismo quisiera hacerlo antes que nadie.<br />Mary se aclaró la garganta cuando pude ver en su mente el accidente que sufrió Liz unas horas antes, negó con la cabeza y clavó sus ojos en los míos como pidiendo disculpas por recordarlo inconscientemente.<br />-Es difícil, pero decidas lo que decidas, yo estaré siempre a tu lado Brandom.-Dijo torciendo su sonrisa angelical.<br />Asentí con la cabeza y volví a sentarme a su lado, al hacerlo la cama crujió con mi peso y miré a mi hermana forzando una sonrisa.<br />Miré de nuevo hacia el cajón de la mesita de noche y lo abrí, del interior saqué un pañuelo de color beige manchado de sangre seca, sonreí irónico cuando recordé de nuevo cómo conocí a Liz.<br />-¿Es…sangre, de donde lo has sacado?.-Preguntó Mary con las pupilas dilatadas.<br />-Es de Liz, cuando la rescaté del accidente, y yo me fui a buscar a un doctor que la pudiera atender, dejó este pañuelo de seda atado a un banco de forja donde la atendió el doctor.-Dije, sonreí para mis adentros y continué casi en un susurro.-Poco después se la llevaron a su casa, vi que se le había olvidado, y no he podido entregárselo, de todas maneras nunca he querido hacerlo, es la única manera que me permite estar en contacto con ella de alguna forma. –Dije finalmente con un hilo de voz.<br />-Brandom, ¿Cómo puedes soportar el olor que despide a sangre?, créeme a mí me está costando respirar.-Dijo Mary cubriéndose la nariz y la boca con la palma de su mano blanquecina.<br />-Ni yo mismo lo sé, tal vez, el amor sea más poderoso que el deseo de beber, ¿no crees?.-Pregunté volviendo a guardar aquel pañuelo de mi joven amada.<br />Mi hermana recuperó su respiración calmada y frunció el ceño cuando se percató de mi mano, la tomo entre las suyas y la estudio cuidadosamente.<br />-¿Qué le ha ocurrido a tu mano?.-Preguntó observando mis nudillos más de cerca.<br />-Golpeé el espejo de la impotencia.-Contesté librándome de sus pálidas manos.<br />Mary resopló y se puso en píe alisando su largo vestido, clavó sus ojos en los míos y dibujó una línea en sus labios rosados.<br />-Debes controlarte un poco, todo saldrá bien.-Dijo ampliando su sonrisa.<br />Hablar con mi hermana me resultaba reconfortante, llenaba mi mente de tranquilidad y eso que no era nada fácil, me levanté de la cama y extendió sus brazos como una madre dando consuelo a su pequeño.-Voy a la biblioteca, si necesitas algo, estaré allí para escucharte cuando lo desees.-Se ofreció amablemente.<br />-Gracias Mary, hablar contigo me ha ayudado.-Le agradecí desde lo más hondo.<br />Mi hermana liberó mi espalda ancha y colocó aquellos mechones oscuros de mi cabello que me cubrían el rostro, sonrió, y se dirigió hacia la puerta cerrándola tras ella.<br />Di un suspiro largo y placentero y eché una mirada al piano que relucía con unos pequeños rayos de sol que se colaban en el dormitorio, fruncí el ceño y caminé hacia las cortinas de color tierra para cubrir el ventanal impidiendo que el sol penetrara. <br />Sabía perfectamente a qué horas y que días debía evitar la luz natural, un solo rayo en mi delicada piel de hielo podría causar un efecto devastador, sería como el polvo de una vieja carretera.<br />Sin embargo, los días en los que las nubes eclipsan el sol no debía ser un problema, podría salir perfectamente por las calles de Londres y pasearme a mi antojo, hoy, tocaba uno de esos días soleados que tanto les gusta a los humanos.<br />De nuevo me dirigí hacia el piano y me deje caer sobre el asiento que estaba situado delante de éste, entrelacé los dedos de las manos intentando recordar como continuar aquella melodía que momentos antes había tocado.<br />Tomé aire y lo dejé salir lentamente, mis hombros volvieron a relajarse y apoyé los dedos de las manos sobre las teclas que comenzaron a sonar en todo el dormitorio.<br />Podía escuchar el murmullo de Estefi y Near, hablaban sobre nuestra pequeña discusión y el motivo que la generó, tuve que subir las notas del piano para evitar escuchar la palabra “humana”,cosa que me resultaba imposible de no oír.<br />Lo que menos me apetecía era tener otro enfrentamiento con Near, probablemente no saldría tan airoso esta vez, cogería su cabeza entre mis manos y la partiría como quien parte una nuez, sonreí para mis adentros maravillado cuando pude contemplar en mi mente esa imagen.<br />Mis dedos dejaron de acariciar las teclas cuando escuche unos pasos al otro lado de la puerta, volé hasta ella y cogí aire antes de abrirla.<br />-Hola padre, cuantas visitas a mi dormitorio en un solo día.-Dije abriendo aún más la puerta invitándole a entrar.<br />Mi padre tenía el rostro duro, en él se apreciaba una línea curvada imitando una sonrisa, y sus ojos azules estaban entrecerrados clavados en los míos.<br />-Hijo, ven conmigo a la bodega.-Dijo dándome la espalda sin borrar aquella sonrisa.<br />Me aclaré la garganta y cerré la puerta detrás de mí, me dispuse a seguirle por el largo corredor clavando mis ojos en sus pálidas manos que las tenía detrás de su espalda, esta vez me concentré en su dedo anular, jugueteaba con su sello de oro en la que había una piedra preciosa de un color rojo oscuro.<br />Me llamaba mucho la atención ese anillo, pues siempre que lo contemplaba me daba la sensación de haberlo visto en otra persona, y no sabía porque, pero me inquietaba. <br />-¿Brandom, qué os a ocurrido a tu hermano y a ti?.-Preguntó deteniéndose.<br />Alcé la vista y cuando me encontré con sus ojos entrecerrados apreté mi mandíbula para evitar que viera el origen del enfrentamiento, mi padre alisó su chaqueta oscura con las manos y esbozó una sonrisa.<br />-¿Qué importa eso?.-Pregunté frunciendo el ceño y cerrando mi mano en un puño.<br />Su sonrisa de desvaneció como el humo de una vieja pipa y alzó la barbilla a la vez que sus ojos mostraban sombras oscuras tapando ese color azulado, dio un paso hacia delante y lentamente su mano llegó hasta mi nuca acercando mi rostro a el suyo.<br />-Hijo, si llegaras a traicionarme, seré yo mismo quien acabe contigo.-Dijo con tono amenazador.Vanessahttp://www.blogger.com/profile/18211605774561015566noreply@blogger.com5tag:blogger.com,1999:blog-6811715489441076594.post-3979991148892030332010-04-25T06:33:00.000-07:002010-04-25T06:39:59.531-07:00Capítulo 10-Amigos-¡Liz, no!, ¡no, no tranquila!<br />Mi primer impulsó fue retroceder a toda velocidad y de pronto sentí un golpe, era como si me hubiese golpeado la cabeza contra la pared que había justo al lado del arco, antes de perder el conocimiento vi que era Brandom el que gritaba como loco para que no retrocediera impidiendo que me golpease, sentí algo frio debajo de mí y mi mente se sumergió en un sueño profundo.<br />Me vi a mi misma cayendo en un agujero negro intentaba buscar las palpitaciones de mi corazón pero no las encontré, quería recordar lo que había sucedido o que era lo último que había hecho pero tampoco pude acordarme de nada.<br />En el sueño, mientras seguía cayendo en aquella oscuridad abría y cerraba los ojos intentando poder despertar, no había colores ni había más personas ni si quiera estaba Brandom, sólo yo en aquella oscura noche, ¿significaba que había muerto, en serio ya había llegado mi hora?...¿por qué tan pronto?, ni si quiera tuve la oportunidad de decir a Brandom lo mucho que lo amaba. <br />Ahora estaba empezando a recordar cosas mientras caía en esa oscura noche que me llevaba <br />al centro de aquel prado floreado, el claro…<br />Mary se encontraba mal, sus ojos eran muy raros y me gritaba pidiéndome que me marchara, entonces choqué con algo fuerte y frio, era mi salvador, yo fui tan estúpida que me asusté y retrocedí golpeándome la cabeza con la pared.<br />Nada hubiera podido salir peor, siempre tenia que ocurrir lo que menos esperaba, solo quería despertar para poder disculparme una vez más, entonces la luz del claro empezó a tomar color, el sol brillaba con mucha fuerza tanto, que me cegaba los ojos, yo estaba acostada boca arriba sin poder moverme, a mi lado estaba Brandom sentado sosteniendo mi mano, podía sentir su piel fría me hablaba pero no podía contestarle, tampoco podía oir que era lo que me estaba diciendo pero si que podía ver su rostro preocupado.<br />Acercó a mi rostro una margarita de pétalos tan blancos como su piel y me acarició la punta de la nariz mientras que yo intentaba sonreírle sin lograrlo, el desapareció de mi lado lo que me preocupó aun mas, volví a encontrarme sola no podía moverme para ir a buscarle solo podía estar allí mirando unas nubes de color gris que se movían con rapidez.<br />-¿Por qué has permitido que se quede Mary?, ha sido una imprudencia dejarla aquí.-Dijo Brandom.<br />Ahora podía escuchar que hablaba con Mary y que les podía oír mas cerca.<br />-Lo siento, no tenía ni idea de que esto podría ocurrir.-Contestó Mary con un hilo de voz.<br />-¿Te encuentras mejor?, ¿puedes quedarte un segundo con ella sin que la mates?.-Preguntó Brandom con voz fría.<br />-No te preocupes, estará bien.-Dijo Mary con su voz de sirena.<br />Moví mis párpados intentando abrir los ojos, sentí como poco a poco tenia movilidad en mi cuerpo lo cual me alivió bastante, aun sentía su mano fría en la mía e intente moverme un poco mas no quería que el volviera a irse de nuevo.<br />-Brandom…-Logré decir en un susurro, tan bajo que ni yo misma me escuche.<br />Me apretó la mano con fuerza mientras que con la otra me acariciaba la mejilla.<br />-Ha hablado, ve a buscar un médico Brandom.-Dijo Mary dando un suspiro de alivio.<br />Abrí mis ojos poco a poco intentando buscar aquel rostro hermoso, estaba segura de que si le volviera a ver me encontraría mucho mejor, lo ultimo que quería era que se marchase de nuevo ya me resultaba la espera del dia anterior lo bastante larga como para que se fuera otra vez.<br />-No…no te vayas.-Dije aun con la voz débil.<br />Su rostro cobro forma, tenia el ceño fruncido y su mano no dejo la mía ni un momento, sonreí pero él no me devolvió la suya, estaba sentado delante de mí bastante cerca, tenia su melena oscura recogida en una coleta y varios mechones le caían en la cara, sus ojos miel me miraban entrecerrados y sus labios estaban fuertemente apretados como evitando decir algo que no quería decir.<br />Parpadeé varias veces antes de apartar los ojos de mi salvador para dirigirme a Mary, carraspeé <br />y la sonreí.<br />-¿Cómo te encuentras Mary?.-Pregunté muy bajito.<br />Brandom se echo a reír y Mary le dio un codazo para hacerle callar, intentaba buscar cual era la parte divertida pero mi cabeza no daba para mucho mas en esos momentos.<br />-Hay que ver Liz, tu fuiste la que perdiste el conocimiento y estas preguntando como esta mi hermana.-Dijo Brandom sonriendo entre dientes enterrando mi mano con las suyas.<br />Sonreí al ver su sonrisa, siempre me contagiaba cuando lo hacia, Mary dejó de mirar a su hermano para encontrarse conmigo, me acarició el pelo con cariño mientras que torció su sonrisa.<br />-Estoy bien Liz, siento haberte preocupado, pero la que importa eres tú, ¿cómo te sientes cielo, necesitas algo?.-Preguntó con ansiedad.<br />Negué con la cabeza y me llevé una mano hasta ella cuando sentí un pinchazo violento.<br />-Auh…-Me quejé.<br />-Avisaré a un médico.-Dijo Brandom liberando mi mano dejándola descansar a mi lado.<br />-No, no, estoy bien Brandom.-Mentí, la cabeza me seguía doliendo pero no quería que se marchara.<br />Torció su sonrisa sin levantarse del asiento entrelazo los dedos de sus manos apoyando <br />su perfecta barbilla y los codos los tenia sobre sus piernas, giró el rostro mirando a su hermana, Mary asintió una sola vez y cruzó por una puerta delicada de color cerezo, la cerró tras ella y Brandom se volvió para mirarme aun con la barbilla apoyada en sus manos.<br />-¿A dónde va?.-Pregunté con el ceño fruncido.<br />-No tengo la menor idea…-Dijo.<br />Mientras me estudiaba el rostro me dediqué a mirar a mi alrededor, estaba en una sala diferente, al mirar hacia arriba me encontré con una fina tela transparente de color blanco, alrededor de donde me encontraba acostada también estaba esa tela, giré mis ojos a la izquierda y había un enorme ventanal con forma de arco, a los lados cortinas transparentes de color blanco, pude ver una amplia estantería que cubría media pared llena de libros.<br />Las paredes estaban adornadas de candelabros dorados y mas cuadros, estos eran hermosos trataban de bosques y de las calles de Londres.<br />Un color brillante me cegó los ojos, era aun piano oscuro como el de aquella sala en la que estuve con Mary, la tapadera de este estaba abierta y unas cuantas hojas estaban encima de él, supuse que sería notas para tocar.<br />Miré hacia la parte de mis pies y no me había percatado de que estaba en una cama, miré hacia arriba y pude distinguir un cabecero familiar, uno de los cabeceros que mi padre hizo <br />en su taller esa tarde.<br />Fruncí el ceño y mis mejillas delataron mi vergüenza.<br />-¿Dónde…estoy?.-Pregunte tan bajo que volvi a repetirlo temiendo de que no me <br />hubiera escuchado. <br />Brandom torció su sonrisa y desvió la mirada para clavarla en sus zapatos oscuros, negó con la cabeza, y pareció cosa de mi imaginación pero vi cierta timidez en él, alzó sus ojos profundos y un brillo hermoso cruzó por ellos sin dejar de sonreír.<br />-En mi habitación.-Dijo carraspeando después.<br />-Oh…-Dije con las mejillas aún coloradas. <br />Sonrió y a los pocos segundos volvió a desviar su mirada hacia otro lado.<br />-Odio tener que preguntar esto en estos momentos pero…¿por qué has venido Liz?.-Preguntó.<br />Aclaré mi garganta e intenté incorporarme lo cual Brandom me impidió que lo hiciera volviéndome a dejar como estaba.<br />-Lo siento, solo quería comprobar como se encontraba Estefi, yo no quería…-Dije con un hilo <br />de voz.<br />-Está bien, no hables más, descansa.-Me interrumpió.<br />-No,-dije ahora incorporándome sentada sobre la cama- ¿por qué te molesta tanto? ,quiero saber porque, dime la verdad.-Dije intentando sonar lo mas fuerte posible.<br />-No me fio de mi Liz.-Dijo amargamente.<br />Se levantó de una preciosa silla de madera con bordes dorados, ocultó sus pálidas manos dentro de los bolsillos de sus pantalones oscuros y se dirigió a la ventana mirando el exterior.-No es algo que tenga que ver contigo.-Añadió.<br />-¿Es por esa persona especial?.-Pregunté agarrando mi corazón para cuando contestara calmarlo de alguna manera, como si eso se pudiera hacer…<br />Aspiró aire profundamente y su pecho pareció hincharse cuando hizo ese gesto, giró su cabeza para mirar mi rostro expectante de saber su respuesta.<br />-Sí…-Contestó tan bajo que me pareció que no hubiera dicho nada.<br />Tomé aire mientras sentí como mi corazón se iba haciendo pedazos, ahora podía entenderlo, no se fiaba de el mismo temiendo de que ocurriera algo entre nosotros estando enamorado de esa persona especial, yo no quería ser un estorbo solo deseaba su felicidad.<br />Ahora tenía que ser fuerte, me había confirmado lo que necesitaba saber, puede que antes quisiera decir lo mismo pero no lo veía tan claro como ahora, me incorporé aun mas y me senté en el borde de la cama intentando ponerme en pié.<br />Brandom estuvo frente a mi en un abrir y cerrar de ojos, impidiendo que me pusiera en pié, era obvio que aun no estaba bien pues me tambaleaba de un lado para otro.<br />-Debo irme a casa, volví a escaparme y no tengo ganas de escuchar una reprimenda.-Dije intentando luchar con sus brazos evitando mirar la miel de sus ojos.<br />-Aún no te encuentras bien Liz, recuéstate no seas niña.-Dijo con un tono de voz dulce.<br />Vencí sus brazos y tomé de una mesita auxiliar el libro que Mary me había prestado, no podía quedarme allí ni un segundo mas, ya había causado bastantes problemas y lo peor de todo era que mis ojos iban a echar lágrimas de un momento a otro.<br />Brandom no dejaba de mirar cuando avanzaba hasta la puerta de color cerezo, puse mi mano sobre el pomo y me giré torciendo mi sonrisa.-Por favor Liz, no te vayas aún.-Suplicó.<br />-Siento haberos causado molestias, por otra parte gracias por todo, despide a Mary de mi parte y dile que lo siento. Adiós Brandom.-Dije amargamente.<br />-Por favor…-Volvió a suplicar con voz temblorosa.<br />Giré el pomo de la puerta y salí por ella cerrándola detrás de mi, me quedé unos segundos con la espalda apoyada intentando controlar las lágrimas que caían sin cesar por mis mejillas, sentí la tentación de abrir la puerta y darle un abrazo fuerte como despedida final, pero no tenía derecho de hacer algo así. <br />Llené de aire mis pulmones y agarré mis vestidos dirigiéndome a la puerta principal, según me iba acercando vi a Mary acompañada de un señor que me resultaba muy familiar, era el mismo médico que me atendió cuando me di el golpe en la rodilla.<br />Mary tenía en ceño fruncido cuando me vio correr apresuradamente hacia la puerta y aquel señor me miraba con ojos confusos.<br />-Lo siento Mary, adiós.-Me despedí ocultando parte de mi rostro.<br />-Espera Liz, tiene que verte un médico.-Dijo Mary poniendo su pálida mano sobre mi hombro.<br />Hice caso omiso y volé hasta la puerta que estaba abierta y sin mirar atrás corrí hacia la verja donde me esperaba un mundo sombrío sin él…<br />No tenia derecho a sentirme así, mientras corría por aquel camino cada segundo que pasaba me daba cuenta de que todo había sido un error, mi comportamiento estuvo mal había sido sincero conmigo y en lugar de agradecérselo reaccioné como una estúpida.<br />No, era lo mejor que pude a ver echo, no podíamos seguir viéndonos puesto que eso me haría daño, por otra parte deseaba tener su amistad pero a cambio de que…lo único que conseguiría con eso es hacerme daño solo por el echo de verle y tenerle como un amigo.<br />Negué con la cabeza y aceleré mi paso aún mas rápido, le prometí a Amelia que la llevaría hoy a ver aquel concurso de caballos así me distraería un poco y con una pizca de suerte olvidaba pronto todo lo que me había sucedido desde que le conocí aunque eso sería matar una parte de mí.<br />Cuando estaba cerca de casa detuve mi paso acelerado y respire varias veces, un pinchazo violento sentí en el dedo pulgar de mi mano fruncí el ceño por tan horrible dolor y lo estudié con detenimiento, entonces recordé el ataque que había sufrido Mary, recordé unos ojos rojos de un brillante exagerado…¿qué le pudo a ver ocurrido?, eran tantas preguntas las que me estaba planteando ahora que era mejor no pensar en ellas.<br />No había rastro de sangre, solo quedó una fina grieta atravesada en el dedo, tuve que dejar <br />de mirar cuando comencé a sentir náuseas, al cruzar el porche Amelia estaba sentada en <br />las escaleras que llevaban a la puerta principal, jugueteaba con su peonza haciéndola rodar por <br />la madera desgastada de los peldaños.<br />Al notar mi presencia la dejó caer y se incorporó con una ancha sonrisa que me parecía que <br />le llegaba de oreja a oreja, le devolví la mía y en ese momento ví a mi madre asomar la cabeza por la ventana de la cocina mirando a través del cristal.<br />-Hola Amy, ¿estas lista para irnos a ver ese desfile?.-Pregunté sin dejar de sonreir.<br />-Llevo esperándote un buen rato, me muero de ganas de ir Liz.-Contestó ansiosa.<br />Volví a sonreír y subí los peldaños dirigiéndome a la puerta.-¿A dónde vas ahora?.-Preguntó mi hermana con el ceño fruncido.<br />-Solo voy a decirles a papá y mamá que ya llegué, dejó este libro en mi habitación y nos vamos, ¿de acuerdo?.-Dije al ver como se impacientaba.<br />Amelia resopló y un tirabuzón voló en el aire cuando hizo aquel gesto, crucé por la puerta anunciando mi llegada y mi madre salió de la cocina con un paño en las manos, mi padre estaba sentado en su sofá con su periódico habitual y le hice un gesto para que viera que tenia el libro en mi poder, asintió torciendo su sonrisa.<br />-¿Cómo esta la madre de Yuls?, tengo ganas de ir un día a visitarla.-Dijo mi madre.<br />Aquella pregunta me sonó un tanto sospechosa, era como si mi madre y la madre de Yuls se hubieran encontrado ese día y hubiera preguntado por mi, carraspeé e intente sonar lo mas <br />creíble posible.<br />-Supongo que está bien, no la he visto mamá,-dije-me encontré con Yuls de camino a su casa, el libro se lo prestó a Ingrid y tuvimos que ir a su casa a recogerlo, por eso e tardado en volver.-Menti.<br />Mi madre asintió y escuche como mi padre pasaba la página del periódico, me daba miedo <br />mirarles a los ojos pues seguramente descubrirían que mentía, lo hacia tan mal…<br />-Amelia nos a dicho que la llevaras al desfile de caballos, no tardéis mucho en regresar.-Dijo mi padre sin dejar de mirar el periódico.<br />Asentí torciendo mi sonrisa y subí poco a poco las escaleras que conducían a mi habitación, me detuve en el descansillo de la escalera cuando mi madre se puso hablar con mi padre.<br />-¿Mañana vas al taller pronto?.-Preguntó.<br />-Si, los Akerman volvieron a encargarme más muebles, y por lo visto también han ido a la joyería de mi hermano.-Contestó.<br />A si que los Akerman eran clientes fijos de mi padre y de mi tío Zack, sabía que los Akerman volvieron a encargar más cosas en la tienda de mi padre pero desconocía que también le encargaran cosas a mi tio.<br />Zack tenia una joyería en el centro de la ciudad, no era gran cosa pero tenia cosas maravillosas, desde relojes de oro de bolsillo hasta finas cadenas doradas, no tenia mucha clientela al igual que mi padre pero si destacaban por su exquisito trabajo.<br />Mi tio Zack era viudo, no tenía hijos su mujer fallecío cuando yo tenia poco mas de siete años, era mayor que mi padre y la muerte de su mujer parecía haberlo envejecido de la noche a la mañana, tenía el pelo canoso y su bigote le daba un aspecto mucho mas mayor de lo que aparentaba, era un hombre robusto, a mi hermana siempre le hacia reír su panza redondeada era el único rato que le hacía sentir mucho mas joven.<br />-Eso es estupendo Jeremy.-Dijo mi madre entusiasmada.<br />Cerré la puerta de la habitación detrás de mi y fui hasta mi escritorio dejando el libro sobre la mesa, di un suspiro ahogado y me lleve la mano al pecho para calmarlo, no podía liberarme de su recuerdo ni siquiera en mi propia casa, me estaba engañando a mi misma no me resultaría tan fácil poder olvidarle y continuar con mi inexistente vida, se me creó un nudo en la garganta y tuve que luchar contra mis lágrimas.<br />-Liz, tu hermana se está impacientando, marchaos ya.-Dijo mi madre desde el salón.<br />Aspire aire una vez más controlando mi respiración y me aclaré la garganta, abrí la puerta de la habitación cerrándola después y baje las escaleras a toda prisa, al pasar frente a mi madre sonreí y acto seguido desvié la mirada hacia mi padre que me miraba por encima del periódico.<br />-No tardéis.-Advirtió levantando el dedo índice.<br />-Tranquilo papá, volveremos pronto.-Contesté despidiéndome con la mano.<br />Amelia estaba sentada en uno de los bancos del porche balanceando sus pies en el aire, dio un salto de este cuando me vio aparecer.<br />-¿Podemos irnos ya?.-Preguntó abriendo sus ojos castaños.<br />Asentí sonriendo y se puso a charlar y bailotear a mi alrededor mientras íbamos caminando hacia la plaza del pueblo.<br />Tuve que hacer un esfuerzo por entender lo que estaba hablando por el camino, pero para que engañarme eso era imposible, no podía escuchar los sonidos de mi alrededor solo un silencio vacio que provenía desde lo hondo de mi corazón.<br />-Liz, qué te pasa, ¿no estás contenta de que vayamos a ver el concurso?.-Pregunto Amelia con rostro preocupado.<br />Parpadeé y me dirigí a mi hermana con una sonrisa torcida.<br />-Claro que estoy contenta, a ver…¿por qué razón no iba a estarlo?, seguro que lo pasamos genial.<br />Amelia torció su cabeza para estudiar mi rostro y volví a sonreír falsamente.<br />-No lo sé, pero estas diferente, ¿te ha regañado papá?.-Preguntó.<br />Negué con la cabeza y tomé su cálida mano con cariño.<br />-Mira, ya ha empezado.-Dije señalando con la cabeza la multitud de personas que se agrupaban en la plaza principal de la ciudad.<br />Amelia comenzó a dar saltos de alegría mientras que yo aferraba su mano con fuerza para no perderla de vista.<br />Poco a poco intenté abrir paso en la multitud para que pudiéramos ver el espectáculo un poco mas de cerca, resulto un poco difícil pues habían personas que ponían cara de enfado y se quejaban.<br />-Desde aquí se ve mejor.-Dije sonriendo a mi hermana.<br />La plaza estaba adornada con banderas de colores y luces que poco brillaban con la luz del día, montaron un escenario enorme donde se podía ver los caballos mas hermosos e inteligentes de la ciudad junto con sus respectivos dueños.<br />El alcalde de Londres comenzó a dar un discurso de agradecimiento a los participantes y a los espectadores antes de iniciar el concurso, el premio para el ganador era un saco de monedas de oro. La gente de alrededor murmuraba y se lamentaban por no presentar sus caballos a tiempo, el premio era lo que mas interesaba.<br />El primer participante era un señor de mediana edad, presentó al público a “Veloz”, un caballo de color marrón con unas herraduras preciosas en las patas que brillaban como monedas de plata, según su dueño, destacaba por su energía para correr pero no podía demostrarlo allí mismo.<br />La gente se miraban unos a otros posiblemente pensando que lo que decía su dueño era falso, a si que dieron pasó al siguiente candidato.<br />-La siguiente concursante es la señorita Halley, Karisma Halley, con una preciosa hembra llamada Bianca.<br />Di un salto cuando escuche el nombre de mi amiga en intenté divisar si en realidad se trataba de ella, no sabía nada desde que nos despedimos en la entrada de su casa, con todo lo que había pasado olvide por completo a mi amiga.<br />-¡Mira Liz, es Karisma!.-Gritó Amelia haciéndome reaccionar.<br />Sonreí con ganas al verla, llevaba un precioso vestido de color cereza que caía hasta sus pies como una cascada rosácea, su pelo liso lo llevaba suelto dándole un aspecto exquisitamente bello.<br />Su mano tiraba de las riendas de un caballo de color blanco con pequeñas manchas amarronadas, sonrió al publico mientras se acercaba al alcalde con cierta timidez.<br />Mi hermana aplaudía al mismo tiempo que la multitud de personas, levanté mi mano para intentar captar la atención de mi amiga pero sus rasgados ojos no parecieron verme, entonces me uní a los sonoros aplausos mientras la observaba.<br />-¿Podría decirnos, o mostrarnos que tiene de especial Bianca, señorita Halley?.-Preguntó el alcalde con una ancha sonrisa.<br />Los aplausos cesaron cuando Karisma comenzó hablar con un tono de voz dulce.<br />-Prefiero mostrar lo que es capaz de hacer.-Contestó mirando al público tímidamente.<br />-Adelante.-Dijo el alcalde dando unos pasos hacia atrás.<br />Karisma tomó aire y acarició la frente del animal con suavidad, la gente pareció quedar muda de repente y miraban a mi amiga con ojos expectantes, hizo un gesto con la mano y su caballo se arrodilló al momento, la gente murmuraba asombrada, mi hermana dio un tirón varias veces a mi vestido con cara preocupada.<br />-¿Qué ocurre Amy?.-Pregunté.<br />-¿No será el caballo que la tiró el otro día verdad?.-Preguntó preocupada.<br />Miré por un segundo a mi amiga recordando aquella amarga tarde en el prado e intente sonreír a mi hermana cuando me dirigí a ella.<br />-No Amelia, el caballo que tiró a Karisma se lo llevo su padre a otro lugar, no tienes por que preocuparte.-Dije intentando tranquilizar su rostro.-¿Te parece Bianca peligrosa?.-Pregunté sonriendo.<br />Amelia miró de nuevo el espectáculo de mi amiga con su hermoso caballo, torció su cabeza y una sonrisa cruzó por su rostro, volvió a mirarme y negó con la cabeza.<br />-Tienes razón, parece buena, pero…¡mira Liz, mira como se levanta!.-Grito sorprendida.<br />Cuando volví la mirada, el caballo de mi amiga estaba a dos patas y el público estallo en aplausos, <br />la gente gritaba asombrada y satisfecha por el número que Karisma les había dado.<br />Mi amiga acarició a Bianca con suavidad para tranquilizarla y sujetó con fuerza las riendas, el alcalde camino hacia ella con aplausos y cuando llego hasta ella pidió silencio a los espectadores.<br />-Realmente es sorprendente, muchas gracias señorita Halley.-Dijo el alcalde despidiendo a Karisma para dar paso al siguiente candidato.<br />Sonreí con ganas al ver el rostro de mi amiga, tenía mucho mejor aspecto que la última vez que la había visto, eso me aliviaba, por otra parte me sentí culpable por dejarla aquella tarde y olvidarme por completo de ella.<br />El alcalde tomó en sus manos unas hojas y se aclaró la garganta antes de hablar, la gente seguía murmurando sobre el espectáculo que acababan de ver momentos antes, todo lo que escuchaba eran halagos para mi amiga lo cual me sentí muy orgullosa de ella.<br />Karisma bajó de aquel escenario tirando de su hermoso caballo con suavidad, con la que le quedaba libre agarraba en un puño sus vestidos de una manera muy elegante, el cálido viento le azotaba su larga melena ocultando una tímida sonrisa que regaló al público.<br />-Ahora vamos a dar paso a nuestra orquesta.-Anunció el alcalde mientras unos músicos inundaban el escenario colocándose todos en posición horizontal detrás de él.-Les invito a que se queden con nosotros y en breve seguiremos con el concurso, disfruten del festival, muchas gracias.-Dijo.<br />Me puse de puntillas intentando averiguar dónde se encontraba Karisma pero no pude verla entre tanto gentío como se estaba acumulando allí, multitud de personas y curiosos se acercaban cuando empezaron a sonar los tambores y los instrumentos entonando una música alegre y comenzaban a bailotear de manera exagerada.<br />De repente noté mi mano vacía y me alarmé, Amelia no estaba a mi lado, giré sobre mi misma pero no pude verla, la llamé repetidas veces y cuando me quise dar cuenta estaba gritando su nombre, tanto, que me hice daño en mis propios oidos.<br />-¡Aquí estoy Liz!.-Gritó.<br />Di un suspiro de alivio y de enfado cuando la vi acercarse abriéndose paso entre la gente.<br />-¡¿Qué demonios te pasa Amelia?!, no vuelvas a irte sin decirme nada, me has asustado tonta.<br />-Dije con las mejillas encendidas.<br />Detrás de ella, sobre sus hombros, se veían unas pequeñas manos y su rostro intentaba mirar por el encima de hombro de mi hermana, fruncí el ceño e intenté calmar mi respiración agitada.<br />-Jo, no me regañes, es que Jessica me dijo que había venido con sus padres y fuimos a verlos.-Se disculpó con la mirada cabizbaja.<br />-No te enfades con ella Liz, fue por mi culpa.-Dijo Jessica.<br />-Vale, vale, pero no volváis hacerlo, están ocurriendo cosas malas en la ciudad y siempre hay que dejar saber donde vais. -Dije ahora mas calmada.<br />El rostro de mi hermana se iluminó y cogió mi mano muy sonriente.<br />-Sí. Liz, -¿puedo ir con Jessica a los puestos por favor?, te prometo que no me separaré de <br />ella.-Dijo.<br />Puse los ojos en blanco y resoplé, aquello que acababa de decirles no había sido muy buena idea y si ahora me negaba estarían más confundidas que antes.<br />-Está bien, vosotras ganáis, pero no tardéis demasiado, el concurso volverá a empezar en un <br />rato.-Les advertí.<br />Amelia y Jessica se marcharon dando saltos de alegría, negué con la cabeza a la vez que dibuje una sonrisa torcida en mis labios.<br />Me volví a poner de puntillas para poder ver el escenario, debajo de él se encontraba un grupo de gente que bailaba al compás de aquella música pegadiza, solté una risotada a la vez que más personas cuando me percaté de un señor que bailaba tambaleante y le pisó el pié a su acompañante, y está enfureció de tal manera que le dio un empujón y se marchó.<br />Un delicioso olor a hierbabuena paralizó mis carcajadas, me quedé quieta intentando no acordarme de algo que seria doloroso para mí pero que era irremediable no pensar en ello. <br />Un soplo de aire frio me recorrió la nuca haciéndome estremecer, negué con la cabeza para sacudir un pensamiento que estaba a punto de aparecer e intenté concentrarme en la gente que bailaba volviendo a sonreír, esta vez para evitar lo inevitable.<br />-¿Disfrutando del festival?.-Preguntó una dulce voz.<br />Me mordí el labio a la vez que cerré mis ojos con fuerza intentando que desapareciera aquella voz que realmente no estaba allí, tomé aire y lo dejé salir lentamente mientras abrí mis ojos volviendo a mirar a los bailarines aunque no pude prestarles mucha atención.<br />La duda se iba apoderando de mí a medida que pasaban los segundos y seguía sintiendo ese frio en mi nuca, agarré mis vestidos con fuerza y me mordí el labio inferior, entonces giré mi rostro violentamente hacia atrás y una sonrisa dibujaron los labios de Brandom.<br />Mis labios se despegaron, tome una gran cantidad de aire y por alguna razón quería que permanecieran en mis pulmones y no dejarlo salir jamás. Las mariposas de mi estómago volaban de un lado para otro cuando le pude contemplar sin pestañear, era tan hermoso que parecía irreal.<br />Estaba tan cerca de mí que pude notar su fresca temperatura, tenía sus pálidas manos escondidas en los bolsillos de sus pantalones oscuros que hacia juego con la sedosa camisa, y su pelo de un oscuro brillante se balanceaba al compás del viento.<br />Tuve que desviar mis ojos cuando encontré los suyos, la miel de sus ojos deslumbraban tanto que si mirase al sol no tendría el mismo efecto cegador, estaba encorvado haciendo que mi rostro y el suyo estuvieran frente a frente haciendo que mis mejillas se encendieran.<br />-Sí, es….de lo más interesante.-Dije al fin mirando hacia delante.<br />Brandom se disculpó con un señor que estaba cerca de mí para ponerse a mi lado sin dejar de sonreír.<br />-Hola.-Dijo dándome un delicado empujón con su hombro.<br />-Hola.-Contesté con una sonrisa torcida.<br />Desvié mi mirada de la suya e intenté calmar mi respiración, el corazón me latía violentamente, lo último que había pensado era encontrarme con él entre tanta gente, y no esperaba encontrarle después de lo que había ocurrido en su casa, me sentí fatal por mi comportamiento.<br />Me estaba engañando, si que quería tenerle cerca de mí, aunque fuese como un amigo más, así que, ¿porqué no actuar como tal?, sería lo mejor.<br />-¿Tú también has venido a ver el concurso?.-Pregunté interesada.<br />-No exactamente, he venido para preguntarte como estas.-Contestó volviendo a sonreír.<br />-Bien, ¿por qué no iba a estarlo?.-Pregunté extrañada.<br />Me daba miedo que notase que en el fondo no era así, el rostro de Brandom cambió y desvió <br />su mirada al escenario donde tocaba la orquesta.<br />-Bueno, porque te diste un buen golpe en la cabeza.-Dijo.<br />Me lleve la mano hasta ella intentando buscar algo y noté un pequeño bultito, fruncí el ceño <br />al recordarlo y Brandom carcajeó.-A eso me refería.-Volvió a reír.<br />-Estoy bien.-Dije devolviendo la sonrisa aquél rostro angelical. -Brandom, quiero disculparme por mi comportamiento, no debí marcharme así, yo…-Se me quebró la voz.<br />Sus ojos bañados en miel volvieron a encontrarse con los míos y una sonrisa fugaz iluminó su <br />bello rostro.<br />-No tienes por que disculparte Liz, entiendo por qué lo hicistes,-dijo apartando su mirada hacia otro lado, -te escapaste de nuevo y no querías que tus padres te echaran una reprimenda, es normal que tuvieras que irte.-Dijo dando un suspiro largo al final.-Lo que no estoy de acuerdo, es que te marcharas sin que antes te viera un médico.<br />Y tenía toda la razón, me habia comportado como una niña, no se había dado cuenta por qué me fui al juzgar por sus palabras, lo cual agradecí para mis adentros, torcí mi sonrisa y me armé de valor para mirarle.<br />-Aún así, lo siento, cuando me fui vi a Mary acompañada de un señor.-Dije avergonzada.<br />-Si, él era el médico que iba a examinarte.-Dijo sin mirarme.<br />Noté como la sangre huía de mi rostro, se preocupaba por mí, y en lugar de agradecérselo desprecié su hospitalidad inconscientemente.<br />Brandom se percató de mi arrepentimiento y se giró para estudiarme el rostro, le miré tímidamente cuando me encontré con sus ojos y sonrió.-Por eso estoy yo aquí, para asegurarme de que estás bien, me sentía responsable de lo que te ocurrió.-Dijo volviendo a su posición.<br />Parpadeé varias veces, esas palabras rebotaban en mi cabeza como gotas de agua sobre la hierba, recordé el ataque violento de Mary y mi reacción cuando vi…<br />-Brandom, tú no tuvístes la culpa, me asusté un poco cuando vi a Mary tan mal, qué…¿qué la ocurrió?.-Pregunté preocupada al recordarlo todo.<br />Sacó una de sus manos del interior del bolsillo del pantalón y la cerró en un puño con fuerza, su cuerpo estaba tenso podía ver su pecho hinchado y el ceño fruncido.<br />Pasado unos segundos su cuerpo se relajó, me daba miedo volver a preguntarle temiendo a su reacción, miré hacia otro lado intentando olvidar aquella pregunta, mostré interés cuando vi a más personas que se animaban a bailar en pareja y noté su mirada fija en mí.<br />-Mary está bien, sufre…-se detuvo para tomar aire y continuó-…sufre ataques de pánico cuando ve sangre, no es nada.-Dijo torciendo una sonrisa perfecta.<br />Desvié la mirada para asentir y devolver aquella irresistible sonrisa.<br />-Es algo de lo más normal, a mi hermana le ocurre lo mismo.-Dije mientras estudiaba el corte de <br />mi dedo.-Pobre Mary, lo siento de verdad.-Me disculpé ocultando mis manos en mis vestidos.<br />Le miré tímidamente pero su mirada no se apartaba de la gente que bailaba, su ceño estaba fruncido y el viento revolvió sus cabellos ocultando parte de su rostro hermoso.<br />-Fue un accidente, no es culpa de nadie Liz.-Dijo.<br />Cerró sus ojos por un momento y los abrió para encontrarse con los míos dedicándome una sonrisa.-Tengo que irme.-Dijo con el rostro preocupado.<br />-¿Tan pronto?, ¿no te quedas a ver el concurso?.-Pregunté angustiada.<br />No quería que se marchase, me angustiaba la idea de que aquello fuera una despedida final, que solo había venido a comprobar que me encontraba bien porque se sentía culpable, el corazón me dolía horriblemente, no sabía cómo reaccionar en ese momento, no sabia como retenerle…<br />Se giró dándome la espalda y en ese momento mi mano se cerró alrededor de su brazo, se detuvo en ese momento, paralizado, noté como se estremeció y su cuerpo se envaró.<br />Clavé mis ojos en su espalda y el viento revolvió sus cabellos acariciando mi rostro, mi corazón ya le estaba echando de menos no podía permitir que todo acabara así, no quería perderle.<br />-Espera por favor.-Dije con un hilo de voz.-Siento todo lo que e causado, me siento mal por mi comportamiento, solo quiero…-me aclaré la garganta y apreté su brazo con fuerza.-No quiero perderte Brandom, ¿podemos ser amigos?...por favor…<br />Su espalda se iba volviendo borrosa y miré mi mano sujetando con fuerza su brazo, ésta también estaba desapareciendo, la culpa fueron mis ojos inundados en lágrimas.<br />-No tienes por que llorar Liz, no lo hagas.-Dijo sin mirar hacia atrás.<br />Liberó una de sus manos de los bolsillos y la volvió a cerrar en un puño con fuerza, relajó su cuerpo y giró su rostro, en él lo acompañó una sonrisa amarga.- Seremos amigos.-Dijo.<br />Sacó su mano del bolsillo para tomar la mía, se giró poniéndose frente a mí clavando sus ojos en los míos, su rostro mostraba cierta tristeza al contemplar el mío, o tal vez sería el reflejo de mi propia cara y lo podía ver en él.<br />Apretó con delicadeza mi mano podía notar la suya helada como el hielo, con la que le quedaba libre limpió aquellas lágrimas que paseaban por mi rostro y cuando terminó de hacerlo intentó calmar mis labios temblorosos acariciándolos con los dedos.<br />Enterró mi cálida mano entre las suyas y sin dejar de mirar mis ojos se la llevo hasta los labios donde la dio un beso, mi corazón de desbocó cuando hizo tal gesto, intenté sonreír y me devolvió aquella sonrisa amarga.<br />Era como si quisiera que me sintiera mejor, y lo consiguió, en realidad prefería tener su amistad a no tenerle ni verle nunca más. Acarició la base de mi mano con mucha delicadeza y esta vez mostró una sonrisa mas hermosa.-No llores más.-Añadió.<br />Asentí y sonreí con ganas, liberó mi mano y tomé aire profundamente dejando que saliera después lentamente.-Disfruta del festival, hasta pronto.-Dijo despidiéndose.<br />Contemplé como se marchaba de mi lado llevando la mano hasta mi corazón, me dolía mucho menos que antes, estaba completamente segura de que tal vez sería duro tenerle como a un amigo y no poder decirle cuanto lo amaba, pero mas doloroso sería no tenerle cerca de mí sintiendo lo que sentía.Vanessahttp://www.blogger.com/profile/18211605774561015566noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-6811715489441076594.post-74315092937750357282010-04-10T05:03:00.000-07:002010-04-11T09:41:24.780-07:00Capítulo 9-AdvertenciaAnochecía en la ciudad de Londres, no dejaba de dar vueltas en mi cama pensando en Brandom, en su prima Estefi herida en el bosque, en mi amiga Karisma maltratada por su novio y en los rumores de los asesinatos en la ciudad.<br />Mi padre tenía por costumbre antes de comer leer un poco el periódico y luego esconderlo debajo de su plato, al retirarlo esa noche cuando terminamos de cenar me lo llevé a mi habitación sólo por echar un vistazo, en él había un articulo que llamó mi atención y me dispuse a leerlo a toda velocidad.<br /><br />Nueva desaparición en la ciudad de Londres<br /><br />"Debido a los asesinatos ocurridos recientemente en Londres,debemos comunicar una nueva desaparición, se trata de un estudiante de diecisiete años.<br />Su nombre es Mike Collins, fue visto por última vez en la avenida Hernan Hills que comunica con el centro de la ciudad.<br />La familia pide colaboración ciudadana, a continuación adjuntamos una fotografía <br />del desaparecido para facilitar la búsqueda.<br />Quien tenga información o creen que le hayan podido ver les rogamos que se pongan en <br />contacto con el departamento de policía de Londres.”<br /><br /><br />Otro nudo se me creó en la garganta cuando recordé aquella noticia que había leído momentos antes y tuve que luchar con mi respiración cuando intenté calmarla.<br />Me tapé hasta la cabeza y me encogí abrazándome a mi misma.<br />A ese monstruo le daba igual las edades de sus víctimas, sólo quería matar, probablemente el chico que buscan ya esté muerto.<br />Un escalofrío recorrió mi espalda haciendo vibrar todo mi cuerpo al pensar que mi hermana Amelia <br />podría estar en ese periódico, pude experimentar un dolor profundo en mi pecho al imaginarlo y la agonía de mis padres por su perdida.<br />Intenté sacar ese pensamiento horrible sin conseguirlo, me incorporé en la oscuridad y puse mis pies descalzos sobre el frío suelo,fuí de puntillas hasta la puerta y la abrí con suavidad, me detuve en el descansillo de la escalera apoyando mis manos sobre la barandilla y me incliné para ver la parte baja de la casa, no se escuchaba nada mas que los grillos que canturreaban afuera y el tic tac del reloj.<br />El salón tenía una luz azulada resplandeciente gracias a la luna que se colaba por las ventanas, me incliné un poco más para poder ver la puerta de la habitación de mis padres que estaba cerrada.<br />Di un respingo cuando el péndulo del reloj avisó de que era medianoche, lo fulminé con la mirada por tan tremendo susto.<br />Suspiré y crucé el descansillo de la escalera para atravesar el pasillo que conducía a la habitación de mi hermana, mi mano seguía la barandilla de madera mientras que con la otra sostenía en un puño parte de mi blanco camisón.<br />La puerta de Amelia siempre estaba entreabierta puesto que le daba miedo la oscuridad, mordí mi labio inferior y la abrí un poco más para poder entrar.<br />Su cama estaba situada en frente, al lado tenía una pequeña mesita auxiliar con un jarrón de cristal lleno de flores silvestres, detrás del cabecero había una amplia ventana adornada con unas cortinas de color blanco con bordados de flores.<br />En los pies de su cama había un baúl de madera que siempre estaba lleno de juguetes, tuve que esquivarlo para llegar hasta el cabecero donde la luz de la luna de un azul intenso iluminaba prácticamente toda la habitación.<br />Me puse de rodillas a la altura de la cabeza de mi hermana pequeña y dejé mis brazos descansar sobre el borde de la cama, apoyé mi barbilla en ellos y me limité a mirarla.<br />Su rostro era inocente, abrazaba con fuerza un viejo peluche de color marrón que se movía con su respiración tranquilizadora, sonreí y le aparté un tirabuzón dejando libre su rostro.<br />-Nunca te dejaré sola, no permitiré que te pase nada malo.-Dije en un susurro. <br />Volví a dejar mi barbilla sobre mis brazos y arrodillada a los pies de su cama me quedé dormida.<br />Pasado un largo rato sentí como la cama se movía, estaba tan cansada que no pude abrir mis ojos para ver si todo iba bien, entonces una mano cálida me sacudió el brazo con suavidad.<br />-Liz, ¿qué haces en el suelo?.-Preguntó Amelia incorporándose en la cama con ojos soñolientos.<br />-¿Has tenido una pesadilla?, puedes dormir conmigo si quieres.-Se ofreció.<br />Levanté mi cabeza y me froté los ojos con una mano, sonreí y me puse en pié para meterme dentro de la cama. Amelia cogió mi mano y sonrió, le devolví la mía y juntas nos quedamos dormidas.<br />La mañana del Domingo entró por la ventana con un sol cegador, abrí mis ojos con dificultad y lo primero que vi fue la cálida mano de mi hermana sobre la mía, sonreí y con mi otra mano sacudí suavemente su hombro.<br />-Despierta perezosa, ya ha salido el sol.-Dije con una voz tan baja que ni yo me escuché.<br />Amelia estiró su pequeño cuerpo sin abrir los ojos y frunció el ceño al notar los rayos de sol a través de la ventana, cogió la manta a tientas y se la llevó hasta la cabeza ocultando también la mía.<br />-No…es domingo.-Se quejó.<br />Me incorporé y tire de las mantas hacia la parte de los pies destapándola por completo, Amelia se quejó pataleando encima de la cama con el ceño fruncido mientras que yo carcajeaba.<br />La puerta que estaba entreabierta, se abrió de repente y mi madre irrumpió en la habitación llevándose la mano al pecho.<br />-Por dios.-Dijo dando un suspiro de alivio.-Estas aquí, no sabes el susto que me ha dado cuando e ido a tu habitación y no te e encontrado allí.<br />Amelia se incorporó en la cama y frotó sus parpados quejándose por la luz.<br />-Tuvo una pesadilla y vino a dormir conmigo.-Dijo mi hermana mirando a mi madre con un ojo cerrado y el otro abierto, luego se dirigió a mi para mirarme.-¿No se supone que tengo que ir yo a la tuya llorando por que e tenido un mal sueño?.<br />Torcí la cabeza haciendo un mohín y mi madre sonrió.<br />-Vale chicas, arreglaros y bajad a desayunar.<br />Asentí con la cabeza y mi hermana se quedo allí sentada sobre la cama intentando acostumbrar sus ojos castaños a la luz, parpadeó un par de veces y saltó de la cama para ir a un armario de color cerezo.<br />-Cuando te fuiste a acompañar a tu amiga, papá dijo que ayer por la mañana los Akerman ya se llevaron el encargo que le hicieron.-Dijo seleccionando un par de vestidos.<br />Me senté sobre la cama y cruzé mis pies cuando pronunció aquel apellido, de nuevo estaba distraída pensando en aquel ángel que me hacia suspirar desde que lo conocí, pero también pensaba en todo lo relacionado con él.<br />Su rechazo continuo me dolía ahora mucho más que el dia anterior y no tenia derecho a sentirme así, me dijo claramente que tenia a alguien especial pero aún así me dolía y eso era injusto, debería de alegrarme por él pues en eso consiste el verdadero amor.<br />Un pensamiento fugaz atravesó mi mente, un recuerdo sobre Estefi, ¿se encontraría bien?, tal vez sería mejor que lo comprobara acercándome hasta la mansión de los Akerman aunque mi presencia le desagradara a Brandom.<br />Cualquiera que escuchara mis pensamientos en voz alta diría que pretendía acercarme allí para poder verle de nuevo, y en cierto modo es cierto, pero no era de Brandom de quien se trataba si no de su prima, estaba herida y es algo natural querer preguntar cómo se encuentra.<br />Me mordí el labio mientras que dudaba, una parte de mi me decía que no lo hiciera, ser rechazaba por Brandom en su casa y delante de su familia ya fue lo bastante doloroso como para repetirlo, pero por otra, tenia que saber cómo se encontraba Estefi, ese hecho era muy humano y por lo tanto no tenía que ser tan malo acercarme hasta allí solo para preguntar.<br />Alcé la vista y mi hermana parecía seguir hablando pero no pude escuchar nada, estaba sumergida en mis dudas intentando averiguar que debía hacer y solo pude ver sus labios moverse a toda velocidad mientras se ponía un vestido de color verde oscuro.<br />-¿Liz puedes abrocharme?.-Dijo dejando su pequeña espalda en mi rostro.<br />Con cuidado fui abrochando aquellos corchetes ajustando el vestido a su espalda, cuando acabé mi hermana se retiró para dar unas vueltas agarrando parte de su vestido verdoso.-¿Cómo estoy?.-Preguntó con una amplia sonrisa.<br />-Preciosa, como siempre Amy.-Dije aun distraída.<br />-¿Has escuchado lo que te dije de los Akerman?.-Preguntó al ver mi rostro pensativo.<br />-Sí, que recogieron el pedido que le encargaron a papá.-Contesté.<br />-Sí, eso también, me refiero a que le han encargado más cosas.-Dijo poniendo los ojos en blanco. Mi rostro cambió de preocupado a sorprendido.<br />-Eso es estupendo, significa que les ha gustado el trabajo de papá.-Contesté.<br />Mi hermana asintió y me cogió de la mano haciéndome levantar de la cama, me puso de espaldas y apoyó sus manos en ella empujándome hacia la puerta.<br />-Venga arréglate ya Liz.-Añadió con unan sonrisa burlona.<br />Fui a mi habitación y antes de abrir la puerta respiré profundamente como si estuviera decidiendo si entrar o no hacerlo, en realidad pensaba si debía ir a la mansión o no.<br />Cuando solté todo el aire de mis pulmones lo vi claro, estaba decidida a volver allí, abrí la puerta y me dirigí al armario para buscar algún vestido que ponerme, buscando entre ellos mis dedos dieron con una tela suave como el pétalo de una margarita, sonreí y liberé la sedosa camisa de Brandom.<br />Me quedé por unos momentos inmóvil con la camisa entre las manos, mi sonrisa se iba desvaneciendo y una tristeza profunda me iba inundando por dentro, una vez mas la acerqué a mi rostro intentando obtener su dulce olor pero la madera crujió en el descansillo de la escalera en ese mismo momento, me apresuré en dejar la camisa donde estaba y saqué del interior del armario un vestido anaranjado con bordados blancos en las mangas.<br />-Liz te espero abajo.-Dijo mi hermana detrás de la puerta.<br />-Bien, no tardaré mucho.-Contesté pasando el vestido por encima de la cabeza.<br />Cuando acabé de vestirme bajé las escaleras y me incorporé en la mesa frente a mi hermana, mis padres estaban fuera en el porche regando las plantas que adornaban la entrada, aún no sabia que iba a decirles para que me dejaran ir a la mansión, tenia que inventar algo.<br />Estaba claro que mi padre no me dejaría ir y tampoco a mi madre le haría mucha gracia el echo de irme sola con todo lo que estaba ocurriendo en la ciudad, pero necesitaba saber como se encontraba Estefi.<br />Tomé mi tazón de leche apresuradamente y acto seguido lo llevé a la cocina, Amelia me miraba con el rostro confuso, normalmente me tomaba mi tiempo para comer lo cual hacia enfadar a mi madre y casi siempre estaba pendiente de que me lo terminaba todo.<br />-¿Por qué tienes tanta prisa hoy?.-Preguntó.<br />-Tengo que hacer algo Amelia, espero que no te enfades conmigo porque me ausente un rato.-Dije lo más calmada posible sin levantar sospechas.<br />-Creí que hoy vendrías conmigo al claro.-Dijo con rostro decepcionado.<br />Me acerque a ella con media sonrisa y arrastré una silla para ponerme a su lado.<br />-Te prometo que cuando vuelva iremos juntas, es mas, podríamos ir a la plaza del pueblo para ver el desfile de caballos ¿que te parece?.-Dije con intención de animarla.<br />-¿Un desfile de caballos?.-Preguntó con el ceño fruncido sin dejar de tener esa expresión triste.<br />-Todos los años hay un desfile de caballos, se trata de un concurso, quien posea el caballo mas bonito e inteligente es el ganador, merece la pena verlo. ¿Qué me dices?.-Insistí.<br />Mi hermana se quedó pensativa mirando hacia su tazón de leche y sonrió cuando se cruzó con mis ojos suplicantes.<br />-Vale, pero no tardes mucho.-Contestó con una sonrisa que contagió la mia.<br />-Te lo prometo.-Dije levantándome de la silla para ponerla de nuevo en su lugar.<br />Me dirigí al porche donde mis padres estaban refrescando las macetas llenas de flores de colores, y tome una buena parte de aire antes de expulsarlo lentamente mientras me dirigía hacia ellos.<br />-Buenos días cariño.-Dijo mi madre muy sonriente.<br />-Buenos días jovencita, ¿Qué tal has dormido?.-Pregunto mi padre dejando una vieja regadera en el suelo.<br />-Buenos días,-dije- dormir con Amy es un poco arriesgado por que da patadas en sueños.-Sonreí.<br />Mi padre levantó una ceja y mi madre sonrió al ver su expresión.<br />-Tu hija tuvo una pesadilla y durmió con Amelia.-Dijo mi madre.<br />-Ah, eso lo explica todo.-Añadió mi padre carcajeando.<br />En realidad no fue ninguna pesadilla, simplemente sentía la necesidad de ver que Amelia se encontraba bien, aunque era un poco vergonzoso que dijeran que tuve un mal sueño y me fui a refugiar a mi hermana.<br />Tome aire llenando mis pulmones e intente dibujar una sonrisa para unirme a las risas de mi padre, entrelacé los dedos de las manos y me mordí el labio, era el momento de pedir permiso para marcharme.<br />-Esto…papá, ¿puedo ir a casa de Yuls?.-Pregunté.-El Viernes olvidé pedirle que me prestara un libro de literatura.<br />Era lo único que se me ocurrió en ese momento, intente sonar lo más creíble posible y creo que funciono porque segundos después mi madre sonrió y le hizo un gesto a mi padre.<br />-Está bien, no tardes demasiado.-Dijo dando un suspiro.<br />Me acerqué a mi padre para darle un beso cariñoso en la mejilla y seguidamente a mi madre.<br />Salí del porche andando tranquilamente y avancé hasta la barandilla de madera, cuando crucé por ella eché una última mirada hacia la casa para comprobar si seguían mirando pero pude ver que seguían entretenidos con su labor. <br />El sol brillaba con debilidad debido a las nubes que lo ocultaban, eché una mirada al cielo y me pregunté si llovería en algún momento aunque lo dudaba por que el viento era de lo mas agradable…cálido.<br />Cuando estuve lo suficientemente alejada, eché a correr por el camino polvoriento agarrando mis vestidos con las manos, el corazón latía apresuradamente era como si le gustase lo prohibido y quisiera hacerme notar que era eso lo que le atraía, no me gustaba la idea de mentir a mis padres pero no me quedaba otra opción, de a ver dicho la verdad probablemente no me hubieran dejado marchar pero tampoco tuve el valor de preguntarlo.<br />Eso no importaba ahora, ya había mentido, y ya estaba dirigiéndome a la mansión, tuve que apartarme del camino para dejar pasar un carruaje de color cerezo con dos caballos oscuros, el señor alto y delgado con un bigote delicadamente cortado me miro por encima del hombro cuando me disculpe con la mirada y eché a correr de nuevo.<br />Tuve que detenerme en dos ocasiones para poder recuperar el aliento y calmar los latidos violentos de mi corazón ahora aterrado, llegando a la gran verja mis pasos eran inseguros, estando allí me pregunte si no seria un error.<br />Agarre uno de los barrotes con las respiración entrecortada intentando ver a través de las rejas si había alguien por allí cerca para poder preguntar sobre el estado de Estefi, entonces pude divisar a Mary sentada en la gran fuente de piedra.<br />Su vestido largo era de color tierra, su melena larga y rubia tenia esta vez un recogido con unos mechones ondulados que le caían ligeramente por la parte de la nuca, en sus manos sostenía algo parecido a un periódico y parecía estar muy entretenida leyendo con el ceño fruncido.<br />El aire cálido sacudió las hojas del sauce llorón que se encontraba en el centro de la fuente y Mary detuvo su lectura para husmear el aire con su nariz perfecta, de pronto su rostro se dirigió a la verja donde se encontró conmigo y una fina línea dibujaron sus labios carnosos.<br />Dejó el periódico en la fuente de piedra y se levanto con un movimiento muy señorial, tomó una parte de su vestido con el puño y lo llevo hacia atrás cuando avanzaba hacia la verja con unos pasos muy femeninos.<br />-Hola Mary, que suerte que te encuentro cerca.-Dije con una sonrisa cuando se acercó lo suficiente para que pudiera oírme.<br />-Que alegría verte de nuevo Liz, ¿qué te trae por aquí?.-Preguntó con su dulce voz de sirena.<br />-Me acerqué para preguntar cómo se encuentra Estefi.-Contesté.<br />Mary se llevo una de sus manos pálidas a la barbilla con gesto pensativo.<br />-Perdóname Liz, pero no entiendo lo que quieres decir.-Dijo encogiéndose de hombros.<br />-Ayer vi a Estefi en el bosque, estaba herida y no pude preguntarle en ese momento.-Dije.<br />No me parecía buena idea decirle que estaba con su hermano y que no fuimos a socorrerla porque el mismo no quiso.<br />Mary miró la parte baja de su largo vestido y acto seguido se frotó los brazos, pasó la lengua por sus labios para humedecérselos y me miró con la cabeza hincada en el suelo, suspiro y la alzó para mirarme directamente a los ojos.<br />-Si está bien, tuvo un pequeño incidente pero se encuentra perfectamente, gracias por preguntar Liz.-Dijo con una sonrisa torcida.-¿Quieres pasar y tomarte un té?.-Ofreció entrelazando sus manos blanquecinas.<br />Parpadeé un par de veces antes de reaccionar y decir algo, era la única Akerman que me había vuelto a invitar después de la noche que su hermano me expulso de allí, tragué saliva y despegue mis labios para poder contestar cuando me vino aquél recuerdo.<br />-No creo que sea buena idea Mary, a Brandom no le…<br />-Olvida a mi hermano, además están de viaje, en la mansión estamos la servidumbre y yo.-Me interrumpió.<br />Abrió la verja con una sola mano y me invitó a entrar con una ancha sonrisa dejando ver sus brillantes dientes, al cruzar por su lado note como inhalaba el aire y lo expulsaba con dificultad.<br />Un ruido sordo se escucho en el jardín cuando Mary cerró la verja mientras que yo observaba la inmensa vegetación que poseían, era un jardín de ensueño.<br />-¿Te gusta nuestro jardín?.-Preguntó cuando pasó por mi lado.<br />-Es increíble, pero os falta la variedad de rosas silvestres.-Dije echando una ojeada rápida.<br />Cuando volví a mirar los ojos de color miel de Mary noté que su dulce rostro se transformó a uno intranquilo, era como si mi comentario la hubiese ofendido.-Oh, lo…siento es solo que…<br />-Intenté disculparme.<br />Su sonrisa se torció y volvió a coger parte de su vestido cuando se puso a caminar.<br />-Tranquila Liz, eres muy observadora tengo que admitirlo, si no las tenemos es porque…bueno, siempre hay algo que se pasa por alto, ¿no crees?.-Dijo volviendo a sonreír.<br />Asentí con la cabeza devolviendo aquella esplendida sonrisa y la seguí hasta la entrada principal de la mansión, a la luz del día no me parecía tan retorcida como cuando me escapé aquella noche, tenia un aspecto extraordinario rebosaba un autentico esplendor.<br />En sus enormes ventanales rebotaba la luz débil del sol haciéndolas brillar y por mucho que me esforzara ver desde fuera que había detrás de ellas era imposible divisar.<br />-¿Dónde fueron todos?.-Pregunté cuando cruzamos la puerta de la entrada.<br />Avanzábamos por el largo pasillo de la entrada y la mujer bajita que debía de ser el ama de llaves hizo un inclinamiento de cabeza cuando Mary pasó por su lado, se volvió para mirarme frunciendo el ceño sin borrar aquella sonrisa.<br />-A visitar a unos familiares.-Dijo sin volver la vista hacia atrás.<br />-Perdona que te pregunte pero, ¿tú por que no has ido?.-Pregunté avergonzada.<br />-No me apetecía salir de la ciudad.-Sonrió.<br />Asentí devolviendo aquella dulce sonrisa mientras me llevaba por el largo pasillo pisando aquella preciosa alfombra de color blanco, no pude evitar mirar la parte trasera de su largo vestido color tierra barriendo la alfombra.<br />Cruzamos un amplio arco de piedra para entrar en una sala muy acogedora, lo primero que llamó mi atención fue aquel piano de color oscuro, un estremecimiento me sacudió el cuerpo cuando recordé la primera vez que visité la mansión.<br />El asiento del piano era de terciopelo de un color rojizo que hacia juego con unas amplias cortinas que cubrían los laterales de las ventanas, la tapadera que cubría las teclas estaba cerrada y brillaba todo el piano con una luz cegadora que atravesaban los ventanales, parecía como si nunca lo hubieran usado.<br />Me volvieron a impresionar los cuadros que habían en la sala eran realmente una maravilla y complementaba con todo lo que había.<br />Hacia el otro lado había un caballete donde alguien debía de a ver estado pintando algo, solo pude ver unos garabatos de colores y no pude distinguir que era exactamente. Mary me condujo hasta un amplio sofá de color blanco con los reposabrazos de color dorado y me hizo sentar, acto seguido cogió parte de su vestido y con un movimiento señorial se sentó a mi lado sonriendo.<br />La señora bajita cruzo el arco en ese momento con sus manos puestas en su resplandeciente delantal y sonrió.<br />-¿Se le ofrece alguna cosa señorita Akerman?.-Preguntó muy educadamente.<br />-Si Dorothy, trae un té para nuestra invitada.-Dijo inclinando su cabeza.<br />La señora asintió con la cabeza y cruzo el arco nuevamente para desaparecer de la sala, Mary sonrió al ver como mis ojos se iban de un lado para otro estudiando cada de talle de la estancia.<br />-Es impresionante, me gustan todos estos cuadros aunque no sepa de quien son.-Dije avergonzada de mi ignorancia.<br />-Son de Picasso, no es muy conocido pero a mí personalmente me encanta, de hecho cuando quiero desconectar de todo me pongo a pintar.-Dijo llevando una mano a sus labios intentando ocultar su risita.<br />Parpadeé sorprendida y sonreí.<br />-¿En serio?.-Pregunté.-¿Pintas cuadros Mary?.<br />-Sí, es…-desvió la mirada y se volvió para sonreír antes de continuar.-Es una manera de liberar tensiones.<br />Asentí aunque sin comprender que era exactamente a lo que se refería no quería volver a preguntar para no resultar un poco pesada, no me imaginaba que alguien de la aristocracia tuviera algún tipo de tensión, mas que nada por que lo tenían todo, o a lo mejor estaba confundida y creía que a si era por lo que mi padre decía de ellos.<br />La señora irrumpió en la sala y Mary tomó aire profundamente intentando sonreir.<br />-Aquí tiene.-Dijo la mujer dejando una taza de porcelana encima de una delicada mesa de madera.<br />-Muchas gracias, Dorothy.-Dije sonriendo.<br />-¿Desean alguna cosa más?.-Preguntó volviendo sus manos a su blanco delantal.<br />Mary sonrió y negó con la cabeza, la mujer volvió a cruzar el arco desapareciendo por el largo pasillo y miró la taza de té que estaba sobre la mesa echando un humo blanquecino.<br />-Siento no acompañarte tomándome un té contigo, pero tomé uno antes de que tu aparecieras.<br />-Dijo disculpándose con una sonrisa torcida.<br />Di un sorbo y pasé la lengua por los labios para calmar la quemadura que me había producido en ellos, deje la taza sobre la mesa y sonreí.<br />-No importa Mary, siempre llego tarde.-Dije soltando una risilla nerviosa.<br />Mary se llevo las manos a los labios para ocultar sus sonoras carcajadas, sabia perfectamente por que hice aquel comentario, la noche que me escape de casa para cenar con su familia y llegué tarde, me uní a sus carcajadas que retumbaban parte de la mansión, pasaron unos segundos y poco apoco nos íbamos tranquilizando.<br />-Liz eres muy graciosa, jamás había conocido a una persona así.-Dijo aun entre risas.-No me extraña que mi hermano me hable de ti.<br />En ese momento estaba dando un sorbo a mi té cuando se me fue por el otro lado de la garganta al escuchar tan inesperadas palabras, dejé la taza sobre la mesa y me llevé la mano a la garganta poniéndome colorada, no sabia si era del atragantamiento o de sus palabras pero el caso era que me faltaba la respiración.<br />Me pareció en ese momento que Mary se puso más pálida de lo que ya estaba y su rostro era preocupado, me daba palmadas en la espalda mientras me miraba con sus ojos color miel.<br />-¿Liz, te encuentras bien?.-Pregunto varias veces con el rostro preocupado.<br />Aspiré aire profundamente mientras seguía dándome las palmadas en la espalda e intenté calmarme, la miré con ojos llorosos y poco a poco iba tranquilizando mi respiración.<br />-Sí, lo siento, ya estoy mejor.-Dije con un hilo de voz.<br />Mary resopló aliviada y torció su sonrisa.<br />-Casi te atragantas Liz, vaya susto que me has dado, eso nos pasa por reírnos tanto.-Dijo mientras pasaba las manos por su largo vestido intentando alisar aquellas arrugas invisibles.<br />Carraspeé y volví mi rostro para mirarla con el ceño fruncido.<br />-Brandom te…¿habla de mí?. –Pregunté con mis mejillas al rojo vivo.<br />Mary me devolvió su mirada y una sonrisa dejo ver sus dientes brillantes, se levantó del sofá con su movimiento delicado y caminó hacia el ventanal que estaba justo al lado, me dio la espalda mientras miraba a través del cristal transparente y luego volvió su rostro hacia el mío.<br />-Sí, lo hace, y te diré algo más Liz, te he mentido.-Dijo volviendo a mirar tras el cristal.<br />Fruncí el ceño intentado quedarme con aquellas palabras, me gustó la primera parte, la que hablaba con su hermana de mí pero no sabia que era de lo que habían hablado, me daba miedo preguntar pues temía de que fuera algo que no me fuera a gustar.<br />Por otra parte me preocupaba de lo que dijo, que me había mentido, no podía imaginar que aquella palabra encajara con Mary me parecía bastante sincera.<br />-¿Qué quieres decir con que me has mentido Mary?.-Pregunté limpiando los párpados que aún estaban humedecidos.<br />Seguía dándome la espalda y miraba a través del cristal con el ceño fruncido, me pareció en ese momento que estaba viendo algo pues estaba muy tensa.<br />Se dio la vuelta y entrelazó los dedos de sus manos mientras intentaba aparentar una sonrisa.<br />-No se marcharon todos, mi hermano Brandom está a punto de llegar a casa.-Dijo.<br />En ese momento me levante de un brinco y pudo ver en mis ojos la preocupación, si él me encontrara allí se iba a enfadar, aunque recordando en el claro, me dijo que solo bromeaba cuando dijo que no le gustaba que la gente entrara en su casa solo porque querían quedarse.<br />-Será mejor que me vaya Mary, no le quiero disgustar.-Anuncié apresuradamente.<br />Recordé lo que les había dicho a mis padres, que iba a casa de Yuls a por un libro de literatura, si no volvía con él podrían descubrir que les había mentido.-¿Podrías prestarme un libro de literatura, te lo devolveré en cuanto pueda?.-Pregunté.<br />Mary fue hasta una pequeña estantería de madera y pasó su dedo acariciando a toda velocidad todas las tapas, y sacó de entre ellos un libro con la solapa de color marrón, lo abrió y echó un vistazo rápido las paginas, lo cerró y sonrió cuando me lo entregó.<br />-Puedes quedártelo Liz.-Dijo pasando sus manos por detrás de la cintura.<br />Pestañeé un par de veces cuando lo abrí y comprobé que se trataba de un libro sobre literatura, me pareció sorprendente aquella velocidad cuando lo buscaba, en los cantos de todos aquellos libros no había ninguna inscripción que dijeran de que se trataba cada uno de ellos.<br />Al pasar de hoja, la página me corto el pulgar y un pequeño punto de sangre manchó parte de ella,<br />me llevé el dedo a los labios para limpiar aquella sangre mientras fruncia el ceño intentando calmar el pinchazo.<br />Un gruñido provino desde la garganta de Mary, dio unos pasos hacia atrás sin quitarme los ojos de encima, sombras oscuras pasaron por sus ojos de color miel, su respiración era entrecortada y las aletas de su nariz se hincharon mientras que con una mano ocultaba su nariz y su boca.<br />-Maldición, me he cortado.-Dije intentando parar aquella sangre que parecía que no iba a cortarse nunca.-Lo siento Mary he manchado tu libro.-Intenté disculparme mientras que Mary seguía retrocediendo.-¿También te marea la sangre?.-Pregunte cuando vi que aun tenia su mano ocultando su perfecta nariz.<br />Seguía caminando hacia atrás y tropezó con un mueble que tenia dos candelabros dorados, se llevó una mano al estómago cuando cayeron estampándose contra el suelo, apoyó una mano en aquella mesa y sus uñas estaban arañando la madera, caminé hacia ella pasando la lengua por mis dientes cuando oí el chirrido y Mary me detuvo alzando una mano en el aire sin mirarme.<br />-No te acerques, vete Liz, vete de aquí ahora mismo, mi hermano esta a punto de llegar.-Advirtió.<br />Su voz de sirena sonaba ahora muy diferente, muy dura, entendía que quisiera que me fuese de allí, su hermano podría discutir con ella por mi culpa y no estaba dispuesta a que eso ocurriera, pero estaba preocupada por ella, camine con pasos cortos en su dirección, los mechones ondulados de su nuca de mármol le caían sobre la cara, sus parpados estaba fuertemente apretados y su boca abierta entraba y salía el aire.<br />-No te acerques más Liz, estoy bien vete de aquí por favor.-Dijo intentando mirar hacia otro lado.<br />-Pero Mary, te encuentras mal, ¿llamo a un medico?.-Pregunté muy preocupada.<br />Mi mano apretó su hombro con cariño y me aparté cuando giró su rostro para mirarme a los ojos con fiereza, su expresión era fría, sus ojos no eran de color miel, eran de un rojo sangre fruncÍa el ceño y apretaba sus blancos dientes con fuerza.<br />-¡MARCHATE, VETE DE AQUÍ AHORA MISMO!.-Advirtió con voz amenazante.<br />Me quedé de piedra al ver aquellos ojos, escalofríos me sacudieron todo el cuerpo, era un hecho de que no se encontraba bien, retrocedí en dirección al arco para salir de la estancia sin dejar de mirarla, Mary no me miraba se limitaba a controlar su respiración con sus manos apoyadas en aquella mesa dejando caer todo su peso, su cuerpo se agitaba y se estremecía con violencia era como si le estuviera dando una especie de ataque.<br />Seguí retrocediendo sin apartar mis ojos de ella, quería ayudarla pero no me daba la oportunidad de hacerlo, tampoco es que pudiera hacer mucho pero llamar a un medico para que la examinara era la mejor opción.<br />Me giré para cruzar aquel arco por completo y salir corriendo en busca de ayuda, pero choqué con algo fuerte, duro y frio que me hizo gritar en ese momento.Vanessahttp://www.blogger.com/profile/18211605774561015566noreply@blogger.com5tag:blogger.com,1999:blog-6811715489441076594.post-25319391638582313022010-04-06T06:41:00.000-07:002010-06-19T06:41:52.102-07:00Capítulo 8-Encuentro inesperadoPoco a poco fui girando sobre mi misma aguantando la respiración que cada vez se hacía más agitada.<br />Temía que fuera un producto de mi imaginación otra vez, como cuando creí verlo en la escuela, o cuando mis libros cayeron en medio de la calle y Sam se apresuró para recogerlos,o aquella noche cuando lo vi a través de mi ventana en la oscuridad…<br />Debía de ser mi imaginación puesto que yo me pregunté para mis adentros si él había pesando en mí en algún momento y me había contestado.<br />Pero ahí estaba, con una sonrisa torcida demasiado perfecta, demasiado real, parpadeé varias veces con fuerza y sus ojos color miel parecieron mirarme confusos.<br />-¿Te encuentras bien Liz?.-Preguntó mientras se iba acercando con pasos cortos.<br />El viento revolvió su melena oscura y parte de sus mechones ocultaron su rostro, su ceño estaba fruncido y se puso tenso cuando estuvimos cerca el uno del otro.<br />Mi rostro debía de estar igual porque no noté que los músculos de la cara cambiasen, Brandom cogió un mechón dorado de mis cabellos y lo apartó cuidadosamente de mi frente mientras que la mano que le quedaba libre la tenia escondida en el bolsillo del pantalón, mi corazón estaba dislocado no encontraba la manera de calmarlo como tampoco podía controlar mis pensamientos, no sabía si realmente estaba allí o era mi imaginación traicionera.<br />Tenía una camisa blanca que podía ver parte de su pecho desnudo, con unas mangas anchas y los puños tenían unos volantes ondulados dejando ver sus manos blanquecinas. <br />Su pantalón era oscuro y hacia juego con un elegante chaleco negro que llevaba puesto encima de su camisa.<br />Realmente nunca había visto a un hombre tan varonil, tan hermoso, tan elegante…tragué saliva antes de poder contestar a mi imaginación e inhalé un poco de aire.<br />-¿Estás aquí?.-Pregunté con un hilo de voz.<br />Mi imaginación carcajeó y dio unos pasos hacia atrás sonriendo ahora entre dientes, parpadeé varias veces temiendo de que se fuera por aquella estúpida pregunta, pero se detuvo allí sin dejar de sonreír.<br />-Claro que estoy aquí Liz.-Dijo mirando sus zapatos oscuros.-Te dije que me lo plantearía.<br />Sonreí y mis mejillas tomaron un color rojo al saber que realmente estaba allí y conmigo.<br />-Lo siento Brandom…no te…reconocí.-Dije al fin.<br />Carcajeó de nuevo y dio unos pasos hacia delante.<br />-¿Descubrieron tus padres que te escapaste anoche?. –Preguntó.<br />Sus ojos me derretian, no podía mirarle directamente porque temía que en <br />algún momento mis rodillas comenzaran a fallar, volví a tomar aire y tuve que tener valor para mirarle.<br />-No saben nada, creo que podré hacerlo otro día.-Contesté torciendo mi sonrisa.<br />La sonrisa de Brandom se borró del rostro las aletas de su nariz comenzaron a hincharse y frunció el ceño como nunca antes lo había visto, bajé la vista hasta sus manos y estaban apretadas en un puño mientras daba unos pasos hacia atrás.<br />-¿Qué ocurre?.-Intenté preguntar al ver su reacción.<br />Dejó de apretar sus manos y su cuerpo comenzó a relajarse intentando serenar su rostro.<br />-Nada, ¿de dónde vienes?.-Preguntó con la sonrisa torcida.<br />Vio como mi rostro cambió de repente y se acercó para estudiármelo detenidamente, alzó mi barbilla para poder mirarlo mejor pero mis ojos se desviaron hacia un lado.<br />Me soltó y volvió a dar unos pasos hacia atrás, entonces comenzé a contarle lo que <br />le había sucedido a mi amiga, necesitaba hablar sobre ello para poder liberar un poco el peso.<br />Brandom tuvo una expresión tensa, no parecía agradarle para nada lo que le estaba diciendo, y lo entendía, aquello no podía ser agradable para nadie.<br />-Entiendo.-Dijo.<br />No dijo nada mas solo aquella palabra, me hubiera alegrado que me aconsejara sobre que debía hacer, si debía permanecer en silencio como mi amiga me pidió, o acudir yo misma a las autoridades.<br />En un abrir y cerrar de ojos cambió de tema lo cual le agradecí, necesitaba distraerme y que mejor manera que tener su atención, me sentí dichosa de tenerle por unos momentos para mí, desde la noche anterior solo deseaba verle de nuevo y aquí estaba…<br />Me dejé caer en la fresca hierba del claro y Brandom se acomodó a mi lado a una distancia prudencial, no se parecía en nada a su hermano Near, sin duda él sabia como tratar a una chica.<br />Tenía muchas preguntas para hacerle y era la ocasión perfecta antes de que pudiera irse de nuevo y dejarme con la incertidumbre.<br />-¿Brandom, porqué no te gusto mi presencia en tu casa, y sin embargo estas ahora hablando conmigo tranquilamente?.-Pregunté sin detenerme en ningún momento.<br />Cruzó sus brazos sobre sus rodillas y me miró directamente a los ojos antes de darme una respuesta.<br />-No me gusta que la gente vea la casa donde vivo, ya sabes, luego querrían quedarse allí para siempre.<br />Parpadeé varias veces por la sorpresa, no podía imaginar que él fuera a pensar así de mi, ¿así era entonces como me veía?. ¿Cómo una intrusa en su casa que pretendía quedarse?.<br />La sangre huyó de mi rostro quería irme de allí porque me había ofendido con sus palabras, me incorporé sacudiendo mi falda y en ese momento Brandom cogió mi mano sin dejar de mirar las flores que estaban frente a él.<br />-No lo decía en serio.-Se apresuró a decir.<br />Bajó mi mano hasta la fresca hierba haciéndome sentar esta vez un poco más cerca de él,le miré sin timidez alguna y éste no dejaba de mirar aquellas flores balanceándose. <br />-Tuve mis motivos para sacarte de allí, créeme.-Dijo con un tono de voz sombrío.<br />En ese momento creí que esta vez estaba hablando en serio, miré en dirección a las flores que él no dejaba de observar y fruncí el ceño, tragué saliva mientras mis ojos se desviaron hacia su perfil perfecto, el viento venia desde atrás y le revolvía el pelo ocultando su rostro, me dio la tentación de liberarle de aquella cascada negra que lo cubría.<br />-¿Puedes decirme tus motivos?.-Pregunté nerviosamente sin dejar de mirarle.<br />-No por el momento.-Contestó fríamente.<br />Asentí con la cabeza y no era capaz de formular otra pregunta por miedo a que me diera otra negativa, pero mi curiosidad era más fuerte que ese miedo.<br />Aclaré de nuevo mi garganta y me armé de valor para seguir con el interrogatorio.<br />-¿Vas a la escuela?.-Pregunté mientras me acercaba un poco más a él.<br />Brandom inhaló aire profundamente y su cuerpo se puso rígido, noté que mi acercamiento no le agradaba y volví apartarme de su lado. Se percató de ese detalle y volvió su rostro torciendo su sonrisa.<br />-No, acabé mis estudios hace dos años.-Contestó.<br />Pasó una mano por sus mechones oscuros y torció la cabeza sonriendo abiertamente.<br />-¿Tú vas a la escuela aún?.-Preguntó.<br />Asentí con la cabeza varias veces y él carcajeó.<br />-¿Cuántos años tienes Liz?.<br />-Dieciséis, la semana que viene es mi cumpleaños, ¿y tú?.-Pregunté con verdadero interés.<br />-Diecinueve.-Contestó sonriendo entre dientes.<br />Sonreí y le miré ahora más detenidamente.<br />-Justo lo que estaba pensando.-Dije sonriendo.<br />Un escalofrío me hizo estremecer, tenía la piel erizada y me froté los brazos para entrar en calor, Brandom se percató y sonrió amargamente volviendo a mirar aquellas flores.<br />-Si pudiera te daría calor.-Dijo.-No suelo tener una temperatura agradable.<br />Alcé la vista y mis palpitaciones se hicieron sonar en aquél claro, por un momento dejé de sentir frio, aquellas palabras ardían como una llama dentro de mi corazón.<br />Miré sus manos blanquecinas que descansaban sobre sus rodillas y apoyé mi mano sobre la suya, volvió a ponerse tenso y al cruzarme con su mirada una sombra oscura paso sobre sus hermosos ojos del color de la miel.<br />Dejé de tener contacto con su piel de mármol al notar su incomodidad y me abracé a mi misma dolida por su rechazo<br />-¿Por qué eres tan frio?.-Pregunté sin mirarle.<br />Hizo caso omiso a mi pregunta y se volvió para sonreírme cambiando de conversación.<br />-¿Quieres que te acompañe a casa?, está empezando a refrescar.<br />-Solo me dio un escalofrío estoy bien, prefiero quedarme un rato más.<br />Brandom asintió una sola vez y miró a su alrededor, quería hacerle muchas preguntas pero era obvio que me evitaba así como que permaneciera cerca de él.<br />-¿De dónde eres?.-Pregunté al fin.<br />-Nací en Londres, pero me considero de muchos sitios ya que e vivido en varios lugares.<br />-Debe de ser deprimente cambiar de lugar cada cierto tiempo.-Dije negando con la cabeza.<br />Brandom sonrió y volvió su rostro para mirarme.<br />-No está tan mal, aprendes cosas nuevas de cada lugar, es interesante.-Añadió mientras miraba fijamente mis labios.<br />Mis mejillas se sonrojaron y evité su mirada concentrándome en mis manos temblorosas, entrelazé los dedos y cogí aire llenando mis pulmones.<br />-¿Tienes…novia?.-Tartamudeé.<br />Me sentí un poco violenta al hacer esa pregunta, pero necesitaba saber si tenía a alguien especial y me evitaba de esa manera.<br />Me miró de reojo y sonrió nerviosamente, llevé la mano hasta mi garganta evitando que se formara un nudo en ella, pues me pareció que esa sonrisa lo confirmó.<br />-No, pero hay alguien especial.-Dijo torciendo su sonrisa y mirándome con ojos entrecerrados. <br />El nudo de mi garganta me presionaba lo que no conseguí articular ninguna palabra, era como si cada palabra que me decía me estuviera ahogando. <br />-¿Y tú, tienes a…alguien especial?.-Preguntó con la voz tan baja que me costó oírle.<br />Aclaré mi garganta e intenté mirar hacia otro lado cuando Brandom estudió mi rostro con detenimiento.<br />-No.-Contesté amargamente.<br />En un principió pensé en contestarle con la verdad, que amaba todo su ser, pero algo dentro de mí me impedía hacerlo.<br />No podía decirle algo asi puesto que había otra persona que le interesaba, no tenía derecho a incomodarle de esa manera por mucho que me doliera no poder decirle la verdad.<br />Brandom agarró mi barbilla obligándome a mirar su dulce rostro, el contacto de su mano sobre mi piel me hizo estremecer, mis ojos estaban clavados en su camisa evitando encontrarme con los suyos y que viera en ellos la decepción.<br />Me impresionó que se acercara él y me tomara de la barbilla, si fuera a la inversa seguramente sería rechazada una vez más, es como si el supiera lo que hacía y yo no.<br />-Mírame.-Dijo moviendo suavemente mi barbilla.-¿Qué te ocurre Liz?.-Preguntó preocupado.<br />Parpadeé varias veces antes de tener el valor suficiente para mirarle, e intenté buscar una respuesta que fuera lo más creíble posible.<br />-Nada, sólo recordaba un chico que veía a menudo.-Mentí.<br />Me soltó lentamente sin dejar de mirarme y dio un suspiro largo, su rostro se mostraba sereno y una sonrisa torcida dibujaron sus labios.<br />-Entonces si que tienes a alguien especial.-Dijo mirando un conjunto de margaritas que había a su lado.<br />-En realidad no, era solo un amigo.-Corregí.<br />Un crujido llegó desde el otro lado y Brandom se volvió para mirarme con una sonrisa que deslumbró al propio sol, deslizó suavemente por mi rostro una margarita, los pétalos rozaron la punta de mi nariz y parte de mis labios temblorosos. <br />Sus ojos profundos se centraron en aquella margarita rozando mi piel, parpadeé e intenté no moverme por no estropear aquél momento tan intimo, sentí la necesidad de decirle todo lo que albergaba mi corazón pero no me lo estaba poniendo fácil.<br />-Brandom...eres hermoso.-Dije con verdadera admiración.<br />Sonrió y sus profundos ojos se encontraron con los míos, esta vez pude aguantar su mirada, su sonrisa perfecta me dejó sin respiración como de costumbre.<br />-Son tus ojos que me ven así.-Dijo sin dejar de mirar mi rostro hipnotizado. <br />-No…-dije.-Tú eres así.-Contesté con un suspiro.<br />Brandom cerró sus párpados por un momento e inhaló aire, abrió sus ojos de color miel lentamente mientras lo soltaba, mi mano traicionó la orden que mi cerebro le ordenó, cuando quise darme cuenta la tenia descansando sobre su rostro de mármol, su piel helada no me hacia estremecer esta vez, noté que Brandom retrocedió al estar en contacto con mi mano cálida <br />y no dejaba de mirarla de reojo, dio un suspiro largo y sus ojos volvieron a cerrarse apretándolos con fuerza.<br />Mi dedo pulgar se deslizaba suavemente por su pálida mejilla, me sentí maravillada cuando sentí su textura suave y fría… era una sensación increíble.<br />Sonreí al ver cómo iba acomodando su rostro poco a poco sobre la palma de mi mano, mi corazón palpitaba con rapidez, no me llevé la mano hasta el pecho para tranquilizarlo como otras veces, esta vez dejé que palpitara con fuerza para que pudiera darse cuenta de cuánto lo amaba.<br />Dejó de apretar sus párpados dejándolos simplemente cerrados, sus labios perfectos rozaron la palma de mi mano cuando giró el rostro por completo, dejó de acariciar mi mejilla con la margarita, la dejo descansar en la fresca hierba que había entre los dos y una línea dibujó sus labios.<br />-Brandom…-susurré al mismo tiempo que el latido de mi corazón.<br />Abrió los ojos lentamente y se encontraron con los míos, se apartó de mi mano con rapidez y volvió a su posición de antes con el gesto preocupado.<br />Me aclaré la garganta y era ahora cuando estaba empezando a preocuparme, no me había dado cuenta de que había llegado demasiado lejos, el que yo me acercara era algo que le incomodaba y no me había percatado de ello hasta que le vi retroceder, pero en ese momento tan intimo no parecía haberle disgustado lo cual mi corazón se sintió aliviado.<br />-Lo…siento.-Dije con un hilo de voz.<br />Su rostro iba normalizándose, parpadeó varias veces y miró la hierba donde permanecía aquella margarita descansando, la cogió por el tallo y volvió a mirarme con una sonrisa.<br />Colocó con cuidado aquella flor sobre mi pelo sin dejar de sonreír, y acto después con su dedo índice acarició la punta de mi nariz con suavidad.<br />-No, yo lo siento Liz.-Dijo cuando se detuvo.<br />-No debería de haber hecho eso, perdóname.-Me disculpé llevando las manos a mi regazo.<br />Brandom se incorporó y se puso de rodillas frente a mí, le miré tímidamente y bajé mi rostro hasta mi falda.<br />Puso una mano sobre su rodilla y con la otra me agarró nuevamente por la barbilla obligándome a mirarle a los ojos, tenía una mirada dolida y el labio inferior le temblaba.<br />-Por favor no te disculpes, no es por ti, es por mí.-Dijo casi en un susurro.<br />-Dices que es por ti porque tienes a esa persona especial, lo comprendo.-Dije amargamente.<br />Le estudié el rostro y dejó de sostener mi barbilla para ponerse en pié, noté como dio un suspiro fustrado en el aire y negó con la cabeza, enterró el rostro en su mano e intento mantener una expresión calmada antes de volver a mirarme, extendió su mano para hacerme levantar y otro escalofrío sacudió todo mi cuerpo cuando estuve en contacto con él.<br />-¿Te llevo a casa?.-Preguntó evitando hablar de lo que sabía que me haría daño.<br />Asentí con la cabeza e intenté sonreir.<br />-Sólo quiero saber una cosa más.-Dije, tomé aire y continué.-¿Has pensado en mí?.<br />Apretó sus puños mirando hacia un lado, y segundos después se volvió para mirar mi rostro con una sonrisa que me volvió a derretir.<br />-No e dejado de hacerlo desde que te conocí.-Respondió pasando sus mechones hacia atrás.<br />Cuando lo encontré allí y escuche sus palabras de que pensó en mi creí que sería mi imaginación, pero esta vez no lo era, el lo había dicho.<br />Sentí como si en mi estómago estuvieran revoloteando mariposas de un lado a otro, por un momento me olvide respirar y tuve que tomar aire llenado por completo mis pulmones.<br />¿Pero que ahí de esa persona especial de la que hablaba?, no podía dejar de pensar en ello y volví a sentirme vacía.<br />Sólo estaba siendo amable conmigo nada más, puede que notara que me ofendió con sus continuos rechazos y sólo lo dijo para que no me sintiera peor de lo que ya estaba.<br />En cualquier caso, yo no tenía derecho a sentirme así y él no tenia la culpa de que lo amara, deseaba con todas mis fuerzas poder mirar a sus ojos profundos y decirle cuánto lo quería, no me importaba que el volviera a rechazarme, tampoco quería que lo tuviera en cuenta, simplemente quería decirlo porque no podía ocultarlo más y que él mismo decidiera que no podríamos seguir siendo amigos si yo tenía esa clase de sentimientos hacia él.<br />Mis labios se despegaron con suavidad y me encontré con la miel de sus hermosos ojos, otro escalofrío violento que no tenia nada que ver con el frio me sacudió y Brandom frunció el ceño.<br />-Será mejor que nos marchemos ya es más de media tarde y va haciendo frio.-Insistió.<br />Asentí de nuevo y pasó por mi lado dirigiéndose colina abajo, dí un suspiro ahogado y le seguí con la mirada cabizbaja.<br />-¿Quieres que te dejé mi camisa?.-Sonrió entre dientes cuando se detuvo para esperarme.<br />Alcé la vista y la sangre se acopló en mis mejillas haciendo ver un color rojo exagerado cuando recordé que aún tenia su camisa y ni siquiera se me cruzó por la cabeza devolvérsela, tal vez cuando lo volviera a ver…<br />Sonreí tímidamente cuando llegué a su lado manteniendo la distancia entre los dos, este gesto le hizo fruncir el ceño, podría jurar que en su rostro había un gesto de dolor lo cual me confundió, no sabía realmente cómo actuar al ver sus expresiones.<br />-Estoy bien gracias, cuando llegue a casa te devolveré tu camisa.-Dije.<br />-Puedes quedártela Liz, si quieres.-Dijo mirando de reojo mi rostro.<br />-Creo que le pertenece mas a esa persona especial, pero te doy las gracias por <br />el préstamo.-Dije sinceramente.<br />La mano fría y blanquecina de Brandom voló hasta mis labios cálidos cuando intenté decir algo más, en ese momento mi corazón deseaba decirle todo aquello que sentía, era muy injusto pero necesitaba que él lo supiera.<br />-Por favor Liz, no digas algo de lo que luego puedas estar arrepentida.-Se apresuró a decir.<br />¿Por qué iba a estar arrepentida si lo amaba?, es como si supiera lo que estaba a punto de decirle y no quisiera oírlo, entendía por que debía de ser, por su persona especial, poco a poco su mano se fue apartando de mis labios mientras que sus ojos me atravesaban.<br />-Está bien-Dije suspirando.-Lo siento, sólo quería preguntar si llegaste hasta aquí en caballo.<br />-Mentí. <br />Encuadró sus hombros mientras iba recuperando su postura, su expresión preocupada no desapareció de su hermoso rostro pálido, escondió sus manos en los bolsillos del oscuro pantalón e intentó dibujar una línea en sus labios.<br />-Sí, lo dejé un poco alejado, ¿prefieres pasear o te llevo?.-Preguntó amablemente.<br />-Pasear.-Sonreí.<br />Brandom me devolvió la suya y me tomó de la mano para continuar con nuestro paseo atravesando el bosque.<br />Permaneció en silencio varios minutos, de vez en cuando sus ojos se desviaron a mi rostro mientras que yo luchaba por no mirar al suyo, me dediqué a mirar su pálida y fría mano sosteniendo la mía, se detuvo en ese momento apretando mi mano con fuerza y miró hacia el lado derecho del bosque, intenté mirar su rostro pero no podía moverme de su lado.<br />Un gruñido que me hizo estremecer provino desde lo hondo de su garganta, me puse de puntillas mirando por encima de su hombro para averiguar que le había hecho detener y pude divisar una melena larga y ondulada de color fuego bastante familiar.<br />-¿Ésa de ahí no es Estefi?.-Pregunté con el ceño fruncido.<br />Estaba a bastante distancia de donde nos encontrábamos, nos daba la espalda y parecía estar arrodillada rompiendo algo con las manos.<br />El rostro de Brandom se puso tenso, crujió una rama debajo de sus pies y la mujer giró su rostro hacia nosotros, sin duda era Estefi, su largo vestido oscuro resaltaba con su perfecta piel blanquecina.<br />Sus ojos del color de su pelo eran ahora de un negro vacio, el viento revolvió su larga melena ondulada y con su pálida mano apartó aquellos mechones rojizos para poder vernos mejor, saludé con mi mano y nos dedicó una sonrisa dejando ver sus dientes manchados de….sangre.<br /><a href="http://www.glitter-graphics.com"><img src="http://dl10.glitter-graphics.net/pub/2569/2569600ccmtm3zc9i.gif" width=410 height=404 border=0></a><br><br />-Dios…¡está sangrando!.-Grité al ver como hilos de sangre caían por sus labios.<br />-Vayámonos de aquí.-Sugirió Brandom tirando de mi mano.<br />-¡No!, vayamos a ver que le ocurre, esta herida.-Insistí intentando liberarme.<br />-Ella está bien, vayámonos por favor.<br />-¿Cómo puede estar bien si está sangrando?.-Pregunté mientras que Brandom pasó un brazo alrededor de mi cintura intentando hacer que caminara.<br />-Confía en mí.-Insistió.<br />Dediqué una última mirada a Estefi que no dejaba de mirar con esa sonrisa sangrienta y Brandom me dio la vuelta impidiendo que mirase dejándola atrás.<br />Negué con al cabeza repetidas veces mientras que Brandom me hacia caminar a su lado, su expresión era dura y fría, no podía creer que quisiera dejar a su prima allí sola en el bosque y sangrando. <br />Un recuerdo horrible se cruzó por mi mente, los horribles asesinatos que estaban circulando por la ciudad de Londres, sentí una punzada en mi pecho y mi estomago se revolvió cuando recordé la pesadilla que tuve hace un par de noches, aquél cuerpo tirado en medio del camino que iba hacia el claro.<br />-Brandom tenemos que volver.-Dije mientras intentaba tirar de él en dirección opuesta.<br />-De eso nada, te llevaré a tu casa, ella está bien ya te lo dije, no insistas Liz.-Dijo acelerando el paso.<br />-Y yo te repito que las personas no sangran si no les ocurre algo malo.<br />Su cuerpo perfecto permanecía tenso, y sus labios no se despegaron para seguir discutiendo conmigo, pero insistí en que no podíamos dejarla allí sola.<br />-Se escuchan rumores en la ciudad de que hay un asesino muy peligroso, no podemos dejarla allí ¿y si ese monstruo la a atacado?. Por el amor de dios es un miembro de tu familia.-Dije horrorizada.<br />Al llegar al camino que conducía hasta mi casa se detuvo soltando mi mano y apretó uno de sus puños, sus ojos llameaban al cruzarse con los mios llenos de confusión y despegó sus labios para comenzar hablar, creí que no lo haría puesto que se quedó en silencio por dos minutos largos.<br />-No es nada créeme, de todas maneras iré a buscarla.-Dijo sonriendo falsamente.<br />-¿Puedo acompañarte?.-Pregunté entrelazando mis dedos nerviosamente.<br />-No.-Se apresuró a contestar.<br />Sus labios volvieron a despegarse para decir algo más pero nunca lo hizo, frunció el ceño y miró por encima de mi cabeza con media sonrisa.<br />-¿Por qué no?.-Pregunté.<br />Brandom aclaro su garganta y bajó sus ojos hasta mi rostro.<br />-Creo que te buscan Liz.-Dijo.<br />Giré mi rostro y ví a mi hermana corriendo dirigiéndose a mi agitando su mano alegremente, negué con la cabeza y cuando volví a encontrarme con él ya no estaba allí, se había vuelto a ir dejándome con la agonía que sufriría hasta que le volviera a ver.<br />-¡Liz!, has tardado mucho, papá me dijo que me acercara al camino para ver si te veía y aquí estas.-Dijo intentando recuperar el aliento.-¿Quién era ese con el que estabas hablando?.<br />-Preguntó.<br />Parpadeé cuando Amy me hizo aquella preguntá y me volví para mirarla.<br />-Un amigo de la escuela.-Mentí.<br />No quería dar muchos detalles a mi hermana temiendo de que se lo contara a mis padres, como cuando les contó que mi amiga sufrió un accidente con su caballo.<br />Karisma…me pregunté si se encontraría un poco mejor, y me dio un escalofrío al recordarla sola en el claro, podría a ver sido atacada por aquel asesino como seguramente lo fué Estefi.<br />Pero entonces no podía entender por que sonreía, tal vez Brandom tenía toda la razón de que se encontraba bien, de no ser así, ¿por qué iba a sonreír?, miré a mi hermana pequeña una vez más pasando mi mano por sus tirabuzones de color castaño y sonreí.<br />-Vamos Amy, volvamos a casa.Vanessahttp://www.blogger.com/profile/18211605774561015566noreply@blogger.com4